AUTOR: NOÉ ZAVALETA.
XALAPA, Ver. (apro).- La mañana del pasado martes 11 Javier Duarte de Ochoa, gobernador de Veracruz, lucía sonriente. Caminaba por el Circuito Quetzal de esta ciudad, seguido de sus escoltas. A su paso, dejaba aromas de loción, mientras sus ocho guardaespaldas impedían que los reporteros se le acercaran demasiado.
Horas antes, en la noche del lunes 10, Duarte había sido notificado del hallazgo de una fosa clandestina en la colonia “El Rosario” de Las Choapas. Entre la prensa y el círculo político circulaba la versión de que en ese lugar habían sido encontrados tres cuerpos, entre ellos el del reportero de Liberal del Sur y Notisur, Gregorio Goyo Jiménez de la Cruz.
Sin embargo, Duarte de Ochoa mostraba constantemente una amplia sonrisa. Le daba palmadas y abrazos al alcalde de la capital del estado, el priista Américo Zúñiga, y un saludo fraterno al diputado local del PRI, David Velasco. En ese ambiente festivo, el mandatario se refirió al caso Gregorio Jiménez: “Pronto habrá noticias… La Procuraduría será la encargada de dar los avances en la investigación”.