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La foto en el 4 de julio sin visa

Marina Ávila Olmeda, la gobernadora, como se ha confirmado en hechos recientes, no suele aparecer más en actos públicos donde la audiencia no esté controlada por ella o por el partido Morena al que representa.

Muy habituada a mostrarse en redes sociales en actos de apariencia espontáneos en taquerías, calles, obras y en pocas colonias, desde el 10 de mayo que hizo de conocimiento público, igual en redes sociales, que su visa para entrar a territorio estadounidense le había sido revocada, en una acción indirecta por el retiro del mismo documento a su esposo, Carlos Torres Torres, Marina Ávila dejó de ser el personaje de público, popular y del pueblo.

Marcada por la negativa de un país a permitirle la entrada a su territorio, y además siendo que eso, la revocación de la visa, es un hecho que nunca antes había sucedido a un gobernador en funciones, ya no digamos gobernadora, la sumió en un ostracismo político y público del que poco a poco intenta salir… sin mucho éxito.

Su popularidad, antes en las primeras ligas, descendió hasta el último de los 32 lugares tratándose de los mandatarios en los Estados, y sus actos “públicos” pasaron a ser audiencias cerradas para público interesado y de a modo para ella. Como aquella “manifestación de apoyo” que le organizaron sus secretarios de Estado y Morena, al tiempo que en Tijuana se realizaba una réplica de la carnita asada mexicalense, la manifestación social más grande contra un gobernante de BC, después de la que se organizó contra Kiko Vega en el 2017 cuando intentó privatizar los servicios del agua.

Al tiempo su estrategia política cambió. Dejó de mostrarse con su esposo de manera pública, aunque en privado le sigue favoreciendo con su confianza, a tal grado que el Día del Padre en este junio pasado, sus palabras prodigiosas fueron para su padre y no para el de sus hijos.

Carlos Torres, por su parte, es investigado por lavado de dinero y otros delitos en los Estados Unidos, motivo por el cual le fue revocada la visa, y en el entendido que, junto a su hermano Luis Torres Torres, es nombrado en una carpeta de investigación por huachicol en México, como parte del entramado en la defraudación fiscal.

En varias ocasiones y a propósito que le revocaron la visa, la gobernadora ha justificado el no poseer el documento migratorio, tan necesario especialmente en una entidad fronteriza como lo es Baja California, argumentando que no necesita visa para gobernar el estado, o que los tacos le gustan más que las hamburguesas; al tiempo que pregunta a su cautiva audiencia quiénes no tienen visa para ser parte de una comunidad, cuando lo correcto sería preguntar a cuántos de los presentes les han revocado la visa.

Aun así, por primera ocasión en tres años, y como para intentar transmitir algo que no es en la realidad, Marina Ávila acudió presurosa a la celebración del Día de la Independencia de los Estados Unidos, celebrada por el Consulado de dicho País en Tijuana, el 2 de julio de 2025.

Primero llamó la atención de los organizadores que la gobernadora confirmara su asistencia al acto diplomático de celebración que se lleva a cabo cada año en la sede de la Embajada de los Estados Unidos en Tijuana, y que además hiciera público que asistiría, dado que los dos últimos años anteriores no acudió. En 2023, y en un claro enfrentamiento con la entonces alcaldesa de Tijuana, también de Morena, Montserrat Ávila, la asistencia de la presidenta municipal fue el argumento para no presentarse la gobernadora. Y en el 2024, sin dar motivo específico, sólo envió a su representante, el secretario de Gobierno.

Este 2025 y después de una campaña de casi dos meses para justificar que ella no necesita la visa de los Estados Unidos para gobernar Baja California, decidió presentarse.

No sólo la gobernadora participó en un acto de un país que le ha negado la entrada a su territorio y que investiga a su esposo, a quien primero le revocó la visa, sino que dio unas palabras en el acto y se hizo un sin fin de fotografías que su equipo de comunicación y medios aliados compartieron exhaustivamente.

La imagen de la gobernadora en la sede consular con el Cónsul Chris Teal fue compartida fervorosamente para dar la impresión de que la mandataria está mejor que nunca con los Estados Unidos. No es así. La realidad es que a esa celebración, y por protocolo, fueron invitados ella y otros actores de la política local, sin que ello signifique que su visa de turista le será regresada.

El gobierno de la Unión Americana, mantiene una veda sobre el ingreso de la gobernadora a su país; no hay una situación o acción que indique que su documento de viaje le será concedida de nueva cuenta, tal como ha sucedido con Jorge Hank Rhon desde el 2009, cuando le fue revocada la visa y no se le permite entrar a ese territorio, aun cuando ha tenido amables relaciones con cónsules de los Estados Unidos en Tijuana.

Es decir, que acudir a una sede consular no la exime de la revocación de la visa, ni le suma puntos, ni es una consideración a su favor en miras a recuperar el documento. Pero en su departamento de comunicación así lo han querido dar a entender… o por lo menos minimizar la gravedad que implica que a una gobernadora de un estado fronterizo le hayan revocado la visa para entrar al país vecino.

Este hecho, las muchas fotos compartidas de la mandataria en la celebración diplomática, tampoco ha disminuido la animadversión o antipopularidad que se ha ganado la gobernadora a partir del retiro de la visa, así como las investigaciones sobre su esposo y cuñado y el descubrimiento de una casa que ocupó en San Diego, que tiene un valor cercano a los cinco millones de dólares.

La realidad es que el hecho de que haya asistido a la celebración de la Independencia de los Estados Unidos solo implicó más trabajo para los grupos del orden en el Consulado, y no tuvo carga alguna en la recuperación de su visa.

Sin embargo, para una gobernadora acostumbrada a mantener su presencia política a través de las redes sociales, mediante la frivolidad de las imágenes y los cánticos de las sirenas virales, su presencia en el acto consular fue vendida como un voto de confianza por parte de un gobierno que le niega la entrada a su territorio por asociaciones sospechosas que empiezan en casa.

FUENTE: SEMANARIO ZETA.
AUTOR: ADELA NAVARRO BELLO.

Los actos cerrados de una gobernadora pública

Marina del Pilar Ávila Olmeda, la gobernadora de Baja California, ha dejado de tener actos verdaderamente públicos, abiertos a la ciudadanía. Su agenda institucional está cerrada, ni siquiera a los representantes de los medios de comunicación se convoca. Mucho menos acude con aquella estrategia política que utilizaba, de manera espontánea, a lugares donde la asistencia no esté contralada por su equipo.

La agenda pública de la gobernadora de Baja California es cerrada. En los actos que encabeza la asistencia está controlada, se trata de beneficiarios de programas sociales, de afines a su partido y por tanto a su gobierno, tal cual como aquella manifestación de Estado a su favor, que se organizó en Tijuana entre partido y gobierno para contrarrestar la carnita asada mexicalense, y donde todos los asistentes fueron controlados, acarreados, pagados o llevados obligados.

Cerrar la agenda, controlar la asistencia, es la manera que evidentemente su equipo ha encontrado para contrarrestar la animadversión pública que se despertó contra la mandataria estatal morenista, a raíz de que primero su esposo y luego ella, informaran en sus páginas de Facebook y por separado, que les habían revocado la visa para entrar a los Estados Unidos.

Los días siguientes se develaron nuevos aportes al contexto en que les fueron retiradas las visas a Carlos Torres Torres y a Marina Ávila, la gobernadora. Él, junto con su hermano, fueron mencionados en una carpeta de investigación en la Fiscalía General de la República (FGR), como parte del entramado ilícito para importar combustibles a México, provenientes de los Estados Unidos, defraudando a la Hacienda Pública, a Petróleos Mexicanos, a través del huachicoleo, entre otros delitos señalados en la investigación. Además, en los Estados Unidos, confiarían agentes a ZETA, Carlos Torres también había sido mencionado en un caso de lavado de dinero y conspiración para la comisión de otros delitos.

En medio de las sospechas, la ausencia física del esposo de la gobernadora, y el hecho que ella tuviese que enfrentar tal crisis sola, también fue revelado en medios de comunicación, a partir de una imagen ciertamente compartida por Marina Ávila en sus redes sociales, la existencia de una casa que fue adjudicada a su propiedad, en la exclusiva zona de Rancho Santa Fe en San Diego, California, Estados Unidos.

Mientras los señalamientos sucedían, y el polémico empresario a cuyo nombre está la mansión, y que comparte propiedad con su jefa de finanzas, que resultó ser la esposa del exfiscal de Baja California, Ricardo Iván Carpio, la gobernadora se sostuvo de la versión del empresario Fernando Salgado, para justificar que efectivamente la casa no era suya, pero que sí la había visitado.

Pero entre la revocación de la visa, el hecho que el país vecino prácticamente los señalara de non gratos para entrar a su territorio, y les haya perdido la confianza para revocarles el documento emitido para ello, la mansión de casi 4 millones de dólares que presumió en redes sociales junto a sus padres e hija, la ausencia pública de su esposo y su cuñado, quienes por semanas pusieron tierra de por medio, a la otrora muy pública y presente en redes Gobernadora Marina Ávila, la alcanzó la animadversión social.

En cada publicación que ella o su esposo hacen en las redes sociales, se llena de comentarios negativos hacia sus personas, sus conductas o sus actitudes. Los equipos de redes sociales se encargan de borrar tales comentarios, pero son tantos que no alcanzan a “limpiar” las sentencias y dejar sólo las positivas.

Para borrar esos probables comentarios negativos fuera de las redes sociales, los actos de la gobernadora son controlados, se limita la asistencia y en ocasiones ni siquiera se convoca. Como sucedió el jueves 12 de junio cuando se inauguró una estructura arquitectónica para hermosear una zona del Parque Esperanto en Tijuana.

En el lugar se abriría, con listón inaugural, una zona de alimentos, una fuente, el Pabellón José Galicot con la escultura de Daniel Ruanova, entre otras novedades para hacer más completa y funcional el área recreativa.

Dedicado altruista, comprometido empresario, fervoroso promotor de la cultura, las artes,  cronista y defensor de Tijuana, don José Galicot trabajó mucho por esa zona, por esa obra, por ese pabellón, al cual le pusieron su nombre para honrarlo, pero no pudo presumir su hazaña, porque el gobierno del Estado cerró el acto. No convocó a medios ni a usuarios, ni a ciudadanos.

Paradójicamente en un parque, un área que concentra para su esparcimiento a la sociedad, el acto fue cerrado para ser videograbado y transmitido “en vivo” en las redes de la gobernadora, cerrando la posibilidad de cualquier manifestación en el área, fuese a su favor o contra.

Al acto, llegó con su esposo, Carlos Torres Torres, pues él había sido el promotor de ese espacio social de entretenimiento cuando era coordinador de Proyectos Estratégicos, pero no se permitió que se les tomara foto alguna, de hecho, ni el gobierno del estado envió alguna imagen de la pareja juntos en la develación de la obra y el Pabellón José Galicot, el único espacio que tuvo una formal, aunque cerrada inauguración.

Fueron poquísimos los invitados al parque ese día. Aparte de la gobernadora y su esposo Carlos Torres, por supuesto el homenajeado José Galicot, algunos miembros de la familia de él, algunos empresarios que también contribuyeron como Carlo Muzquiz, de igual manera Luis Lutteroth, y pocos funcionarios, el titular de IMOS, la secretaria del Medio Ambiente, el director del sistema Cobach y párele de contar.

El acto duró menos de 30 minutos, y el discurso de la gobernadora apenas 8 minutos.

Refirió en su discurso la gobernadora a don José Galicot, como “alguien muy especial, alguien que siempre ha sabido cómo plantarnos una sonrisa, hacernos bailar y, por supuesto, contagiarnos de optimismo en los momentos más complejos. Un tijuanense nacido en la sierra de Chihuahua que siempre busca el cómo sí, el sí se puede, el sí se pueden hacer las cosas… Por ello, yo he decidido que este lugar, que este pabellón (lleve) el nombre del Pabellón José Galicot”.

Y también tuvo reconocimiento para su esposo: “Este parque representa la suma de muchos esfuerzos de personas como don Pepe Galicot, que siempre se la han jugado por Tijuana y por Baja California. También quiero agradecer de manera muy especial a Carlos, es mi esposo, Carlos Torres, porque durante todo este tiempo ha sido el alma de estos proyectos. Muchas gracias, muchas gracias por tu apoyo y muchas gracias por poner tu corazón por delante para que esto sea una realidad por los discapacitados”.

Sin embargo, pocos fueron testigos no sólo del homenaje a don José Galicot, sino del respaldo que, otra vez, le da la mandataria estatal a su marido, en la nueva etapa de los actos cerrados de una gobernadora pública.

FUENTE: SEMANARIO ZETA.
AUTOR: ADELA NAVARRO BELLO.

Hasta La Gaviota dio la cara

Cuando estalló el escándalo de la Casa Blanca adjudicada a la familia Peña-Rivera, entonces presidente Enrique Peña Nieto y Angélica Rivera primera dama del País, por allá de noviembre de 2014, y el grupo de investigación de Aristegui Noticias develó que poseían una mansión valorada en unos 7 millones de dólares, que además estaba a nombre de una empresa relacionada con el Grupo Higa, el principal constructor de los gobiernos del priista, quien salió a dar la cara por la casa fue la esposa, entonces y ahora apodada La Gaviota por una interpretación en una telenovela.

Sola, con un traje morado, contra una pared, con los brazos sobre una mesa y sosteniendo documentos en sus manos, Angélica Rivera habló por ella y defendió su patrimonio. Pocos le creyeron. Sin embargo, salió a dar la cara por su familia, incluido su esposo, el presidente Enrique Peña Nieto.

En Baja California, después de que el 10 de mayo el esposo de la gobernadora informó vía Facebook que su visa de turista le fue revocada, y que con ello había afectado a su esposa, Marina Ávila, no ha dado la cara en 27 días. El primer caballero del estado, y recién afiliado a Morena, ha permanecido escondido en algún lugar de México, o del mundo, y ha dejado sola a su esposa.

No sólo la dejó con la crisis más grande que haya tenido cualquier gobierno estatal en México: que un gobernador, en este caso mujer, en funciones, le hayan retirado la visa para entrar a los Estados Unidos, que prácticamente le prohibieran el acceso a ese país, y para agravar el asunto, estando al frente de la administración de uno de los estados fronterizos con la Unión Americana una relación binacional prioritaria en esta región económica.

A los días del anuncio de la revocación de las visas, primero la del esposo y luego la de la gobernadora, otro escándalo, el segundo en menos de dos semanas, sacudió al gobierno de Baja California: una casa de cuatro millones de dólares, que la propia mandataria presumió en redes sociales, localizada en Rancho Santa Fe, en el condado de San Diego, California, donde departió con sus padres y su hija, pero que está a nombre de un polémico empresario, Fernando Salgado, ligado no sólo a Morena, también al alcalde de Tijuana, Ismael Burgueño, y en algunos proyectos al gobierno del estado, a Carlos Torres Torres y hasta al exfiscal, Ricardo Iván Carpio.

Ambas polémicas, las más grandes que han sucedido en Baja California con el retiro de la visa norteamericana a la mandataria estatal, algo que nunca había ocurrido en el País, y en la utilización de una mansión millonaria en San Diego, la gobernadora Marina Ávila Olmeda las ha enfrentado sola. De su marido nada se sabe, sólo lo que publica en Facebook.

De tener una vida muy pública, de representar junto a su hermano Luis Torres los intereses de la gobernadora, de ser escoltado por camionetas oficiales con escolta y apoyado en las relaciones públicas por el publirrelacionista de Jorge Hank y del gobierno del estado, Miguel Ángel Badiola, Carlos Torres pasó al ostracismo. Se escondió, se esfumó, se ocultó del ojo público y el martes de esta semana, el 3 de junio, finalmente hizo desde donde se encuentre refugiado, lo que debió hacer cuando el retiro de su visa de turista para entrar a los Estados Unidos: se deslindó del cargo “honorario” que su esposa le concedió y el alcalde de Tijuana, Ismael Burgueño también.

Si como Torres Torres dijo en su publicación inicial que lamentaba “profundamente que esta situación haya tenido consecuencias para mi esposa, Marina del Pilar”, y él se consideraba responsable de lo que su esposa estaba viviendo, la pregunta es por qué no se deslindó de su gobierno de manera inmediata. De hecho, fue la gobernadora, quien días después de informar de las revocaciones a ambos de las visas norteamericanas, lo ratificó en el cargo de coordinador de Proyectos Estratégicos.

Hubieron de pasar 25 días, para que finalmente el esposo se deslindara de los espacios de gobierno que ocupaba en la administración de su mujer y en la de Tijuana. Finalmente, fue convencido quizá, o entró en razón tal vez, de hacerse a un lado y no seguir explotando las posiciones políticas de su pareja para provecho de sí mismo, como lo ha hecho sistemáticamente desde 2019 cuando ella era alcaldesa de la capital bajacaliforniana.

La cuestión es que -a diferencia de Angélica Rivera, que lo hizo de frente, con cámaras, que no se escondió y continuó con su vida de primera dama de México-, Carlos Torres, el primer caballero de Baja California, no da la cara; informa desde la oscuridad, agazapado en algún lado justificando poner “pausa” a su vida pública para dedicarse a su familia, a sus hijos, pero dejando sola a su esposa con la crisis política más grande que ha habido en el estado, de la cual es protagonista.

Ahora sí que en el caso de la familia Ávila-Torres no hay un gran hombre detrás de una gran mujer, sino un hombre camuflajeado en el gobierno de su esposa, amparado en un partido político poderoso, confiado en la protección del oficialismo desde la Presidencia de la República, oculto en algún lugar, alejado del ojo público, arropado con la impunidad de investigaciones truncas en la FGR, pero muy señalado por la autoridad de los Estados Unidos que le niega el acceso a su territorio.

Quizá, con el ocultamiento de Carlos Torres, con el hecho de dejar sola a su esposa enfrentando las crisis políticas y personales que tiene, sus aspiraciones a ser candidato de Morena a la alcaldía de Tijuana en 2027 también se hayan esfumado, así como su persona que se perdió en medio del peor brete que se tenga en la historia de Baja California.

La protesta ciudadana sigue: sea con carnes asadas, con gritos de “Fuera Marina” en cualquier concentración de personas, o con el ya muy popular “¿Y el Torres?”, emulando a quienes en Sinaloa buscaban al Gobernador Rubén Rocha. Pero en Baja California, quisieran saber dónde está el esposo de la gobernadora y por qué no da la cara. Al menos, como sí lo hizo La Gaviota, en 2014.

FUENTE: SEMANARIO ZETA.
AUTOR: ADELA NAVARRO BELLO.

Una casa, el poder y el gobierno de Marina

Fernando Salgado Chávez es un personaje muy cercano al poder en Baja California. Aunque públicamente se mueve con un bajo perfil, su influencia la viven y la padecen otros empresarios de la región, particularmente en Tijuana, Rosarito y Ensenada.

Originario del puerto de Ensenada, dicen quienes le conocen que es dado a ser la mano que mueve los hilos, o la cuna de la política, lo cual logra a partir de invertir recursos en las campañas políticas. En el puerto bajacaliforniano fue muy ligado al gobierno de Armando Ayala, quien a su vez fue señalado incluso ante la hoy alcaldesa, Claudia Agatón, como quien obstaculizaba obras y desarrollos por no llegar a acuerdos extraoficiales financieros.

En Baja California, hace unos 15 años, Salgado Chávez hizo amistad y compadrazgo con quien sería el fiscal general del Estado, Ricardo Iván Carpio Sánchez, motivo por el cual, la esposa del ex fiscal, Anakaren Sánchez Rodríguez, aparece como la directora financiera de la empresa INTL Builders Inc, que dirige Salgado, y la cual compró la casa en Rancho Santa Fe en la que se exhibió la gobernadora Marina del Pilar Ávila Olmeda (y su familia cercana) en redes sociales.

Para darse una idea de la estrecha relación entre Salgado y Carpio, la esposa de este último es lo que en Estados Unidos se conoce como CFO (Chief Financial Oficcer, por sus siglas en inglés), pero en México en cualquier empresa ese cargo se conoce como “Director Financiero”, y se trata del “responsable de gestionar las actividades financieras de una organización. Supervisa la planificación financiera, la gestión de riesgos, el mantenimiento de registros y la elaboración de informes financieros, garantizando así la salud financiera de la empresa. Los CFO suelen reportar al CEO y tienen una responsabilidad fiduciaria ante la Junta Directiva y los accionistas”, de acuerdo a su definición.

En Rosarito, en la época en que el ayuntamiento lo encabezaba Araceli Brown, el encargado de Desarrollo Urbano, Enrique Díaz Pérez -refieren empresarios de la construcción- tenía dos jefes extraoficiales: uno el notorio por haber sido detenido por narcotráfico en 2009, Candelario Arceaga, el Cande; y el otro, Fernando Salgado Chávez.

Pero cuando esa administración en el quinto municipio terminó, esos poderes fácticos mudaron a Tijuana.

Efectivamente, empresarios de la construcción en la fronteriza ciudad, comentaron a esta columnista cómo Fernando Salgado controla toda obra, concesión o contrato que se otorga en la administración de Ismael Burgueño; para ello proveyeron la lista de funcionarios que se reportan no con el alcalde, sino con Salgado. Entre ellos, por supuesto, Enrique Díaz Pérez, quien pasó del Ayuntamiento de Rosarito, a ser el encargado de Desarrollo Urbano de Tijuana.

Se suma Pedro Montejo Peterson, secretario de Economía, quien es íntimo amigo de Fernando Salgado; Juan Diego Mascareño López en el IMPLAN; Nelly del Carmen Pabello Vega en Oficialía Mayor; y, muy importante, Fran Ochoa Chávez, en la Dirección de Obras e Infraestructura.

Con este entramado de colaboradores municipales, la red de Salgado -confiaron los empresarios- se encarga de bloquear proyectos que no concilian con ellos en términos financieros. Varios de los entrevistados para este texto, que solicitaron el anonimato por muy obvias razones de represión o mayores obstáculos en los trámites municipales, confiaron que los permisos, anuencias, citas, proyectos que entregan al Ayuntamiento de Tijuana no tienen el visto bueno del alcalde Burgueño, sino del empresario Fernando Salgado, a quien los funcionarios le reportan directamente. Algunos de estos desarrolladores están esperando que concluya la presente administración en Tijuana, para poder reactivar sus proyectos en otras condiciones y con otros funcionarios.

Toda esta red de funcionarios al servicio de externos y no del ayuntamiento, salió a colación una vez que se hizo público que la casa en la que la gobernadora Marina Ávila Olmeda presumió la celebración del Día del Padre en junio de 2024, y que publicó en su red social X, y que se asumió era su residencia, está a nombre de la empresa de Fernando Salgado donde la esposa del ex fiscal Carpio, Anakaren Sánchez, también aparece como directora financiera.

La mansión, porque, de hecho, el término de casa le queda chico, tiene alberca, seis recamaras, cuatro baños y medio, jacuzzi, barra, y hasta una playa artificial; además, claro, de las áreas de uso personal y común como salas, cocina, estancias y etcétera. Esta casa se descubrió cuando Marina Ávila publica la foto festejando a su padre, y la escenografía, un elegante sofá blanco con cortinas cafés, coincide con la de la mansión puesta en venta en marzo de este mismo año, un mes antes de que, al esposo de la gobernadora, Carlos Torres, y a ella misma, les fuera revocada la visa para internarse en los Estados Unidos.

La residencia en cuestión fue adquirida por tres millones 995 mil dólares, y por ejemplo, en el 2024, nada más de predial, pagó poco más de 50 mil dólares.

Tanta opulencia presumida por la gobernadora en sus redes, en momentos de una crisis política como la que vive por la revocación de su visa, hizo que se investigara la foto que publicó, y a la persona que ella señaló como el propietario de la mansión. Así se conoce la influencia de Fernando Salgado Chávez en la política bajacaliforniana y los bienes y raíces en los Estados Unidos, que utilizan mexicanos; o utilizaban, cuando podían entrar a aquel país.

La cuestión es si el poder y la influencia de Salgado seguirá ahora que se conoce de sus redes; o si, por ejemplo, el alcalde Ismael Burgueño retoma la administración de su gobierno y nombra a sus propios funcionarios; o si de plano el compromiso es tanto que se mantiene el escenario como está. Y eso, se verá en los próximos días.

Pero de que se ha destapado algo en Baja California, es una realidad innegable.

FUENTE: SEMANARIO ZETA.
AUTOR: ADELA NAVARRO BELLO.

Ante el autoengaño sordo se escucha el “¡fuera Marina!”

Han transcurrido 18 días desde el anuncio de la revocación de la visa al esposo de la Gobernadora y a ella misma, han sucedido manifestaciones masivas como la de Mexicali y otras de menor asistencia en el resto de los municipios, pero la sociedad, sigue sin ser escuchada, el desdén social es lo que impera, y los oídos gubernamentales sordos ante la consiga que se ha coreado en todas las manifestaciones hasta ahora realizadas: “¡fuera Marina!”.

Aunque la presencia de ciudadanos en la carne asada de Mexicali, organizada de manera espontánea para manifestarse contra la administración de la morenista Marina Ávila Olmeda, el sábado 17 de mayo, concentró al mismo tiempo a unos nueve mil manifestantes; hubo quienes se retiraron antes o llegaron, comieron, se manifestaron y se fueron. 

La respuesta ciudadana a la convocatoria del mismo origen fue impresionante y cimbró no solo la estructura del Gobierno bajacaliforniano, también la de Morena, un partido que después de seis años de Gobierno en esta entidad (dos de Jaime Bonilla, cuatro de Ávila), ya generó la inconformidad social. Dos decisiones se tomaron aquel 17 de mayo. 

Una por el equipo de Gobierno, y otra por ciudadanos. Los segundos organizaron carnitas asadas en otros municipios del Estado, de manera particular en Tijuana y Ensenada, los segundos se auto organizaron para el mismo día, sábado 24 de mayo, y a la misma hora, hacer una “fiesta” de “respaldo” a la Gobernadora Ávila Olmeda. 

La mandataria prefirió no aprovechar la crisis de credibilidad y confianza sobre su Gobierno para cambiar de estrategia y proveer lo que los ciudadanos exigen, seguridad, transparencia y buen gobierno; mejor optó por el autoengaño y la simulación. Terminó por mostrar un inexistente o inflado músculo ciudadano que la “respalda” frente a la manifestación orgánica ciudadana.

Así, el 24 de mayo una unidad deportiva que administra el Ayuntamiento de Tijuana, o sea una propiedad de Gobierno, aun también de origen morenista, fue utilizada con fines políticos, pues en la Unidad Deportiva Mariano Matamoros, en las periferias de la fronteriza ciudad, fue a donde se convocó a la “fiesta” de respaldo a la Gobernadora. No se trató de un acto espontáneo, sino de una concentración política-gubernamental-partidista con todas las de la Ley: acarreados, pago por asistencia, reparto de comida, de banderas, camisetas y otros artículos de campaña, de asistencia obligada para funcionarios, sindicalizados y estudiantes, so pena de sufrir despidos, descuentos o baja en calificaciones, con camiones de transporte masivo rentados exprofeso para salir con delegaciones de “seguidores” de los distintos municipios del Estado, con sillerio rentado, sonido, templete, áreas de entretenimiento para niños también rentadas, muchos vehículos alquilados para traslados, y secretarios y directores del Gobierno del Estado, alcaldes y funcionarios municipales, presentes en sábado, día hábil para el Ggbierno, en la nada espontánea y sí muy forzada, “fiesta de apoyo”.

Porque aquello no fue una fiesta, sino un acto político del Gobierno y del partido al que fueron obligados a asistir los casi cinco mil “apoyadores” de la mandataria estatal. Una concentración para el ego, un acto pactado, pagado y programado, para hacer sentir a la Gobernadora un apoyo que, de otra manera, no tiene. Tan no lo tiene, que ni con el transporte gratuito al acto, ni con el regalo de parafernalia política, ni con la comida repartida ni los dineros entregados, logró superar la estructura del Gobierno de Morena en Baja California, la asistencia de nueve mil manifestantes en la carnita asada de Mexicali del 17 de mayo de 2025.

Sí superaron otras concentraciones, como la de Tijuana o la de Ensenada, donde los asistentes se contaron por cientos acaso unos mil, pero en la ciudad más poblada, con todo el recurso del que dispusieron y sus bases partidistas, los del Gobierno de Morena, no superaron a los mexicalenses que, de manera harto pacífica, utilizaron una carne asada para manifestarse. Ha podido más la ciudadanía que el acarreo.

Aun así, con una asistencia pobre para la inversión, la Gobernadora Marina Ávila Olmeda llegó a la concentración por sus funcionarios y partidarios organizada y pagada. Se placeó entre los presentes, se tomó fotos, se mostró “sorprendida” y conmovida por la asistencia, y al modo se tomó fotos con los ahí presentes, las cuales posteó en su red social, pero al igual que en la calle, la respuesta ya no es la que espera. Baste revisar los comentarios de la publicación para encontrarse con que la animadversión ciudadana en las concentraciones masivas, también está presente en redes sociales. Imperan los comentarios negativos hacia su posición política, su gobierno y la realidad que se vive en el Estado.

Los acontecimientos recientes, la revocación de la visa para internarse en territorio norteamericano que le fue retirada personalmente a su esposo, Carlos Torres Torres (por cierto no presente en la “fiesta” de respaldo a la Gobernadora), y a ella vía notificación, la creciente inseguridad, la limitada y pobre exploración de narcofosas, el asesinato de personas en balaceras e incluso cuando se encuentran en hospitales públicos, los cientos de desaparecidos, o las extorsiones que muchos ciudadanos dicen ser objeto por parte de servidores públicos municipales o estatales, han sido la denuncia y los motivos de los reclamos recientes. Sin embargo, con la programación de un acto para auto respaldarse, Morena, Marina Ávila, y su Gobierno, reiteran el desdén que han tenido con la concentración ciudadana, a la que ni la atienden ni la entienden, alejándose cada vez más de la sociedad en las calles, para limitarse a actos “públicos” con asistencia controlada, como la fiesta que se autoorganizaron, o la entrega de apoyos sociales, y constitucionales.

Han transcurrido 18 días desde el anuncio de la revocación de la visa al esposo de la Gobernadora y a ella misma, han sucedido manifestaciones masivas como la de Mexicali y otras de menor asistencia en el resto de los municipios, pero la sociedad, sigue sin ser escuchada, el desdén social es lo que impera, y los oídos gubernamentales sordos ante la consiga que se ha coreado en todas las manifestaciones hasta ahora realizadas: '¡fuera Marina!'.

FUENTE: SIN EMBARGO.
AUTOR: ADELA NAVARRO BELLO.

Gobierno de BC: Mansión de San Diego es de un amigo de Marina del Pilar

En el comunicado se asegura que la casa pertenece a Fernando Salgado Chávez, amigo de la mandataria y su familia, y que está en venta desde marzo pasado, antes de que surgiera la polémica de las visas.

El gobierno de Baja California, a través de un comunicado a medios, aseguró que Marina del Pilar Ávila Olmeda no posee la casa en San Diego que está a la venta  por 4.5 millones de dólares y cuyas imágenes coinciden con un mensaje de Instagram de la propia mandataria. 

“La propiedad mencionada no pertenece ni ha pertenecido en ningún momento a la gobernadora Marina del Pilar Ávila Olmeda. No existe ningún vínculo legal, financiero, ni patrimonial entre la mandataria y el inmueble al que se hace referencia”. 

En el comunicado se asegura que la casa pertenece a Fernando Salgado Chávez, amigo de la mandataria y su familia, y que está en venta desde marzo pasado, antes de que surgiera la polémica de las visas revocadas a la gobernadora y su esposo Carlos Torres.

“En cuanto a la presencia de la mandataria en dicha residencia, se aclara que la gobernadora la ha visitado en algunas ocasiones. Como miles de bajacalifornianos que viven en una región fronteriza, mantiene vínculos personales y familiares en California, y ocasionalmente visitan hogares de amistades cercanas. En este caso, la casa es propiedad del señor Fernando Salgado Chávez, a quien se le respeta su vida privada”.

De acuerdo con Mexicanos contra la Corrupción, Salgado Chávez Salgado es un empresario del ramo inmobiliario que ha construido desarrollos en Baja California, entre ellos, Cosmopolitan By The Sea, en la costa de Ensenada.

En el comunicado se agrega que Marina y su esposo: “No tienen, ni han tenido, propiedades o cuentas bancarias en Estados Unidos, ni en ningún otro país. Se exhorta a la ciudadanía a informarse a través de fuentes oficiales y verificadas, y a no dar espacio a rumores o noticias falsas que atentan contra el derecho colectivo a la verdad”.

La gobernadora, envuelta en una polémica en semanas recientes por la cancelación de su visa, lo que le impide viajar a Estados Unidos, no ha hecho declaraciones al respecto. 

Los elementos que este fin de semana levantaron sospechas sobre la mansión de San Diego y su relación con la gobernadora son: una foto de Instagram compartida por la propia Marina del Pilar el 28 de agosto de 2024 en la que está acompañada de sus padres e hijos, festejando el Día del Abuelo.

La foto es real y se puede cotejar en la cuenta de Instagram de la mandataria. Mientras que el sitio inmobiliario Realtor, donde está en venta la propiedad, también publica una foto de la sala con detalles que lucen idénticos, como el sillón, la colcha encima del mismo, una mesa de centro y las cortinas.

FUENTE: EMEEQUIS.
AUTOR: REDACCIÓN.

Los Torres, investigados en EEUU y México

Al momento un párrafo fue certero, preciso y premonitorio en el texto publicado por Carlos Torres Torres el sábado 10 de mayo de 2025 en su página personal de Facebook:
“Lamento profundamente que esta situación haya tenido consecuencias para mi esposa, Marina del Pilar, quien -a pesar de no haber provocado nada- la ha enfrentado con serenidad, firmeza y sin perder nunca la empatía que la define”, escribió casi al final de su diatriba para informar de la revocación de su visa de turista provista por el gobierno de los Estados Unidos.
Efectivamente, la gobernadora Marina Ávila Olmeda fue, de entrada, el daño colateral de la revocación de la visa B1/B2 para ingresar a los Estados Unidos a su esposo, pues en una medida consecuente, a ella, “a pesar de no haber provocado nada”, también le revocaron el documento para el cruce migratorio a los Estados Unidos.

Sin embargo, en el asunto de la cancelación de documentos migratorios a la gobernadora Marina del Pilar Ávila y a su esposo, Carlos Torres, hay dos certezas: mientras que Torres está siendo investigado en los Estados Unidos y México por la posible comisión de delitos, la mandataria estatal también podría estar en la mira de la autoridad norteamericana, tras ordenar el cese de excavaciones en fosas halladas en el Cañón de las Carretas en abril pasado.

JUSTIFICACIÓN SIN SUSTENTO

Carlos Torres justificó la prohibición hacia su persona para internarse en la Unión Americana, como “una medida que, como ocurre con muchas personas en contextos similares, responde a disposiciones internas del Departamento de Estado. Cabe señalar que mi conciencia está tranquila y estoy seguro que se resolverá la situación de manera favorable. En la actualidad, la aplicación de estos criterios administrativos se ha vuelto cada vez más común, y como tantos otros, estoy incluido en ese universo”.

Una fuente del Departamento de Estado de los Estados Unidos, explicó que no fue así la revocación de la visa de Carlos Torres Torres, la cual ocurrió primero que la de la gobernadora del Estado, sino que es la consecuencia inicial de una investigación que se lleva a cabo en aquel país, por actos que pudieran encuadrarse en “delitos de lavado de dinero y conspiración para la comisión” de otros, confió el funcionario a ZETA.

Pero Carlos Torres Torres no está solo en esa investigación. Aunque su esposa, la gobernadora Marina Ávila, no aparece en la novel indagatoria, sí ha sido mencionado su hermano, Luis Alfonso Torres Torres, quien en el pasado panista de la familia Torres, ocupó cargos públicos, el más notorio de ellos en la época del sexenio de Felipe Calderón Hinojosa, como administrador de la Aduana de Tijuana.

En la Fiscalía General de la República, informó un investigador de la FEMDO (Fiscalía Especializada en Materia de Delincuencia Organizada) que prefirió reservar su identidad para efectos de este reportaje, los nombres de los dos Torres Torres, Luis Alfonso y Carlos, aparecen en una carpeta de investigación donde los delitos que se presume cometieron, junto a otras personas, son: evasión fiscal, corrupción, huachicoleo, daño a la nación, operaciones con recursos de procedencia ilícita y delincuencia organizada.


Efectivamente, como escribió Torres, la gobernadora Marina Ávila no ha provocado investigación en su contra, como sí la hay contra su esposo y cuñado.

Aunque elementos de seguridad del Departamento de Estado de los Estados Unidos, actúan con reservas al considerar -dijeron de manera extraoficial- que fue la mandataria estatal quien ordenó detener la exploración y excavación de una denunciada fosa clandestina en el Cañón de las Carretas en Tijuana, el 14 de abril de 2025, situación que pudo contribuir a la decisión de revocarle la visa, algo que nunca antes había sucedido ni en México ni en Baja California: que a un gobernante en funciones le fuese retirada la visa de turista para entrar a los Estados Unidos.

PRIMERO REVOCARON SENTRI, LUEGO VISAS; LA INVESTIGACIÓN

Lo primero que le revocaron a Carlos Torres Torres, una semana antes de la visa de turista en la Garita de San Ysidro, fue la tarjeta Sentri (Secure Electronic Network for Travelers Rapid Inspection, por sus siglas en inglés), una tarjeta de viajero confiable que le permite al usuario cruzar los puertos fronterizos por unas garitas especiales que, ante la pre aprobación de la solvencia moral y económica del tarjetahabiente, agilizan el cruce al minimizar la revisión de documentos y vehículo, haciendo que esperas de dos, tres o cuatro horas en líneas normales, se reduzcan a minutos.

Para obtener la tarjeta Sentri, el Departamento de Seguridad Nacional recibe las solicitudes y realiza una exhaustiva investigación de los antecedentes de la persona, como la dependencia lo explica: “Todos los solicitantes pasarán por una rigurosa revisión de sus antecedentes y una entrevista personalmente”. En tal inspección participan corporaciones fiscales, de antecedentes penales, corporaciones policíacas de investigación, antidrogas y migratorias. El objetivo es que la persona compruebe no sólo la solvencia económica, para demostrar que no solicita el documento para residir en la Unión Americana, sino que no ha tenido problemas con la Ley, que no es sujeto de investigaciones y que no se ha relacionado con personas o grupos ilícitos. Cualquier cambio registrado en estos temas, es motivo de la revocación para el cruce preferente.


Oficiales del Departamento de Estado de la Unión Americana, confirmaron a ZETA que la Sentri fue lo primero que se revocó a Carlos Torres y posteriormente a la gobernadora Marina Ávila. Esta notificación, explicaron, sí llegó por la vía digital, pues el solicitante y tarjetahabiente debe tener una cuenta activa en el sistema de informática del Departamento de Seguridad Nacional (Homeland Security, en su idioma original), donde llena los formatos de solicitud y provee un correo electrónico para recibir las notificaciones del estado de su solicitud, renovación de la tarjeta del programa de viajero confiable, o cambios en el status. Y así sucedió, a Torres, dijeron, pues le llegó un correo electrónico notificándole de la revocación de su tarjeta Sentri.

Una semana después (que, de acuerdo a las fuentes de ZETA en la Unión Americana, se situaría cerca del 30 de abril), Torres Torres intentó cruzar desde Tijuana y hacia los Estados Unidos, por el puerto fronterizo de San Ysidro. A pesar que en su posicionamiento público personal mediante su cuenta de Facebook, Carlos Torres informó: “En días recientes fui notificado por autoridades consulares de Estados Unidos sobre la revocación de mi visa de no inmigrante, una medida que, como ocurre con muchas personas en contextos similares, responde a disposiciones internas del Departamento de Estado”, esto no fue así.

Una fuente del Departamento de Seguridad Nacional explicó a ZETA cómo sucedió:

Torres Torres llegó al puerto fronterizo y al entregar su visa de no migrante para cruzar a la Unión Americana, en la computadora del oficial del CBP (Custom and Border Patrol, por sus siglas en inglés) la autoridad fronteriza recibió una alerta del Departamento de Estado que indicaba que a esa persona, el esposo de la gobernadora, le debía ser retirada la visa de no migrante, siendo destruida.

En la puerta de entrada de revisión de documentos, el oficial del CBP le dijo a Carlos Torres que debía pasar a una inspección secundaria, la cual se realiza en unos patios exprofeso. Una vez escoltado al área de segunda inspección, otro elemento del departamento de seguridad le informó a Carlos Torres que le quitaría la visa; éste debía entregarla para ser destruida en el acto, y regresar al mexicalense a México por una vía especial para ello.

La fuente explicó a ZETA que las visas B1/B2 de no migrante no se revocan vía notificaciones de correo electrónico; a diferencia de la tarjeta de viajero confiable Sentri, la visa de cruce fronterizo debe ser retirada de forma física y posteriormente destruida.


En ese sentido, horas después de que su esposo hubiera informado de la revocación de su visa de turista para cruzar a los Estados Unidos, en su “Posicionamiento personal sobre medida consular en EE. UU”, como tituló su publicación Torres (aun no siendo claro con la realidad de cómo sucedieron los hechos), la gobernadora Marina Ávila hizo lo propio.

También en su página personal de la red social Facebook, la gobernadora Marina Ávila Olmeda, primero respaldó a su esposo y aclaró que tal acción “no es sólo personal, es moral y es político”. En el segundo párrafo de su texto, la mandataria estatal escribió: “Poco tiempo después de la medida consular que le fue aplicada a él, recibí una notificación similar”.

La realidad, dijo la fuente del Departamento de Seguridad Interior a ZETA, fue distinta.

Mientras a Carlos Torres Torres le retiraron su visa de manera física a finales del mes de abril, esto no sucedió de manera inmediata con la gobernadora. De hecho, explicó que las autoridades de la Unión Americana sopesaron si revocarle la visa también a ella o no, y que la consideración final para hacerlo, fue el hecho de tener conocimiento de que la gobernadora había detenido la exploración de una fosa del crimen organizado descubierta a mediados de abril en Tijuana y de la cual el Departamento de Seguridad de los Estados Unidos tenía no sólo conocimiento de su existencia, sino de la cantidad de restos ahí enterrados de manera clandestina por un cártel de la droga.

Por eso determinaron en Washington seguir el procedimiento de revocación de visa de no migrante a la gobernadora, al igual que previamente había sucedido con su esposo. Pero en su caso, explicó la fuente, por razones institucionales y respeto a si investidura como gobernadora constitucional del Estado de Baja California, y miembro de la clase política nacional, sí le dieron la concesión y cortesía de notificarle personalmente.

El emisario del gobierno de los Estados Unidos con la gobernadora Marina Ávila fue el Cónsul General de los Estados Unidos en Tijuana, Christopher Teal. “Él fue quien, por cortesía, para no hacerla pasar un momento incómodo en la garita internacional en caso que decidiera cruzar a los Estados Unidos, le notificó vía consular, y personalmente, de la revocación de su visa de no migrante”.


El jueves 8 de mayo, dos días antes de que Carlos Torres y Ávila informaran en Facebook la revocación de sus visas, y por lo menos dos semanas después que se la retiraran a su esposo en la garita internacional de San Ysidro, la gobernadora Ávila publicó una foto con el Cónsul Tiel en su cuenta de Instagram, la que acompañó con el siguiente texto: “Hoy me reuní con el Cónsul General de los Estados Unidos en Tijuana, Christopher Teal. Reafirmamos nuestro compromiso de fortalecer la cooperación en temas clave como seguridad, desarrollo económico y derechos humanos, siempre en beneficio de ambas naciones”.

En ambos casos, tanto a Carlos Torres en los patios de inspección secundaria del CBP como a la gobernadora por vía consular, no se les proveyó de mayor información, relató la fuente a ZETA, sobre los motivos de las revocaciones; primero de las tarjetas del programa de viajero confiable Sentri, y posteriormente de las visas de no migrante. En todo caso, explicaron, esa información la podrían solicitar por los canales institucionales del Departamento de Seguridad Nacional de los Estados Unidos.

La misma fuente reveló a ZETA que la revocación de la visa a Carlos Torres es a consecuencia de una investigación en Washington, la capital norteamericana, con información de una carpeta que ha sido elaborada por corporaciones de investigación en la frontera sur de los Estados Unidos y del norte de México.

EL CONTROL DE LAS ADUANAS Y EL HUACHICOL

Más allá de los dichos de empresarios que se han reunido con Carlos y Luis Torres Torres para negociar inversiones, concesiones, contratos y citas con entidades de gobierno, la primera vez que sus nombres aparecieron formalmente en una carpeta de investigación fue a raíz de la investigación iniciada el 26 de marzo de 2025, cuando Fuerzas Federales localizaron en Ensenada un predio con contenedores de almacenamiento de Diésel: cerca de ocho millones de litros de hidrocarburo. Huachicoleo a gran escala.

La investigación oficial correspondió a la Fiscalía General de la República, y para ello se apersonaron en el lugar, realizaron peritajes y entrevistas a personas de interés, servidores públicos de aduanas y otras dependencias. Uno de ellos, reveló lo siguiente, y así fue integrado a la carpeta de investigación:
“En Ensenada se nos obliga a quedarnos callados, a pesar de todas las cosas que vemos que hacen, ya que, se dice, se encuentran apoyados por un grupo de políticos del Estado, como ya se vio los Noveló (propietario del predio donde estaban los contenedores), el mismo presidente municipal de Ensenada, que ahora es senador Armando Ayala, y los hermanos Torres, que dicen que ellos tienen todo controlado, incluso hasta las autoridades federales, lo cual después de la muestra que nos acaba de dar la defensa (el descubrimiento del predio del huachicol), la Guardia Nacional y la fiscalía general nos hace ver que no es cierto que han sido puras mentiras para mantener amenazadas a todas las personas que queremos trabajar bien, y que nos obligan a estar consintiendo todos sus actos de corrupción. Por eso es que queremos hacer esta denuncia”.
Explicaron el modus operandi en lo que consideraron un “fraude a la Nación”: el Diésel llegaba en buques al puerto de Ensenada; en la aduana portuaria, había arreglos, aparentemente realizados por Luis Torres, dado la red de servidores que maneja en las Aduanas debido a su conocimiento y paso por la titularidad de la Administración General de Aduanas de Tijuana en el sexenio del presidente Felipe Calderón Hinojosa.

Un investigador de la FGR colaborador de la investigación, explicó a ZETA:
“El buque llega a la aduana conteniendo el Diésel que es traído de los Estados Unidos, pero se le dice a la tripulación en qué momento llegar y quién los va a atender en la aduana; de esta forma se concreta el acto de corrupción. Mientras que el contendor del buque está cargado con el combustible, ya hay un arreglo para que al momento de la inspección se especifique en los formatos que se trata de otro líquido y no de hidrocarburo; el agente aduanal, que ya está apalabrado, consta que se trata de un líquido distinto, llena el papeleo y lo deja internarse a tierra. Entonces no queda huella en documentos oficiales que se trata de Diésel, porque ya hubo un acuerdo para el tráfico del combustible”.
En este caso, informó la fuente a ZETA, la carpeta de investigación que se inició en Baja California, fue atraída por la FEMDO (Fiscalía Especializada en Materia de Delincuencia Organizada), dependiente de la Fiscalía General de la República. Al conocerse los hechos en que los hermanos Torres, y otros políticos de Baja California fueron mencionados, la carpeta fue del interés no sólo del fiscal general, Alejandro Gertz Manero, quien tiene conocimiento de la misma y dio seguimiento inicial a la indagación, sino que también se le participó la información al secretario de Seguridad y Protección Ciudadana del Gobierno de la República, Omar García Harfuch.

El investigador de la FEMDO reveló que fue incluso Harfuch quien condujo las investigaciones con la colaboración de los Estados Unidos, pues de acuerdo al seguimiento del buque y el combustible ilícitamente internado a México vía Ensenada, éste fue adquirido en el estado de Texas, en la Unión Americana.

El procedimiento irregular para traficar combustible de los Estados Unidos a México, se hacía de manera sistemática, pues aun cuando al momento del operativo de aseguramiento del predio del huachicoleo el 26 de marzo de 2025 en Ensenada, se encontraban casi ocho millones de litros de Diésel en los contendores; el combustible era transportado diariamente en pipas especiales y vendido a los centros de gasolina en los municipios de Baja California, Tijuana, Rosarito, y Ensenada, de manera primordial, pero no exclusiva.

En este contexto, informó el investigador de la FGR, la carpeta de investigación atraída por la FEMDO está en proceso de integración por, entre otros, los delitos de: corrupción, huachicoleo, evasión fiscal, falta a la Ley Federal de Hidrocarburos, delitos ambientales, daño a la Nación, faltas a la regulación de Petróleos Mexicanos, y delincuencia organizada, dado que se trata de una acción que utiliza insumos peligrosos, se realizó en un lugar público, participaron varias personas, grupos delictivos, y se obtuvo un beneficio ilícito.

Uno de los informantes de la FGR, y así consta en la carpeta de investigación, explicó la forma del ilícito negocio: “Compran el hidrocarburo en Estados Unidos, pero que no pasa su control de calidad; lo meten como desecho, pero en México lo venden como bueno. Cuando lo presentan en las aduanas, estas se hacen de la vista gorda, y pueden decir que simplemente es aceite aunque están introduciendo al país hidrocarburo ilegal, que además venden en las gasolineras de Pemex”.

Actualmente, la investigación sigue su curso en la FEMDO, aun con el hermetismo del fiscal Gertz Manero y el secretario García Harfuch.

LA GOBERNADORA: NO QUERÍA OTRO TEUCHITLÁN

Entre muchos, un tema llamó la atención de las autoridades de los Estados Unidos que, desde el Departamento de Seguridad Interior y el Departamento de Estado, realizan análisis de información de hechos de inseguridad y corrupción en la frontera norte de México y sur de los Estados Unidos: el descubrimiento de una narcofosa en el conocido como Cañón de las Carretas en Tijuana, el 14 de abril de 2025.

Aquel día, elementos de la Fuerza Estatal de Seguridad de la Secretaría de Seguridad de Baja California detuvieron a un grupo de narcomenudistas, uno de los cuales accedió a convertirse en testigo y delatar algunos ilícitos, entre ellos, la existencia de una fosa clandestina en las faldas del cerro Venustiano Carranza, en el Cañón de las Carretas. De hecho, proporcionó un número aproximado de cuerpos ahí enterrados clandestinamente; más de 20, dijo.

Además aportó detalles que fueron publicados en la edición de ZETA que salió a circulación el viernes 25 de abril, unos cinco días antes que le fuera revocada la visa a Carlos Torres Torres, y otros días más de que sucediera lo mismo con la de la gobernadora Marina Ávila.

En la edición del Semanario, se publicó la lista que el testigo reveló de algunas de las personas que estaban ahí enterradas:

*“Una familia de cuatro integrantes”. Los jóvenes detenidos dijeron haber atestiguado esto, cuando convivían con la célula criminal que se apropió del inmueble.

*“También mataron al ingeniero”, José Alonso Guerrero Chávez, y a su ayudante Rubén Ramírez Rojas, ambos desaparecidos el 27 de marzo de 2024.

*“Y a la muchacha que violaron”. Se refiere a Mariana, la joven en calidad de desaparecida, y quien envió videos a su madre, los cuales sirvieron de evidencia para detener a una familia de pepenadores de basura: Ana Laura, su esposo Marco Antonio (apareció muerto el 22 de junio), el hijo de ambos, Bryan de 20 años, y Miguel Ángel, hermano de Antonio, por la desaparición de los ingenieros.

*“Un primo del Guasón por un pleito de terrenos”. Por “El Guasón”, se refirió un criminal aún no identificado por nombre y apellidos por las autoridades.

Pero de forma extraña e irregular apenas a tres días de haberla localizado, la Fiscalía General del Estado detuvo la exploración de la zona denunciada. En ese lapso solamente escarbaron en un punto, en el cual localizaron tres cuerpos. Pero después nada. La operación se detuvo.

Autoridades investigadoras de los Estados Unidos, indagaron por sus medios en el análisis binacional que realizan sobre el comportamiento de los cárteles de la droga, la inseguridad y la violencia, y pudieron confirmar que, en efecto, en esa zona del Cañón de las Carretas había más de 20 cuerpos en una fosa clandestina. Esta información fue proporcionada a ZETA, y confirmada por elementos de la FESC, que proveyeron información y dijeron no entender cómo y porqué se detuvo la excavación del lugar.

Se enterarían los estadounidenses más adelante del motivo del paro de la excavación. Poco más de un mes atrás, el 6 de marzo de 2025, un grupo de buscadores de desaparecidos, Guerreros Buscadores de Jalisco, había localizado un rancho llamado Izaguirre en el municipio de Teuchitlán, donde localizaron restos humanos, huesos, y centenares de piezas de uso personal, calzado, ropa, mochilas, enceres diversos. La investigación en el predio y la ubicación de zonas de control, los llevó a determinar que se trata de un lugar de exterminio.

Por supuesto, la noticia trascendió Jalisco y México. El conocido como rancho del exterminio del Cártel Jalisco Nueva Generación fue nota internacional y requirió de la atracción de la investigación por parte de la FGR titulada por Alejandro Gertz Manero, quien ha intentado por todas las formas de indagación pericial, ministerial y científica, demostrar que no se trata de un centro de exterminio sino de un centro de adiestramiento, efectivamente del Cártel Jalisco Nueva Generación. Sobre el caso, entre los detenidos, y bajo cargo de desaparición forzada entre otros, está el ahora ex alcalde de ese municipio, José Ascencio Murguía Santiago.

Por cierto, en el caso del huachicol en Ensenada, en cuya carpeta de investigación aparecen los nombres de los hermanos Carlos y Luis Torres Torres, se refiere la participación de una empresa dedicada al transporte de hidrocarburos, petrolíferos y materiales peligrosos, cuya razón social es Mefra Fletes, S.A. de C.V., cuyo administrador general fue identificado como José Isabel Murguía Santiago, quien se presume es hermano del ex alcalde de Teuchitlán, ahora preso.

De vuelta al 16 de abril, cuando se detiene la exploración de la denunciada narcofosa en el Cañón de las Carretas, y las autoridades norteamericanas, que tienen información a su saber confiable sobre el entierro de más de 20 personas en el lugar, indagan el porqué de que la FGE decidiera detener los trabajos de excavación, fueron informados que esa decisión la tomó directamente la gobernadora Marina Ávila Olmeda.

Miembros de la Mesa de Seguridad de Baja California, confirmaron a ZETA, que, efectivamente, Ávila Olmeda le dijo a la fiscal general del Estado, María Elena Andrade que tuviese cuidado con ese tema, pues no quería “un Teuchitlán” en Baja California. Y los trabajos, hasta el 30 de mayo, se detuvieron tras la localización de seis cuerpos. El terreno continúa sin ser explorado en su totalidad a pesar del testimonio que les indicó que ahí había más de 20 cuerpos enterrados.

Esta acción, confirmada por testigos de la Mesa de Seguridad, y en conocimiento de autoridades del Departamento de Estado y del Departamento de Seguridad Interior de los Estados Unidos, fue determinante para proseguir, luego de la revocación de la visa a Carlos Torres, con la de la gobernadora Marina Ávila Olmeda, de acuerdo a una fuente de dicha institución en la Unión Americana, consultada por ZETA.


FUENTE: SEMANARIO ZETA.
AUTOR: ADELA NAVARRO BELLO.
FECHA: 19 MAYO DEL 2025.

‘La quiere mucho la gente’, dice Sheinbaum de Marina del Pilar; afirma que FGR no la investiga

La presidenta Claudia Sheinbaum Pardo aseguró, el 19 de mayo de 2025, que la Fiscalía General de la República (FGR) estuviera investigando a Marina del Pilar Ávila Olmeda -gobernadora de Baja California, desde el 1 de noviembre de 2021 y militante de Morena-, a quien el Gobierno de Estados Unidos le retiró la visa, al igual que a su esposo, Carlos Torres Torres.

“Ella ha hecho muy buen trabajo al frente del Gobierno de Baja California y no hay nada que tenga que ver con una investigación que conozca la Fiscalía General de la República”, aseguró la mandataria nacional, al ser cuestionada respecto a las manifestaciones en contra de la gobernadora bajacaliforniana, a quien respaldó y destacó su popularidad en dicha entidad.

Durante su conferencia de prensa matutina -llevada a cabo desde el Salón Tesorería del Palacio Nacional-, la titular del Poder Ejecutivo Federal explicó que hasta el momento no había información oficial proveniente del Gobierno de Estados Unidos, ni de la FGR, que involucrara a Ávila Olmeda en algún procedimiento legal o jurídico.

“Todavía no hay información de parte de Estados Unidos, no hay ninguna de la Fiscalía General de la República, que pudiera decir que hay algo en contra de Marina del Pilar […] No hay indicios ni pruebas en su contra, y no hay ninguna carpeta de investigación abierta”, subrayó la también ex titular de la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de México.

“La quieren mucho [a Ávila Olmeda], la gente, lo he visto, percibido cuando estoy en Baja California. Ella está haciendo su trabajo y lo está haciendo bien”, afirmó Sheinbaum Pardo, quien, ante las protestas ciudadanas en contra de la gobernadora, reiteró que “somos un país libre, todos se pueden manifestar en contra de algo, no hay represión”.

“Revocar una visa no significa una acusación formal ni implica culpabilidad. Es una decisión administrativa del Gobierno de Estados Unidos y no hay elementos que indiquen otra cosa”, puntualizó la presidenta, quien, además, dijo que su Administración no toleraría actos de corrupción, pero que también no permitiría linchamientos políticos sin fundamento.

FUENTE: SEMANARIO ZETA.
AUTOR: CARLOS ÁLVAREZ ACEVEDO.