miércoles, 23 de diciembre de 2020

Un letrero que se extiende por la capital del país: “No hay oxígeno”. La escasez asfixia a los enfermos

En una tienda de la céntrica colonia Roma de la capital mexicana, hace dos días había una fila de decenas de personas esperando a rellenar sus tanques. Hoy, ya no hay casi nadie. “No tenemos oxígeno hasta nuevo aviso”, comenta el celador a todas las personas que llegan con sus tanques peregrinando de tienda en tienda.

El cartel “No hay oxígeno” cuelga cada vez con más frecuencia en la puerta de los establecimientos que venden equipos médicos en Ciudad de México, donde la saturación de hospitales por la COVID-19 lleva a muchas personas a buscar tanques de oxígeno médico para sus familiares enfermos en casa.

En una tienda de la céntrica colonia Roma de la capital mexicana, hace dos días había una fila de decenas de personas esperando a rellenar sus tanques. Hoy, ya no hay casi nadie. “No tenemos oxígeno hasta nuevo aviso”, comenta el celador a todas las personas que llegan con sus tanques peregrinando de tienda en tienda.
Uno de ellos es Roberto Pérez, quien había llegado a este lugar con esperanza después de no encontrar ningún establecimiento donde rellenar el tanque portátil en su barrio del norte de la ciudad.
“Aquí es de 24 horas, se supone que aquí tendrían que tener pero no hay. Hay que buscar otro lugar”, cuenta resignado Roberto a EFE, pues la última vez que recargó oxígeno fue el domingo.
“Es para un familiar. Desafortunadamente se enfermó de COVID y hay que buscarle oxígeno”, revela sobre el enfermo, un hombre de 60 años que satura a un 65 por ciento de oxígeno en sangre, cuando lo recomendado es el 95 por ciento.

ESCASEZ Y AUMENTO DE PRECIOS

La familia de Roberto no puede afrontar el precio de un concentrador, un aparato de 30 mil pesos (mil 500 dólares) que suministra oxígeno de forma ininterrumpida, y ha optado por los cuidados “paliativos” mediante un pequeño tanque de oxígeno que ahora busca rellenar.

A raíz de la alta demanda, los tanques de 680 litros, que duran unas cuatro horas ininterrumpidas, también han subido de precio, de unos tres mil pesos (150 dólares) a cuatro mil pesos (200 dólares).

Mientras que recargarlos, donde se encuentre oxígeno, cuesta entre 120 pesos (seis dólares) y 200 pesos (10 dólares).

La Alcaldesa de Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, aseguró el domingo pasado que “no hay falta de tanques” en la capital y dijo que se está viendo “la posibilidad de contratar desde el Gobierno de la ciudad” estos equipos.
“Que no haya pánico, no haya problema, porque lo estamos resolviendo”, pidió.
Lo cierto es que la Ciudad de México atraviesa un momento crítico de la pandemia, con una ocupación récord de más del 80 por ciento de las camas hospitalarias, lo que ha obligado a clausurar toda la economía no esencial en plenas fiestas navideñas.

PEREGRINAR EN BUSCA DE OXÍGENO

Al igual que muchos enfermos van de hospital en hospital hasta encontrar una cama libre, hay muchos familiares que acuden angustiados de tienda en tienda con la incógnita de si ya habrá llegado nuevo oxígeno.
“Las líneas están saturadas. Todos están pidiendo lo mismo que ustedes y no podemos hacer más (…). Pero está agotado, no depende de las empresas, no depende de nosotros. El oxígeno, ya no hay”, cuenta a una clienta la encargada de un negocio donde no saben cuándo podrán vender de nuevo oxígeno medicinal.
“Ya llevo toda la semana pasada y esta y no hay oxígeno. (Me dicen) que no hay, que están escasos y que hasta nuevo aviso. Es venir y venir y todavía no lo surten”, cuenta a EFE Gloria Guzmán, una empleada del hogar que busca oxígeno para la señora de la casa.

La mujer, de 84 años, tiene enfisema pulmonar y requiere de oxígeno durante el día y la noche desde hace siete años. Pero esta escasez no la habían visto hasta que llegó la pandemia.
“Ahorita la tengo que tranquilizar tantito para que no le venga la taquicardia”, cuenta Gloria sobre los momentos en que la señora se queda sin oxígeno.
Con 1.3 millones de contagios y 119 mil muertos, México es el cuarto país del mundo en número de decesos, aunque este miércoles vio una luz de esperanza con la llegada de las primeras vacunas de Pfizer.

FUENTE: SIN EMBARGO/EFE.
AUTOR: /EDUARD RIBAS I ADMETLLA.

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