AUTOR: RAFAEL CRODA (REPORTAJE ESPECIAL).
La lucha contra el narcotráfico que desató Felipe Calderón empujó hacia Centroamérica a los grandes cárteles mexicanos. Lo peor de este fenómeno se vive en Honduras, donde hubo 36 mil asesinatos en los últimos seis años y la violencia creció tras la captura de El Chapo. Pese a esta situación, el gobierno mexicano apenas y colabora con las autoridades de seguridad de ese país. A unos días de que Enrique Peña Nieto visite Tegucigalpa, analistas y expertos de aquella nación insisten en una obviedad: La lucha anticrimen sería mucho más efectiva si México colaborara con Centroamérica.
TEGUCIGALPA: Honduras es el país centroamericano que vive con mayor intensidad la violencia generada por las organizaciones criminales mexicanas.
Los cárteles de Sinaloa, del Golfo y Los Zetas ejercen un control casi total de las estructuras delictivas en esta nación, por la cual pasa 80% de la cocaína que llegará a México y Estados Unidos, según estimaciones de agencias antidrogas.
“Aquí los principales jefes de los grupos delictivos están al servicio de los cárteles mexicanos. Ningún grupo hondureño tiene la capacidad de perder dos o tres toneladas de droga y pagarla, así que no son socios de los mexicanos en ningún sentido: Son subalternos. Todo lo controlan los mismos cárteles, desde México hasta aquí, de la A a la Z.