FUENTE: ANIMAL POLÍTICO.
AUTOR: TANIA L. MONTALVO.
Datos poco confiables, la falta de capacitación del personal médico y la falta de instalaciones accesibles provocan que la capital tenga avances insuficientes en beneficio de este grupo.
Guillermina tuvo que acudir de emergencia al centro de salud de Santa María Aztahuacán en Iztapalapa en una noche fría del invierno de 2012. Sus cuatro hijos llevaban días con fiebre, tos y dolor de cabeza.
En una sala de espera permaneció preocupada por Ricardo y Alonso, ya enfermos, pero también con la angustia de que María del Carmen y Juan Miguel se hubieran contagiado. En esa antesala escuchó que un enfermero preguntó: “¿La que sigue es la señora con el niño taradito?”.
El enfermero se refería a Juan Miguel, un pequeño de cinco años con parálisis cerebral y en silla de ruedas.
AUTOR: TANIA L. MONTALVO.
Datos poco confiables, la falta de capacitación del personal médico y la falta de instalaciones accesibles provocan que la capital tenga avances insuficientes en beneficio de este grupo.
En una sala de espera permaneció preocupada por Ricardo y Alonso, ya enfermos, pero también con la angustia de que María del Carmen y Juan Miguel se hubieran contagiado. En esa antesala escuchó que un enfermero preguntó: “¿La que sigue es la señora con el niño taradito?”.
El enfermero se refería a Juan Miguel, un pequeño de cinco años con parálisis cerebral y en silla de ruedas.
