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» » » » “10 de mayo no es de fiesta, es de lucha y de protesta”: mamás reclaman omisiones y falta de reconocimiento del Estado

Cientos de mamás, familiares y personas solidarias marcharon en la capital del país y otras entidades para reclamar al Estado por sus desaparecidos y recordar que las madres encontrarán la verdad.

Socorro Gil Guzmán es mamá de Jhonatan Guadalupe Romero Gil, desaparecido por policías municipales de Acapulco el 5 de diciembre de 2018 cuando tenía 26 años, en un país donde el gobierno insiste en rechazar la existencia de desapariciones forzadas. 

Junto a cientos de madres que lo han hecho desde hace 13 años, Socorro salió este 10 de mayo a las calles de la capital mexicana para resignificar la palabra dignidad y la palabra madre.

Así lo dijeron desde las escalinatas del Ángel de la Independencia las mamás que marcharon desde el Monumento a la Madre entre consignas como “Las madres no se rinden, las madres no se van, nos hace falta un hijo y lo venimos a buscar” o “No, no, no, no es un hecho aislado, las desapariciones son crímenes de Estado”. 

Desde la colectiva Memoria, Verdad y Justicia de Acapulco, Socorro recuerda cómo el día que desapareció su hijo iba acompañado de otro joven para jugar en una cancha ubicada muy cerca del zócalo de Acapulco. Se los llevaron a los dos, y al día siguiente el cuerpo del amigo fue hallado con signos de tortura. 

“Mi hijo sigue sin aparecer. En la fiscalía cometieron muchas omisiones, como desaparecer las pruebas de un video donde fueron a tirar a Carlos, que es el amigo de mi hijo. Me amenazaron, me persiguieron, me desplazaron, sufrí persecución y desplazamiento del estado de Guerrero, por la misma fiscalía, que fue la que se encargó de cubrir a todos los perpetradores”, relata.

Jornadas de memoria

Las jornadas de memoria por hijas e hijos desaparecidos comenzaron desde la tarde del viernes, cuando el Frente de familias de personas desaparecidas de la CDMX Luxiérnagas instaló un Árbol de la Memoria junto a la Fiscalía Especializada en la Búsqueda, Localización e Investigación de Personas Desaparecidas (Fipede) de la capital, con fotos de sus seres queridos desaparecidos.

Más tarde, veladas en el Monumento a la Madre y el Zócalo capitalino recordaron a las 27 mamás que han sido asesinadas en la búsqueda de sus hijos, así como tres que permanecen desaparecidas, con velas, imágenes y flores que encendieron las causas de la lucha mientras caía la noche.

Frente a las puertas de Palacio Nacional, durante la madrugada del 10 de mayo, un grupo de madres de víctimas de feminicidio encabezó la velada y protestó para que sus hijas, que no han encontrado justicia, sean nombradas.

Irinea Buendía, madre de Mariana Lima Buendia, víctima de feminicidio en 2010, estuvo al frente del acto de memoria haciendo un llamado a las autoridades recordándoles que “no llegaron todas, faltan nuestras hijas”. Clara Yañez Lopez, Antonia Alemán Andrade y Lidia Florencio también se acompañaron durante la madrugada de memoria por sus hijas Karla, Kari y Diana. 

Compartieron el sentir de un 10 de mayo doloroso, en el que sus hijas no están. El día, como para tantas otras, se ha resignificado mediante la protesta, acompañamiento y conmemoración. “No tenemos nada que festejar”, señaló Clara Yañez, mamá de Karla Marisol Valencia Yañez.
Ya en las primeras horas del 10 de mayo, el Monumento a la Madre fue escenario de un evento de memoria y oración, con elementos de diferentes espiritualidades y creencias religiosas, en el que a las mamás las acompañó la exigencia y la rabia, pero también el canto y la oración. 

“Marchamos juntas, hasta llegar a la justicia”

“Marchamos juntas, hoy, como signo de esperanza, hasta llegar a la justicia”, dijeron las mamás antes de enfilarse hacia Paseo de la Reforma para tomar el trayecto al Ángel de la Independencia. Una vez ahí, desde las escalinatas recordaron que al país le faltan más de 126 mil personas, no solo a sus familias.

“Decidimos este día que se conmemora en nuestra cultura, el 10 de mayo, salir al centro del país a demandar, a exigir la búsqueda y localización de nuestros hijos, de nuestros seres queridos, que aún no los hemos encontrado. El Estado mexicano ha fallado, y sigue estando en deuda con nosotras. Por eso, hoy estamos aquí congregadas”, se escuchó desde las escalinatas. 

Las madres recordaron que entre otras omisiones, no se ha querido fortalecer a las fiscalías y a las comisiones de búsqueda para que de verdad hagan su trabajo. Además, acusaron que las han desgastado en reuniones que no las acercan a encontrar a sus seres desaparecidos. 

“Ya basta de tanta farsa, señora presidenta Claudia Sheinbaum, debe saber que no nos engaña con falsas promesas, con falsas reformas que no son la solución, que no nos dan la verdad y justicia, que no se dan estrategias para frenar, para prevenir, la escalada de desapariciones. La solución va más allá.

“No somos ignorantes, somos personas sujetas de derechos; tenga respeto por nuestra lucha y nuestro dolor; en la medida que opte por romper con los pactos de impunidad, podremos empezar a confiar en usted. Un signo de voluntad política implica iniciar una reestructuración de la Fiscalía General de la República y procesos contra quienes han llevado al país a esta grave crisis de derechos humanos”, sostuvieron.

Adicionalmente, apoyaron y saludaron la decisión del Comité contra la desaparición forzada de la Organización de las Naciones Unidas de invocar el artículo 34 de la Convención Internacional para la protección de todas las Personas contra las Desapariciones Forzadas, que implica la apertura —por primera vez en la historia— de un procedimiento especial a México ante la posibilidad de que estén ocurriendo desapariciones forzadas de manera generalizada y sistemática. 

“El Comité ha seguido la situación en México por más de 10 años. Su decisión no es contra un proyecto de gobierno, es para proteger a las víctimas actuales y potenciales. Señora presidenta, Claudia Sheinbaum, se trata de que como representantes del Estado mexicano, con un poco de humildad y de responsabilidad, miren sus debilidades y limitaciones, y acuerden con el secretario general de Naciones Unidas un mecanismo independiente de investigación y de impulso a la verdad y la justicia con un componente de búsqueda e identificación”, pidieron.

“No nos escuchan, nos minimizan y nos revictimizan”

A Socorro, en lo personal, le da muchísimo coraje que el gobierno de México no reconozca plenamente la existencia de desapariciones forzadas: “Quisiera poder tener enfrente a este gobierno y decírselo en su cara, que se supone que era un gobierno para el pueblo, y este gobierno nos traicionó, porque no tenemos apoyo ni del gobierno municipal ni del gobierno estatal, y menos del gobierno federal. No nos escuchan, nos minimizan, nos revictimizan y desaparecen a nuestros hijos por dos, tres, cuatro ocasiones”, reclamó al pie del Ángel de la Independencia.

En el caso de su hijo, cuenta, hay incluso una carpeta de investigación abierta por desaparición forzada, gracias a testigos que declararon que fueron policías municipales quienes se lo llevaron, cuando solo estaba apoyando a su amigo a poner una denuncia contra su empleador en un bar. Socorro acusa que en la investigación no hay avances porque desaparecieron todas las pruebas de la carpeta. “Actualmente, la carpeta la tiene la ONU y está exigiendo que se llame a citar al fiscal porque él fue el que detuvo la diligencia con los nueve policías que ya habían citado”, agrega.
Como dicen las madres que buscan, que marchan y que toman el altavoz en el Ángel de la Independencia, quizá el gobierno no ordena las desapariciones, pero las solapa, las sigue permitiendo a sabiendas de la estadística y las consecuencias, y ha perpetrado y mentido a la comunidad internacional. 

“Las madres no se rinden, las madres no se van, nos hacen falta nuestros hijos y los tenemos que buscar”, se escuchó durante diferentes momentos de la protesta. La jornada también tuvo como objetivo recordar, a cada paso y en cada consigna, a las mamás que ya no están. 

“Este 10 de mayo, en el cual nada tenemos que celebrar, también marchamos y gritamos los nombres de las madres que ya no están en vida, para tenerlas presentes y recordar a las autoridades que para ellas no hubo verdad y justicia, y también para exigir que cesen los feminicidios, los ataques y las violaciones a los derechos humanos hacia las madres que, día a día, salen de sus hogares en busca de sus seres amados, haciendo el trabajo de la autoridad, y por ello han sido víctimas de estos hechos tan lamentables”, denunciaron en las escalinatas del Ángel. 

“10 de mayo no es de fiesta”

“10 de mayo no es de fiesta, es de lucha y de protesta” y “dónde están, nuestros hijos, dónde están”, se escuchó durante el avance de la marcha por Paseo de la Reforma, pero también en sus puntos de salida y destino. Madres del colectivo Una luz en el camino, de la Ciudad de México, se sumaron a esas voces e hicieron énfasis en que se reconozcan las desapariciones en todas las entidades. Pidieron que se haga justicia para sus desaparecidos; este 10 de mayo, dijeron, no pueden celebrar porque les hacen falta sus hijos.

“Que busquen, que realmente hagan su trabajo, que se pongan en los zapatos de las madres, de los padres, de los hijos, de los esposos en busca de nuestros seres queridos que están desaparecidos”, pidió Verónica Apodaca, quien busca a su hijo Bryan Quintero Apodaca, desaparecido el 15 de julio de 2016 en la alcaldía Gustavo A. Madero. 

Ella marchó bajo la misma convicción que muchas otras, y desde el reconocimiento de que la colectividad que encontró hace cinco años ha hecho la diferencia. “No nos rindamos, las madres nunca nos vamos a rendir, y no vamos a permitir que nos apaguen las voces ni las exigencias”, se escuchó desde esa colectividad antes de que las escalinatas del Ángel comenzaran a vaciarse.

FUENTE: ANIMAL POLÍTICO.
AUTOR: MARCELA NOCHEBUENA.

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