martes, 9 de febrero de 2021

Enjambre de mineras de Canadá ya hasta especulan en bolsas con el litio mexicano, denuncia informe

El litio que sigue en la profundidad del territorio nacional ya se juega en las bolsas de valores para generar ganancias a costa del impacto socioambiental. Un informe de organizaciones detectó la especulación de empresas casi en quiebra sitiadas en México alrededor de este metal codiciado para la producción de autos eléctricos y proyectos de energías renovables. Venden humo a los inversionistas.

Como sucede en Sudamérica, empresas mineras están especulando en México con el litio, metal utilizado para la producción de baterías eléctricas para autos eléctricos y proyectos de energía renovables de cara a la transición energética. De los 36 proyectos de 10 compañías de capital extranjero en territorio nacional, solo los de tres empresas están en exploración, reveló un informe de las organizaciones GeoComunes, MiningWatch Canadá y la Red Mexicana de Afectadxs por la Minería (REMA). Las activas son las canadienses Organimax y One World Lithium, y la británica Bacanora Lithium. El resto está sin actividad y un proyecto, el de la canadiense ZEOX, abandonado.

Además de la especulación, agrega el documento, se oferta como lucha contra la crisis climática por sí solo a pesar de que esta “transición energética” da continuidad al extractivismo minero y a la utilización de nuevos insumos ante el eventual agotamiento de otros durante el modelo energético basado en los hidrocarburos.
“Estos proyectos representan 97 mil hectáreas concesionadas además de 537 mil más que están en proceso, pero el 94 por ciento concesionado no está vigente. En su mayoría son proyectos mineros sin actividad (no han empezado su fase de exploración) y que están controlados principalmente por pequeñas empresas canadienses al borde de la quiebra, quienes dependen mucho del proceso de especulación para generar recursos en la bolsa de valores de Toronto”, dice el informe “Litio, la nueva disputa comercial dinamizada por el falso mercado verde” presentado el viernes pasado para reflejar la poca seriedad y capacidad de algunas mineras.

La firma Organimax, que tiene 15 proyectos en Coahuila, Zacatecas y San Luis Potosí con siete concesiones a lo largo de más de 325 mil hectáreas, no distingue para sus accionistas en la bolsa de Toronto-Ventura la diferencia entre las concesiones “en trámite y las vigentes”, lo cual crea una falsa idea del tamaño del proyecto a los posibles inversores al plantear un área de exploración mucho mayor de la existente. Solo ha realizado análisis en tres de sus 15 proyectos. Tiene apenas 2.5 millones de dólares en bienes y activos, y maniobra con pérdidas operativas todos los años. En junio pasado reportó que, como resultado de la crisis económica provocada por la COVID-19, su posibilidad de generar inversiones esenciales para su sustento económico se ve comprometida.

En la misma zona existen también cuatro concesiones vigentes de 10.5 mil hectáreas de la empresa australiana Zenith Minerals y dos concesiones de la empresa británica Alien Minerals. Sin embargo, los proyectos de ambas empresas no tienen actividades por el momento y se encuentra muy poca información por parte de estas empresas con respecto al avance de estas actividades.
Otro proyecto de extracción de litio en fase avanzada es del Salar del Diablo de la empresa canadiense One World Lithium, una empresa minera junior canadiense. Vende acciones en la bolsa de Acciones Canadiense, de poca relevancia comercial; y tiene una deuda acumulada de 18 millones de dólares canadienses, lo cual, según los auditores de la empresa provoca “preocupación sobre la capacidad de la empresa para seguir trabajando”. Asimismo, tiene 3.3 millones de dólares en bienes y activos, y opera con pérdidas operativas todos los años.
El estudio también alerta que una porción significativa de los proyectos de exploración en México son de depósitos de lodo, lo que requiere de tecnologías adecuadas de extracción con altos costos.


A nivel mundial, de 2010 a 2019 el uso de litio para producción de baterías eléctricas creció de 23 a 56 por ciento, lo que a su vez impulsó su producción de 28 mil 100 toneladas a 77 mil toneladas en el periodo referido. Australia (54.5 por ciento), Chile (23), China (9.7) y Argentina (8.3), al sur del mundo, concentran la mayor producción de litio global. Chile concentra más de la mitad de las reservas mundiales comprobadas y los recursos estimados en México representan solo el 2.8 por ciento del recurso mundial.

En tanto, el consumo está concentrado en los mercados asiáticos para la industria manufacturera eléctrica: China (39 por ciento), Corea del Sur (20 por ciento) y Japón (18 por ciento).

EL MODUS OPERANDI PARA ESPECULAR

Kirsten Francescone, investigadora de MiningWatch Canadá, dijo que el mercado mundial del litio está sumamente especulativo por supuestas enormes proyecciones establecidas por las mineras e instituciones financieras. México no es la excepción ante estas empresas “truchas”.
“No es simplemente una especulación en las bolsas de valores, también tiene una especulación material en los territorios donde se encuentran depósitos de litio que no están siendo explotados, pero no respetan la autonomía de los pueblos y derecho ambiental. Este panorama se vive en América Latina. Vemos muchos proyectos mineros en exploración que están siendo manejados por empresas mineras juniors que no tienen capital, son muy pequeñas y son responsables de violaciones a derechos humanos y ambientales”, afirmó en rueda de prensa. “Se generó mucha expectativa y tiene una onda verde, por lo que tiene figuras muy raras. En Estados Unidos el gerente de una empresa musical que viene de Sillicon Valley ahora quiere ser con esa riqueza un minero en el rubro del litio”.

“Es complicado saber cuánto tiempo va a durar esto, ya que muchos analistas siguen repitiendo la misma proyección de hace muchos años sobre un aumento de 1000 por ciento de demanda. Pero lo cierto es que depende mucho sobre la industria asiática que esta en contracción y es la que mueve el consumo y la producción. También falta ver si  economías europeas o Estados Unidos podrán incrementar su capacidad de producción de baterías”, agregó.
Pero en la práctica, la demanda de litio ha sido lento. En 2019 no se llegó al 75 por ciento de la oferta, es decir, el 25 por ciento de la producción total del litio no fue consumido a aquel año, por lo que su extracción fue innecesaria, generó un costo no previsto por almacenaje y abarató los precios en el mercado, lo que encarece los proyectos. Además, la producción que repuntó hace diez años ha disminuido por la desaceleración en la venta de los vehículos eléctricos (en 2019 bajó un 20 por ciento). Pese al panorama, las principales fuentes de información para la industria y las instituciones financieras más importantes siguen insistiendo en un inminente boom en la demanda del litio.
“Esto –expone el informe– está provocando una creciente especulación minera alrededor de la exploración de litio en América Latina por empresas mineras juniors. Así como en otros tipos de minería, posesionan tierras, generan expectativas irreales, además de conflicto, y provocan violencia y desplazamiento en nombre de tecnologías que supuestamente se califican de verdes o justas”.

El crecimiento acelerado en el uso del ion-litio ha provocado que una tonelada de litio suba su precio, desde los 350 dólares que costaba en 2003, llegando a los 3 mil dólares en 2009 y logrando proyecciones que lo colocaron entre los 11 mil y los 7 mil dólares por tonelada entre el 2019 y el 2020.
“Es la industria automotriz, así como la minera, gobiernos en Asia y Europa e instituciones financieras quienes hacen uso de la creación de expectativas y, en consecuencia, de la especulación sobre el litio, generando anuncios con cuentas alegres expresando la cantidad de litio que será necesario en el futuro. El Banco Mundial en 2020 proyectó que la demanda de litio va a crecer en 1,200 por ciento, pero no contemplan los impactos producidos por una ‘transición energética’ que continúa basándose en el modelo extractivo minero vigente y causal de destrucción del planeta”, afirma el estudio.
PROYECTO EN SONORA: ZONA DE CRIMEN

Yannick Deniau, miembro de Colectivo Geocomunes, planteó que el proyecto de exploración de litio en Sonora por parte de la británica Bacanora Lithium ya tiene Manifestación de Impacto Ambiental (MIA) desde hace tres años, pero la concesión de agua de 1.41 millones de m3/año representa el consumo promedio de 20 mil personas y, a diferencia de proyectos de salares en Sudamérica, este es de roca y lodo, por lo que utilizará métodos de minería abierta con un tajo abierto de 129 hectáreas.
Ha sido reconocido por Mining Technology como el proyecto minero de litio con mayores reservas probadas a nivel mundial con 243.8 millones de toneladas. Ya en operación, la minera generaría 131 millones de toneladas de residuos durante los 20 años de producción y 25 millones de toneladas de relaves mojados depositados a fuera de la mina, lo que implica contaminación.
Además, el proyecto se ubica en una zona donde opera el crimen organizado, cercano donde ocurrió el atentado contra la familia LeBarón en noviembre de 2019. Juan Carlos Ruiz Guadalajara, investigador de El Colegio de San Luis, uno de los estados con proyectos exploratorios de litio, planteó que no solo hay “toma” de territorios por parte de corporativos mineros, sino también por parte del crimen organizado, por lo que surgió la “policía minera” durante la gestión del exsecretario de Seguridad, Alfonso Durazo.
“Por lo general, en estos casos se ponen de acuerdo entre mineras y crimen. Es decir, ‘tú no me tocas y te pago una cuota'”, dijo el investigador. “Ahí las autoridades formales no tienen ninguna intervención en el asunto”.
Aunque, agregó, también hay la posibilidad de que lleguen a cercar sus operaciones al grado de construir sus propias pistas de aterrizaje para no enfrentarse al problema de sacar la producción vía terrestre.

FUENTE: SIN EMBARGO.
AUTOR: DULCE OLVERA.

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