La Ciudad de México abrió por primera vez una fosa común en el Panteón Civil de Dolores para identificar a personas desaparecidas; las familias esperan encontrar a sus familiares tras años de búsqueda.
“La esperanza es el arte de encontrar luz en los rincones más oscuros, y hoy estamos aquí buscando esperanza, esperando encontrar, y así como estamos ahora, tomados de las manos, sigamos toda la jornada”. Con estas palabras, familias de personas desaparecidas y funcionarios capitalinos dieron inicio al Plan de Recuperaciones Controladas en la fosa común del Panteón Civil de Dolores.
Durante cinco horas, decenas de familiares permanecieron bajo la sombra de una carpa, a la espera de los primeros resultados de la exhumación que se realizó en la fosa 26, de la que este martes fueron recuperados 90 restos óseos, que serán analizados por el personal del Instituto de Ciencias Forenses (INCIFO), para su identificación.
Este martes, la jornada concluyó con un avance en la excavación de 40 centímetros y la recuperación de 90 fragmentos óseos, aunque las labores de la primera fase del Plan de Recuperaciones Controladas continuará hasta el próximo sábado y aún no hay fecha para que se concluya con la identificación de los restos.
Arturo Cervantes, titular del INCIFO, explicó que se trata de un proyecto piloto para identificar a personas enterradas en la fosa común como desconocidas, y que en algunos casos sus familias buscan desde hace años. De las personas cuyos restos serán rescatados en esta ocasión, los fallecimientos ocurrieron entre el 2013 y el 2015.
La titular de la Fiscalía capitalina, Bertha Alcalde, explicó que los trabajos para comenzar con este plan tomaron 7 meses. Hasta ahora, indicó, se ha identificado a 385 personas fallecidas que se encuentran en la fosa común del Panteón Civil de Dolores, y se ha notificado a 73 familias sobre la localización.
Al término de la ceremonia del inicio del plan, entre consignas como “¿Por qué les buscamos? Porque les amamos” y “Los seguimos buscando”, los colectivos hicieron un pase de lista de víctimas, entre ellas Karen Estefanía Domínguez, Roberto Quiroz, Héctor Javier Acevedo, Victoria Lizbeth Posada, Ángel Gerardo Ramírez, Daniela Mabel y Ricardo Luis Méndez.
“Nadie quiere encontrar aquí, yo busco a mi hijo con vida”
Araceli García busca desde septiembre de 2020 a su hijo Eduardo Ramírez y a su hermano Marcos, quienes desaparecieron luego de acudir a un bar en la alcaldía Álvaro Obregón. A pesar de que siete personas fueron detenidas por el caso, al día de hoy no tienen información de sus familiares, y tres de los presuntos implicados ya fueron liberados.
Como parte del colectivo Hasta Encontrarles CDMX, Araceli llegó este día hasta la fosa común del Panteón Civil de Dolores con la esperanza de que entre los restos que se recuperen haya indicios sobre lo ocurrido con Eduardo y Marcos. Aunque con tristeza expresó que “nadie quiere encontrar aquí, yo busco a mi hijo con vida, pero desgraciadamente ya cuando pasa el tiempo tiene uno sentimientos encontrados”.
“Dicen que hay que creer en la justicia, aunque creo que no puedo porque las personas implicadas siguen metiendo amparos, y me pregunto ¿cuándo va a terminar esto? Ya llevamos cinco años, y al inicio decía que ojalá un día se acabara esto para llevarnos a mis nietos y tratar de volver a empezar. Ahora me doy cuenta de que ni siquiera a eso tenemos derecho”, lamentó.
Carlos Palomares desapareció en septiembre de 2010, fecha en la cual su madre, Ana María Maldonado comenzó su búsqueda, sin que hasta ahora tenga pistas de su paradero. En estos años, ha tenido que enfrentar diversas irregularidades, incluida la pérdida del expediente judicial del caso.
Pese a la tristeza de que se busque a su hijo en calidad de fallecido, Ana María dijo sentirse animada porque se comiencen las labores en la fosa común, “porque posiblemente mi hijo está ahí, esa es mi gran esperanza, ya que en el tiempo en el que desapareció no había un registro”.
“Hace rato le decía a Dios que me permita encontrar a mi hijo. Aunque esté aquí, que me lo preste un ratito para darle cristiana sepultura y yo se lo regreso inmediatamente. Nada más quiero saber dónde quedó y qué pasó con él“, apuntó.
Para otras personas, como Blanca García, el inicio de los trabajos en la fosa común es sólo un trámite para poder recuperar el cuerpo de su esposo, quien desapareció en enero de 2019 y un año después supo que lo enterraron en calidad de desconocido.
“Lo localizamos en el INCIFO, pero ya no alcanzamos a rescatarlo antes de que lo trajeran a la fosa común. Nos pidieron dinero, pero como no lo pagamos aquí se quedó, por eso mi objetivo es poder rescatarlo”, comentó.
La importancia del acompañamiento en colectivo
Verónica Morales pertenece al colectivo Mariposas Buscando Corazones y Justicia Nacional. Su padre estuvo desaparecido durante cuatro años, hasta 2024, cuando lo localizó en la fosa común del panteón de Chimalhuacán, en el Estado de México.
Inicialmente se informó que su padre había fallecido por ahorcamiento, aunque después supo que fue víctima de un atropellamiento por el cual no hubo detenidos. Verónica continúa en búsqueda de justicia, lo que la ha mantenido activa en el acompañamiento de otras familias buscadoras.
“Yo lo encontré gracias al colectivo, porque ellos ayudan a que nos escuchen las autoridades, y en el caso de esta fosa común, hay dos integrantes de Mariposas Buscando Corazones y Justicia Nacional que saben que sus familiares están aquí. Esperamos que pronto puedan recuperarlos”, agregó.
José Díaz, padre de crianza de Josefina Avellaneda, a quien busca desde octubre de 2016, dijo estar ahí sin esperar encontrar a su sobrina, pero con el compromiso de acompañar a sus compañeros del colectivo Una Luz en el Camino.
“Esta vez se piensa recuperar restos de personas fallecidas entre 2013 y 2015, y mi sobrina desapareció un año después de eso, pero existe la posibilidad de que más adelante puedan abrir otras fosas”, señaló, aunque “uno no está muy de acuerdo con que se les busque como muertos, pero ¿qué se le va a hacer?”.
Equipado con una mascarilla antigases, José fue uno de los familiares que participó como observador de las primeras labores de recuperación, un rol que será ocupado por diferentes personas en los siguientes días.
El titular de la Comisión de Búsqueda de Personas de la Ciudad de México, Luis Gómez Negrete, afirmó que para estas labores se integró un equipo interdisciplinario especializado, entre quienes están especialistas forenses y antropólogos, cuyo plan fue conversado con expertos independientes.
“Los grandes retos ahora son que la información documental que tenemos por el análisis de las carpetas de investigación, análisis del INCIFO y archivos del cementerio, se puedan corroborar con lo que vamos a encontrar en la fosa escogida, porque hay una gran cantidad de restos con hipótesis de identidad y que por su proceso de esqueletización se puede contar con información”, explicó.
Al día de hoy, en el país hay 133 mil 656 personas desaparecidas y no localizadas, de acuerdo con cifras de la Secretaría de Gobernación y de la Comisión Nacional de Búsqueda, de las cuales 7 mil 348 fueron reportadas en la Ciudad de México.
FUENTE: ANIMAL POLÍTICO.
AUTOR: ERÉNDIRA AQUINO.






