AUTOR: MARCOS APPEL.
Desde Bruselas, Antoine Simon, integrante de la organización Friends of the Earth, advierte al gobierno mexicano sobre los daños que provoca la técnica de fracturación hidráulica de las rocas para extraer gas esquisto, al tiempo que denuncia la estrategia de cabildeo global de los conglomerados del ramo para doblar a los gobiernos y apoderarse de ese recurso. En entrevista con Proceso, el activista belga menciona dos estudios publicados recientemente por su agrupación, en los cuales se documenta la voracidad de las gaseras trasnacionales.
BRUSELAS: Las trasnacionales petroleras despliegan una estrategia global cuyo propósito es ablandar las legislaciones de protección al medio ambiente para que los gobiernos les permitan extraer el gas de esquisto o gas shale mediante fracking (fracturación hidráulica de las rocas), una técnica que demanda grandes cantidades de agua y genera desechos tóxicos, los cuales contaminan los mantos freáticos.
Esos conglomerados ya actúan en Estados Unidos, la Unión Europea (UE) y Argentina, y es probable su incursión en México a partir de la aprobación de la reforma energética, comenta a Proceso Antoine Simon, experto en industrias extractivas de la oficina de la organización Friends of the Earth (FoE-Europe) en esta capital.