El gobierno sigue gastando más de lo que tiene, la deuda pública crece como nunca y el presupuesto para salud, educación e infraestructura se achica cada vez más. Mientras los megaproyectos ya acabaron su auge, lo que sigue es menos inversión, más intereses que pagar y servicios públicos en caída
El último informe de Hacienda sobre las finanzas públicas muestra algo que ya se sentía: el país sigue gastando más de lo que ingresa, la deuda pública crece sin freno y el gasto en salud, educación e infraestructura se hace cada vez más pequeño.
Además, la cruda de los megaproyectos empieza a pegarle al bolsillo de todos: menos inversión, menos servicios y más intereses que pagar.
DÉFICIT
Hasta mayo, el gobierno reportó un déficit de 250 mil 992 millones de pesos. Es decir que gastó más de lo que ingresó. Aunque la cifra es 55% menor que hace un año.
A simple vista, parece que se están ordenando las cuentas. Pero no es así. Esta caída se explica porque los megaproyectos ya no están tomando tanto dinero como antes.
INGRESOS PRESUPUESTARIOS
El gobierno captó 3.47 billones de pesos, un aumento de 3.7% respecto a 2024. Pero se quedó corto frente a su propia meta: eran 65 mil millones menos de lo que preveía la Ley de Ingresos 2025.
Los ingresos petroleros fueron de 375 mil millones, una caída de 23.8% frente al año pasado. México Evalúa señala que este es su nivel más bajo desde 2020.
México Evalúa también señala algo preocupante: Pemex aportó 109.9 mil millones de pesos, pero el gobierno le regresó 91.3 mil millones en transferencias. El saldo real fue de apenas 18.6 mil millones. ¿Palanca del desarrollo?
Ahora bien: ¿quién rescató las finanzas en estos primeros cinco meses? Los impuestos al consumo y al ingreso: IVA, ISR e IEPS subieron 8.9%, aportando 196 mil millones más.
EL GASTO
El gasto total sumó 3.72 billones, 5.3% menos que en 2024. La reducción se explica por la caída de ingresos y porque en el año electoral pasado se gastó a manos llenas. Ya no se podía gastar igual.
Según México Evalúa, cayó el gasto en casi todas las dependencias, principalmente en:
- Turismo: -99% (-89.6 mil millones)
- Educación Pública: -19.4% (-44.5 mil millones)
- Sedena: -19.9% (-14 mil millones)
- ISSSTE: -2.7% (-5.89 mil millones)
En salud, la reducción fue de 10.8%, equivalentes a 36 mil millones menos. La Secretaría de Salud y el IMSS-Bienestar siguen con subejercicios de 33.5% y 13.3%, de acuerdo con el Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP).
Sobre el gasto educativo, este fue de 400 mil millones. Es una caída del 8% respecto a 2024, casi 35 mil millones menos.
INFRAESTRUCTURA
La inversión física se desplomó 29.1%. El “fin” de los megaproyectos explica gran parte de esa baja.
Recordemos que obras como el Tren Maya, la Refinería Dos Bocas y el AIFA arrancaron con un costo proyectado de 504 mil millones, pero terminaron costando 1.17 billones, según México Evalúa. Ahora que se terminaron, no hay nuevos proyectos que tomen la estafeta.
El problema es que tampoco se están sustituyendo con nuevas obras. Si no hay proyectos que muevan la economía, tarde o temprano se sentirá en la falta de empleo, en menos recaudación y en un crecimiento que se queda corto.
DEUDA
La deuda contratada en estos cinco meses fue de 350 mil millones, menos de la mitad que en 2024, cuando el gobierno pidió 670 mil millones… en pleno época electoral.
Ahora, la deuda total llegó ya a 17.6 billones de pesos, un aumento del 70% frente a diciembre de 2018, cuando estaba en 10.4 billones. Para dimensionar: en 2018 cada mexicano debía 83 mil pesos. Hoy, con más población, la deuda per cápita es de 132 mil pesos.
De mayo de 2024 a mayo de 2025, la deuda creció 2.1 billones de pesos. Es decir, 5 mil 270 millones diarios, el equivalente a todo el presupuesto anual de ciencia y tecnología.
El costo financiero (los intereses) tampoco baja. En lo que va de 2025 ya vamos en 463 mil millones, un 13% más que en 2024. México Evalúa dice que es el nivel más alto en 25 años.
Y tomemos en cuenta esto: en 2018 se pagaron 655 mil millones en intereses. Para 2025, esa cifra será de 1.1 billones. Un aumento del 75%.
Por cierto, el CIEP advierte que sostener esta deuda implicará recaudar más impuestos, recortar gasto… o volver a endeudarse.
¿A DÓNDE VAMOS?
Al final, el balance es simple: gastamos como si sobrara el dinero, pero recortamos justo lo que hace falta. La deuda crece y el margen para invertir en lo que sigue se hace chico.
Cada peso que se va a pagar intereses es un peso que no llega a una escuela con techos que gotean, a un hospital sin medicinas o a una carretera llena de baches.
Esta factura no la pagará quien autoriza el presupuesto, sino los millones de mexicanos que seguirán abonando intereses por décadas.
FUENTE: EMEEQUIS.
AUTOR: JUAN ORTIZ.
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