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México reconoce su responsabilidad en la desaparición forzada de joven madre igualteca, desaparecida dos años antes que los 43

A inicios de mayo, el Subsecretario de derechos humanos de Gobernación, Arturo Medina, articuló la voz oficial del Estado mexicano, para el reconocimiento internacional y la disculpa pública ofrecida por la desaparición de Ivette Melissa Flores Román, ocurrida el 24 de octubre de 2012, cuando un comando armado entró a su casa en Iguala, Guerrero, y se la llevó de manera forzosa. Tenía entonces 19 años y casi 13 años después, continúa desaparecida. 

La disculpa fue consecuencia del dictámen emitido por el Comité de las Naciones Unidas para la eliminación de la discriminación contra las mujeres (CEDAW, por sus siglas en inglés) que halló responsable a México de haber discriminado y criminalizado a la joven desaparecida y a su familia, dilatando la investigación criminal y omitiendo cualquier mecanismo para buscarla, ignorando el contexto de violencia extrema y predominio del crimen organizado que vivían entonces en Iguala y que, en 2014, se volvió tristemenente conocido como el sitio de la desaparición de los normalistas de Ayotzinapa. 

Así como las Naciones Unidas han hecho énfasis en sus condenas previas a México, en la relación entre la violencia machista y feminicidio; este caso sentó un precedente por su denuncia del vínculo entre la desaparición de mujeres “como una de las representaciones más graves de la violencia de género” y la dificultad para su reconocimiento cuando la delincuencia organizada participa en los crímenes. 

Conocida como la “sentencia CEDAW sobre la desaparición de mujeres”, el dictámen del caso de Ivette Melissa incluye varios puntos extra, que exigen al Estado una política eficaz para proteger a las mujeres “en contextos de extrema violencia”. Eso vale incluso para su madre, Sandra Luz Román Jaimes, principal artífice de este proceso que puja por la justicia, quien pidió a las autoridades presentes en el evento, su compromiso de brindarle seguridad a ella y a su familia, para continuar en este camino. 

El caso fue presentado para el análisis del Comité por la organización civil Idheas Litigio Estratégico en octubre de 2019, fue aceptado en 2020 y dictaminado el 24 de octubre de 2022, al cumplirse diez años de la desaparición. El Estado tardó otros dos años y medio en ofrecer la disculpa, catalogada como “un primer acto de reparación”, por el encargado de la oficina del Alto comisionado para las Naciones Unidas en México, Jesús Peña Palacios. 

Una red

Ivette Melissa conoció a su novio estudiando en Iguala y fue madre a los 16 años, tras lo cual se mudó a vivir con la familia de su pareja, un joven de su edad. El maltrato en ese sitio comenzó pronto, fue obligada a cortar el contacto con su familia y aislada, signos reconocidos como episodios de violencia machista. La familia de la joven madre también reconoció la violencia que envolvía a Ivette, quien comenzó una segiudilla de escapatorias de su familia política. Mientras su madre y sus hermanos, intentaban auxiliarla, del otro lado emergió la figura de su suegro, el padre de su pareja, llamado Humberto Velázquez Delgado, como el personaje que mandataba la violencia. 

Vélazquez Delgado era entonces comandante de la policía ministerial de la Fiscalía de Guerrero, y acumulaba una larga trayectoria, -desde los años 90- de denuncias en su contra por violencia policial y señalamientos de su vinculación con el grupo criminal, Guerreros Unidos. A pesar de las múltiples evidencias que se acumularon contra él durante la década que lleva abierto el caso, nunca fue citado a declarar. Fue asesinado en su tienda de equipamiento militar en Iguala, en la tarde del 21 de junio de 2021. 

Así como las autoridades se negaron a citar al identificado agresor, las autoridades ignoraron este contexto de violencia criminal como un hecho vinculado a la desaparición de la joven. Incluso existe un antecedente en el expediente, señalado por las abogadas de Idheas, dónde se argumentó no encontrar elementos para acreditar la razón de género como motivo de su desaparición. 

“Estamos ante un caso emblemático, y aunque no puede considerarse suficiente por sí misma, esta disculpa implica reconocer, de manera explícita y oficial, la existencia de una violencia estructural en contra de las mujeres, y asumir la responsabilidad por las omisiones institucionales graves, que permiten esta violencia extrema”, sostuvo Frida Velázquez, representante legal de Idheas. 

Luz en el camino

Sandra Luz Román Jaimes, madre de Ivette Melissa, recorrió (y aún recorre) un tortuoso camino en pos de la justicia, ya que las amenazas continuaron hacia ella y su familia, una vez que su hija fue desaparecida. Los primeros dos años los sufrió casi en soledad, cobrándole a su salud y cambiando su vida por completo, dedicándola a la búsqueda. La familia recibió otro duro golpe cuando su sobrina y prima de Ivette, Norma Angélica Bruno Román, fue asesinada por el grupo criminal, frente a sus hijos pequeños. Su muerte continúa en la impunidad. 

Por eso, cuando en 2014 explotó la atención sobre las desapariciones en México, tras la desaparición de los 43 normalistas, Sandra junto a otras familias igualtecas claves para este país, -como la familia Vergara, por ejemplo- fundaron “los Otros desaparecidos” y surcieron el camino a la justicia que abrió el Comité de madres y padres de los 43, hacia el resto de las familias que sufren la desaparición de uno de los suyos. 

Tres años después, fundó su propio colectivo Madres Igualtecas en busca de sus desaparecidos AC y desde entonces, ha sido referente para acompañar a otras familias que pasan por lo mismo. Durante el acto de disculpa pública, las compañeras del colectivo llenaron los espacios disponibles para los invitados de la familia. 

En entrevista con Desinformémonos, Sandra contó que han conseguido que la justicia emita algunas órdenes de aprehensión referidas al caso; y que como parte de este proceso de reparación, buscan que se instale una placa en Iguala, en memoria de su hija. También que el dictámen de CEDAW ha permitido la colaboración de la Comisión Nacional de Búsqueda, y con ellos han retomado las búsquedas en vida en el vecino estado de Morelos, dónde trabajaron la última semana de mayo, y la primera quincena de junio. “Estoy emocionada, no tengo palabras, pero esperemos que en todo lo que se comprometió el Estado, la Federación y las autoridades internacionales sigan apoyándome, y que no termine yo en un ataúd, como varias de las buscadoras que buscan como yo”, concluyó.

FUENTE: DESINFORMÉMONOS.
AUTOR: ELIANA GILET.

Absuelven a cuatro policías acusados de presunta desaparición forzada y homicidio de tres jóvenes en Romita, Guanajuato, en 2023

Un juez absolvió a los policías, pues la Fiscalía General de Justicia del Estado de Guanajuato (FGE) no pudo comprobar que presuntamente los hayan entregado a un grupo criminal, ni que los hayan amenazado.

Cuatro policías de Romita, Guanajuato, fueron liberados tras haber sido acusados de desaparición forzada y homicidio del matrimonio conformado por Daniela Castro y Juan Pablo Vargas, de 27 y 25 años, y de Carlos Esteban Rocha Anguiano de 25.

El pasado 11 de enero de este año, el juez del Tribunal Unitario de Enjuiciamiento del Juzgado Penal de Oralidad de la Segunda Región del Estado, Alfonso Israel Valdez Alvarado, liberó a cuatro expolicías de Romita que habían sido acusados por el delito de desaparición forzada, incluido el entonces director de Policía de dicho municipio, pues la Fiscalía no pudo sostener mediante pruebas que existieron amenazas previas y que las personas detenidas fueron entregadas a un grupo delincuencial.

Los cuerpos de los jóvenes fueron encontrados en una fosa clandestina el pasado 23 de febrero de 2023, en la zona de El Escoplo, en el Rancho El Refugio.

Caso de los jóvenes en Romita, Guanajuato

De acuerdo con la Plataforma por la Paz y Justicia de Guanajuato, el 19 de febrero de 2023 a las 19:00 horas, las víctimas viajaban en un automóvil, cuando colisionó con otro que se encontraba estacionado en la calle. Al lugar de los hechos arribaron agentes de la policía vial para proporcionar asistencia, pero la víctima refiere al oficial que ya se están arreglando con los propietarios del vehículo y que su presencia no es necesaria.

“Posteriormente por un grupo de Whats App, el comisionario de Seguridad Pública de Romita es informado del suceso. Momentos después el mismo comisionado arriba al lugar y procede a detener a la víctima que conducía el vehículo en estado de ebriedad, remitiendo al mismo a la estación de policía de Romita”, señala la plataforma.

Añadió que, en testimonios de los declarantes, el comisionario declaró a la víctima que ya lo estaban buscando y que sería entregado al crimen organizado.

“A la estación de policía arribaron los otros dos ofendidos, con la intención de averiguar qué había ocurrido con la primera víctima. Ambos son detenidos y remitidos a la jueza cívica, pero ninguna de las detenciones es registrada en el Sistema Nacional de Detenciones, es archivada de manera física”, indicó.

Detalló que a las 23:00 horas de ese mismo día, arribó hasta las instalaciones de Seguridad Pública un vehículo de motor del cual descendieron varias personas y uno de ellos se identificó como el hermano de las víctimas, “que está ahí” para pagar la multa

“Pero que prefiere no entrar en las instalaciones”, refiere.

En ese sentido, dicho familiar entregó el dinero de las multas al elemento de la policía municipal y por mandato de una jueza cívica, son “liberados”.

“En esa la madrugada del día 20 de febrero, se presentan a la estación de policía los padres de los afectados, a los cuales se les informa que sus familiares ya fueron liberados por otro pariente. El comisario, al ser cuestionado por los padres asegura que no puede proporcionar más información de los eventos que acontecieron, ni del paradero de sus seres queridos”, aclaró la plataforma.

Según Valdez Alvarado, y que hubiera existido negativa a informar sobre la detención.

Violencia en Guanajuato

El estado del bajío ha sido recrudecido por la violencia en los últimos días, pues la Fiscalía General del Estado (FGE) informó de la localización de 17 cuerpos en fosas clandestinas en una vivienda en la comunidad de Rancho Nuevo del Llanito, en el municipio de Irapuato.

Además, la madrugada del 19 de mayo, se registró un ataque armado en la comunidad de San Bartolo, en el municipio de San Felipe, que dejó como saldo siete muertos, todos del sexo masculino, informó el ayuntamiento.

En ese contexto, Guanajuato se mantiene a la cabeza como el estado más violento: en 2024 registró 3 mil 151 asesinatos y entre enero y abril de este año hubo mil 260, de acuerdo con datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública.

La entidad junto con Baja California, Estado de México, Chihuahua, Sinaloa, Guerrero y Jalisco, concentran más de la mitad de los homicidios en el país.

La violencia persiste a pesar de que a finales de marzo la gobernadora, Libia Dennise García Muñoz Ledo, dio a conocer que, tras la visita del Gabinete de Seguridad federal, se acordó la creación de dos grupos especializados en materia de seguridad.

El primero de ellos, detalló, es liderado por la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC) y se encarga de la ministerialización de las causas penales, esto significa que los operativos tengan como resultado más órdenes de aprehensión y más sentencias condenatorias.

El segundo, el cual es mixto y está a cargo de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), coordina operaciones especiales, principalmente en los municipios de atención prioritaria, y tiene apoyo del Grupo de Inteligencia Operativa del Estado.

FUENTE: ANIMAL POLÍTICO.
AUTOR: REDACCIÓN.

Siete policías en Michoacán son declarados culpables por la desaparición forzada de un agricultor

La víctima se encontraba trabajando en una huerta cuando los agentes, sin motivo alguno, lo golpearon, sometieron y subieron a una patrulla con rumbo desconocido.

Siete policías municipales de Ziracuaretiro, entre ellos una mujer, fueron declarados culpables de la desaparición forzada de un agricultor, ocurrida el 10 de septiembre de 2019, informó la Fiscalía General del Estado de Michoacán (FGE).

De acuerdo con el organismo de procuración de justicia, durante el juicio oral el agente del Ministerio Público demostró que el día de los hechos el agricultor Isaac G. se encontraba en una huerta de aguacate, ubicada en la avenida 5 de mayo del municipio señalado, cuando llegaron los agentes imputados y sin motivo alguno golpearon a la víctima en diversas partes del cuerpo.

Posteriormente, el hombre fue sometido y subido a una patrulla en la que se lo llevaron con rumbo desconocido, sin ser puesto a disposición de alguna autoridad competente y desde entonces se desconoce su paradero.

Como resultado de las investigaciones de la Fiscalía Especializada para la Investigación de Delitos de Desaparición Forzada de Personas y Desaparición Cometida por Particulares, se integró la carpeta de investigación y se estableció la posible participación de los entonces servidores públicos en el delito, quienes fueron presentados ante el Juez de Control que resolvió vincularlos a proceso.

Los detenidos fueron identificados como Juan José “N”, Raúl Ernesto “N”, Luis Ángel “N”, Marco Antonio “N”, Víctor Hugo “N”, Moisés “N” y Rocío “N”.

En audiencia, y luego de analizar las pruebas presentadas por la Fiscalía, el Tribunal de Enjuiciamiento dictó fallo condenatorio en contra de los acusados y será próximamente cuando se lleve a cabo la audiencia de individualización de la pena.

Según la FGE, las investigaciones continúan porque la víctima sigue sin ser localizada.

Apenas el 18 de mayo anterior tres policías municipales de Zamora habían sido condenados por la desaparición forzada de dos hombres y una mujer, el 4 de agosto de 2023.

Las víctimas habían sido detenidas cuando circulaban en un vehículo y presuntamente dieron una vuelta sin precaución, fueron trasladadas a las instalaciones de la Secretaría de Seguridad Pública, adonde llegaron los agentes René “N”, Miguel “N” y Rubén “N”, quienes las esposaron e internaron en el área de “barandillas”, y hasta la fecha se desconoce su paradero.

FUENTE: PROCESO.
AUTOR: PEDRO ZAMORA BRISEÑO.

Grupo Fugitivo: cinco cuerpos, una cita trampa y muchas preguntas

La desaparición del Grupo Fugitivo en Reynosa dio un giro sombrío tras el hallazgo de cinco cuerpos calcinados en un rancho. Aunque días antes autoridades aseguraron que los músicos estaban a salvo, familiares desmintieron esa versión. La Fiscalía de Tamaulipas confirmó este jueves que los restos podrían corresponder a los jóvenes, avivando el misterio sobre un posible engaño oficial y una trampa mortal.

Lo que comenzó como la búsqueda angustiosa de cinco jóvenes músicos terminó en un giro oscuro, cargado de sospechas, contradicciones oficiales y un posible crimen premeditado. 

A las 9:47 horas del jueves 29 de mayo, la Fiscalía General de Justicia de Tamaulipas confirmó el hallazgo de cinco cuerpos calcinados en una zona despoblada. Las autoridades informaron que podrían corresponder a los integrantes del Grupo Fugitivo, desaparecidos desde el sábado.


El anuncio sepultó una versión que había circulado en redes y medios desde el lunes: que los jóvenes habían sido localizados con vida. Esa versión, impulsada por autoridades estatales, resultó ser falsa. Y no fue un error menor. Fue, según denunciaron familiares y activistas, un engaño deliberado para encubrir la gravedad del caso.

En la mañanera, presidenta aseguró que se está trabajando de cerca con Tamaulipas y que sería el Gabinete de Seguridad daría información.

¿UNA TRAMPA PLANEADA?

Los músicos, originarios de Reynosa, habían sido contratados para tocar en una supuesta fiesta privada. Se les indicó una dirección, pero al llegar encontraron una palapa vacía, en medio de la nada, sin rastro de celebración. “Todo indica que fue una emboscada”, asegura Edith González, fundadora del colectivo “Amor por los Desaparecidos”. Según sus investigaciones, el evento nunca existió y los jóvenes fueron llevados ahí para desaparecerlos.

“Les dieron una dirección falsa. Los citaron en un lugar apartado. Fue una trampa”, dice González, quien ha acompañado a familiares en la búsqueda.

Los cinco desaparecidos eran músicos del Grupo Fugitivo, una banda versátil que tocaba en fiestas, bodas y ferias locales. Tenían aspiraciones modestas: consolidar su nombre en la región y algún día cruzar a Estados Unidos.

DE LA ESPERANZA A LA MENTIRA

La noticia de su desaparición generó una movilización inmediata entre sus familias, quienes comenzaron a buscar pistas y difundir sus rostros. Pero el lunes, la versión que circuló desde fuentes del gobierno estatal fue alentadora y peligrosa: se dijo que los músicos habían sido rescatados con vida.

“Nos llamaron y nos dijeron que los habían encontrado. Nos pidieron ir a identificarlos. Fue falso. Todo era mentira”, denunció públicamente Sony Bernal, expareja de uno de los integrantes.

Bernal señaló directamente al gobernador Américo Villarreal y al secretario de Seguridad Pública de Tamaulipas, acusándolos de difundir información falsa para contener la presión pública. La misma Fiscalía evitó emitir un comunicado oficial durante días, alimentando la incertidumbre.

EL HALLAZGO QUE CAMBIA TODO

La narrativa dio un giro total la mañana del jueves, cuando la Fiscalía informó que cinco cuerpos calcinados habían sido localizados en un paraje despoblado. Aunque el comunicado es prudente y aclara que aún deben realizarse las pruebas genéticas, las autoridades reconocen que los cuerpos coinciden con las características y número de los músicos desaparecidos.

El caso ahora apunta hacia un asesinato múltiple. Aunque los familiares continúan rechazando que sean los cuerpos de los músicos.
TAMAULIPAS Y LA RUTA DE LA IMPUNIDAD

Este caso revive viejas heridas en Tamaulipas, un estado donde los desaparecidos suman miles y los patrones de violencia tienen el sello del crimen organizado, a menudo con la complicidad del poder. El hallazgo de cuerpos calcinados en zonas rurales es tristemente común, y las investigaciones suelen diluirse entre laberintos burocráticos.

La mentira oficial sobre el presunto “rescate con vida” hizo más profundo el dolor. En palabras de una de las madres: “Nos dieron esperanza para después matarnos dos veces”.

UN GRUPO MUSICAL, UNA TRAGEDIA ANUNCIADA

El Grupo Fugitivo no tenía enemigos. Eran cinco jóvenes que querían tocar música, viajar, grabar un disco. Hoy, su historia se une a la lista de historias truncadas por la violencia en el norte de México. Y su caso ya simboliza el hartazgo de una sociedad que exige verdad, no simulación.

¿Quién organizó el falso evento? ¿Por qué los citaron en un lugar deshabitado? ¿Qué intereses se esconden detrás de este montaje?
La verdad aún no ha sido plenamente revelada. Pero la narrativa oficial ya colapsó.

La pregunta ya no es si están vivos. La pregunta es quién los mató. Y por qué.

FUENTE: EMEEQUIS.
AUTOR: REDACCIÓN.

Familias de desaparecidos denuncian demoras en análisis forenses e identificación de cuerpos

El colectivo Fuerzas Unidas por Nuestros Desaparecidos en Nuevo León (FUNDENL) denunció las «violaciones graves a víctimas de desaparición, homicidios y feminicidios» cometidas por el personal del Servicio Médico Forense y del Instituto de Criminalística y Servicios Periciales, ante las demoras en los análisis forenses y de identificación de cuerpos en la entidad.

En un comunicado, los familiares del FUNDENL ejemplificaron las faltas con tres «deficiencias que vulneran los derechos de las miles de víctimas» en Nuevo León. La última de ellas se registró en abril de este año, cuando fueron localizados diversos restos humanos que hasta el momento siguen sin ser analizados y la familia buscadora del caso continúa «sin alguna información al respecto».

«Así como este hallazgo, existen miles de restos humanos localizados en otros sitios en años anteriores, que permanecen en resguardo del Instituto de Criminalística y Servicios Periciales sin ser identificados y tampoco cuentan con algún dictamen a través del cual la Fiscalía proporcione alguna información a las familias de las víctimas», precisaron las familias.

Otro caso es el de un joven reportado como desaparecido que fue localizado sin vida en junio de 2024, pero a casi un año del hallazgo el Servicio Médico Forense no ha expedido el Certificado de Defunción, «argumentando a los familiares que no ha sido posible determinar la causa de muerte», a pesar de la importancia del documento.

El FUNDENL agregó que también en junio de 2024 la madre de una joven desaparecida fue notificada por la Fiscalía General de Justicia de Nuevo León que su hija fue identificada dentro de los hallazgos de “El Tubo” en Hidalgo, Nuevo León, recuperados desde 2022. «Sin embargo, hasta el día de hoy, a casi un año de esta identificación, no ha sido entregada a sus familiares para una restitución digna, siendo esto un acto grave de su parte», acusó el colectivo.

Los familiares entregaron un escrito al Fiscal General de Justicia, Javier Flores Saldívar, y al Director del Instituto de Criminalística y Servicios Periciales de Nuevo León, Porfirio Díaz Torres, para urgir su intervención en las «deficiencias» de las instituciones.

COMUNICADO:

DESDE FUNDENL DENUNCIAMOS VIOLACIONES GRAVES A VÍCTIMAS DE DESAPARICIÓN, HOMICIDIOS Y FEMINICIDIOS

Desde las Fuerzas Unidas por Nuestros Desaparecidos en Nuevo León, denunciamos lo siguiente:

1.-  En junio de 2024, tras la desaparición de un joven, impulsamos su búsqueda y fue localizado lamentablemente sin vida, y hasta el día de hoy a casi un año del hallazgo, el Servicio Médico Forense NO ha expedido el Certificado de Defunción, argumentando a los familiares que no ha sido posible determinar la causa de muerte, por lo que la familia aún no ha podido tener el Acta de Defunción, siendo este un documento tan importante.

2.- También, en junio de 2024, en otro caso que acompañamos, la madre de una joven desaparecida fue notificada por la Fiscalía General de Justicia de Nuevo León, que su hija fue identificada dentro de los hallazgos de “El Tubo”, Hidalgo, Nuevo León, recuperados desde 2022, sin embargo, hasta el día de hoy, a casi un año de esta identificación, no ha sido entregada a sus familiares para una restitución digna, siendo esto un acto grave de su parte.

3.- A principios de abril de 2025 fueron localizados diversos restos humanos relacionados a otro caso que acompañamos, que hasta el momento continúan sin ser analizados y la familia continúa sin alguna información al respecto. Así como este hallazgo, existen miles de restos humanos localizados en otros sitios en años anteriores, que permanecen en resguardo del Instituto de Criminalística y Servicios Periciales sin ser identificados y tampoco cuentan con algún dictamen a través del cual la Fiscalía proporcione alguna información a las familias de las víctimas.

Por lo anterior, el día de hoy hemos entregado un escrito al Fiscal General de Justicia, Lic. Javier Flores Saldívar, así como al Director del Instituto de Criminalística y Servicios Periciales de Nuevo León, Lic. Porfirio Díaz Torres, haciéndoles un llamado para su urgente intervención y que, atendiendo a la gran responsabilidad de sus cargos, resuelvan dichas deficiencias que vulneran los derechos de las miles de víctimas en este Estado.

Fuerzas Unidas por Nuestros Desaparecidos en Nuevo León

Monterrey, Nuevo León a 27 de mayo de 2025

FUENTE: DESINFORMÉMONOS.
AUTOR: REDACCIÓN.

En sólo 5 meses con Sheinbaum, suman más de mil jóvenes de 15 a 19 años desaparecidos; 75% más que 2024, el año récord

En los primeros cinco meses de 2025, las cifras oficiales revelan una tendencia preocupante: se han registrado 2,785 denuncias por la desaparición de adolescentes y jóvenes de entre 15 y 19 años, de las cuales 1,068 siguen activas.

En menos de cinco meses de este 2025, ya en la nueva administración de Claudia Sheinbaum, más de mil adolescentes y jóvenes mexicanos de entre 15 y 19 años están desaparecidos. 

Este dato supone hasta un 75 % más de casos activos que en el mismo periodo del año pasado que, de por sí, ya había batido el récord como el año con más adolescentes y jóvenes desaparecidos desde que en 2020, en el segundo año de López Obrador, se presentó la versión pública del Registro Nacional de Personas Desaparecidas y No Localizadas de la Segob. 

De acuerdo con las estadísticas oficiales de ese registro, hasta el 20 de mayo de este año sumaban 2 mil 785 denuncias de desaparición de adolescentes y jóvenes de entre 15 y 19 años, de las cuales 1 mil 068 continúan activas. Es decir, a día de hoy, hay más de un millar de jóvenes en México que permanecen en paradero desconocido.

Este dato casi duplica al de 2024, y es un 215 % superior al de 2023, cuando para ese mismo periodo había 339 casos activos.

También supone un alza del 191 % respecto al mismo periodo de 2020, el año de la pandemia (366 casos), y de un 252 % respecto a 2019 (303 casos). De hecho, los más de mil jóvenes desaparecidos de estos apenas cinco meses de 2025 ya superan, por ejemplo, a todos los registrados en 2022 (879).

De continuar así la tendencia durante el presente año, se batirá el récord de 2024, que en 12 meses registró 1 mil 717 casos activos de adolescentes y jóvenes desaparecidos; 634 más que en 2023, un 60 %; y 838 más que en 2022, un 96 %.

Además de reflejar un aumento notable de jóvenes desaparecidos, las estadísticas del Registro Nacional también apuntan otra realidad: en el pasado sexenio de López Obrador fueron encontrados muertos 656 adolescentes y jóvenes de entre 15 y 19 años, con un promedio de 109 casos al año. En el arranque de este nuevo sexenio de Claudia Sheinbaum suman 28 jóvenes localizados sin vida.


CDMX y Edomex, a la cabeza de jóvenes desaparecidos

Por entidades federativas, un análisis realizado por Animal Político revela que tanto en lo que va de este 2025, así como en 2024 y 2023, la Ciudad de México y el vecino Estado de México se han intercalado los dos primeros lugares con más casos de hombres y mujeres jóvenes desaparecidos. 

Por ejemplo, en lo que va del año, suman 190 jóvenes que siguen desaparecidos en la capital mexicana, que ocupa hasta el momento el lugar número uno. De ese total, son más las mujeres jóvenes desaparecidas (118) que los hombres (72). 

El Estado de México ocupa el segundo lugar, con 178 casos vigentes (107 mujeres, 71 hombres); y Puebla, el tercero con 124 casos mayoritariamente de mujeres (82 frente a 42 hombres). En este caso, cabe destacar que en todo 2024, Puebla registró 78 casos vigentes, por lo que el aumento en menos de cinco meses de 2025 fue de casi un 60 %.

Sinaloa, que desde el verano pasado vive inmersa en una cruenta batalla al interior del cártel de Sinaloa, ocupa el cuarto lugar con 42 casos activos, de los cuales casi todos son de hombres (36 frente a 6); y Sonora, otro estado afectado por la violencia criminal de los cárteles y las desapariciones, está en el lugar cinco con 39 adolescentes y jóvenes desaparecidos (29 frente a 10).

En 2024, que hasta ahora es el año con más casos activos de adolescentes y jóvenes desaparecidos, el Estado de México lideró la lista con 350 casos (141 hombres y 209 mujeres); en segundo lugar, la Ciudad de México con 224 (82 hombres, 142 mujeres); en tercer lugar, Baja California con 117; en cuarto, Michoacán con 100; y en quinto lugar, Nuevo León con 82. 

El top 10 en 2024 lo cerraron Zacatecas con 80 casos; Sonora, 77; Sinaloa, 68; Guanajuato, 63; y Chiapas, 54. Cabe señalar que todos estos estados se encuentran en un contexto marcado por la violencia desatada por los cárteles de la droga. 

Por ejemplo, en octubre del año pasado, Animal Político publicó que en tan solo dos meses de ‘guerra’ interna en el cártel de Sinaloa, tras la detención de Ismael ‘El Mayo’ Zambada en Estados Unidos que desató un enfrentamiento entre las facciones de ‘los chapitos’ y ‘la mayiza’, sumaban más de 100 jóvenes desaparecidos. Mientras que en noviembre de ese mismo año, este medio también reveló que en 2024 se habían duplicado las desapariciones de adolescentes y jóvenes en Chiapas, con 208 casos activos.

En 2023, de nuevo el Estado de México (221 casos) y la Ciudad de México (137) fueron las entidades con más adolescentes y jóvenes desaparecidos, seguido de Nuevo León (87), Zacatecas (77) y Michoacán (66).


En cuanto a las edades y el sexo de los desaparecidos, otro análisis realizado por Animal Político apunta que el grupo más afectado por las desapariciones en el país es entre los 15 y 17 años, con 777 casos que continúan vigentes, el 72 % del total registrado en 2025. 

Y dentro de este bloque de edad, destaca que son mayoría los casos de mujeres desaparecidas. Por ejemplo, de los 281 casos de 15 años, 175, el 62 %, son mujeres; y de 16 años, 177, el 61 %, también son mujeres. 

En cambio, de los 151 casos de 18 años, el 63% son hombres; y de los 139 de 19 años, casi un 70 % también son hombres. 

“Se quieren invisibilizar las desapariciones y el reclutamiento”

Juan Martín Pérez García es el coordinador de Tejiendo Redes Infancia en América Latina y el Caribe, y uno de los expertos más reconocidos en el tema del reclutamiento de adolescentes y jóvenes por parte del crimen organizado. En entrevista, cuando se le plantea algunos de los datos oficiales sobre el aumento de adolescentes y jóvenes desaparecidos en el país, Pérez García plantea que, si bien no hay datos acerca de cuántos jóvenes son reclutados por el crimen organizado, una posible explicación de ese aumento en las desapariciones tendría que ver con eso, con el reclutamiento, y con la “agudización” de la llamada ‘guerra contra el narco’ y la expansión de los grupos criminales.   

“En esa guerra hay armas que se trajeron de Estados Unidos y que se tienen que disparar, y hay territorios por controlar y mantener bajo dominio, y para eso los grupos delictivos necesitan jóvenes que, tristemente, asumen un doble rol en este tema: son víctimas y victimarios”, señala el activista, que explica que en ese reclutamiento puede haber varias modalidades.


“No todo reclutamiento es para sicariato”, subraya. “También hay explotación laboral, por ejemplo. O sea, tienen a los jóvenes como esclavos o los utilizan para servidumbre”. 

Otra de las ‘tareas’ más recurrentes para los que reclutan a adolescentes y jóvenes, agrega Juan Martín, es para labores de vigilancia, para el clásico ‘halconeo’. 

“Estos grupos necesitan tener vigilancia de los territorios controlados, y tienen además una enorme economía informal que también requiere de vigilancia. Y para esas labores utilizan a los adolescentes y jóvenes reclutados, a los que también utilizan, por ejemplo, para el cobro de las extorsiones, o para traslados entre un punto y otro de la ciudad”.

En cuanto a las mujeres, el experto apunta que buena parte de las desapariciones se explican por dos temas: la explotación sexual y los feminicidios. 

“La producción de material de explotación sexual digital de niñas, jóvenes y mujeres está generándose desde vías criminales y hasta cotidianas”, apunta Juan Martín.

“Además –agrega–, recordemos que nuestro país ha sido señalado insistentemente en la última década como uno de los mayores productores de material de explotación sexual digital de niñas y adolescentes, y obviamente para eso se necesitan víctimas que, lamentablemente, son esclavas sexuales”.

Por último, el coordinador de Tejiendo Redes Infancia puso sobre la mesa que, ya desde el pasado gobierno de la hoy presidenta Claudia Sheinbaum al frente de la capital mexicana, le expusieron la preocupación por el aumento de la desaparición de jóvenes, a pesar de lo cual no hubo respuesta que se tradujera en alguna política pública para abatir este fenómeno. 

“El tema del reclutamiento se ha querido invisibilizar. Y lamentablemente, continuará creciendo en tanto no se asuma que el reclutamiento de adolescentes y jóvenes ya es un tema de seguridad nacional”, recalca Juan Martín.


FUENTE: ANIMAL POLÍTICO.
AUTOR: MANU URESTE.

Las barrancas de Álvaro Obregón, una geografía “perfecta” para desapariciones que se multiplican

Jóvenes de entre 15 y 35 años desaparecen a menudo cerca de las zonas más inaccesibles de Álvaro Obregón. Según estadísticas, entre 2018 y 2024 pasaron de ocho a 90 casos, por lo que madres y hermanas buscadoras aseguran que las barrancas han sido un terreno propicio para borrar su rastro.

Sergio Gerardo Jiménez Guerrero desapareció el 20 de octubre de 2023, cuando tenía 33 años, en la alcaldía Álvaro Obregón de la Ciudad de México. En abril de 2024 su familia denunció la lentitud en las primeras acciones de búsqueda e investigación y, para octubre, cuando se cumplía un año sin saber su paradero, la frustración por la falta de respuestas solo había crecido para su hermana Caro y su mamá Julieta.  

“La verdad no ha habido avance, no hay avance, y a raíz del cambio de gobierno han sido muchos cambios, nos cambiaron a los primeros MP, nos los han cambiado tres veces”, dice su mamá a exactamente un año y medio de su desaparición, de pie sobre las barrancas de Tarango, donde ha acudido a buscarlo más de una vez.

Su pelo cano y su bastón no ocultan sus 62 años, pero para buscar a su hijo la energía nunca le falla. Se nota en el esfuerzo con el que levanta cada piedra. Como su hija –que ha impulsado una lucha institucional– tiene mucho trabajo por estos días, es ella quien acudió a la brigada de búsqueda del 19 al 22 de mayo en las barrancas de Álvaro Obregón.

“Ahora sí que lo hago por mi hijo, lo voy a buscar hasta donde lo encuentre. Él nunca me hubiera abandonado a mí, y él ya me hubiera encontrado seguro, pero voy a seguir buscándolo, con o sin ayuda de autoridades”, remarca cuando la fuerza, el empuje y la serenidad con la que empezó la jornada se quiebran por un instante.

Horas atrás, desde las 7 de la mañana, llegó al punto de reunión en un hospital de la alcaldía para emprender en pequeñas camionetas tipo van el camino que se vuelve estrecho y empinado hacia la colonia Palmas Axotitla. Los camiones eran inviables esta vez, a diferencia de búsquedas en otros puntos, precisamente por esas características. Frente a un parque mínimo que trata de disimular –sin lograrlo– el basurero que es la barranca, se amontonaban los vehículos de la Guardia Nacional, la secretaría de seguridad, bomberos y rescate.

El punto más profundo de la Barranca resultó inaccesible para la señora Julieta, por el descenso a rapel que se requiere para llegar a él. Pero eso no la detuvo. En el punto más alto había tantas labores como en el más bajo, sobre todo de limpieza. Quitar las ramas caídas y revueltas que esconden costales de cascajo, bolsas con restos de comida orgánica, empaques de todo tipo, vidrios, pedazos de plástico y piedras que se confunden con los accesorios y ropa que alguna vez le pertenecieron a alguien. Hasta que sean analizados se sabrá si los tiraron intencionalmente o fueron despojados de ellos. 

Esa es la trampa de las barrancas. Esconden, por igual, la basura y los rastros del delito. Por eso se han convertido en puntos centrales para la búsqueda de personas desaparecidas en esa demarcación, donde el fenómeno ha ido a la alza en los últimos años.

Las mamás y las hermanas de jóvenes cercanos a la edad de Sergio coinciden en que la geografía de Álvaro Obregón se presta para desaparecer: la violencia, los cuerpos, la ropa, los zapatos, el rastro…

La señora Julieta enfatiza que las barrancas, además, tienen cuevas. Son áreas difíciles, también con muchos panteones y presas. Por eso ellas insisten en que la búsqueda de sus seres queridos no se aparte de estas, llenas de basura a primera vista, difíciles de explorar ya de cerca, y enlodadas en su base por las lluvias y los riachuelos.

Son varios los puntos que la mamá de Sergio no sabe si por negligencia o apatía de las autoridades no han sido explorados. Por ejemplo, el que rastrearon y limpiaron esta semana había sido visitado antes por algunas familias, en esfuerzos casi individuales, pero no en una brigada con la dimensión y el alcance de esta. Pero no es el único: hay otro que tiene más de medio año, dice, que las autoridades recibieron las coordenadas y han ignorado.


“A veces dicen que es por falta de recursos, a veces materiales, humanos, o que es peligroso el lugar, y no lo hacen; ya para más de medio año que dieron esas coordenadas y ellos no van, ya no sé si es incapacidad, negligencia, o no sé lo que es, apatía, o están rebasadas de ya tanta desaparición en la ciudad, y en todo México supongo. En distintos lugares, pero en Álvaro Obregón se han visto demasiadas desapariciones de un tiempo para acá”, lamenta. 

El problema, recuerda, empieza desde que las familias llegan a levantar reportes: “Lo tratan de disuadir a uno, lo mandan con el psicólogo, no sé si para tratar de no levantarlo, no sé cuál es su intención. Llegas y te dicen ‘señora, tenemos 8 mil carpetas’, como diciéndote que yo soy la 8 mil 1 y que no sé para cuándo me vayan a atender a mí, y a la desaparición de mi hijo, que es la víctima principal en este caso”.

Víctimas como Sergio: perfiles y patrones en Álvaro Obregón

Con similar patrón y perfil que Sergio, no son pocos. En la alcaldía Álvaro Obregón han desaparecido 322 personas entre el 1 de abril de 2018 y el 20 de mayo de 2025 –fecha en que se cumplieron 18 meses de la desaparición del joven–. La estadística ha ido en aumento año con año: de los 8 que se registraron en 2018, con un crecimiento a 36 en 2022 y 56 en 2023, alcanzaron las 90 en 2024, y en lo que va de 2025 ya suman 51. El 62 % son hombres, la mayoría en el rango de edad de 20 a 45 años.

En toda la Ciudad de México se contabilizan más de 4 mil 700 desapariciones en ese periodo. El 63 % son hombres y el 34 % mujeres. Ellas, en su mayoría en el rango de edad de 15 a 19 –con una tendencia significativamente creciente en ese grupo en los últimos años–, y ellos con las mayores proporciones entre los 20 y los 45. En ese universo se ubica uno de los principales patrones de las barrancas de Álvaro Obregón, que conserva hasta ahora el cuarto lugar de las demarcaciones con mayor número de desapariciones.

Por patrones y análisis de contexto –dice una mujer que busca a su hermano desde 2020, prefiere conservar su anonimato y también acudió esta semana a la brigada–, se sabe que muchas están vinculadas al crimen organizado. Las víctimas, describe, son usualmente jóvenes de los 15 a los 35 años, la mayoría hombres que viven por la zona o consumen alguna sustancia.

Esta es su décima búsqueda en toda la barranca de Tarango. Aunque en alguna de ellas encontraron dos cráneos, las autoridades lo atribuyeron a la cercanía de un panteón y un posible robo de osamentas. 

“Ni siquiera lo toman que realmente tienen un problema de desaparición, tanto en esta demarcación como en la Ciudad de México. La alcaldía en particular pues sí hay muchos desaparecidos y chavos, mucho chavo, chavo joven, y viene a raíz del 2019, finales de 2019, hasta la fecha, constantemente están desapareciendo”, remarca. 

“No le dieron seguimiento”: Diego Iván, desaparecido a los 20 años

Ese perfil describe igualmente el caso de Diego Iván Arreola Pérez, quien desapareció el 21 de mayo de 2023 en la Calzada de las Águilas cuando estaba por cumplir 21 años. Su mamá, Ariadna, que sí pudo bajar hasta el fondo de la barranca, también acudió a levantar hasta la última rama, piedra y desecho para encontrarlo. 

Explica que desapareció junto con otro joven al que conocía. Ella no tardó más de 24 horas para reportarlo después de buscarlo en ministerios públicos y hasta en el torito. Cuando denunció pudo tener acceso a cámaras del C5 y aunque se detectaron dos llamadas de emergencia, detalla, no sirvió para nada. “No le dieron un seguimiento porque si se hubieran movido rápido, yo creo que sí hubiéramos dado con ellos”, sostiene.


La Comisión de Búsqueda de la Ciudad de México le ha puesto un poco más de atención después de pegar las fotos de su hijo durante un año. Todo lo hizo sola, lejos de los colectivos de familiares. En ese tiempo, cuenta, se enfrentó al cambio de dos MP que nunca tuvieron avances y no hicieron nada. Ahora, uno nuevo le da un poco de esperanza. “Ahí vamos trabajando, pero no se hizo nada al principio”, lamenta.   

Ella también había estado en esa zona de difícil acceso y colmada de basura el año pasado, pero no encontró nada. “Está muy complicado, sí hay mucha basura, muchísima basura, y entre que la gente sigue tirando y tirando, no se puede. Yo creo que sí hay que buscar otra estrategia con la que podamos hacer más porque aquí no, es muchísima basura”, dice a unos minutos de haber subido a rapel del fondo de la barranca.

De las autoridades solo espera que se pongan a trabajar, no solo en la carpeta de su hijo porque hay mucha gente desaparecida, y a nadie le gusta estar buscando en áreas como esa.

“Que busquen como buscamos nosotras, que raspen, y no nada más así por fuerita, que se comprometan más y que sientan nuestro dolor para que hagan algo”, pide. “Que se metan con nosotros más a buscar, a buscar; no es una búsqueda que nos deje satisfechas”.

Ari quiere seguir buscando a su hijo en todo lo que pueda llamarse Tarango. Ya le habían dicho que en esa barranca habían encontrado a alguien hace un tiempo. Ella lleva rato de no vivir ahí, pero su hijo siempre regresaba con su abuela, que sí es vecina.

Le causa tristeza pensar en que Diego desapareció en el mismo lugar en el que nació. Espera que si alguien sabe de él, se acerque a ella, sin condiciones. En el fondo de la barranca encontró un pedazo de tela azul, similar a la de la sudadera que llevaba su hijo. No quiere que sea de él, pero va a solicitar el análisis.

“Hasta encontrarte, Diego. Yo te amo, y te voy a seguir buscando siempre”, promete tras una brigada más.

FUENTE: ANIMAL POLÍTICO.
AUTOR: MARCELA NOCHEBUENA.

El narco en Sinaloa desaparece personas ahora en fosas sépticas

En medio de la guerra entre Chapitos y Mayos, familiares de desaparecidos buscan ahora entre excrementos a sus seres queridos, guiados por un sobreviviente de ese infierno. Esto sucede en Tacuichamona.

“Es la deshumanización”, dice María Isabel Cruz Bernal. Mira hacia una losa de concreto, la cual cubre una fosa séptica. La mañana del viernes 16 sacaron de ahí tres cuerpos. “A uno de ellos todavía se le veía la expresión de miedo, de dolor”, explica la madre buscadora.

Después de los preparativos reanudan la búsqueda. Han tenido cinco días consecutivos con resultados “positivos”; desde una falange a una osamenta o un fragmento de costilla y omóplatos. Restos óseos de seres humanos sumergidos en excrementos.

Es la nueva forma en que el crimen organizado desaparece personas, en esta guerra que tiene sumida a Sinaloa en una crisis generalizada.

Esto ocurre en Tacuichamona, sindicatura al suroriente de Culiacán. Este pueblo, como casi todo el territorio de la capital del estado, es una zona de silencio. Nadie ve nada y nadie oye nada, pero todo sucede ahí.

Son en total 13 losas en el complejo de fosas, cada una con capacidad de 3 mil 300 litros. En los cinco días de búsqueda han hallado restos humanos. Un camión “váctor” evacua el exceso de agua y lo drena sobre una planicie. Ahí, como gambusinos, dos hombres con un rastrillo buscan pedacitos de huesos.

Del otro lado, varias mujeres revisan el fondo del pozo. Hallaron un omóplato y una costilla. Los acomodan sobre uno de los trajes que utilizan para no contaminarse de heces. El color blanco de la prenda destaca lo ennegrecido de los huesos por la mierda. El olor es indescriptible, pero te acostumbras, explican las mujeres, todas con cubrebocas.

Las desapariciones forzadas escalaron otra vez en Sinaloa poco antes del inicio de la guerra entre Chapitos y Mayos. Al principio, las madres buscadoras se limitaron a pegar carteles y emitir fichas de búsqueda, pero los casos escalaron tanto que tuvieron que volver al campo, a pesar del peligro que significa por sí misma la actividad, incrementado con los constantes enfrentamientos en zonas enmontadas o agostaderos en las afueras de Culiacán.

“Cuando nos contaron de este punto no podíamos creer el testimonio”, advierte Isabel sobre la historia que está a punto de compartir. El sitio es un predio que pertenece al municipio, son instalaciones de la Junta de Agua Potable y Alcantarillado de Culiacán (Japac). El cárcamo da pie a una planta tratadora de aguas negras y ahí casi nadie se acerca. Casi nadie.

Isabel revela cómo un hombre hizo contacto con el colectivo de madres buscadoras Sabuesos Guerreras. Les explicó que en la fosa séptica de Tacuichamona hay cadáveres. ¿Cómo lo supo? Pues porque él estuvo flotando ahí, en aguas negras, explica la mujer.

En octubre, les contó, viajaba junto a otras cuatro personas a trabajar a Mazatlán en una obra de construcción. Sobre la carretera Internacional México 15, en Tacuichamona, se detuvieron en una tienda de conveniencia. Al salir los siguieron y metros adelante hombres armados los bajaron de la camioneta.

Después los llevaron a un predio. Isabel explica que el sobreviviente le reveló que les taparon los ojos, pero él tuvo idea del sitio donde estaban por los reductores de velocidad y porque conoce la zona. Los bajaron en la losa de concreto, los desnudaron y quemaron sus prendas para luego abrir fuego contra ellos. ¿El motivo? Estar en el lugar equivocado a la hora equivocada.

Los cuerpos fueron lanzados al interior de las losas que conforman la fosa séptica, que después taparon. Esta persona estuvo flotando en las heces casi durante 24 horas hasta que los hombres armados se marcharon. Cuando pudo salir, estaba oscuro y comenzó a caminar siguiendo las torres de energía eléctrica distribuidas en esa zona rural.

Finalmente llegó hasta Las Flores, comunidad perteneciente a Tacuichamona. Ahí le brindaron ayuda. Estaba desnudo, con costras de sangre en el cuello y cabeza por la herida de bala que de milagro no lo mató. Su cuerpo cubierto de mierda seca. Acudió a la Fiscalía General del Estado (FGE) a interponer denuncia. Pasaron los meses y nadie encontraba los cuerpos.

Luego, la buscadora Isabel recibió su llamada. “Yo sabía que íbamos a encontrar algo aquí, pero no lo puedo creer, esto es perder toda humanidad”, insiste. La madre buscadora explica que cuando dio aviso a la Fiscalía que realizaría esta búsqueda, la dependencia le comunicó que ellos ya habían acudido y el resultado era negativo y la información, falsa.

“Pero no, si hubieras escuchado al muchacho entenderías que no estaba mintiendo y entonces vinimos. En cuanto abrimos la primera fosa un cuerpo flotó y luego otro y otro”.

Al día siguiente volvieron con más personal y maquinaria. Desde entonces los pequeños fragmentos de huesos no han parado de brotar.

Desapariciones que se multiplican

La violencia ha significado alrededor de mil 400 carpetas de investigación por desaparición forzada de personas, según datos de la Fiscalía. De ese total, más de 65% permanecen sin ser localizadas, mientras que el 35% restante ya han sido ubicadas, aunque el 10% de ellas sin vida.

A mediados de abril, en el poblado Mezquitillo, perteneciente a la sindicatura de Costa Rica (al sur de Culiacán), fue ubicado un cementerio clandestino por este mismo colectivo. Ahí rescataron 13 cuerpos.

El colectivo Madres en Lucha por tu Regreso a Casa ha realizado otros hallazgos en el norte de Culiacán, en la sindicatura de Tepuche y la comunidad de Palos Blancos. Todos ellos, suponen, de cuerpos de personas que no tienen más de ocho meses de haber fallecido.

La crisis se explica también con los resultados en procuración de justicia. Durante 2023, la impunidad fue de casi cien por ciento y para 2024 esta cifra se hizo absoluta. Ese año se registraron mil 610 casos de desaparición y ninguno terminó por resolverse.

El Consejo Estatal de Seguridad Pública (CESP) realizó un comparativo acerca de esta cantidad de personas desaparecidas, la cual equivale a ocho aviones Boeing 737-800 para 189 pasajeros.

La crisis se acrecentó en el último cuatrimestre con 911 casos en ese lapso. Eso significa tres veces más que cualquier otro año en el estado. Y al corte, desde el 9 de septiembre, la cifra supera los mil 400 casos, número que corresponde únicamente a casos denunciados.

Y ahora las madres buscadoras no solamente buscan con palas, picos y uñas rasgando la tierra. Ahora también buscan en fosas sépticas, en aguas negras, como lo explica Isabel Cruz.

“Es la deshumanización, mira, mira a tu alrededor”, insiste la madre buscadora mientras el sonido del “váctor” avisa que está por expulsar más mierda y, tal vez, más restos humanos.

FUENTE: PROCESO.
AUTOR: AARÓN IBARRA.