AUTOR: MARIANA RODRÍGUEZ
Los expendios de fruta que han invadido las esquinas de la Zona Metropolitana de Guadalajara tienen un solo dueño, que recluta a sus empleados en estados del sur del país y trabaja con un amparo, sin permisos.
Desde las ocho de la mañana se pone a picar la fruta, para a las once comenzar su jornada laboral. Tito, quien está muy lejos de su hogar, llegó a la Perla Tapatía por una oferta de trabajo, ya que en Veracruz, dice, no hay oportunidades laborales.
Tiene 18 años y es vendedor de fruta en uno de los carritos ambulantes de color rojo. Cuenta que hay días de mucha venta, y otros, tranquilos.
Tito explica que entre más fruta venda, mejor es el pago al final de la semana, él corrió con la suerte de aprender rápidamente cómo es el negocio del ambulantaje, ya que algunos de sus compañeros se quedan de ayudantes y no les dan su carrito.
Por su trabajo le dan dónde vivir y también de comer. Como Tito, cada vez son más las personas que llegan de diferentes partes de la República para hacerse cargo de este negocio.