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El despojo de clase mundial de la CFE en tierras zapotecas

Con mentiras, contratos nulos y amenazas la empresa de clase mexicana construyó una subestación eléctrica que recibe transforma y distribuye la energía de 29 parques eólicos en Oaxaca.

La subestación eléctrica que recibe, transforma y distribuye la energía que producen 29 parques eólicos en Oaxaca fue construida sobre la injusticia denuncian comuneras y comuneros de Ixtepec, Oaxaca; quienes aseguran que hoy en sus tierras agrarias en vez de sembrar maíz, sorgo o ajonjolí, lo que hay son más de 300 torres y cables de alta tensión.

Así es el despojo de clase mundial que desde hace 17 años luchan sin recibir respuesta de la empresa mexicana, quién se defiende que hay contratos, pagos y que se trató de una expropiación avalada en asamblea, sin embargo, campesinas y campesinos confirman que no han recibido nada a pesar de las exigencias.

El acceso ya no está permitido, porque sus tierras ya están siendo usadas para recibir la energía que producen las más de mil 500 aerogeneradores, de los 29 parques eólicos instalados en el Istmo de Tehuantepec.

En un recorrido por la subestación, las comuneras y comuneros de 65 y 70 años de edad mostraron como en sus terrenos que antes producían alimentos para la vida; hoy se les niega el acceso y hay vigilancia día y noche los 365 días.

“Es mi terreno y no puedo entrar, mira tiene una tremenda barda, un gran candado. Me da mucha tristeza y coraje ver que hay una enorme construcción con vigilancia, mi papá murió luchando por recuperar sus tierras”, dijo Carmen Toledo Guzmán de 70 años.

Documentos oficiales emitidos por diversas autoridades federales, entre ellos, el Instituto de Administración y Avalúos de Bienes Nacionales (INDABIN) y el Registro Agrario Nacional (RAN) confirman este despojo colectivo, confirmando que no hubo ninguna acta de asamblea que avale que la comunidad agraria cedió sus terrenos para la obra de clase mundial.

La defensa de las y comuneros a cargo de “Defensores de la Justicia”, confirman que no hubo expropiación, pero sí un despojo; además la empresa mexicana violentó el Convenio 169 de la OIT, al no existir una consulta libre, previa e informada como lo marca el estándar internacional.

El despojo de clase mundial es evidente de parte de la CFE señalan las campesinas y campesinos quienes acusan que fue avalado por sus representantes agrarios de  Ixtepec, Oaxaca, en ese entonces representado por Germán Rosado conocido como “Chebola”, Alfonso de los Santos Santiago, en el 2008, -fecha se entregaron los terrenos a CFE-, y  Baldomero Rosado y Juan Arrona.

Aunque el desgaste físico y emocional que ha dejado esos 17 años de lucha es evidente, no se rinden y aseguran que lo que queda es resistir por la vía legal.

“El 25 de abril del 2024, promovimos con los abogados que nos acompañan un amparo ante el juzgado federal donde con pruebas pedimos que CFE cumpla y nos pague, es evidente que lo que hizo acá, fue un despojo de clase mundial”.

Una injusticia al pueblo

“Ha sido una batalla muy dura y difícil, hemos denunciado por todos lados, pero no nos hacen caso” dice José Luis Palomec, campesino zapoteca  de 70 años de edad y comunero de Ixtepec, Oaxaca que sigue en pie de lucha.

En su terreno que abarca 2 hectáreas justo a la mitad están colocados unos enormes cables de alta tensión y dos torres de alta tensión, que impiden que haga vida en su patrimonio.

La hija de José Luis Palomec de nombre Antonia se ha convertido en activista comunitaria, con el único fin de que se le haga justicia a su gente.

“Llevamos 17 años, desde el 2008, pidiéndole a las autoridades justicia para las y los campesinos, muchos porque creen que los campesinos son analfabetos y no. Por ejemplo, la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) desechó una queja donde le contamos de las violaciones graves que han vivido ellas y ellos, por ejemplo, que sus tierras no fueron expropiadas si no despojadas”.

La activista reafirma que la CFE argumenta que no afectó a nadie, porque supuestamente dichas tierras son de uso común, lo cual es una mentira, pues cada hectárea cuenta con título de propiedad de comuneras y comuneros, entonces dice  es otra mentira de CFE y así lo quiso hacer pasar con la jueza.

Pero eso no es todo, Carmen Toledo Guzmán de 70 años relata que siente mucha tristeza ver en las tierras de su padre, la CFE construyó la subestación que distribuye toda la energía que producen los parques eólicos del Istmo.

“Mi padre Luis Toledo Hernández murió sin ver la justicia por sus tierras. La CFE la ocupó para construir la subestación, pero eso no es todo, se apoderaron de otro terreno de dos hectáreas donde desechan todos sus residuos, en fin, un despojo muy grande. No hubo contrato y no hemos recibido un solo peso”, señala.

Cuando Alejandrino Martínez Mendoza de 64 años edad llegó a su terreno ya estaba cercado con troncos de madera y alambres de púas. También había unos hombres vestidos con ropa café claro y logotipo de la CFE, ellos le dijeron que no podía entrar a su terreno porque ahí se colocarían unas torres de una subestación, entonces comenzó la batalla.

“Yo no entendía nada. Ese día me enojé mucho, les dije  a esos hombres que era mi terreno. Ellos mandaron a la policía, y les dije, no porque me ves analfabeta, no voy a defender mi terreno. Llévenme a la cárcel, pero es mi terreno, sin embargo, las torres están en el centro de mi terreno, entonces no puedo ni meter mis ganados ni mucho menos cultivar mi maíz o mi calabaza”.

Alejandrino reconoce que el desgaste ha sido generalizado para todas y todos. “A veces me enojo mucho y pienso, cómo es posible que una empresa, que supuestamente es de todas y todos los mexicanos, nos quite nuestras tierras. Esto es un despojo”.

Lucharé por mi tierra hasta mi último día

Aunque visiblemente desgastada por una enfermedad, no impide a Imelda Saavedra Palomec defender sus tierras que también heredó de su padre.

Relata qué tras acudir personalmente a las oficinas de la CFE ubicadas en Juchitán, Oaxaca a media hora de Ciudad Ixtepec y la sorpresa que se llevó fue que el encargado le comentó, qué a German Rosado, ex comisariado le pagaron por ocupar las 42 hectáreas.

Imelda refiere que luchará hasta sus últimos días, pues esas tierras significaron mucho para su papá, quién falleció en el intento de ver una indemnización justa.

Lo mismo ocurre con Isaura Morales Antonio de 70 años, con la muerte de su esposo, decide continuar luchando porque es lo justo.

Recorre sus tierras mostrando que antes sembraba maíz, sorgo y ajonjolí y ahora no puede, porque en las 6 hectáreas de su terreno colocaron 3 torres de alta tensión de unos 40 metros cada uno.

“Las tierras se echaron a perder, es imposible sembrar, nos da mucha tristeza y coraje, porque nunca nos pidieron permiso, simplemente llegaron y colocaron esas enormes torres”, afirma.

Una lucha de más de 6 mil días

Laura Morales Juárez y José Juan Julián Santiago, son abogados indígenas que forman parte de «Defensores por la Justicia», así se llama el colectivo que crearon y que acompaña a las y los comuneros en su lucha por buscar justicia intercultural, con perspectiva de género y derechos humanos.

Reconocen que la lucha que lleva más de 6 mil 200 días no es una tarea fácil, pues se trata de una encrucijada que surgió desde las instituciones públicas, quienes han utilizado las prácticas comunitarias y cooptado a sus representantes, para implementar proyectos que lejos de beneficiar a quienes han sido afectados de la comunidad de Ciudad Ixtepec, ha ocasionado su división y violentado sus derechos a la tierra, territorio y recursos naturales.

Además, es de precisarse, que el resto de la comunidad o no sabe lo que ocurre, o simplemente normaliza o no toma en consideración esta lucha que encabezan las comuneras y comuneros, pues como ellas y ellos mismos dicen, no se trata de exigir dinero, si no que no se violente más sus derechos nunca más.

“La lucha de las comuneras y comuneros zapotecas es una lucha justa, pero en este país, esto no se acepta cuando se impulsan proyectos de supuesto desarrollo, ya que solo se busca impedir reconocer los derechos a la propiedad, posesión, uso y disfrute de las tierras, territorios y recursos naturales de quienes integran las comunidades indígenas, y eso es una vergüenza, en un país que dice reconocer la diversidad cultural”, señalan los defensores.

Dicen que a raíz de un amparo interpuesto han podido corroborar que existen irregularidades en torno a la actuación de la CFE y la supuesta expropiación de las tierras de la comunidad de Ciudad Ixtepec.

La esperanza ahora, es la resolución judicial, que esperan sea a su favor. “Esperemos que por fin haya justicia, casi son 20 años de lucha contra el despojo de una empresa de clase mundial”.


FUENTE: ITSMO PRESS.
AUTOR: DIANA MANZO.

Denuncian crisis de despojo, impunidad, violencia feminicida y asesinato de defensores en Oaxaca

Más de 30 organizaciones de derechos humanos denunciaron el despojo territorial y desplazamientos forzados de los pueblos indígenas, las amenazas, criminalización y asesinato de defensores comunitarios, el incremento de la violencia contra las mujeres y la discriminación y agresiones contra la población LGBTQ+, en el informe “Situación sobre el respeto y ejercicio de los Derechos Humanos en el estado de Oaxaca”.

En cuanto a los pueblos indígenas y afromexicanos en la entidad, las organizaciones señalaron que el despojo de tierras y desplazamientos, la venta de tierras por la gentrificación, la imposición de megaproyectos y desarrollos industriales en los territorios, y las agresiones, fabricación de delitos y asesinatos de los defensores locales forman parte de los actos violatorios que atraviesan las comunidades.

De acuerdo con las organizaciones, de diciembre de 2018 a octubre de 2024 fueron asesinados 58 defensores en Oaxaca, de los cuales 55 pertenecían a un pueblo indígena, lo que equivale al 95 por ciento de los casos. Los años más letales para los defensores fueron 2021 y 2023, con 14 asesinatos en cada uno, lo que coloca a la entidad como “el primer estado a nivel nacional con el mayor número de asesinatos”.

En el informe también se documentan las violaciones al derecho de las mujeres a una vida libre de violencia, entre ellas el feminicidio, el abuso y violación sexual, desapariciones forzadas e impunidad. Con base en datos del Observatorio sobre el Feminicidio que coordina GESMujer, hasta el pasado 19 de mayo se registraron 237 asesinatos violentos de niñas y mujeres en la entidad, de los 33 fueron cometidos en 2025.

Sobre el derecho a la diversidad sexual, las organizaciones denunciaron los crímenes de odio, la discriminación y las agresiones contra las personas de diversidades sexogenéricas en Oaxaca y aseguraron que “las autoridades responsables de brindar acceso a la justicia no están capacitadas para atender bajo la perspectiva de género y de diversidad sexual”, así como calificaron de “insuficiente” las acciones de promoción de respeto hacia la comunidad.

Entre otros actos violatorios, las organizaciones también documentaron las violaciones a los derechos a la salud, a la seguridad, a un medio ambiente sano, a la organización y participación ciudadana, a la participación política de las mujeres y a la información y la comunicación, y enlistaron una serie de recomendaciones para cada uno de los ámbitos.

COMUNICADO:

A convocatoria del Centro de Estudios y Fortalecimiento Comunitario Mano Vuelta A.C. para participar en la reunión de la Embajada de los Países Bajos el 9 de Mayo de 2025, las organizaciones firmantes, tomaron la determinación de elaborar un documento conjunto que da cuenta de las graves violaciones a los Derechos Humanos que se viven en el estado de Oaxaca y que conjuntó el análisis de 30 Organizaciones de la Sociedad Civil (OSC) de esta entidad.

Aunque si bien son históricas las desigualdades, problemáticas sociales y ambientales que vive el conjunto de la población, se colocan las principales y urgentes situaciones que la actual administración (desde noviembre 2022) no ha sido capaz de revertir de manera sustantiva. Las repercusiones ante estas situaciones, ya sea por acción directa, omisión y/o complicidad han afectado el tejido comunitario, el retroceso y la negación de Derechos, así como el aumento de riesgos y violaciones a personas defensoras, grupos poblacionales y comunidades enteras.

Las organizaciones civiles observamos, identificamos y atendemos estas violaciones a los derechos humanos, desde el trabajo situado y amplio conocimiento de los territorios que habitamos. La valoración que se hace al respecto, se basa en: el trabajo directo con casos, la observación permanente en derechos humanos, el análisis propio y de otras organizaciones, los testimonios y denuncias de las propias víctimas, así como otras fuentes documentales, incluyendo las hemerográficas. De igual manera contrastando lo que contiene la norma jurídica en la materia y los instrumentos nacionales e internacionales.

Oaxaca es una entidad de profundos contrastes, mantiene una gran diversidad cultural, lingüística, jurídica, social. Lo cual se refleja en los siguientes datos: el 69.8% de la población se autoadscribe indígena, el 31.18% son hablantes de Lenguas Indígenas; el 48.3% de la diversidad lingüística del país se concentra en la entidad que también tiene la presencia del pueblo afromexicano que representa el 3.6% de su población total, ocupando el sexto lugar a nivel nacional; además, de los 570 municipios que tiene Oaxaca, 418 nombran a sus autoridades a través de sus Sistemas Normativos Indígenas (73.3%) y el 80% del territorio es propiedad social, solo es una muestra de la base sociocultural bajo la cual se conforma la entidad.

Es el estado con mayor dispersión sociodemográfica del país y con evidentes brechas de inequidades sociales y económicas, lo que trae 2 como consecuencia la centralización de servicios en la capital del estado y una amplia brecha digital para las comunidades indígenas y afromexicanas, estas poblaciones se han caracterizado por una histórica situación de vulnerabilidad, empobrecimiento y retos estructurales para acceder y ejercer plenamente sus derechos elementales como salud o educación, lo que impacta de manera diferenciada a niñas, jóvenes y mujeres.

Conocedoras que existen múltiples hechos que ejemplifican las violaciones a los derechos humanos, se colocan algunos de las situaciones más emblemáticas, las cuales tienen tres características similares:
  • La impunidad que prevalece en el conocimiento de la verdad, el castigo a los responsables, la reparación del daño y la no repetición. (96.40% no fueron denunciados; 5.4% fueron denunciados y 0.44% fueron resueltos).
  • La falta de información y/o desinformación que se difunde sobre los hechos violatorios.
  • La no denuncia de las víctimas, producto de la inacción gubernamental e incluso las repercusiones negativas cuando se denuncia, incluyendo la pérdida de la vida.
Las organizaciones participantes en la elaboración de esta agenda son las siguientes:

Alianza Cívica Pinotepa A.C.; Centro de Acompañamiento a Migrantes A.C. (CAMINOS); Centro de Apoyo para la Creación y Creatividad Calpulli A.C.; Centro de Derechos Indígenas “Flor y Canto” A.C.; Centro de Estudios y Fortalecimiento Comunitario Mano Vuelta A.C.; Centro Profesional Indígena de Asesoría, Defensa y Traducción A.C (CEPIADET); Círculo Profesional para la Formación con Equidad de Género Nduva Ndandi A.C.; Comité de Defensa Integral de Derechos Humanos “Gobixha” (CODIGODH); Grupo de Estudios de la Mujer Rosario Castellanos (GES MUJER); Iniciativas para el Desarrollo de la Mujer Oaxaqueña A.C. (IDEMO); KOXUB Comunidad Trans por la Defensa de nuestros DDHH en Oaxaca; Luna del Sur A.C.; Marea Verde Mixteca; Fundación Mexicana para la Planeación Familiar A.C. (MEXFAM); Ña´a Tunda A.C.; Ñuu Jnama Yuku; Ojo de Agua comunicación A.C.; Organización de Mujeres Poj Kääj; Piña Palmera A.C.; Red de Médicas por el derecho a decidir; Red de Mujeres Lesbianas Existimos y Resistimos; Red Futuros Indígenas; Red Nacional por el Derecho a Decidir; Servicios del Pueblo Mixe A.C.; Servicios Para una Educación Alternativa A.C. (EDUCA); Tequio Jurídico A.C.; The Hunger Project México (THP); Trans Difusión A.C.; Unión de Comunidades Indígenas de la Zona Norte del Istmo de Tehuantepec (UCIZONI); Xquenda Artes e investigación para la transformación social A.C.

FUENTE: DESINFORMÉMONOS.
AUTOR: REDACCIÓN.

“Es el futuro de nuestros hijos”: ejidatarios de Tlaltenco denuncian invasión de predios en suelo de conservación de Tláhuac

Para defender sus parcelas, los ejidatarios han optado por una lucha colectiva contra la invasión en suelo de conservación en la alcaldía Tláhuac, pues hay denuncias sin resolución que datan desde 2016.

“La historia de San Francisco Tlaltenco es de gente de campo, gente de siembra”, resume Julieta, ejidataria que pidió omitir su nombre real por seguridad. Recuerda que cuando ella era más joven, hace unos 58 años que llegó a la zona, las parcelas –que están sobre suelo de conservación al sur de la Ciudad de México– eran prósperas. Se sembraba mucho maíz, por lo que las tierras se veían totalmente verdes desde lejos. 

Hoy, las parcelas han sido invadidas con uso de violencia y amenazas por particulares, quienes han edificado viviendas pese a que la ley prohíbe que lo hagan por ser una zona de gran valor medioambiental y para el suministro de agua en la capital.

“Las zonas de reserva ecológica, suelo de conservación, como el cerro [Tetlalmanche] y La Ciénega son las áreas más importantes que se tienen que defender, porque prácticamente es el futuro de nuestros hijos. Son las áreas donde se recargan los mantos acuíferos”, detalla la señora Julieta.

Las tierras que rodean las últimas dos estaciones de la Línea 12 del metro –Tlaltenco y Tláhuac– ahora están llenas de construcciones irregulares de ladrillo gris y obras negras. Pese a que hay letreros de la Procuraduría Ambiental y del Ordenamiento Territorial capitalina (PAOT) que advierten que la construcción en suelo de conservación se castiga con prisión, a su lado hay construcciones que no han sido clausuradas.

“Tenemos que rescatar estas tierras porque son muy importantes. No nada más para Tlaltenco, para toda la Ciudad de México”.

Tras años de denuncias, apenas este jueves el Gobierno capitalino realizó un operativo para comenzar con el desalojo en las áreas verdes, pero todavía no se han recuperado las parcelas de los ejidatarios.


Línea 12 del Metro propició invasión en Tláhuac

La invasión de los predios se originó alrededor de 2012, con la inauguración de la Línea 12 del metro capitalino, en la administración de Marcelo Ebrard. Los ejidatarios de San Francisco Tlaltenco se habían opuesto desde años previos a su construcción, por considerar que afectaría no sólo su organización comunitaria, sino también al suelo de conservación.

“Todo el pueblo no quería la construcción del metro”, relata Ingrid, quien también pidió omitir su nombre real por seguridad. “Al final de cuentas, esto aumenta el valor catastral de todo nuestro terreno, el hecho de que entre la Línea 12, y sí veíamos venir eso, que no nada más iba a ser progreso, sino también que otra gente iba a venir a ocupar nuestras tierras”.

Desde 2008, el Gobierno capitalino realizó sobrevuelos en donde se construyó la estación terminal de Tláhuac, y advirtió que habría una afectación mayor. “Se identificó que este lugar se encuentra en la zona de humedales ubicada dentro del suelo de conservación”, según el informe “Sobrevuelo para toma de fotografías aéreas panorámicas de la ruta de la Línea 12 del STC Metro” elaborado por la PAOT.

La misma PAOT señala que la importancia del suelo de conservación radica en que aquí se infiltra el agua para la recarga del acuífero, del cual proviene alrededor del 70 % del agua que se consume en la Ciudad de México; además de ser un espacio fértil para fauna y flora.

Los ejidatarios, por su parte, siembran en estos terrenos maíz, amaranto, frijol, nopal, ayocote y demás vegetales, los cuales son para consumo propio o para vender en la misma comunidad y mercados cercanos.

Esto es una contradicción, señalan: mientras que la jefa de Gobierno, Clara Brugada, y sus antecesores han promovido el autoconsumo y mercado justo, no han intervenido para que en San Francisco Tlaltenco tengan las parcelas para continuar con la tradición de siembra.

Ejidatario de Tlaltenco denuncian invasiones, pero no tienen soluciones

En 2014, los ejidatarios interpusieron una primera denuncia ante la Alcaldía de Tláhuac por la construcción de una vivienda en las faldas del cerro Tetlalmanche, sobre suelo de conservación.

En ese momento, sí hubo una respuesta por parte de la oficina de la Alcaldía y colocaron sellos en el sitio denunciado, pero en los años siguientes, el gobierno local dejó de atender sus solicitudes.

“Al principio fueron pocos los que empezaron a denunciar. El problema fue que no fueron escuchados, o recibían las denuncias y les daban largas, estaban en espera y prácticamente aún siguen esas denuncias, porque no han resuelto nada”, explica Julieta.

Al paso de los años, el problema se ha profundizado aún más, ya que algunos de los terrenos fueron adquiridos por terceras personas, que desconocían que compraban parcelas en suelo de conservación que, además, fueron ocupadas ilegalmente o bajo amenazas.

Invasores aprovecharon pandemia para ocupar parcelas

La invasión se agudizó a partir de la pandemia de COVID-19, concuerdan los pobladores, al punto de que recibieron amenazas y fue utilizada la violencia en contra de los ejidatarios para que abandonaran sus parcelas o vendieran el terreno.

“En ese tiempo fue donde aprovecharon para meterse y meter gente, empezando por meter a gente en los predios, en las parcelas, para que se quedaran a cuidar. Y a mucha gente, un tiempo, no la dejaban ni pasar a sus parcelas”, remarca la ejidataria.

“Desde el momento en que ellos ven que ya pudieron irse metiendo, han ido amedrentando, y amenazando a los pobladores, a los dueños de estas parcelas, para que se salgan”.

De acuerdo con el comisariado ejidal, Dionisio Peña, se han interpuesto alrededor de 300 denuncias, algunas de las cuales datan desde 2016.

“Salte porque aquí ya no es tuyo”: amenazan a ejidatarios de Tlaltenco

Además de amenazas, los ejidatarios han estado sujetos a que lleguen personas con arma de fuego para obligarlos a dejar sus tierras.

“Van con la gente que sí está trabajando en el campo, van con armas de fuego, y le dicen, ‘¿Sabes qué? Salte porque aquí ya no es tuyo’. Entonces, por ejemplo, habemos mujeres que vamos a sembrar y ya nos da miedo, porque de repente nos sale un sicario con arma larga”, resalta Ingrid.

“Tenemos miedo por nuestra integridad, por nuestra seguridad. Ya no somos libres”.

Por falta de respuesta de la Alcaldía Tláhuac, piden intervención de Presidencia

La “Ley para la retribución por la protección de los servicios ambientales del suelo de conservación de la Ciudad de México”, expedida en octubre de 2006, reconoce que el Gobierno tiene la obligación de tomar acciones para evitar el cambio de uso de suelo; y en la Ley Ambiental capitalina se remarca el deber que tienen tanto la administración de Brugada como la Alcaldía para prevenir la invasión de estos espacios.

Asimismo, especifica en su Artículo 94 que el suelo de conservación se compone de áreas “no susceptibles de urbanización”. A finales de febrero del año en curso, los ejidatarios recibieron a representantes del gobierno de la jefa de gobierno Clara Brugada, quienes se comprometieron a dar seguimiento a sus quejas y comenzar los desalojos de las parcelas que estuvieran ocupadas ilegalmente, así como prevenir que haya nuevas construcciones.

Sin embargo, apenas a finales de marzo se presentaron funcionarios de la Secretaría del Medio Ambiente (Sedema) acompañados de policías para hacer unos primeros desalojos en las faldas del cerro Tetlalmanche. En esta primera acción, el Gobierno capitalino recuperó 32.97 hectáreas invadidas en la zona al norte de San Francisco Tlaltenco, aunque todavía falta intervenir en las parcelas ubicadas hacia el sur del pueblo, en un área denominada La Ciénega.

“Han fomentado la situación a través del cansancio, de estarnos canalizando a diferentes instancias sin que se asuma la responsabilidad de lo que se está afectando directamente en estos terrenos, que son recursos naturales, terrenos de siembra, terrenos que tienen un origen para la siembra”, dice Martha, otra de las ejidatarias que pidió reservar su nombre real.

En un recorrido realizado por reporteras de Animal Político a finales de marzo se pudo constatar que ingresan vehículos con material de construcción libremente para continuar labores en La Ciénega, además de una falta de vigilancia por medio de patrullajes o policías locales.

Debido a la falta de respuesta por parte de la Alcaldía, a cargo de Berenice Hernández, hoy los ejidatarios solicitan la intervención de la jefa de gobierno e incluso del gobierno federal, de quien es titular Claudia Sheinbaum.

Defender Tlaltenco es defender la vida: ejidatarios

Para Héctor Mendoza, ejidatario de San Francisco Tlaltenco, esta zona de conservación al sureste de la Ciudad de México representa su “cordón umbilical”. No sólo suyo, sino de familias que llevan más de tres generaciones sembrando en las parcelas.

“Esta zona es demasiado importante porque aporta mucho oxígeno”, detalla. “Da alimentos, hay fauna, hay flora, y es un lugar de sana diversión”.

La resistencia que han hecho los ejidatarios de San Francisco Tlaltenco significa para ellos no sólo preservar sus tradiciones de siembra y el valor de la comunidad, sino preservar la vida misma.

“Para mí representa vida, representa la importancia de un recurso natural que se está perdiendo, un problema que se está gestando por intereses de algunos grupos”, suma Martha, quien es la tercera generación de su familia en sembrar la tierra. “Representa proteger la tierra”.

Saben que la vivienda asequible es una problemática que debe atender el gobierno capitalino, pero remarcan que no se puede hacer a costa de sus parcelas y las zonas protegidas. 

“Estamos conscientes de que todos tenemos derecho a tener una vivienda, que todos tenemos derecho a tener un espacio, pero también tenemos derecho a comer, también tenemos derecho al agua, a vivir sin violencia”.

FUENTE: ANIMAL POLÍTICO.
AUTOR: TAMARA MARES.

Ligan a autoridades locales en despojos y desplazamientos forzados de Veracruz y Chiapas

En estas dos historias de desplazamiento forzado por la violencia criminal, las víctimas señalan la participación de autoridades como la policía y un regidor, lo cual agrava las amenazas y dificulta las denuncias y los procedimientos legales.

Minerva Espinoza, cuya familia se dedica a la agricultura y la ganadería en Tlapacoyan, Veracruz, relata la historia de su destierro a causa del crimen organizado:

“En la zona había grupos de la delincuencia organizada y rumores de que la Policía Municipal asaltaba y secuestraba a la población. Seguido aparecía gente muerta, destazada. El 22 de junio de 2012, en su camioneta, mi esposo salió del rancho tenía que ir al pueblo porque hacía falta alimento. Nunca llegó, en un punto denominado Lado Verde fue levantado”.

Nueva embestida contra las tierras ejidales y comunales en Oaxaca

Una nueva embestida se cierne sobre las tierras ejidales y comunales del estado de Oaxaca. Contra los postulados del Partido Movimiento Regeneración Nacional (MORENA), de defender los postulados del artículo 27 constitucional, donde se regulan las tierras ejidales y comunales; el gobierno del estado, emanado de ese partido, está generando condiciones para convertir las tierras ejidales y comunales en propiedad privada, pasando por encima de lo dispuesto en la Constitución Federal, a la que juraron respetar, lo mismo que las disposiciones del derecho internacional sobre los territorios de los pueblos indígenas. Tampoco importa el pasado de muchos funcionarios del actual gobierno, incluido el gobernador, que en sus tiempos de activismo criticaron este tipo de medidas impulsadas desde el gobierno federal, a través del Programa de Certificación de Derechos Ejidales (PROCEDE) y el Fondo de Apoyo a Nucleos Agrarios sin Regularizar (FANAR), porque ahora ellos impulsan uno con distinto nombre pero con los mismos fines.

Corredor Interoceánico: desalojan a familias a cambio de 36 mil pesos por tren que construye Semar en Chiapas

A las familias que fueron notificadas que sus viviendas serán demolidas por el paso del tren del Corredor Interoceánico, el gobierno ofrece 36 mil pesos para renta y la promesa de reubicarlas, pese a tener títulos de propiedad y pagar predial.

En la casa de doña Esther, en el barrio San Francisco de Pijijiapan, hay una estatuita de la virgen de Guadalupe y un perro que no para de ladrar.

Una hamaca cuelga en el medio de su cuarto de paredes fuertes: son de blocks con zapatas, para aguantar las vibraciones del tren de carga que, hasta hace unos 20 años, pasaba una vez al día en las vías que corren a lado de su casa.

Reserva Santa Fe, despojo del bosque y… de las tradiciones otomíes

Tierras que fueron santuario para los otomíes y hogar de encinos, oyameles, cedros y pinos, hoy se encuentran rodeadas por una valla que promete “una vida en armonía con la naturaleza” en el fraccionamiento de lujo Reserva Santa Fe, encima de un Área Natural Protegida.

El logo del proyecto inmobiliario, un escarabajo, es emblema de un despojo que, según los comuneros de los poblados aledaños, nunca debió ocurrir. “Son escarabajos, se metieron al bosque a construir sus spas”, afirma Rogelio, de 45 años, vecino de Piedra Grande, mientras señala los límites del proyecto, donde la propiedad privada ha cercado una aldea alpina en construcción.

Gobierno «está de lado de los empresarios que son despojadores de tierras»: Múuch´ Xíimbal

El gobierno de Yucatán «está de lado de los empresarios que son despojadores de tierras», aseguró la Asamblea de Defensores del Territorio Maya Múuch´ Xíimbal, tras pronunciarse por la represión policial contra los campesinos mayas de Ixil del pasado 17 de agosto, cuando una valla de alrededor de 300 elementos impidió el paso a los pobladores para arrebatar sus tierras de uso común y entregarlas a empresarios inmobiliarios.

En un comunicado, los defensores de Múuch´ Xíimbal aseguraron que el intento de despojo a Ixil es producto de la especulación inmobiliaria «ocasionada por la construcción del mal llamado tren maya», megaproyecto prioritario para el gobierno de Andrés Manuel López Obrador.