Tribunal declaró infundado recurso presentado por mineras y reconoció derechos de comunidades indígenas.
Luego de 11 años de lucha legal, el pueblo maseual frenó definitivamente todas las concesiones mineras en la Sierra Norte de Puebla, así lo informó la organización Territorios Diversos para la Vida (TerraVida), que acompañó el proceso legal.
El Tercer Tribunal Colegiado en Materia Administrativa del Sexto Circuito declaró infundado el recurso presentado por la Minera Autlán, a través de sus subsidiarias Minas Santa Martha y Grupo Ferrominero.
El Tribunal confirmó que las concesiones mineras Atexcaco I, Atexcaco II y Macuilquila, asentada en los municipios de Tlatlauquitepec, Cuetzalan del Progreso y Yahonáhuac, carecen de sustento legal, por lo cual quedaron canceladas de manera definitiva.
En 2018, las comunidades del pueblo maseual habían obtenido un amparo contra esos proyectos mineros, ratificado en 2022, pero el cual fue impugnado por las empresas mineras.
Con el fallo quedó cerrado de manera definitiva la puerta a los proyectos extractivos en territorio indígena, “representa un triunfo contundente en la defensa del agua, el cerro y la vida comunitaria, y reafirma con fuerza el derecho de los pueblos indígenas a decidir sobre su territorio y su futuro”, asentó TerraVida.
Proceso inédito
Para las comunidades y organizaciones que acompañaron el proceso legal, el fallo marca un precedente inédito de la forma en cumplir con las sentencias judiciales. Destacaron el proceso de consulta impulsado por el pueblo maseual que reconoció plenamente la autoridad de su asamblea y del Consejo Maseual Altepetajpianij, llevado a cabo conforme a los tiempos y cosmovisión maseual.
“Este proceso no solo garantizó el consentimiento libre, previo e informado; también dio vida al principio de pluriculturalidad establecido en el artículo 2º de la Constitución mexicana”, subrayaron.
Nuevo ciclo de vida
Las comunidades afirmaron que con la cancelación definitiva de las concesiones mineras inicia una etapa de “pensar, sentir y construir el florecer, el cuidado del territorio y el vivir en paz”, pues el el Talokan y los sitios sagrados, como los manantiales, están a salvo.
Recordaron que en estos 11 años, celebraron más de 44 asambleas, tejieron alianzas con pueblos tutunakus de Veracruz y llevaron el mensaje de que “nuestro territorio no es un recurso”, es (nuestro) cuerpo, memoria y espiritualidad.
Reconocieron que a pesar de haber liberado al territorio maseual de la minería, “las amenazas persisten, pues otros megaproyectos siguen poniendo en riesgo a las comunidades”.
AUTOR: REDACCIÓN.
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