Antes, durante y después de la aprobación de la reforma educativa, el linchamiento mediático contra los maestros del país no se hizo esperar, con los medios de comunicación y grupos empresariales como sus principales promotores. Día tras día hemos escuchado los argumentos del gobierno con el objetivo de obtener apoyo popular para su reforma; difícilmente escucharemos la versión de los profesores del país, mucho menos si pertenecen a grupos disidentes como la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación.
Con toda esta parafernalia mediática, se busca culpar a los maestros de todos y cada uno de los rezagos educativos del país, sin tomar en cuenta que las políticas educativas de las últimas décadas han sido impuestas por la misma clase política que hoy se erige como paladín de la justicia. Elba Esther Gordillo, fue en muchos sentidos un instrumento del poder para controlar y cooptar la organización sindical del magisterio; en cuanto planeaba oponerse a esta reforma (por no se tomada en cuenta más que por interés en los maestros), fue encarcelada para mandar un mensaje a todo aquíel que quisiera oponerse.