AUTOR: PAULINA VILLEGAS.
Lo que debió ser una ocasión de festejo, alegría, se convirtió en un momento para desahogar reproches e inconformidades entre las tres principales fuerzas políticas de México.
La ocasión ameritaba júbilo y congratulación. La promulgación de la polémica reforma constitucional en materia de telecomunicaciones y competitividad económica.
Representantes de PRI, PAN y PRD, gobernadores e integrantes del Pacto por México se reunieron en la capital del país para decretar una más de las reformas estructurales propuestas por el presidente Enrique Peña Nieto.
Pero en lugar de darse palmaditas en la espalda, los líderes de los partidos de la oposición aprovecharon la ocasión para exigir a los gobiernos priístas “respetar la legalidad de los procesos electorales”.