AUTOR: ALINA ROSAS DUARTE.
Al igual que Felipe Calderón, Peña Nieto ve como solución fiscal los gasolinazos. En un acto desesperado, se iguala con su antecesor y echa un cerillo a baldes de gasolina para incendiar la billetera de la clase media y cumplir una promesa que hizo en campaña.
Junto a los presidentes de los partidos Revolucionario Institucional (PRI), Acción Nacional (PAN) y de la Revolución Democrática (PRD), ofreció una solución gatopardiana: modificar, pero seguir, con los gasolinazos en México.
En resumen, la reforma fraguada en Los Pinos junto al poderoso secretario de Hacienda, Luis Videgaray, contempla aumentos mensuales al diesel y la gasolina, pero a un costo menor que los actuales: 6 centavos mensuales para la gasolina Magna y 8 centavos para la Premium.

