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Javier Duarte se queda en prisión; caso de desaparición forzada frena su salida

El exgobernador de Veracruz, Javier Duarte, fue sentenciado a 9 años de prisión por los delitos de lavado de dinero y asociación delictuosa; sin embargo, a cinco meses de cumplir su condena, solicitó el beneficio de la libertad anticipada que este viernes le fue negada.

Javier Duarte, exgobernador de Veracruz, se quedará en prisión, debido a que tiene un proceso penal abierto por el delito de desaparición forzada en Veracruz.

“El señor Duarte no colma este requisito, pues el sobreseimiento —cancelación— del proceso penal abierto en su contra por desaparición forzada no se encuentra firme, debido a que la Fiscalía de Veracruz hizo una apelación”, dijo la jueza federal.

El exgobernador también se quedará en prisión debido a que su defensa no logró acreditar que haya cumplido con el plan de actividades del Reclusorio Norte, relacionado con actividades recreativas, deportivas, culturales y educativas.

“La defensa no aportó medio de prueba que acredite que todas y cada una de las actividades deportivas, culturales y educativas se cumplieron”, agregó.

De esta forma, la jueza federal Angela Zamorano Herrera determinó que Duarte no cumplió con dos de los siete requisitos establecidos en el artículo 141 de la Ley Nacional de Ejecución Penal, por lo que seguirá pagando su condena de nueve años por los delitos de lavado de dinero y asociación delictuosa, impuesta en su contra desde el 26 de septiembre de 2018 y la cual concluirá en abril de 2026.
¿Cómo tomó Duarte la noticia?

Vistiendo una camisa blanca de mangas cortas, un chaleco color beige y lentes, Javier Duarte escuchó con calma toda la resolución inicial de la jueza con la cabeza hacia abajo, manteniendo en todo el tiempo los dedos de las manos entrelazados.

Y es que al inicio de la audiencia, la jueza federal había asegurado que “tomando una decisión libre y lógica se puede verificar que cada una de las exigencias de la Ley Nacional de Ejecución Penal se encuentran colmadas”. 

Sin embargo, al escuchar que no saldría de prisión, el exgobernador acomodó sus cosas, cerró una pluma que tenía a la mano y volteó a ver fijamente a su equipo legal.

Al salir de la audiencia, el abogado Pablo Campuzano, abogado defensor de Javier Duarte, aseguró que el caso por desaparición forzada había sido cancelado por tortura, por lo que apelarán la resolución de no darle el beneficio de libertad anticipada.


FGR falló en acreditar otros requisitos contra exgobernador

Durante la audiencia, también destacó la ausencia del fiscal, Manuel Granados Quiroz, titular de la Fiscalía de Asuntos Relevantes de la FGR, quien solo mandó a un agente del Ministerio Público de la federación.

Al agente le tocó escuchar a la jueza decir que la FGR no aportó ningún ninguna prueba que mostrara que la salida del exgobernador “represente un riesgo real para ninguna víctima y la sociedad“.

Además, la jueza señaló que ni la FGR ni la Fiscalía de Veracruz han logrado que se le dicte una sentencia condenatoria firme por ningún otro caso.

Las audiencias de Duarte

Durante tres audiencias, tanto la FGR como la defensa legal del exmandatario estatal presentaron pruebas y testigos para argumentar a favor y en contra de Duarte. 

En estas audiencias la FGR argumentó que, entre los años 2019 y 2020, Duarte fue sancionado por haber introducido algunos “objetos ilegales” a la prisión, además de tener otro procedimiento penal por una supuesta desaparición forzada. 

Sin embargo, el argumento de la defensa se ha centrado en el hecho de que si bien las sanciones sí existieron, estas ya cumplieron cinco años, por lo que al no haber reincidido en alguna otra mala conducta, el exgobernador podría solicitar el beneficio de la libertad anticipada.

La defensa también  argumentó que el delito por el cual se le persiguió no fue por desaparición forzada, sino por haber “entorpecido las investigaciones”, lo cual no amerita figura de prisión preventiva oficiosa y, por tanto, podría salir. 

En la última audiencia el debate subió de tono cuando el propio exmandatario estatal tomó la palabra para acusar a la FGR de querer montar un “circo mediático” con su caso.

FUENTE: ANIMAL POLÍTICO.
AUTOR: ALFREDO MAZA.

Jueza decidirá libertad anticipada de Javier Duarte el viernes; exgobernador acusa a FGR de querer montar “circo mediático”

Durante una audiencia de casi 12 horas, tanto la FGR como la defensa del exgobernador de Veracruz se centraron en debatir sobre el caso de desaparición forzada por el que se le acusa y su buena conducta en prisión.

La jueza Ángela Zamorano Herrera, del Reclusorio Norte, decidirá hasta el viernes si concede o no el beneficio de libertad anticipada a Javier Duarte, exgobernador de Veracruz, sentenciado a 9 años de prisión por los delitos de lavado de dinero y asociación delictuosa.

Al finalizar la audiencia, que duró casi 12 horas, la jueza concedió al exmandatario la palabra, quien aprovechó la oportunidad para acusar a la Fiscalía General de la República (FGR) de querer montar un “circo mediático” del caso.

“La Fiscalía General y en particular el fiscal Granados Quiroz —titular del caso— tiene el propósito de hacer un circo mediático, un show. Es una falta de respeto para usted, para la institución que representa y para mí”, señaló el exgobernador visiblemente enojado.

La declaración ocurrió tras una audiencia en la que tanto la Fiscalía como la defensa del exgobernador se centraron en debatir sobre el caso de desaparición forzada y su buena conducta en prisión para definir si puede o no salir en libertad anticipada. 

Sin embargo, dada la “complejidad del caso”, la jueza citó hasta el próximo viernes, a las 17:00 horas para definir sobre la solicitud de preliberacion. 

“¿Este es el nivel de la FGR?”: cuestiona Duarte

Durante la audiencia, el fiscal Quiroz Granados aseguró que el exgobernador presentó una denuncia contra uno de los testigos en su contra, Antonio Tarek Abdaá, y utilizó su cuenta de Twitter, ahora X, para amenazar a testigos del caso.

En respuesta, Duarte aseguró que desde el 13 de octubre de 2016 no tiene redes sociales, por lo que cuestionó el hecho de que la fiscalía intentara asegurar que los supuestos tuits son suyos. 

“En los 8 años y siete meses que llevo en prisión no he tenido ningún celular. Ninguna autoridad me ha sancionado por eso”, dijo. 

El fiscal Granados Quiroz también señaló a Javier Duarte por supuestamente robar 60 mil millones de pesos en desvíos de recursos públicos de Veracruz, razón por la cual aseguró que lo mínimo que podía hacer era dejar que cumpla con su pena.

En respuesta, Duarte pidió a fiscal dirigirse a él con “respeto y verdad” al señalar que en ningún proceso penal se le señaló por robar dinero, razón por la cual no hubo ninguna reparación del daño decretada por algún juez en este caso. 

“Habla de que me robé 60 mil millones de pesos, ¿de dónde lo saca? A mí no se me acusa de robarme un solo peso. ¿Este es el nivel de la FGR? Su dicho se me hace insultante, corriente y bajo”, sentenció.

En un argumento final, la FGR aseguró que existen víctimas y madres buscadoras en Veracruz que piden que el exgobernador no sea liberado, por lo que le pidió a la jueza dejar que cumpla con toda su condena. 

“Los que no pueden olvidarse de lo que hizo el señor Javier son las víctimas de todos los delitos que cometió, las madres buscadoras que aún buscan a sus hijos y que pidan que no salga… por eso le pido que no ceda a esta presión navideña”. 

“Y yo le pediría a la fiscalía que se vaya a otros estados donde también hay desaparecidos”, respondió Duarte.
FUENTE: ANIMAL POLÍTICO.
AUTOR: ALFREDO MAZA.

De la cárcel al lujo: Javidú, con un pie en libertad y sin responder por desfalcos y desapariciones

Aunque Javier Duarte fue condenado por lavado de dinero y asociación delictuosa, organizaciones civiles sostienen que debe enfrentar cargos por desaparición forzada y por el fraude de más de 90 mil mdp atribuido a su gobierno. Su liberación anticipada, señalan, reforzaría la impunidad.

La posible liberación anticipada del exgobernador de Veracruz Javier Duarte ha generado inconformidad entre colectivos de personas desaparecidas, quienes demandan que también sea investigado por las miles de desapariciones forzadas registradas durante su administración.

Al mismo tiempo, advierten que su salida de prisión dejaría impune el fraude millonario cometido contra las finanzas públicas del estado. Tan sólo en la Auditoría Superior de la Federación existen 70 denuncias por el desvío de más de 60 mil millones de pesos, aunque nada más 14 han sido judicializadas y 44 siguen en integración desde hace una década, ninguna de ellas directamente contra el exgobernador.

A estos señalamientos se suman las denuncias del Órgano de Fiscalización Superior del Estado, que incluyen 55 denuncias por presunto desvío de 30 mil millones de pesos mediante el esquema empresas fantasma durante el gobierno duartista.

La red de corrupción documentada durante su administración también alcanzó a 25 exfuncionarios duartistas, entre ellos cuatro exsecretarios de Finanzas y dos tesoreros, detenidos e imputados por presuntos delitos que van desde abuso de autoridad, incumplimiento de un deber legal y tráfico de influencias, hasta peculado.

A varios de ellos les fueron aseguradas casas, terrenos, aviones y cuentas bancarias, aunque sólo uno permanece en prisión. Amparos federales, criterios de oportunidad, negociaciones legales y presuntos problemas de salud les han permitido llevar sus procesos en libertad, mientras persisten dudas sobre el destino de los bienes asegurados y la reparación del daño.

Algunos de estos expedientes abiertos en la Fiscalía Anticorrupción continúan sin resolverse, lo que refuerza la percepción de que ninguno de estos casos se ha traducido en una acusación formal.

El abogado penalista Tomás Mundo advierte que la eventual salida de prisión de Javier Duarte se debe a errores de la Fiscalía de Veracruz, cuya falta de capacitación e investigación mantiene altos niveles de impunidad en el estado.

“Muchas veces la impunidad es por ignorancia legal, falta de capacitación de las instituciones de seguridad pública, de fiscalía, del Poder Judicial o complicidades”, afirmó.

El abogado reiteró que la discusión pública debe centrarse en la necesidad de fortalecer a las instituciones de justicia en Veracruz, pues las deficiencias actuales permiten que casos de alto perfil continúen en riesgo de quedar sin sanción.

En septiembre de 2018 la Fiscalía General de la República obtuvo una sentencia de nueve años de prisión contra Duarte mediante un proceso abreviado. El exgobernador se declaró culpable únicamente de operaciones con recursos de procedencia ilícita y asociación delictuosa, condena que concluye en abril de 2026.

En esa resolución se estableció que, durante su mandato de 2010 a 2016, Duarte desvió al menos mil 650 millones de pesos del erario veracruzano, recursos canalizados a empresas fachada y posteriormente triangulados mediante prestanombres. Como parte de la sentencia se decomisaron 41 bienes —entre terrenos, casas y departamentos— ubicados en Campeche, Ciudad de México, Cancún, Estado de México y Veracruz.

Tras su detención, que marcó uno de los mayores escándalos de corrupción del PRI, fueron detenidos más de 25 funcionarios de su administración por malversación de fondos y desaparición forzada. Sin embargo, actualmente sólo uno permanece en prisión: todos continúan sus procesos en libertad y persisten dudas sobre la recuperación de los recursos desviados.

La Secretaría de Finanzas del estado ha señalado a una treintena de exfuncionarios duartistas que deben reintegrar más de 19 mil millones de pesos sustraídos de las arcas públicas, aunque estas sentencias tampoco han sido cumplidas.

Ahora Duarte y su defensa sostienen que ha cumplido el 96 % de su condena, que mantiene una conducta ejemplar en prisión y que no tiene procesos penales vigentes en su contra —ni de la ASF ni del Orfis ni por desaparición—, argumentos con los que busca acceder a la libertad anticipada.

Desapariciones forzadas

Ante su reciente solicitud de liberación anticipada, los colectivos de personas desaparecidas en Veracruz han reclamado que Javier Duarte nunca ha respondido por las más de 3 mil 600 desapariciones ocurridas durante su gobierno ni por la política de terror que, aseguran, está ampliamente documentada.

Aunque la Fiscalía de Veracruz abrió un proceso penal en su contra por desaparición forzada, éste se limitó a la modalidad de entorpecer una investigación, relacionada con el caso del policía estatal David Lara Cruz, desaparecido en enero de 2016, como documentó la revista Proceso.

Sobre esa acusación, Duarte incluso se burló públicamente: “Sólo me tomará algunos meses tumbar esta aberrante mentira y más pronto que tarde saldré libre, es una chicanada judicial”. Y así ocurrió: el caso se cayó y los otros cinco exfuncionarios acusados por los mismos hechos también fueron liberados.

Para Lucía Díaz, vocera del Colectivo Solecito, la sentencia de nueve años es insuficiente: “Con nueve años no se paga lo que hizo Duarte, los crímenes y violaciones de derechos humanos, ¿quién va a dar cuenta de todo eso? Hay documentos que prueban la colusión”, afirma.

Recordó que, apenas en octubre pasado, el colectivo —junto con la Federación Internacional de Derechos Humanos (FIDH) e IDHEAS Litigio Estratégico en Derechos Humanos— denunció ante la Corte Penal Internacional (CPI) la desaparición forzada de 22 personas cometida con participación de autoridades durante el gobierno duartista y en presunta colusión con el crimen organizado.

Siete de estas víctimas fueron identificadas en la fosa clandestina de Colinas de Santa Fe, donde se localizaron 305 cráneos y 22 mil 500 restos.

“Fue un gobierno represor. Muchos de los crímenes de desaparición forzada en Veracruz fueron cometidos por el poder estatal, el crimen organizado o ambos actuando en conjunto. Ninguna fiscalía investigó la cadena de mando”, advierte Díaz.

Los hechos que describe también están documentados en diversas carpetas de investigación. Por ejemplo, en 2018, durante el gobierno de Miguel Ángel Yunes, se confirmó la existencia de un patrón sistemático de desaparición forzada bajo el mando del entonces secretario de Seguridad Pública, Arturo Bermúdez Zurita.

La carpeta FEADPD/ZCX/011/2017, integrada por 35 tomos, 89 datos de prueba y más de 15 mil hojas, se abrió contra tres exmandos y 16 policías por la desaparición forzada de 15 personas en 2013. Ese expediente reveló que cuerpos de élite de la SSP realizaban detenciones de civiles considerados sospechosos y que esta misma cadena de mando podría estar vinculada con al menos 250 desapariciones en varias regiones del estado.

A la fecha, ningún alto mando de la Policía Estatal ha llegado a la etapa de juicio por estos delitos, siguen sus procesos en libertad y la acusación nunca alcanzó a Duarte.

La organización Propuesta Cívica también se pronunció al respecto. Su directora ejecutiva, Sara Mendiola Landeros, advirtió: “Otorgar el beneficio de una liberación anticipada a un personaje acusado de atrocidades como la desaparición forzada sería una afrenta a todas las víctimas”.

Denuncias por desfalcos en impunidad

En los datos de prueba utilizados por la Fiscalía General de la República (FGR) para consignar a Javier Duarte en 2018 se revela que, apenas unos días después de asumir como gobernador de Veracruz, ordenó la creación de empresas fachada y el uso de prestanombres para transferir recursos millonarios provenientes de fondos federales. Ese esquema operó para la compra de propiedades, apertura de cuentas bancarias y gastos personales.

En 2016, el entonces auditor de la ASF, Juan Manuel Portal, advirtió que el desfalco cometido por el gobierno de Duarte era histórico. El modus operandi estaba claramente documentado: los recursos federales destinados a educación, salud y seguridad eran transferidos de inmediato a otras cuentas. A pesar de ello, y aunque su extesorero Tarek Abdalá y el exsecretario de Seguridad Pública Arturo Bermúdez Zurita son hoy testigos protegidos que han detallado estos desvíos, sus declaraciones no han sido suficientes para imputar a Duarte por estos hechos.

Tampoco lo han hecho en contra de su esposa Karime Macías, quien no ha podido ser extraditada de Londres, donde vive desde hace varios años y sobre quien no se han podido demostrar cargos por desvíos, a pesar de que testigos protegidos han declarado que ella formaba parte del esquema de creación de empresas fantasma.

El propio exgobernador ha defendido públicamente sus acciones. Sobre las denuncias por desvíos declaró: “Yo tuve que tomar recursos y tenían que salir de algún lugar, pero eso no significa que me los robé. Eso significa gobernar. Y gobernar significa hacer lo que se tenga que hacer para mantener las condiciones para que una sociedad crezca. No me arrepiento, estoy orgulloso, se cayeron pruebas en mi contra”.

A lo largo del proceso, la FGR ha confiscado varios bienes vinculados a Duarte, entre ellos el rancho Las Mesas, en Valle de Bravo —actualmente en poder de la Sedena—; El Faunito, en Fortín de las Flores, entregado en comodato al ayuntamiento; un departamento en la Torre Pelícano en Veracruz, así como un departamento y un local comercial en Woodlands, Texas.

En 2020, Duarte intentó frenar el decomiso de 41 propiedades. Sin embargo, en 2022 la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) negó su solicitud y confirmó que los bienes debían pasar al Instituto para Devolver al Pueblo lo Robado. En 2023, la SCJN también rechazó atraer el amparo promovido por un prestanombres que buscaba recuperar el rancho Las Mesas.

De cómplices a testigos protegidos

La red de corrupción en la que figuran 25 exfuncionarios duartistas prácticamente permanece intocada, pues han logrado llevar procesos en libertad gracias a diversos recursos, con todo y que los montos por los que han sido señalados suman miles de millones de pesos del erario.

Un ejemplo es Gabriel Deantes Ramos, exoficial mayor de la Secretaría de Educación (SEV), imputado por enriquecimiento ilícito de 50 millones de pesos. Aunque fue sentenciado en febrero pasado a tres años de prisión por desvío de fondos, no se encuentra en la cárcel.

En el caso de Tarek Abdalá, pasó de ser tesorero del gobierno de Duarte a convertirse en uno de los principales testigos en su contra. A cambio de su colaboración, la entonces PGR decidió no procesarlo en varios casos abiertos por peculado.

Otro caso relevante es el de Arturo Bermúdez Zurita, exsecretario de Seguridad Pública, acusado de enriquecimiento ilícito. Fue acusado de poseer cinco residencias en Texas, adquiridas entre 2012 y 2016 por un valor conjunto de 2.4 millones de dólares. De acuerdo con la Fiscalía General del Estado, en sólo cinco años acumuló un patrimonio de 120 millones de pesos.

También fue acusado de desaparición forzada. Pero se encuentra siguiendo sus procesos penales en libertad.

Edgar Espinoso, subsecretario de Administración de la Secretaría de Finanzas y exoficial mayor de la secretaría de educación, entregó al gobierno de Miguel Ángel Yunes un departamento, un local comercial y un total de 15 lotes de terrenos ubicados en los municipios de Alvarado, Xalapa y Emiliano Zapata; además de un helicóptero Robinson R66 y un avión LearJet 45.

En 2023, un juez federal ordenó detener a siete excolaboradores cercanos de Duarte por peculado de más de mil millones de pesos.

La Fiscalía General de la República informó que el desfalco que busca imputar a Tomás José Ruiz González, Salvador Manzur Díaz, Carlos Aguirre Morales y Fernando Charleston Hernández, todos exfuncionarios de la Secretaría de Finanzas de Veracruz, derivó de la supuesta realización de 17 transferencias irregulares en el año 2013. Ninguno ha sido detenido aún.

A ello se suman casos como el de Arnulfo Octavio García Fragoso, extesorero de Sefiplan, quien debe reintegrar más de 19 mil millones de pesos y litiga bajo el argumento de tener discapacidad intelectual, o el de Carlos Aguirre Morales, exsubsecretario de Egresos, obligado a devolver más de 2 mil millones de pesos, robados al erario, cuyo proceso sigue en litigio.

Más recientemente (en diciembre del 2024) la Fiscalía informó que Mauricio Audirac Murillo, exsecretario de Finanzas y Planeación, fue sentenciado a más de 11 años de prisión por diversos delitos de corrupción durante su gestión. Aun así, como en los demás casos de la élite duartista, persisten dudas sobre la recuperación del dinero y la reparación del daño.

“A mí nadie me ha acusado”

Durante los años en que Javier Duarte ha permanecido bajo arresto, diversos reportajes periodísticos han documentado que la red de empresas fantasma utilizada durante su gobierno es todavía más amplia de lo previamente conocido. Algunos medios han documentado una red que alcanzaría 400 empresas falsas para desviar dinero público.

Recientemente una investigación de Quinto Elemento Lab reveló un presunto desvío de 276 millones de pesos mediante empresas aparentemente irregulares o fantasma documentado por el SAT, montos que no fueron incluidos en las denuncias de la Auditoría Superior de la Federación (ASF).

En respuesta, a través de una carta publicada en su cuenta de X, Duarte afirmó:

“Es falso lo que aseveran. A mí nadie me ha acusado, ni mucho menos condenado, por haber desviado un solo centavo del erario público. Tan es así que la reparación del daño en el proceso penal que me tiene privado de mi libertad es de cero pesos con cero centavos. Si alguien me hubiera acusado de haber sustraído recursos del erario, lo conducente sería que los tendría que devolver. Es más, ni siquiera me inhabilitaron para ejercer un cargo público (que no es que quiera)”.

Duarte, quien se ha mantenido activo en redes sociales, ha sostenido todo este tiempo que ha enfrentado una condena que aceptó “bajo amenazas contra su familia” y que su caso es “meramente político”

Ante su inminente salida de prisión, organizaciones y colectivos han reiterado su exigencia a la FGR para que investigue de manera efectiva, imparcial y con debida diligencia la denuncia por crímenes de lesa humanidad presentada contra Javier Duarte ante la Corte Penal Internacional.

Mientras tanto, su abogado Pablo Campuzano señaló que existen sobreseimientos en dos casos penales en Veracruz, uno por desaparición y otro por usar un helicóptero del estado cuando ya no era gobernador y que “no hay manera de que se revoquen, por lo que no hay más señalamientos en su contra”.

Durante la pasada audiencia del 6 de noviembre, Javier Duarte declaró ante la jueza Ángela Zamorano Herrera que lleva nueve años sin ver a su familia y que se considera listo para reintegrarse a la sociedad.

FUENTE: PROCESO.
AUTOR: FLAVIA MORALES.

Duarte gozó de celular, Internet, colchón ortopédico y más en prisión, revela Fiscal

Javier Duarte fue detenido en Guatemala en abril de 2017 y extraditado a México. En 2018, recibió su sentencia por asociación delictuosa y lavado de dinero. Desde entonces, ha permanecido en el Reclusorio Norte de la Ciudad de México.

El exgobernador de Veracruz, Javier Duarte de Ochoa, ha gozado de múltiples privilegios en prisión, donde cumple una condena de nueve años por los delitos de asociación delictuosa y lavado de dinero, reveló ayer el Fiscal Manuel Granados Quiroz durante la audiencia del político en el Centro de Justicia Penal Federal con sede en el Reclusorio Norte de la Ciudad de México (CdMx). Según testimonios recuperados por la Fiscalía General de la República (FGR), el priista contaba con un celular y acceso a Internet, dormía en un colchón ortopédico con base de madera, tenía una pluma con cámara para grabar y pudo ingerir bebidas alcohólicas.

Para justificar que Duarte no ha tenido un buen comportamiento, razón que argumenta la defensa del veracruzano para solicitar su libertad anticipada, Granados Quiroz expuso ante la Jueza Ángela Zamorano Herrera que entre 2019 y 2021, las autoridades del Reclusorio Norte prohibieron que el exmandatario estatal recibiera visitas en un periodo de 15 días por actos violatorios al reglamento interno y mala conducta.

Según detalló el Subdirector de Custodia y Seguridad del reclusorio, Daniel de Nazaret Espinosa Espinosa, la primera falta de Javier Duarte se remonta a 2019, cuando le encontraron en su celda cuatro latas con alcohol, un Blu-ray modificado como módem de banda ancha y un bolígrafo con cámara; un año después, en 2020, se le sancionó por modificar su celda con tablas de madera; y en 2021, Duarte alteró el orden en el área médica de la cárcel.

Sin embargo, de acuerdo con Osvaldo González Rojas, exsubdirector del reclusorio, Javier Duarte no incurrió en faltas durante el año y tres meses que él estuvo a cargo del penal, por lo que fue acreedor a una carta de buena conducta emitida el pasado 7 de noviembre de 2025. Además del exsubdirector, la defensa llamó a declarar a otros cuatro testigos para hablar del buen comportamiento del político.

Cabe señalar que Manuel Granados cuestionó al exsubdirector del reclusorio si tenía conocimiento de que al acusado se le encontraron cuatro latas de alcohol en su celda en 2019, a lo que contestó señalando el buen comportamiento del preso.

De acuerdo con los reportes, Duarte asistió a la audiencia con una sobrecamisa color beige y permaneció dibujando o con los brazos cruzados la mayor parte del tiempo, nueve horas con 45 minutos.


Duarte fue detenido en Guatemala en abril de 2017 y extraditado a México. En 2018, recibió su sentencia por asociación delictuosa y lavado de dinero. Desde entonces, ha permanecido en el Reclusorio Norte de la Ciudad de México.

A causa de la extensión de la audiencia, la Jueza aplazó la continuación de la comparecencia de testigos para el próximo 19 de noviembre. Se prevén al menos seis testigos más de la FGR, incluyendo funcionarios de la Fiscalía de Veracruz, que refuercen las pruebas en contra de Javier Duarte.

El priista solicitó el beneficio de preliberación desde diciembre de 2024, pues sostuvo que ya cumplió casi la totalidad la condena de nueve años y sólo le restan cinco meses para terminar su sentencia. El exgobernador ya no cuenta con ningún otro procedimiento abierto en su contra.

FUENTE: SIN EMBARGO.
AUTOR: REDACCIÓN.

Javier Duarte solicita libertad anticipada tras más de 8 años en prisión; “estoy listo para reinsertarme en la sociedad”, dice

La defensa del exgobernador de Veracruz, Javier Duarte, dijo que él “ha cumplido en exceso” su pena y ya ha pagado más del 95 % de ella, lo que le permite acceder al beneficio de libertad anticipada.

El exgobernador de Veracruz, Javier Duarte de Ochoa solicitó el beneficio de libertad anticipada tras pasar más de ocho años en prisión por una sentencia emitida en su contra por los delitos de asociación delictuosa y lavado de dinero, último procedimiento penal que tiene en su contra, por lo que podría salir antes de prisión. 

La solicitud se hizo oficial durante una audiencia celebrada este lunes ante la jueza Ángela Zamorano Herrera, del Centro de Justicia Penal Federal del Reclusorio Norte, en el que la defensa del exgobernador presentó 24 pruebas y testimonios a su favor, mientras que la Fiscalía General de la República (FGR) presentó 12 en su contra. 

Durante la audiencia, que inició a las 10 de la mañana y terminó pasada las 18:00  horas, la jueza federal especificó que Javier Duarte enfrentaba otra causa penal en el ámbito federal, por un delito electoral, así como tres causas del fuero común en Veracruz por diversos delitos, mismas que ya fueron dejadas sin efecto.

De esta forma, al aceptar que ambas partes presenten todas sus pruebas y testimonios, la jueza Zamorano Herrera agendó para el próximo miércoles 12 de noviembre la audiencia en la que definirá si el exgobernador de Veracruz recupera su libertad, tras mantenerse preso desde el 26 de septiembre de 2018, cuando fue detenido en Guatemala.

Duarte ha cumplido con el 95 % de su pena, dice defensa del exgobernador

Al iniciar la audiencia, el abogado Pablo Campuzano aseguró que Javier Duarte “ha cumplido en exceso” su pena, pues hoy en día ha pagado más del 95.04 % de ella, lo que le permite acceder al beneficio de libertad anticipada. 

“En 2018, el señor se entregó voluntariamente. Después accedió a un procedimiento abreviado, solicitado por la propia fiscalía, reconociendo su participación en los hechos. Hoy el Estado mexicano, en coordinación con la Fiscalía de Veracruz, buscan a toda costa incumplir con esta promesa”, señaló. 

De esta forma, su equipo legal aseguró que el exgobernador Javier Duarte ha cumplido con todos los requisitos establecidos en el artículo 141 de la Ley Nacional de Ejecución Penal, que establece que para poder solicitar el beneficio de libertad anticipada debió ya haber cumplido la mitad de su pena en casos por delitos culposos, así como haber tenido buena conducta y haber cubierto la reparación de daño y el pago de la multa, en caso de tenerla.  

En respuesta, el fiscal Manuel Granados Quiroz, titular de la Fiscalía de Asuntos Relevantes de la FGR, se opuso desde el inicio de la audiencia a que se fallará a favor del exgobernador, al asegurar que existen aún pendientes decomisos en su contra y asegurar que “no ha querido pagar sus crímenes ante la justicia”.

“No es cualquier servidor público ni un funcionario ordinario. Fue un exgobernador que se caracterizó por ser artífice de uno de los mayores escándalos políticos y jurídicos del país, a quien se le investigó por delitos como delincuencia organizada, lavado de dinero, desaparición forzada y peculado”.

“Todos los procesos en mi contra han sido revocados”: Duarte

Javier Duarte, quien lucía una densa barba negra y vestía la tradicional vestimenta color caqui de la prisión, pidió el uso de la palabra para posicionarse en principio únicamente por el tema del supuesto decomiso pendiente.

“Solo quiero decir que en una apelación que presenté el decomiso del que habla el señor fiscal fue revocado”, señaló el exgobernador. 

Sin embargo, casi al finalizar la audiencia, Duarte volvió a solicitar el uso de la palabra para asegurar que lleva casi nueve años sin ver a sus hijos y su familia, por lo que dijo considerase “una persona que está totalmente lista para reinsertarme en la sociedad”. 

“Yo no he robado ni un solo centavo. No le quiero hacer daño a nadie. La víctima es el Estado mexicano y al testigo (que declaró en su contra) no le deseo el mal, que Dios lo bendiga. Yo sabía a lo que me exponía al ser gobernador. A otros gobernadores les ha costado esto mismo en estos tiempos tan difíciles, pero a usted lo único que le pido es justicia”, dijo el exgobernador con la voz entrecortada. 

Al terminar las intervenciones, la jueza señaló que, sin prejuzgar sobre la solicitud del exgobernador, era un “hecho notorio” que desde el 15 de abril de 2017 se le dictó a Duarte una pena de 9 años de prisión, por lo que ya podía solicitar dicho beneficio. 

“Han pasado 3 mil 125 días desde que ingresó a prisión, eso es un poco más de 95 % de su pena”, dijo.

FUENTE: ANIMAL POLÍTICO.
AUTOR: ALFREDO MAZA.

Más desfalcos de Duarte: 276 mdp para factureras que burlaron el radar de las autoridades

La administración duartista en Veracruz desvió 276 millones de pesos a empresas fantasma que no fueron incluidas en las denuncias de la ASF. Algunas de las compañías fachada también hicieron negocios con otros gobiernos, incluido el de AMLO.

Que el exgobernador de Veracruz, Javier Duarte de Ochoa, contrató empresas fantasma es un asunto conocido. Por eso fue condenado a nueve años de prisión —de los cuales, ya ha purgado siete— y a una multa de 58 mil pesos por los delitos de asociación delictuosa y lavado de dinero.

Sin embargo, quedaron algunos casos sin considerar. Más de ocho años después de que abandonara su cargo y huyera a Guatemala, donde fue detenido, salen a la luz contrataciones con compañías fachada que, hasta la fecha, no han sido incluidas en las 71 denuncias presentadas por la Auditoría Superior de la Federación (ASF) contra su administración.

Este nuevo capítulo de la larga historia del político que gobernó Veracruz de 2010 a 2016, se escribe a partir de los hallazgos en una base de datos de contratos realizados entre el gobierno y Empresas que Facturan Operaciones Simuladas (EFOS), creada por el Observatorio de la Corrupción e Impunidad (OCI) de la Universidad Nacional Autónoma de México y Quinto Elemento Lab.

Su análisis permitió descubrir 95 convenios con 16 compañías que facturaron 276.6 millones de pesos de recursos federales, y que pasaron desapercibidos para los auditores. Esta cantidad de dinero equivale a poco más de lo que cuesta construir y equipar un hospital regional en Veracruz para brindar servicio a 35 mil habitantes. 

La mayoría de estas empresas fachada eran veracruzanas, un par se constituyó en Puebla y una en Guadalajara; algunas tenían direcciones fiscales en viviendas de zonas populares, o socios de bajo perfil o ilocalizables; otras recibieron contratos al poco tiempo de haber sido creadas, pero todas tenían al menos una cosa en común: ninguna pudo refutar los señalamientos del Servicio de Administración Tributaria (SAT) y, por esa razón, fueron incluidas en la lista definitiva de EFOS. 

Los recursos entregados a las factureras procedieron, sobre todo, de secretarías estatales —Educación, Desarrollo Social, Salud—, entre las que destaca la de Infraestructura y Obras Públicas (SIOP), que les destinó 237 millones de pesos.

Además, las empresas obtuvieron 81 millones de pesos adicionales por contratos con dependencias federales, principalmente con la Comisión Federal de Electricidad, Petróleos Mexicanos, la Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes, el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado, la entonces Administración Portuaria Integral de Veracruz, y la Secretaría de la Función Pública, además de los gobiernos de Hidalgo, Morelos y Oaxaca. Firmaron también convenios con las siguientes administraciones, incluida la de Andrés Manuel López Obrador.


De áreas prioritarias a bolsas fantasmales

Los contratos de la SIOP debían servir para una cancha de usos múltiples en Tantoyuca, la remodelación del parque Reino Mágico en Veracruz, pavimentación de calles en Xalapa, un estudio para el manejo de la basura en municipios del sur, y 79 obras carreteras en todo el estado. 

Para estos proyectos se destinaron recursos federales, que tenían que invertirse en educación, salud, infraestructura social y seguridad pública.

La SIOP justificó en el papel su aplicación a proyectos de infraestructura, pero en la práctica, las transferencias federales fueron a parar a siete empresas fantasma: Infraestructura en Construcción, Inmobiliaria Gomgo, Grupo Inmobiliaria Frabersa, Consorcio de Ingeniería Petrolera, Comercializadora y Constructora Gora, Antep y Grupo de Servicios Gamyt.


Infraestructura en Construcción se llevó 118 millones de pesos mediante 25 contrataciones. En esa compañía, Quinto Elemento Lab y AVC Noticias encontraron que un albañil y un jardinero figuraban como socios, aunque la persona que solía encargarse de los convenios era el representante legal, el arquitecto Ramón Montano Hernández, quien junto con su familia  formaba parte de otras dos constructoras contra las que a veces simulaba competir para ganar licitaciones.


Casi todas las obras eran para trabajos carreteros del norte al sur de Veracruz. La SIOP respondió por Transparencia que no halló los expedientes de cinco contratos y, de otros 19, admitió que existían, pero condicionó su revisión a que fuera presencial y solo si se acreditaba pertenecer a la empresa. Sobre uno más, relacionado con el parque Reino Mágico, la secretaría indicó que no podía entregar información porque estaba en medio de un juicio administrativo.

La dependencia también recibió un cuestionario por escrito, pero no contestó a las preguntas para este reportaje.

El enorme parque inaugurado a finales de los ochenta era como un pequeño Chapultepec para los veracruzanos: tenía una gran zona arbolada con áreas de juegos infantiles, teatro al aire libre, un trenecito y toboganes, y albercas para enfrentar las épocas de intenso calor. De aquello queda muy poco.

Cuando Duarte gobernaba la entidad, la SIOP encargó a Infraestructura en Construcción que hiciera dentro de Reino Mágico una pista de patinaje de categoría internacional, destinada a ser sede de una competencia de velocidad en los Juegos Centroamericanos y del Caribe de 2014. La obra, que actualmente se encuentra deteriorada, costó 22 millones de pesos; de acuerdo con la prensa local, la administración duartista no pagó a la constructora.


Los contratos también llegaron a Inmobiliaria Gomgo y Grupo Inmobiliaria Frabersa, que se encargaron de 49 obras carreteras por más de 80 millones de pesos. Gomgo fue creada un par de semanas antes de que Duarte tomara posesión como gobernador, mientras que Frabersa se constituyó durante su primer año de mandato.

Ambas registraron sus domicilios fiscales en casas de colonias populares en Coatzacoalcos; donde supuestamente alguna vez estuvo Gomgo ahora hay una barbería, cuyo dependiente dijo que no había escuchado hablar de la empresa. Tampoco contestaron al cuestionario que se les envió por correo electrónico.


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Natalia Campos, coordinadora de Administración Pública del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), explica que es una irregularidad común de las factureras que sus domicilios no tengan coherencia con el giro de la compañía: “Lo que muestran los antecedentes de empresas fantasma es que se utilizan viviendas de personas colaboradoras, de trabajadores cercanos, como prestanombres de vivienda de esta empresa”.

Las coincidencias entre las firmas tampoco son casualidad: pertenecen a la misma red —donde hay más de un centenar de contratistas o de EFOS—, formada por compañías que comparten accionistas, administradores, representantes legales o comisarios, según la reconstrucción hecha por Quinto Elemento Lab a partir de registros de comercio.

Una red que, de acuerdo con una investigación de Animal Político y Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad, obtuvo contratos en el sexenio de Duarte por más de 3 mil 600 millones de pesos.

Los nexos entre Gomgo y Frabersa son visibles a través de Yajaira Sánchez Hernández, quien en 2011 era una joven veinteañera con roles de administración y representación legal en Frabersa. Sánchez era parte de, por lo menos, otras nueve empresas con las que se tendía un puente hasta Gomgo. El suyo no es el único caso, pues otras personas están también simultáneamente vinculadas con muchas compañías.

“En general, las empresas fantasma funcionan en red. […] Si acaso sancionas a una,  no estás viendo todo el esquema”, afirma Janet Oropeza, especialista de Fundar, organización civil que analiza políticas e instituciones públicas.


AVC Noticias acudió al domicilio de Hernández, indicado en los registros comerciales de las empresas. Se encuentra en la colonia Formando Hogar, una zona de viviendas populares contigua al puerto de Veracruz. En la visita, realizada a principios de noviembre de 2024, uno de los vecinos dijo que no vivía ahí desde hacía años.

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La Secretaría de Educación de Veracruz (SEV) contrató a cinco firmas que acabaron en la lista de EFOS definitivas. De los 25 millones de pesos de este rubro que se entregaron a factureras, Sistemas Avanzados Deportivos —constituida en Guadalajara— recibió 9.5 millones de pesos, mientras que Comercializadora Masa de Córdoba —cuyo domicilio es un local donde se venden dulces— obtuvo 5.9 millones de pesos. Fueron contratadas por la SEV para la compra de computadoras y artículos deportivos.

El sector salud estatal también utilizó de forma irregular las transferencias federales. En total, 5.9 millones de pesos que deberían haber sido utilizados para terminar un centro de salud en Cerro Azul, al norte de la entidad, y darle mantenimiento a una docena de clínicas en comunidades de la zona sur, acabaron en manos del Corporativo Administrativo Piraya, una EFOS conformada en Puebla.

Las dependencias mencionadas recibieron un listado detallado de preguntas vía Comunicación Social, pero no brindaron un posicionamiento sobre los hallazgos de este reportaje.

Uno de los extrabajadores de esta empresa es el actual subdirector de Programación, Seguimiento, Control y Evaluación Técnica de Obras Públicas de la SIOP, Jesús Eduardo Ruiz Bermúdez. La información fue proporcionada por el funcionario en su reseña curricular, como parte de las obligaciones de transparencia. Se buscó al funcionario vía telefónica y por correo, aunque no contestó el cuestionario enviado.

Para el académico de la Universidad Veracruzana, Víctor Andrade Guevara, experto en estudios políticos y sociales de la región, el problema de la contratación pública de empresas fantasma en Veracruz está lejos de haber terminado, pero destaca que “tuvo su punto más alto en el periodo de Javier Duarte, donde se convirtió en un verdadero mecanismo de extracción de recursos de la administración pública, totalmente planificado: este es un mecanismo sistémico de corrupción”.

Negocios sin consecuencias

Aunque la ASF tiene la facultad de fiscalizar los recursos federales, ninguno de los 95 contratos detectados por Quinto Elemento Lab y AVC Noticias ha sido incluido en las denuncias que enfrenta la administración duartista, según la revisión de 45 informes del órgano fiscalizador que derivaron en 71 procedimientos penales. 

De estas denuncias, apenas 14 se han presentado ante un juez, en cuatro casos no se continuó la investigación, y 53 están en la etapa de integración.

Consultado para este reportaje, el exauditor del Área Especial de Cumplimiento Financiero de la ASF, Gerardo Lozano Dubernard, explica que es probable que no se hayan detectado los convenios del gobierno de Veracruz con las EFOS porque el personal es insuficiente para examinar todas las contrataciones. 

“Todo es a base de muestras”, aclara. “Tú no tienes una bolita de cristal para saber en qué auditoría te vas a encontrar una irregularidad”. Esto hace que obras o compras pequeñas “de 3 millones o de 4 millones” comúnmente queden fuera de la revisión, precisa Lozano. La mayoría de los contratos fantasma que el gobierno de Duarte otorgó con dinero de transferencias federales está por debajo de ese rango. 

La dependencia estatal que más dinero entregó a las EFOS, la SIOP, en respuesta a solicitudes de información de Quinto Elemento Lab y AVC Noticias, aseguró que no hubo ninguna sanción administrativa ni denuncias por los contratos con empresas fantasma. En cambio, hubo factureras que sí emprendieron demandas contra el gobierno estatal. 

En respuestas enviadas por Transparencia, el Gobierno de Veracruz —en el periodo de Cuitláhuac García Jiménez— reconoció que Infraestructura en Construcción exigió el cumplimiento de un adeudo por 16.4 millones de pesos relacionado con 20 obras contratadas entre 2009 y 2015. Según un oficio entregado por la Secretaría de Finanzas y Planeación de la entidad, la administración no había pagado a la empresa fantasma. La dependencia no respondió al cuestionario por escrito que se le envió.

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Infraestructura en Construcción siguió obteniendo contratos con recursos federales: el último, en la administración de López Obrador a través de la Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes. Sin embargo, la firma ya no pudo cobrar el dinero ni iniciar la obra porque el SAT la había inmovilizado tras catalogarla como empresa fantasma.

Otra compañía que logró subsistir, aunque con distinto nombre, fue E&E Production. Esta facturera recibió 3.9 millones de pesos de la SEV para organizar eventos culturales en 2014, cinco años antes de que el SAT la clasificara como EFOS. 

Posteriormente, su socio fundador, Ernesto Carvajal del Puerto, se mantuvo activo como contratista gubernamental.

En respuesta a esta investigación, Ernesto Carvajal dijo vía telefónica que E&E Production era una microempresa sin trabajadores, donde solo se encontraban él y otro socio. “De ahí en fuera todo, todo lo subarrendábamos”. Por el impedimento para facturar, explicó que actualmente trabaja como persona física, pero opera como tal como lo hacía con la empresa: “Hacemos lo mismo (…).  Bueno, hemos crecido, hemos comprado algunas cosas, tenemos activos y todo”.

El Gobierno de Veracruz lo contrató en 2019 para conseguir a los artistas musicales de las Fiestas Patrias y obtuvo casi 30 millones de pesos por adjudicaciones directas para la realización del Festival de la Salsa en 2022 y para la instalación de los escenarios en la edición de 2023. En 2024 se encargó —también por adjudicación directa— de montar un escenario en el fuerte de San Juan de Ulúa para festejar los 200 años del Congreso de Veracruz y para el Sexto Informe de Gobierno de García Jiménez.

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Dentro del contrato con el Congreso de Veracruz, en el apartado de los datos del proveedor se menciona la página web de la empresa inmovilizada. Sobre esto, Carvajal mencionó: “No tengo nada que ocultar de la empresa. Nos quedamos con el nombre comercial, así quedamos. Y las páginas y  las redes sociales siguen siendo las mismas”. Respecto al hecho de haber recibido la mayoría de los contratos por adjudicación directa, argumentó que es porque prestaba un servicio especializado, “no es que yo tenga un amigo, un compadre, un familiar o nada de eso”.

Carvajal también fue proveedor de al menos 15 eventos políticos de Morena para la campaña de Rocío Nahle García por la gubernatura de Veracruz y para las visitas al estado de Claudia Sheinbaum durante la carrera presidencial. Documentos de fiscalización del Instituto Nacional Electoral permitieron comprobar que el empresario no figuraba en la lista del SAT como contribuyente que simula operaciones. 

El actual gobierno del estado contestó brevemente por escrito a una lista de preguntas enviadas para este reportaje. Negó conocer la información de las contrataciones previas con E&E Productions y confirmó que Carvajal fue contratado en la campaña electoral de Nahle con las facturas correspondientes, sin embargo, indicaron que “no conocíamos los antecedentes que se mencionan de Ernesto Carvajal”.

Casos como este son posibles gracias a que no existe un supuesto legal que invalide a los socios de una facturera, explica Denise Tron, experta fiscal de la organización Justicia Justa, aunque por los antecedentes que llevaron a que una compañía fuera enlistada como EFOS considera que el SAT “tendría que investigar a las otras empresas en las que participan los mismos accionistas o representantes legales”.

Frente a este panorama, el académico Víctor Andrade concluye que, a pesar del transcurso de los años, poco ha cambiado la situación en Veracruz. Cuando lo dice, está por terminar el primer gobierno morenista del estado, con García Jiménez. “Es algo similar en muchos sentidos. Retornamos a las prácticas a las que se recurría en el periodo de Javier Duarte”.

NOTAS:

* Inmobiliaria Gomgo y Grupo Inmobiliaria Frabersa se fundaron en domicilios de colonias populares en Coatzacoalcos al inicio de la gubernatura de Javier Duarte. Fotografías extraidas de Animal Político: Cortesía para Quinto Elemento Lab; imagen: Google Maps

** El domicilio señalado por Yajaira Sánchez en los registros de comercio de las EFOS se encontraba en una zona popular del puerto de Veracruz. Vecinos dijeron que la mujer ya no vivía ahí. Imagen: Captura de pantalla de Google Maps

*** De entre un grupo de EFOS inmovilizadas por el SAT, solo Infraestructura en Construcción ha reclamado adeudos al Gobierno de Veracruz. La administración estatal no ha confirmado que el pago se haya realizado. Imágenes: SIOP y SEFIPLAN, respuestas de Transparencia

**** Imágenes: SIOP y SEFIPLAN, respuestas de Transparencia

***** El gobierno del Estado de Veracruz ha continuado contratando como proveedor a Ernesto Carvajal, quien fuera socio fundador de una empresa boletinada por el SAT. Imágenes: Secretaría de Turismo, AVC Noticias

FUENTE: ANIMAL POLÍTICO/QUINTO ELEMENTO LAB/AVC NOTICIAS.
AUTOR: /VIOLETA SANTIAGO, FLAVIA MORALES.

Veracruz: Dan un año más de prisión preventiva a exgobernador Javier Duarte por acusación de desaparición forzada

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La medida cautelar fue ampliada a solicitud de la Fiscalía General del Estado de Veracruz, liderada por Verónica Hernández Giadáns.

Javier Duarte denuncia ‘chicanada judicial’ al ser vinculado a proceso por desaparición forzada

Aseguró que la resolución fue para que no se le permita solicitar su libertad anticipada, tras cumplir más de la mitad de su condena, pues dijo contar con los requisitos para obtener el beneficio.

El exgobernador de Veracruz Javier Duarte denunció obstaculización judicial, luego de haber sido vinculado a proceso por su presunta participación en el delito de desaparición forzada.

Aseguró que la resolución fue para que no se le permita solicitar su libertad anticipada, tras cumplir más de la mitad de su condena, pues dijo contar con los requisitos para obtener el beneficio.