AUTOR: Manu Ureste.
El pasado viernes 7 de marzo, una joven de 18 años murió en Guadalajara tras ser atropellada por una unidad de transporte público que, según los testigos, manejaba a exceso de velocidad y jugando carreras con el operario de otra unidad. En apenas dos meses, van 14 muertes por accidentes en los que participaron autobuses urbanos.
La tarde del pasado viernes 7 de marzo María Fernanda Vázquez, de 18 años de edad y estudiante de la Preparatoria 10 de la Universidad de Guadalajara (UdeG), espera el transporte urbano junto a otros alumnos de la misma institución, cuando un autobús de la ruta 368 sube bruscamente a la banqueta, choca contra el parabús, y la arrolla. María Fernanda muere.
El suceso, en el que otros 19 jóvenes resultan heridos -cuatro de gravedad-, tiene lugar en las inmediaciones de la Preparatoria, ubicada sobre la lateral de Periférico Norte de la capital tapatía, en una zona escolar repleta de señales de límites de velocidad y topes.
Sin embargo, testigos que viajaban en la unidad accidentada denuncian que el chofer manejaba a exceso de velocidad y jugaba carreras con otro minibús, lo que provoca que perdiera el control de la unidad, se estampara contra los estudiantes, y que tras el atropello emprendiera la fuga, lo cual fue evitado por los propios pasajeros, que incluso intentan lincharlo.