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Llaman a Sheinbaum a saldar deuda pendiente con víctimas de la "Guerra sucia"

La historiadora Eugenia Allier Montaño, exintegrante del MEH, insiste en el llamado a la presidenta a retomar los trabajos de la Comisión para la Verdad, el Esclarecimiento Histórico e Impulso a la Justicia de graves violaciones de derechos humanos cometidas entre 1965 a 1990.

A poco más de un año de haber concluido el mandato de la Comisión para la Verdad, el Esclarecimiento Histórico e Impulso a la Justicia de graves violaciones de derechos humanos cometidas entre 1965 a 1990, las víctimas de ese periodo, conocido como “guerra sucia”, continúan en la espera de que sean atendidas sus demandas sostenidas durante décadas, alerta Eugenia Allier Montaño, exintegrante del Mecanismo de Esclarecimiento Histórico (MEH). 

Entrevistada en víspera de la realización del encuentro “Memoria, verdad y justicia. A un año del cierre de la Comisión de la Verdad (1965-1990)”, en el que se contempla la participación de representantes de colectivos de víctimas, Allier Montaño lamenta que autonombrándose “hija del 68”, hasta ahora la presidenta Claudia Sheinbaum no ha atendido a ese sector históricamente relegado.

“El encuentro es un llamado de atención de nuevo a la presidenta Claudia Sheinbaum, que como ella lo ha mencionado, pues es hija del 68 y bueno, decirle que ahí están los reclamos presentes. 

“Ella se reunió con el Comité Eureka, pero el Comité Eureka no es el único colectivo y, además, pues no solamente es reunirse con ellos, hay que hacer acciones concretas que lleven a cumplir las demandas de los colectivos”, considera la historiadora e investigadora del Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM, sede el encuentro de colectivos de familiares y sobrevivientes. 

Como integrante del MEH, Allier Montaño coordinó el informe “Verdades Innegables”, una investigación que documenta mil 103 casos de desapariciones forzadas y logra identificar la responsabilidad 2 mil 200 funcionarios como responsables de crímenes de lesa humanidad, a partir de la documentación de 227 testimonios de sobrevivientes e integrantes de colectivos de familiares de víctimas, así como a 27 archivos públicos y 14 personales, todos integrados en cuatro tomos, 14 capítulos, distribuidos en 2 mil 020 páginas. 

“Verdades Innegables” da cuenta de la violencia del Estado contra los sectores político-militares de la época, recurrió a 227 testimonios de sobrevivientes e integrantes de colectivos de familiares de víctimas, así como a 27 archivos públicos y 14 personales, todos integrados en cuatro tomos, 14 capítulos, distribuidos en 2 mil 020 páginas. 

El documento coordinado por la historiadora fue el único reporte públicamente aceptado por el gobierno del entonces presidente Andrés Manuel López Obrador, que decretó la creación de la Coveh.  

Otros tres comisionados, Abel Barrera, David Fernández y Carlos Pérez Ricart, fueron responsables del informe “Fue el Estado”, que aborda violaciones a derechos humanos contra otros sectores sociales cometidos entre 1965 y 1990. 

A poco más de un año del cierre de la Coveh,“el balance desafortunadamente no es positivo, el nuevo gobierno federal ha perdido la oportunidad de retomar este trabajo que ya existía para a partir de eso seguir profundizándolo”, considera Allier Montaño. 

La investigadora resalta que no sólo “no se ven resultados” de las reuniones que han sostenido colectivos de víctimas de atrocidades cometidas durante la llamada “guerra sucia”, sino que durante este último año hubo eventos que los agraviaron, como el homenaje por parte de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) al general Hermenegildo Cuenca Díaz, quien dirigió parte de la política de aniquilamiento de los grupos insurgentes, y recientemente al entonces gobernador de Guerrero, Rubén Figueroa Figueroa.  

“Es una vergüenza, que no sólo no se realizan los reconocimientos necesarios respecto a las graves violaciones de derechos humanos, el nuevo gobierno no ha reconocido el trabajo de la Comisión, no lo ha retomado y está permitiendo estos otros actos conmemorativos”, señala indignada. 

En el caso reciente del homenaje al natalicio de Rubén Figueroa, realizado por el gobierno de Evelyn Salgado, Allier Montaño abundó que “es para no creerse, uno de los personajes centrales en la represión en Guerrero y se le realiza un reconocimiento, en lugar de estar reconociendo a la gente que luchó por cambiar esta sociedad y que además sufrió una violencia de Estado desmedida”. 

Tras señalar que el principal objetivo del encuentro de colectivos es “visibilizar” a las víctimas de la represión de Estado, la investigadora puntualiza que, si bien hay distintas demandas entre los colectivos, la central es la misma que hace más de 50 años, justicia.  

“Para ellos y ellas es mucho más importante la justicia, la búsqueda de las personas desaparecidas y la reparación. Es fundamental que haya justicia, que pueda haber distintas formas de justicia, lo sabemos también por otros países, a veces no es el momento por distintas circunstancias en que se pueda realizar la justicia penal, pero pueden realizarse por lo menos juicios simbólicos que den mensajes claros a la sociedad, y eso tampoco se está realizando. Y por supuesto, aparte de la justicia, la cuestión de la búsqueda es fundamental”, resalta. 

Eugenia Allier alerta que, desde el primer gobierno de la alternancia política con Vicente Fox, que creó la Fiscalía Especial para Movimientos Sociales y Políticos del Pasado (Femospp), que no judicializó la mayoría de los casos de graves violaciones a derechos humanos cometidos durante el periodo de la “guerra sucia”, se ha pasado por alto que esa deuda pendiente con el pasado  ha tenido consecuencias en el presente, que en parte explican el incremento de la violencia criminal y de desapariciones, que ya suman más de 130 mil. 

“No saldar las cuentas tiene impactos en todos los sentidos, en la localización de las personas desaparecidas, en la justicia; la impunidad que vivimos en este país, violencia, que, si bien la que genera la violencia que estamos viviendo hoy, pero la permite de alguna manera que siga existiendo porque si hay impunidad respecto al pasado, pues qué más da, podemos hacer lo que sea”, considera la historiadora.  

En cuanto a la deuda histórica en materia de reparación del daño, Allier Montaño apunta que “es un problema no solo para el pasado, sino también para el presente, y debería ser un reconocimiento no solamente de lo que se está viviendo hoy en el país, sino de las graves consecuencias que vivir con la violencia de Estado ha tenido para muchísima gente que viene pues desde la ‘guerra sucia’”. 

Reconoce que, sin duda, ante los grandes problemas nacionales, “definitivamente, una de las dificultades que puede enfrentar el gobierno federal es que, al reparar, digamos, económicamente a quienes vivieron la violencia de Estado de la ‘guerra sucia’, pues es que también tiene que reparar a todas las víctimas del presente que son miles, lo sabemos”. 

Sin embargo, agrega, “también se puede solventar de otras maneras. ¿Por qué no generar, mejor, programas sociales específicos, programas médicos específicos para ayudar a la gente? No con dinero, no dándole una cantidad exclusivamente, sino facilitando el acceso a la salud pública de todas las personas, pues eso, que viven con secuelas psicológicas, emocionales, físicas, y que lo están viviendo hoy”. 

Insiste en el llamado a la presidenta a retomar los trabajos de la Comisión para la Verdad, el Esclarecimiento Histórico e Impulso a la Justicia de graves violaciones de derechos humanos cometidas entre 1965 a 1990, y saldar la deuda que tiene México con su pasado.  

“La Comisión no era un capítulo en mi vida, parte de mi compromiso con los colectivos y sigue siendo”, concluye Eugenia Allier Montaño al invitar a las nuevas generaciones a conocer el pasado de México reciente a través de los informes de la Coveh y de los testimonios de las víctimas.  

El “Memoria, verdad y justicia. A un año del cierre de la Comisión de la Verdad (1965-1990)”, se lleva a cabo en el auditorio Pablo González Casanova del IIS de la UNAM, y puede ser seguido a través de sus redes sociales.

FUENTE: PROCESO.
AUTOR: GLORIA LETICIA DÍAZ.

Guerra sucia: 48 años de la desaparición forzada de Rafael Ramírez Duarte

Su familia comenzó una intensa búsqueda en colaboración con otras personas en las mismas condiciones, quienes se unieron para formar el ahora Comité Eureka, una organización dedicada a la búsqueda de justicia para las víctimas de la "Guerra sucia", durante los sexenios de Díaz Ordaz y Echeverría.

Desde hace 48 años el paradero de Rafael Ramírez Duarte es desconocido. Es una de las víctimas del periodo de la "guerra sucia"; fue secuestrado por la Brigada Blanca, estuvo recluido y fue torturado en una cárcel clandestina del Campo Militar Número 1, en la Ciudad de México, por ser un hombre de “ideas peligrosas".
"Seguimos extrañándote, necesitándote y exigiendo verdad, memoria y justicia”, se lee en un comunicado publicado este 9 de junio, por los familiares de Rafael Ramírez Duarte, integrante de la Liga Comunista 23 de Septiembre.
En el documento criticaron la ceremonia del pasado 12 de mayo, para la colocación de los restos fúnebres del general Hermenegildo Cuenca Díaz, secretario de Defensa Nacional en el sexenio de Luis Echeverría (1970-1976), señalado de autorizar “los vuelos de la muerte” durante la Guerra Sucia:  

“En vez de recordarles y honrarles a ustedes, se decide honrar a personajes tan siniestros como Hermenegildo Cuenca Díaz, encargado de operar las desapariciones durante el gobierno de Luis Echeverría. Esto pese a que tenemos una presidenta que en su juventud adoptó tu causa”.  

El homenaje contó con la presencia del secretario de la Defensa Nacional, Ricardo Trevilla Trejo y de la plana mayor del Ejército, bajo mando de la presidenta Claudia Sheinbaum.  

“Nos dicen que las desapariciones ya no son como antes, pero siguen impunes como antes y duelen igual que antes; porque seguimos sin saber dónde están, sin ver condenados a quienes se los llevaron. (...) La desaparición forzada también está sucediendo ahora. (...) No olvidamos, no perdonamos, no nos reconciliamos. Juicio y castigo. ¡Vivos los llevaron! ¡Vivos los queremos!”, finaliza el comunicado.  

Rafael, ¿dónde estás?

Rafael Ramírez Duarte nació en 1948 en Zirándaro, Guerrero. Estudió en la Facultad de Economía de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Es hijo de doña Delia Duarte, esposo de Sara Hernández y padre de Pavel y Tania Ramírez.  

Su familia comenzó una intensa búsqueda en colaboración con otras personas en las mismas condiciones, quienes se unieron para formar el ahora Comité Eureka, una organización dedicada a la búsqueda de justicia para las víctimas de la "Guerra sucia", durante los sexenios de Gustavo Díaz Ordaz y Luis Echeverría. 

Desde aquel 9 de junio, Rafael sigue desaparecido, mientras sus familiares siguen exigiendo una respuesta por parte del Estado mexicano, así como castigo a los responsables. 

Archivo histórico de la "Guerra sucia"

Durante las décadas de los sesenta y setenta, México tuvo una severa crisis de derechos humanos y falta de libertades democráticas.  

Los gobiernos de Díaz Ordaz y Echeverría, controlaron el país bajo una serie de políticas represivas para combatir cualquier movimiento u organización social, considerada opositora.  

Como parte de estos esfuerzos, surgió la "Guerra sucia", un periodo donde el Ejército, la policía y la Dirección Federal de Seguridad (DFS) cometieron graves violaciones a los derechos humanos, como actos de tortura, secuestros, asesinatos, abuso sexual, desapariciones forzadas, entre otros.  

Gracias a testimonios de perpetradores, de sobrevivientes de cárceles clandestinas y de testigos, ha podido establecerse que desde 1974 hasta 1979, las fuerzas militares utilizaron los “vuelos de la muerte” para deshacerse de los cuerpos.  

Los aviones despegaban de la base militar número 7, ubicada en el municipio de Acapulco, y desde el aire arrojaban personas —vivas o muertas— al océano, algunas dentro de costales cargados con piedras, otras picoteadas por bayonetas para que fueran devoradas por los tiburones, otras amarradas a vigas metálicas o a bloques de concreto para asegurar que nunca aparecieran. 

Varias víctimas eran activistas o personas bajo sospecha del Estado. De acuerdo con el Archivo General de la Nación, al frente de estas operaciones estuvieron Arturo Acosta Chaparro y Francisco Quirós Hermosillo, miembros de la DFS y fundadores de la Brigada Blanca.  

La Brigada, conformada por 240 elementos provenientes del Ejército Mexicano, la DFS, la Procuraduría General de la República, entre otros, buscaba exterminar organizaciones guerrilleras como la Liga Comunista 23 de Septiembre, un conglomerado de agrupaciones políticas que buscaban convertirse en un bloque socialista. 

Los archivos históricos también señalan a Hermenegildo Cuenca Díaz como el principal firmante de las órdenes de “exterminio” que acabaron con la vida de numerosos opositores al régimen más corrupto y sanguinario que ha tenido México, de acuerdo con “El País”, en referencia a la Guerra Sucia que dejó 10 mil víctimas.  

Algunas de las víctimas comenzaron a denunciar la existencia de estas prácticas, sin recibir apoyo de vías legales o una respuesta por parte de las autoridades, lo que dio como resultado varios colectivos de búsqueda y justicia que permanecen hasta la actualidad. 

A pesar de que el gobierno negó los actos atroces cometidos por elementos del Estado, “hoy en día, gracias a la liberación de los expedientes de la DFS y su acceso público en el Archivo General de la Nación, se confirma su existencia”, señala el Gobierno de México.  
“Estos documentos son fundamentales para reconstruir los eventos del pasado que intentaron ser borrados por diversas instituciones de inteligencia, y que hoy siguen siendo relevantes (...) para garantizar el derecho a la memoria y la búsqueda de la verdad, la justicia y la no repetición de violaciones a los derechos humanos”, añade.
FUENTE: PROCESO.
AUTOR: REDACCIÓN.

Rechazan homenaje del ejército a Hermenegildo Cuenca, militar que autorizó vuelos de la muerte

Organizaciones de derechos humanos rechazaron que la Secretaría de Defensa Nacional rindiera un homenaje al general Hermenegildo Cuenca Díaz, titular de la Defensa que autorizó el programa clandestino de los “vuelos de la muerte” y que estuvo implicado en el “Plan Telaraña” durante la llamada Guerra Sucia, en el sexenio de Luis Echeverría.

“Lamentamos que se tribute al firmante en 1971 del ‘Plan Telaraña’ y mando durante los ‘Vuelos de la Muerte’, señalado por su responsabilidad en violaciones a derechos humanos por el propio Estado”, publicó en sus redes sociales el Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez (Centro Prodh).

“El Estado tiene una deuda con las víctimas del terrorismo de los años 70. La verdad y la justicia siguen siendo negadas, mientras actos como el reconocimiento a Hermenegildo Cuenca Díaz, implicado en la represión en Guerrero de aquella época, profundizan el agravio”, señaló a su vez la organización Fundar.

Por su parte, Artículo 19 condenó la ceremonia, organizada para trasladar los restos fúnebres de Cuenca en el Panteón de Dolores de la Ciudad de México, al enaltecer a “uno de los implicados en el ‘Plan Telaraña’, y cuya responsabilidad en violaciones a derechos humanos fue señalada incluso por el mismo Estado”.

Se conoce como “vuelos de la muerte” a la práctica en la que integrantes del ejército transportaban a la Base Aérea Militar de Pie de la Cuesta en Acapulco, Guerrero, a personas consideradas como disidentes políticas. Como explica el Centro Prodh, allí las víctimas eran ejecutadas arbitrariamente, y los militares realizaban vuelos nocturnos para arrojar sus cuerpos al mar para desaparecer su rastro. La práctica fue realizada de manera sistemática por lo menos durante seis años, durante la década de los años 70.

El primer vuelo de la muerte del que se tiene registro se realizó el 6 de septiembre de 1974. Días antes, el 28 de agosto de 1974, el general secretario Hermenegildo Cuenca Díaz había firmado la autorización del programa contra las guerrillas, con la leyenda “APROBADO”.

FUENTE: DESINFORMÉMONOS.
AUTOR: REDACCIÓN.

Defensa rinde homenaje a Hermenegildo Cuenca Díaz, general que autorizó los vuelos de la muerte

En el evento estuvo presente María del Rosario Cuenca Acosta, hija del general Hermenegildo Cuenca Díaz.

El secretario de la Defensa Nacional, Ricardo Trevilla Trejo, encabezó el homenaje y la ceremonia de colocación de los restos fúnebres del general Hermenegildo Cuenca Díaz, secretario de Defensa en el sexenio de Luis Echeverría (1970-1976), a quien se le señala de autorizar los vuelos de la muerte durante la guerra sucia.

En el evento estuvo presente María del Rosario Cuenca Acosta, hija del general Hermenegildo Cuenca Díaz.

Los restos fúnebres del general Cuenca Díaz fueron depositados en el Panteón Dolores de la Ciudad de México el pasado lunes 12 de mayo, asimismo se realizó la develación de placas para honrar la memoria del capitán Ignacio Luis Barba y al alumno Juan Rico.

El general Gastón Menchaca, vicepresidente de la Asociación Nacional del Heroico Colegio Militar, destacó que Cuenca Díaz es un personaje de incuestionable importancia en el desarrollo y modernización de las fuerzas armadas.

Reconocido por su carácter estricto y firme, antepone su actuación ética, profesional y honesta a su perseverancia, su talento renovador, a su autoridad, la intransigencia de sus convicciones. Esta es en apretada síntesis, la amalgama humana del general Hermenegildo Cuenca Díaz, expresó.

Artículo 19 rechazó el homenaje que se realizó a Cuenca Díaz, por ser “uno de los implicados en el ‘Plan Telaraña’, y cuya responsabilidad en violaciones a derechos humanos fue señalada incluso por el mismo Estado”.

Asimismo, Fundar criticó el homenaje: “El Estado tiene una deuda con las víctimas del terrorismo de los años 70. La verdad y la justicia siguen siendo negadas, mientras actos como el reconocimiento a Hermenegildo Cuenca Díaz, implicado en la represión en Guerrero de aquella época, profundizan el agravio”.

¿Quién es Hermenegildo Cuenca Díaz, general que autorizó los vuelos de la muerte?

El Ejército mexicano, durante la Guerra Sucia, realizó 54 vuelos y desapareció 350 personas en el mar. Mejor conocidos como los vuelos de la muerte. De acuerdo con los periodistas Jacinto Rodríguez Munguía, José Reveles e Ignacio Rodríguez Reyna, en su investigación “Cinco años de vuelos de la muerte”, el Ejército desarrolló con bitácoras y documentos sobre estos hechos.

En su texto señalan que la operación para asesinar y arrojar los cuerpos de cientos de disidentes al mar fue autorizada por el más alto mando militar: el secretario general Hermenegildo Cuenca Díaz.

Asimismo, en dichas bitácoras se indica el atroz modus operandi de la ejecución y de cuántos vuelos fúnebres salieron de la Base Aérea Militar #7, con sede en Pie de la Cuesta, Guerrero.

El 6 de septiembre de 1974 se hizo primer vuelo de la muerte del que se tiene registro, según las bitácoras de los aviones a las que Fábrica de Periodismo ha tenido acceso.

Para el 28 de agosto de 1974, el general secretario Hermenegildo Cuenca Díaz colocó en tinta negra su firma encima del lugar en donde aparecía su nombre y una breve leyenda: “APROBADO”.

De esta forma, había constancia de que la operación para arrojar al mar los cuerpos de quienes eran ejecutados extrajudicialmente contaba con el conocimiento y la autorización de la más alta cúpula militar mexicana y que la participación de las tripulaciones que intervenían se compensaba con un sobresueldo, indica el reportaje de Jacinto Rodríguez, José Reveles e Ignacio Rodríguez Reyna.

Tres meses después del inicio de los vuelos de la muerte, durante los cuales realizó al menos 10 “traslados” al mar, la primera tripulación del Aravá matrícula 204 fue recompensada con un ascenso por acuerdo directo de Cuenca Díaz.

El vínculo de Cuenca Díaz con la Guerra Sucia fue revelado después de que, por órdenes de Vicente Fox en su sexenio, hace más de 20 años, el Ejército realizara una investigación inédita a sí mismo sobre los crímenes cometidos por el Estado durante esos años.

FUENTE: ARISTEGUI NOTICIAS.
AUTOR: REDACCIÓN.

Más de 50 años después, recuperan cinco cuerpos de campesinos ejecutados por el Ejército

La Fiscalía de Guerrero entregó los cuerpos de cinco personas ejecutadas por militares cuando buscaban a guerrilleros de Lucio Cabañas. Entre las víctimas está un menor de 14 años de edad.

Tuvieron que pasar más de 50 años para que cinco familias pudieran recuperar los cuerpos de sus seres queridos que fueron fusilados y sepultados en fosas clandestinas por el Ejército en lo alto de la sierra de Ajuchitlán del Progreso.

Este viernes, la Fiscalía General del Estado de Guerrero (FGE) entregó los cuerpos de José Isabel Rojas Bernardino, Apolonio Hernández Bernardino, Gervacio Bernardino Durán, Bartolo Rojas Nazario y Pablo Rojas Terán, que tenía 14 años cuando fue asesinado al salir a buscar a su papá Francisco Rojas Nazario.

Rosario Piedra Ibarra descalifica lista de los vuelos de la muerte; “yo tengo otros datos”

La titular de la CNDH aseguró que la lista, integrada por familiares de desaparecidos, "tiene una serie de imprecisiones".

En Atoyac de Alvarez, Guerrero, el epicentro de las desapariciones forzadas en la guerra sucia tras la muerte de Lucio Cabañas, la presidenta de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), Rosario Piedra Ibarra, descalificó las listas de los vuelos de la muerte que familiares de las víctimas presentaron en agosto pasado.

Elimina Segob de su informe final violencias destapadas por la comisión de la verdad de la “guerra sucia”

El Mecanismo de Esclarecimiento Histórico documentó la represión ejercida entre 1965 y 1990 contra grupos considerados peligrosos para el orden social que antes no habían sido documentados, como la comunidad LGBTTTI+, trabajadoras sexuales, periodistas críticos u opositores a megaproyectos que, incluso, fueron arrojados en los “vuelos de la muerte”. En respuesta, la Secretaría de Gobernación acusó a los comisionados de exceder sus funciones, y mutiló su contribución al informe final y borró a cientos de víctimas de la “guerra sucia”.

Los trabajos del Mecanismo de Esclarecimiento Histórico (MEH) fueron omitidos por la Secretaría de Gobernación cinco días antes de concluir el gobierno de Andrés Manuel López Obrador. La polémica en torno a la inclusión de otras víctimas de violencias del Estado que no eran luchadoras sociales o integrantes de grupos guerrilleros fue aprovechada por las autoridades para desestimar, ignorar cuatro tomos y reducir de 6 mil páginas a solo ocho el informe final “Fue el Estado 1965-1990”, realizado por tres de los cuatro comisionados de dicho mecanismo.

Expertos de la Comisión de la Verdad acusan al gobierno de AMLO de desconocer su informe de la Guerra Sucia

Tres expertos de la Comisión de la Verdad acusaron al gobierno de AMLO de solo difundir un resumen ejecutivo de ocho páginas de su informe que contiene más de 5 mil hojas, además de no tomar en cuenta a más del 50 % de víctimas que ellos contabilizaron.

El Mecanismo de Esclarecimiento Histórico de la Comisión de la Verdad (MEH) acusó a la Secretaría de Gobernación (Segob) de desconocer su informe sobre la Guerra Sucia y a más de 4 mil víctimas que sufrieron graves violaciones de derechos humanos entre 1965 y 1990.

A un día de que concluya el sexenio de Andrés Manuel López Obrador, tres expertos que coordinaron el MEH lamentaron que la Segob no publicó completo su informe de casi 5 mil hojas, y en lugar de eso solo difundió un breve resumen de ocho páginas.