México se ubica en un modelo en el que los operadores del narcotráfico están coludidos con las altas esferas políticas y económicas. Esto lo afirman varios estudios y ahora se está viendo claro al comprobarse la relación entre un gobernador y Los Caballeros Templarios, en Michoacán. De acuerdo a las teorías de los académicos, en este país se enfrenta el tráfico ilegal de drogas haciendo tratos con los delincuentes.
Como se ha visto en la prensa, recientemente las autoridades federales arraigaron a Jesús Reyna, exgobernador de Michoacán y ahora en proceso de comprobarse que hizo tratos con Los Caballeros Templarios. A reserva de lo que arrojen las investigaciones del gobierno mexicano, hay algunos indicios que nos podrían orientar sobre la relación Estado-crimen organizado en el pasado reciente.
El primer indicio es la idea, diseminada en la opinión pública, de que los gobiernos panistas de Vicente Fox y Felipe Calderón protegieron al Cártel de Sinaloa, ya sea desde la provisión de amparo directo, o por complicidad u omisión.
Expertos observaron que la mayor parte de las detenciones en el periodo de Calderón afectaban más a cárteles de las drogas, rivales del Cártel de Sinaloa, y que durante el pasado sexenio se protegió a dicho cártel.