AUTOR: ARTURO CANO.
‘‘Antes que alguien me chingue, yo solito me mato’’, afirma el autodefensa.
Tocumbo, Mich., 12 de febrero. Le pusieron el apodo por su parecido al Doctor Kiro, enemigo mortal de Kalimán. El villano de la historieta prefirió el harakiri antes de caer en manos del hombre increíble.
El Kiro michoacano tiene un lema que evoca ese final: ‘‘Antes que alguien me chingue, yo solito me mato’’. Y un orgullo: ‘‘Hipólito (Mora) conoció a El Abuelo (Juan José Farías Álvarez) por medio mío’’.
El Kiro es ganadero en Tepalcatepec, pero desde hace un año anda del tingo al tango tomando pueblos, decidido a ver el día en que el último templario salga de Michoacán.
El azote de Solín era flaco. El Kiro es bajo, ancho y fuerte como un toro. Dice que no le gusta hablar. ‘‘Por eso me acompaña él, porque yo no sé leer ni escribir’’, suelta y señala con un gesto al Comandante Rojo.