AUTOR: MAJO SISCAR.
A un mes de la detención de José Manuel Mireles por portación de armas de uso exclusivo del Ejército, dos retenes de autodefensas se alzan a 15 minutos de un operativo federal en Zamora. El mismo Comisionado de Seguridad, Alfredo Castillo, que hace tres semanas negó la existencia de las autodefensas en la entidad, estuvo el miércoles en el municipio sin mencionarlas.
Del hombro derecho le cuelga un cuerno de chivo. Amarrados a la cintura trae seis cargadores de treinta balas cada uno. Cada uno se vacía en 3 minutos si le toca disparar de ráfaga, es decir, si llegan “los mañosos”, como Lalo llama a los miembros del cártel de Los Caballeros Templarios.
Lalo tiene alrededor de 20 años, no llega a un metro setenta de estatura y no llegaría ni a la categoría de peso pluma en un ring de boxeo. Pero se levantó con las autodefensas de Tierra Caliente y ahora es uno de los que está a cargo en el retén del “Texano” en la carretera Zamora-Carapán, a cinco kilómetros del centro urbano. Allí, detrás de una barricada de sacos, seis hombres y una mujer hacen guardias armados con rifles de alto calibre.



