AUTOR: ALEJANDRO GUTIÉRREZ.
La oficina de promoción turística de México en España está en manos de una diplomática, Ximena Caraza, a quien una auditoría le detectó varias irregularidades en su gestión. Revisiones ordenadas por la oficina de control del Consejo de Promoción Turística han encontrado gastos superfluos y probables actos de corrupción en el manejo de contratos con empresas que pertenecen a amigos de la funcionaria. Según fuentes consultadas por Proceso, Caraza no solamente no está preocupada por su proceder, sino que alardea con que se mantendrá en su puesto pese al cambio de administración federal.
MADRID (Proceso).- Ximena Caraza Campos impuso su personalísimo modo de gestionar la promoción de México como destino recreativo. Su administración en la Oficina Regional para Europa del Consejo de Promoción Turística (CPTM, con sede en esta capital) estuvo plagada de casos de aparente corrupción, dispendio de recursos públicos, así como entrega de contratos ventajosos a empresas de amigos y a otras que condescendieron con la funcionaria.
Esto se desprende de las auditorías 11/2008 y 01/2009 realizadas por el Órgano Interno de Control (OIC) del mismo consejo –de las que Proceso tiene copias– que documentan el incumplimiento de contratos, gastos superfluos y una ostentosa remodelación de sus oficinas que, concluyen los auditores, “no garantizan que el ejercicio de los recursos públicos federales se realice con base a criterios de legalidad, eficiencia, eficacia, economía, racionalidad, austeridad, transparencia, control y rendición de cuentas”.