miércoles, 23 de agosto de 2023

La pelea en Jalisco por la ruta del Norte

“La ruta del norte está intocada e impune”.

En Teocaltiche, un pequeño poblado en los Altos de Jalisco que no llega a los 40 mil habitantes, viven principalmente, de acuerdo al último censo, del comercio al menudeo, de lo que se venden unos a otros. Unos cuantos trabajan en la manufactura y los servicios y productos de gobierno también dejan alguna derrama económica.

Enclavado en la región Altos Norte, de los 125 municipios que conforman el estado de Jalisco, Teocaltiche es el único en el poderío criminal del cártel de Sinaloa. El resto los domina el cártel Jalisco Nueva Generación. La base criminal la comanda Mario González Gutiérrez, Marito, un hombre identificado como cercano a Iván Archivaldo Guzmán Salazar; de hecho fueron aprehendidos juntos en el 2005. A pesar de tener dominancia criminal solo en este municipio, debido a la férrea y sangrienta batalla que ha dado para evitar la entrada del CJNG, ya a su célula criminal la denomina cártel de Teoca, o de Teocaltiche. La región alteña de Jalisco es el centro de la ruta del norte para el trasiego de la droga, principalmente cocaína y heroína.

Mientras en la ruta del pacífico, mayormente controlada por el cártel de Sinaloa, los cargamentos de droga que son trasladados vía puertos marítimos, recorren la costa del pacífico hasta desembocar en las fronteras de Sonora y Baja California para su trasiego a los Estados Unidos, la ruta del Norte tiene su epicentro en los Altos de Jalisco, colindantes con Aguascalientes, Zacatecas, Guanajuato, hasta los puntos finales de trasiego ilegal en Chihuahua, Tamaulipas y Coahuila. Generalmente estos cargamentos llegan por tierra, aunque por aire son comunes las aeronaves cargueras que suelen llegar no solo de estados de producción en territorio nacional, también de Colombia y Centroamérica.

Lo que pelean los cárteles de la droga en los Altos de Jalisco, es la ruta del norte. A los del cártel Jalisco Nueva Generación, se les complica trasegar la droga rodeando Tecaltiche, zona de los de Sinaloa. Son muchas más horas de distancia en una orografía distinta debido a la Sierra Madre Occidental, que también complica los envíos aunque no los impide, si las autoridades con prevención, investigación y procesamiento de información, no inhiben el desarrollo de la ilícita actividad, la geografía tampoco.

Tan comunes son las balaceras, desapariciones y asesinatos en la zona Alteña, como la ausencia de la fuerza pública en la zona. En los Altos de Jalisco se ve poco a la Guardia Nacional, mucho menos a las fuerzas estatales, y las policías municipales están coludidas con el narcotráfico. La desaparición hace una semana de cinco jóvenes de Lagos de Moreno, y la posterior evidencia en redes de su tortura y asesinato, cobró atención nacional y fue evidente la falta de seguridad en la zona.

No extrañó a estas alturas que el fiscal general de la República, Alejandro Gertz Manero, no haya dado la cara, no solo para atraer de manera inmediata la investigación, ligada sobremanera al narcotráfico y los cárteles, sino para dar certeza de justicia en el atroz crimen. El presidente de la República continúa sin exigirle al fiscal Gertz la acción, las operaciones y las investigaciones que está obligado a encabezar para procurar justicia. En los días siguientes a la dispersión de videos y fotografías en redes sociales que hacen suponer el crimen contra los jóvenes, las autoridades finalmente se apersonaron en los Altos de Jalisco. No han resuelto la desaparición y el homicidio de los muchachos, pero sí han encontrado evidencia de otras masacres. Ni el cuerpo calcinado localizado en un vehículo, ni los otros cuatro cuerpos encontrados en otro carro, también quemados, son los jóvenes de Lagos de Moreno.

También han localizado restos humanos en hechizas fincas, y hornos de ladrilleras que se presume podrían ser utilizados para la incineración de cuerpos. La cruenta guerra que sostienen en esa región el cártel de Jalisco contra el cártel de Sinaloa, ha dejado cientos de muertos en los últimos años, y ubicado a Jalisco como el cuarto estado más violento y mortífero, solo después de Guanajuato, Baja California, y el Estado de México.

La ruta del norte está intocada e impune. No hay registros, ni en la Fiscalía General de la República que con su ausencia mantiene inutilizada Gertz Manero, mucho menos en la policía estatal, de decomisos de droga en esa región del País. La droga que se trasiega por la zona alteña en medio de balaceras y desapariciones entre cárteles, llega a las fronteras de Chihuahua, Coahuila y Tamaulipas en su colindancia con los Estados Unidos para ser exitosamente trasegada hacia aquella nación.

Entre la falta de capacidad de asombro que caracteriza al gobierno de la República, como para indignarse y acometer contra quienes protagonizan masacres como la desaparición y el asesinato de cinco jóvenes de Lagos de Moreno, para trascender a operativos reales la política de abrazos, no balazos, y el letargo de una Fiscalía General de la República con un titular ausente, sin liderazgo ni pauta para procurar justicia, México está sumido en la impunidad, la corrupción, la inseguridad y la violencia, contexto en el que nadie está a salvo… solo los narcos y sus rutas, como la del norte, tan violenta y tan protegida por los tres niveles de gobierno.

FUENTE: SIN EMBARGO.
AUTOR: ADELA NAVARRO BELLO.

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