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27 personas buscadoras han sido asesinadas y tres más desaparecidas en México

En medio de la terrible crisis de desaparición de personas que no cesa en México, las familias que buscan a sus seres queridos también se han vuelto objeto de amenazas y ataques, con al menos 27 asesinadas de 2010 a la fecha.

Tras 6 días de permanecer en estado crítico a causa de una agresión con arma de fuego durante un intento de secuestro, la buscadora Teresa González Murillo falleció el 2 de abril. Con la agresión y fallecimiento de la buscadora integrante del colectivo Luz de Esperanza de Jalisco, desde 2010 a la fecha suman 27 personas buscadoras asesinadas y tres desaparecidas por buscar a un familiar.

El ataque y asesinato de González Murillo se da en el marco del hallazgo de un campamento de entrenamiento y sitio de reclutamiento del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJJNG) en Teuchitlán, Jalisco, a principios de marzo. La noticia también generó una oleada de críticas y una campaña de desprestigio en contra de las madres buscadoras en todo el país, pese a que las desapariciones no han cesado. De acuerdo con datos oficiales del Registro Nacional de Personas Desaparecidas y No Localizadas (RNPDNO), al 4 de abril hay 126,852 personas desaparecidas en todo el país, aunado a la crisis forense que atraviesa México, con más de 72 mil cuerpos sin identificar. 

La lista está integrada por madres, padres, esposas, maridos y hermanos que antes de su muerte habían investigado el paradero de sus familiares, no fueron escuchados por las autoridades, señalaron omisiones y, en distintos casos, denunciaron públicamente el riesgo que corrían y las amenazas en su contra por buscar.

Los asesinatos ocurrieron en Chihuahua, Durango, Sonora, Veracruz, Sinaloa, Guerrero, Tamaulipas, Jalisco, Michoacán, Guanajuato, Zacatecas, Hidalgo, Puebla y Baja California durante los sexenios de Felipe Calderón, Enrique Peña Nieto, Andrés Manuel López Obrador y el actual gobierno de Claudia Sheinbaum. La mayoría de los casos permanecen impunes.


En 2021, A dónde van los desaparecidos recuperó la historia de 12 personas buscadoras asesinadas por buscar a sus familiares. Cuatro años después, lamentablemente sumamos los nombres de 16 personas buscadoras a las que también les falló la autoridad desde que se llevaron a su familiar. Les volvió a fallar cuando no buscó y les obligó a salir a buscar. Les falló al no protegerles. Les sigue fallando al no hacerles justicia. 

Estos son —en orden cronológico— los nombres de 27 personas buscadoras asesinadas y tres desaparecidas por buscar a su familiar, que el proyecto A dónde van los desaparecidos documentó a partir de una lista en construcción, reportes de colectivos, notas de medios y consultas a aliados:

Marisela Escobedo

Marisela Escobedo Ortíz, buscaba a su hija Ruby Marisol Frayre de 16 años. Fue asesinada fuera del Palacio de Gobierno de Chihuahua el 16 de diciembre de 2010 al terminar una protesta para exigir justicia para su hija, quien fue asesinada y su cuerpo desaparecido por su pareja sentimental, Sergio Barraza, en 2008. 

Marisela había denunciado amenazas de muerte 10 días antes de su homicidio.

Leopoldo Valenzuela Escobar 

Leopoldo Valenzuela Escobar, Don Polo, fue asesinado en Nuevo Ideal, Durango, el 4 de febrero de 2011 por un comando armado que ingresó a su casa. Buscaba a su hijo Leopoldo Valenzuela Gómez, de 29 años, secuestrado por varios sujetos encapuchados que ingresaron al negocio familiar el 23 de septiembre de 2010. 

Fue asesinado cuatro días después de haber dado a conocer su historia y señalar con nombre y apellido, a los responsables.

Nepomuceno Moreno Núñez

Nepomuceno Moreno Núñez, conocido comoDon Nepo, fue asesinado en Hermosillo, Sonora, el 28 de noviembre de 2011 cuando viajaba en su camioneta. Participó en los Diálogos por la Paz en el Castillo de Chapultepec, donde ante el presidente Felipe Calderón denunció la detención ilegal y desaparición forzada que sufrió su hijo Jorge Mario, de 18 años, el primero de julio de 2010, cuando viajaba con amigos desde Hermosillo a Ciudad Obregón, Sonora.

Don Nepo, había denunciado amenazas dos semanas antes de ser asesinado.

Era integrante del Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad.

Sandra Luz Hernández

El 12 de mayo de 2015, Sandra Luz Hernández fue asesinada en Sinaloa cuando se dirigía a un encuentro con un informante que supuestamente le daría información del paradero de su hijo Edgar García Hernández, de 25 años; desaparecido desde el 12 de febrero de 2012 después de que personas armadas se lo llevaron de su casa por la fuerza.

Se unió al colectivo Madres con Hijos Desaparecidos, en Culiacán, Sinaloa.

Bernardo Carreto

El 22 de diciembre de 2015, Bernardo Carreto fue asesinado en Tepozcuautla, Guerrero, mientras viajaba en su camioneta con su familia. Buscaba a sus hijos Víctor, Juan y Miguel Carreto Cuevas, de 15, 20 y 23 años, secuestrados y desaparecidos el 10 de mayo del mismo año,  por un grupo armado en un retén en la entrada de Chilapa de Álvarez, Guerrero. Los tres jóvenes se dirigían a vender una becerra para comprar el regalo de su madre, Rosa Cuevas.

Bernardo empezó a recibir amenazas al menos cuatro meses antes de su asesinato, y pese a ello, las autoridades no le brindaron protección.

José de Jesús Jiménez Gaona

José de Jesús Jiménez Gaona, padre de Jenny Isabel Jiménez Vázquez, fue asesinado en junio de 2016 mientras circulaba en su auto casi frente a la fiscalía del estado, en Poza Rica, Veracruz. Su esposa quedó herida. Buscaba a su hija Jenny Isabel, de 23 años, desde mayo de 2011, cuando salió a cenar con unos amigos y nunca regresó.

Dos meses antes de su asesinato, durante una búsqueda en campo, habría localizado junto a otras personas buscadoras 15 fosas clandestinas.

José de Jesús pertenecía a la Brigada Nacional de Búsqueda de Personas Desaparecidas.

Miriam Rodríguez 

Miriam Rodríguez, fue asesinada en su casa en San Fernando, Tamaulipas el 10 de mayo de 2017 por los secuestradores y asesinos de su hija Karen Alejandra Salinas Rodríguez, de 16 años, secuestrada y desaparecida en enero de 2014 en Tamaulipas.

La buscadora empezó a recibir amenazas después de investigar a los responsables del plagio y lograr la detención de, al menos, nueve de ellos.

Pablo Iván Miramontes

Pablo Iván Miramontes fue desaparecido y asesinado 100 días después de la desaparición de su hermano César Alejandro, en abril de 2018 en el centro de Guadalajara, Jalisco. El buscador desapareció después de haber recibido una llamada telefónica de un supuesto informante sobre el paradero de su hermano, y de acudir a la cita para recibir los datos. Dos semanas más tarde, su cuerpo fue localizado en una fosa clandestina ubicada a pocos kilómetros de la casa familiar.

José Iván Orozco Medina

José Iván Orozco Medina, falleció en enero de 2018 a causa de una agresión a balazos cuando viajaba en la carretera San Francisco-Nuevo Zirosto, en Uruapan, Michoacán. Buscaba a su padre Leonel Orozco y a sus hermanos Leonel y Moisés, desaparecidos en 2008, 2009 y 2012 en Michoacán. Su padre fue extraído de la casa familiar por hombres armados vestidos con ropa militar.

Era integrante del colectivo Familiares caminando por la justicia.

Zenaida Pulido Lombera

Cuando se dirigía a denunciar amenazas de muerte en su contra, Zenaida Pulido Lombera fue asesinada por un comando armado en Aquila, Michoacán, el 19 de julio de 2019. La buscadora que meses antes de su asesinato coordinó la Quinta Caravana “Buscando encontraremos”, buscaba a su esposo Elidio Cisneros, desaparecido en 2003.

Durante la caravana, localizó una fosa con restos óseos en Tizupan, a partir de ese momento empezó a recibir amenazas.

Era integrante del colectivo Familiares Caminando por Justicia, en Michoacán.

María del Rosario Zavala

María del Rosario Zavala fue asesinada en la puerta de su casa el 14 de octubre de 2020 en León, Guanajuato, tras una jornada de búsqueda en la que un joven le dijo que sabía dónde se encontraba su hijo Yatziri Misael Cardona Zavala, de 16 años, desaparecido en diciembre 2019 después de que un grupo de hombres armados lo sacaron por la fuerza de la casa familiar.

Francisco Javier Barajas

Francisco Javier Barajas, fue asesinado la noche del 29 de mayo de 2021 cuando caminaba por las calles del centro de Salvatierra. Buscó a su hermana Lupita Barajas, quien desapareció en febrero de 2020, tras salir de la casa de sus padres y fue localizada en una fosa clandestina cuatro meses después. Tras encontrar a su hermana, Javier continuó sus labores como buscador activo. 

Era integrante de la Comisión Estatal de Búsqueda de Personas de Guanajuato.

Aranza Ramos 

El 15 de julio de 2021, un día después de participar en una jornada de búsqueda en campo en la que colectivos localizaron un lugar donde se realizaban asesinatos, un grupo de hombres armados ingresaron a la casa de la buscadora Aranza Ramos y se la llevaron por la fuerza frente a su madre y su bebé de dos años; minutos más su cuerpo fue localizado sin vida. Aranza buscaba a su esposo Brayan Omar Celaya, desaparecido en diciembre de 2020.

Era integrante del colectivo Guerreras Buscadoras de Sonora.

José Nicanor Araiza Dávila

7 días después del asesinato de la buscadora Aranza Ramos, se registró el homicidio de José Nicanor Araiza Dávila, quien fue sacado por la fuerza de su casa en Villa de Cos, Zacatecas. Cinco días más tarde, su cuerpo fue localizado sin vida en una brecha de terracería al norte del estado. Buscaba a su hijo, José Nicanor Araiza Hernández, de 27 años, desaparecido desde el 30 de septiembre de 2018, cuando después de recibir una llamada, salió de casa y no volvió.

Pertenecía y colaboraba con varios colectivos de familiares de personas desaparecidas en Zacatecas.

Jorge Ulises Cardona Zavala

Jorge Ulises Cardona Zavala, hijo de la buscadora Rosario Zavala, fue asesinado por sujetos armados que viajaban en una motocicleta en Guanajuato en 2022, 2 años después del homicidio de su madre. Buscaba a su hermano Yatziri Misael Cardona, de 16 años, desaparecido en diciembre de 2019 después de que un grupo de hombres armados lo sacó por la fuerza de la casa familiar.

Brenda Jazmín Beltrán Jaime

Brenda Jazmín Beltrán Jaime, fue asesinada el 17 de julio de 2022 en Cajeme, Sonora. Su cuerpo fue localizado en un hotel con huellas de violencia extrema. Buscaba a su hermano Luis Heraldo, desaparecido desde el primero de diciembre de 2018 en Bacúm, Sonora, después de ser privado de su libertad por un grupo armado.

Formaba parte del colectivo Guerreras Buscadoras de Cajeme.

Grisell Pérez Rivera 

Grisell Pérez Rivera, fue desaparecida el 26 de marzo de 2021 y localizada sin vida en agosto de 2022 en Hidalgo. Aunque no tenía ningún familiar desaparecido, dedicó muchos años de su vida a acompañar a familiares de mujeres desaparecidas.

Rosario Lilián Rodríguez Barraza

Rosario Lilián Rodríguez Barraza, fue asesinada el 31 de agosto de 2022 en La Cruz de Elota, Sinaloa; un día antes fue subida a una camioneta a la fuerza cuando salía de una misa dedicada a su hijo Fernando Abixahi Ramírez Rodríguez, de 20 años, desaparecido el 16 de octubre de 2019. También buscaba a su hermana Diana Carolina Rodríguez Sánchez, desaparecida el 27 de septiembre de 2019.

Dos semanas antes de su homicidio, la buscadora, integrante del colectivo Buscadores sin Justicia, denunció la inacción de las autoridades.

Blanca Esmeralda Gallardo 

El 4 de octubre de 2022, Blanca Esmeralda Gallardo fue asesinada en Puebla mientras estaba a la espera de que terminaran las investigaciones de la Fiscalía General del Estado por la desaparición de su hija Betzabé Alvarado Gallardo, de 22 años. La buscadora fue asesinada en Villa Frontera, una colonia al norte de Puebla, cerca del mismo lugar donde desapareció su hija el 13 de enero de 2021.

Formaba parte del colectivo Voz de los Desaparecidos.

María del Carmen Vázquez Ramírez

María del Carmen Vázquez Ramírez, buscaba a su hijo Osmar Zúñiga Vázquez, desaparecido en junio de 2022. Fue asesinada en Guanajuato 5 meses después, el 6 de noviembre de 2022, por dos hombres en motocicleta que dispararon contra ella afuera de su casa en Abasolo, Guanajuato.

Era integrante de los colectivos Hasta encontrarte y Personas Desaparecidas de Pénjamo.

Teresa Magueyal Ramírez

Teresa Magueyal Ramírez, fue asesinada en la comunidad de San Miguel Octopan, Guanajuato el 2 de mayo de 2023 en las cercanías de un jardín de niños mientras circulaba en su bicicleta. Buscaba a su hijo José Luis Apaseo Magueyal, desaparecido el 6 de abril de 2020, en Celaya, Guanajuato.

Tras la desaparición de su hijo, se unió al colectivo Una Promesa Por Cumplir.

Griselda Armas

El 23 de octubre de 2023, Griselda Armas fue asesinada durante una balacera entre civiles armados y policías en Tacámbaro, Michoacán. En el ataque también falleció su esposo Marco Antonio Valdovinos. Griselda buscaba a su hijo Diego Yahir Valdovinos Armas, de 16 años, desaparecido un mes antes.

Tras su asesinato, familiares señalaron que la madre buscadora había recibido amenazas por parte de miembros de grupos del crimen organizado.

Angelita Almeraz León

Angelita Almeraz León, buscaba a su hermano José Juan Vázquez León, desaparecido en junio de 2018. Fue asesinada en una agresión directa con arma de fuego dentro de su salón de belleza en Baja California el 8 de febrero de 2024.

La buscadora había recibido amenazas de muerte; al momento de su homicidio, era beneficiaria del Mecanismo Estatal de Protección de Periodistas y Defensores de Derechos Humanos de Baja California.

Era presidenta del colectivo Unión y fuerza por nuestros desaparecidos, Tecate.

Noé Sandoval Adame

Cinco días después del homicidio de la buscadora Angelita, el padre buscador Noé Sandoval Adame fue asesinado en Zumpango, cerca de Chilpancingo, Guerrero, el 13 de febrero de 2024, en un ataque directo con arma de fuego afuera de su casa. Buscaba a su hijo Kevin Sandoval Mesa, de 16 años, desaparecido el 17 de noviembre de 2023 después de enlistarse en una cuadrilla de trabajo para cortar madera en la Costa Chica de Guerrero.

Era miembro del Colectivo Familiares en Búsqueda María Herrera Chilpancingo.

Sofía Raygoza Ceballos

Sofía Raygoza Ceballos, fue localizada sin vida con huellas de violencia dentro de un vehículo en Villanueva, Zacatecas, el 8 de febrero de 2025. En 2023 reportó la desaparición de su hija Frida Sofía Murillo Raygoza, quien fue localizada con vida meses después. Durante el tiempo de búsqueda de su hija, Raygoza cuestionó la negligencia, protocolos y métodos de la fiscalía estatal; además, se convirtió en una voz incómoda por encarar autoridades.

Magdaleno Pérez Santos

Magdaleno Pérez Santes, padre buscador de Diana Paloma Pérez Vargas, desaparecida en 2019. Fue asesinado en Poza Rica, Veracruz, en marzo de 2025.

Teresa González Murillo

El 27 de marzo de 2025, Teresa González Murillo, buscadora en Jalisco, fue agredida con arma de fuego tras resistirse a un secuestro en su casa; seis días después se confirmó su fallecimiento. Tras su muerte, la Fiscalía de Jalisco afirmó que de acuerdo a las investigaciones la agresión fue derivada de un intento de robo, y aceptó que no tiene como línea de investigación su actividad como buscadora.

Organizaciones como el CEPAD y colectivos como “Luz de esperanza”, del que era integrante, piden que no se descarte su actividad como buscadora.

“Demandamos a las autoridades competentes una investigación exhaustiva y transparente que conduzca a la pronta detención de los responsables de este atroz crimen, es imperativo el que se garantice la seguridad de todas las personas dedicadas a la noble labor de búsqueda, para que puedan ejercer su derecho sin temor ni amenazas”, señaló a través de un comunicado el colectivo Luz de Esperanza.

Teresita, como se le conocía a la buscadora, se unió al colectivo “Luz de Esperanza” en Jalisco, en septiembre de 2024, para buscar a su hermano Jaime Gonzaléz Murillo, quien fue visto por última vez en el centro de Guadalajara, zona en la que la buscadora era líder de comerciantes ambulantes.

Guanajuato, el estado de los buscadores desaparecidos

A estas 27 personas buscadoras asesinadas por buscar a un familiar se suman los nombres de las buscadoras Lorenza Cano Flores y Luz Alejandra Lara Cárdenas y el del buscador Óscar Iván Jiménez Torres, quienes desaparecieron en distintos hechos en 2024, todos en el estado de Guanajuato.

La primera buscadora de la que se ha reportado su desaparición es Lorenza Cano Flores, quien fue desaparecida después de que un comando armado entró a su casa en Salamanca, Guanajuato, para llevársela por la fuerza. Al intentar detener a los sujetos armados, su esposo y su hijo fueron asesinados. Desde aquel 15 de enero de 2024 se desconoce su paradero.

Lorenza Cano busca a su hermano José Francisco, desaparecido el 17 de agosto de 2018. 

Pertenece al colectivo Salamanca Unidos Buscando Desaparecidos.

Once meses después, el 5 de noviembre, la pareja buscadora Luz Alejandra Lara Cárdenas y Óscar Iván Jiménez Torres fueron desaparecidos en Apaseo el Grande, Guanajuato. Tras recibir una llamada telefónica, informaron a sus familiares que saldrían un momento y volverían más tarde a la casa de un primo donde estaba reunida la familia. La pareja jamás regresó. Un día después la camioneta en la que se trasladaban fue localizada abandonada. 

Ambos participaban en la búsqueda del hermano de Oscar, Abel Jiménez Torres, desaparecido desde el 21 de mayo de 2017. La pareja era integrante del colectivo Proyecto de búsqueda de Guanajuato. 

Por está desaparición, la oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos emitió una acción urgente para la búsqueda, localización y debida diligencia en el caso.

“Instamos a las autoridades de investigación y búsqueda estatales a coordinar esfuerzos para localizarles y esclarecer los hechos, respetando el derechos de participación de familiares y actores interesados”, publicó en su cuenta oficial de X la oficina del Alto Comisionado de la ONU DH.

Tras el asesinato de la buscadora Teresa González Murillo organizaciones como Amnistía Internacional, el Centro ProDH y el Consejo Iberoamericano de la Comisión Iberoamericana de Derechos Humanos para el Desarrollo de las Américas (CIDHPDA) condenaron el homicidio y se unieron a las exigencias de justicia así como de una investigación exhaustiva. 

“Desde el CentroProdh nos unimos a la exigencia de justicia tras el asesinato de Teresa González, quien buscaba a su hermano, Jaime González Murillo. Nuestra solidaridad con su familia y el colectivo @LuzEsperanz_ofi. Nuevamente, hacemos un llamado al Estado de garantizar el derecho a la búsqueda y a la seguridad de #MadresBuscadoras, para que ya no haya más asesinatos, porque #BuscarNoDebeCostarLaVida”, publicó el organismo en su cuenta oficial de X, @CentroProdh. 

Por su parte, la Comisión Nacional de Derechos Humanos condenó el asesinato de la buscadora y exhortó a las autoridades a realizar una investigación para que se garantice el derecho a la verdad y a la justicia para los familiares y para la sociedad mexicana en su conjunto.

FUENTE: A DÓNDE VAN LOS DESAPARECIDOS.
AUTOR: ANALY NUÑO, ARANZAZÚ AYALA MARTÍNEZ.

“Ni siquiera en la autoridad podemos confiar”: familias buscadoras sufren amenazas, golpes y acoso de policías en Veracruz

Familiares que buscan a personas desaparecidas en Veracruz se enfrentan al acoso, intimidación y golpes por parte de policías y de agentes de la fiscalía estatal; exigen a las autoridades condiciones necesarias para continuar con su labor de búsqueda.

A finales de enero pasado, Norma salió de su casa para buscar a su hijo desaparecido en Veracruz, cuando la policía irrumpió en su domicilio, golpeó y detuvo a su otro hijo, también buscador. No fue un episodio aislado, sino una situación que enfrentan familias buscadoras a manos de elementos del Estado en la entidad.

Norma viajó durante tres horas para liberar a su hijo de los separos de la Policía Municipal de Poza Rica. Estaba golpeado y lastimado, bajo la acusación de que cometió una infracción de tránsito. La corporación se justificó así tras entrar a su casa, robar su moto y las cámaras de seguridad, causar destrozos y llevarse al buscador.

Actos como este, en el que elementos de seguridad golpean, acosan y dañan a las y los buscadores en Veracruz, se han convertido en una situación constante según denuncian las integrantes de colectivos de búsqueda.

“Si el gobierno, las autoridades, van a empezar, para que no se den a conocer este tipo de noticias, a atacarnos a los colectivos o a las familias, pues estamos fregados, porque entonces nos van a desaparecer también a nosotros como hicieron con nuestros familiares para que esto no se sepa”, opina Olga Lidia Salazar Hernández, representante del Colectivo Unidos por Amor a Nuestros Desaparecidos, quien considera que la violencia contra ellas es una forma de buscar silenciarlas.

“Porque todo el trabajo lo hemos hecho nosotros. Todos los trabajos que se han hecho en el estado de Veracruz y fuera de él, lo han hecho los colectivos”, remata.

El acoso y la violencia por parte de elementos del Estado se ha convertido en un problema más que enfrentan las integrantes de colectivos de búsqueda, en una entidad que reporta 7 mil 46 personas desaparecidas y no localizadas al 22 de marzo de 2025. Esto la ubica como la cuarta entidad con mayor cantidad de casos, detrás de Jalisco, Estado de México y Tamaulipas. 

La misma policía que golpeó al hijo de Norma, quien pidió resguardar su identidad y no usar su verdadero nombre por temor a represalias, es la que está acusada de asesinar a golpes al buscador Magdaleno Pérez Santes el pasado 12 de marzo. 

Él fue detenido y golpeado en los separos municipales. Tras ser liberado y llegar a su casa falleció por los golpes. Por este caso hay dos elementos vinculados a proceso en prisión preventiva, pero el Colectivo al que pertenecía, María Herrera Poza Rica, pidió la disolución de la Policía Municipal. Aunque hasta el momento sus peticiones no han sido atendidas.

“Hoy nos damos cuenta, que el chico (el hijo de Norma) aguantó porque es un muchacho joven, 22-23 años, tendrá por ahí el muchacho, pero pues no corrió la misma suerte nuestro compañero (Magdaleno), que ya era una persona adulta”, dice Salazar Hernández. 

El joven reconoció a algunos de los agentes cuando irrumpieron en su casa, ya que habían participado juntos en una búsqueda en campo semanas atrás. A pesar de decirles que los conocía, la golpiza no se detuvo.


Cuando estaban en los separos, la policía revisó el teléfono del joven, quien guardaba fotografías de unas fosas clandestinas recién encontradas por el colectivo. Eso le costó más golpes, lo que incrementó la sospecha de que esa era la verdadera razón del abuso policial. 

El joven fue liberado y trasladado a un hospital gracias a la intervención de Norma y otras autoridades. Sin embargo, dos meses después, el acoso continúa. Las patrullas policiales rondan constantemente su hogar, en lo que parece ser un claro acto de intimidación.

No es solo la Policía Municipal de Poza Rica la que lleva a cabo estos actos. Colectivos de Tierra Blanca, Coatzacoalcos, Córdoba y otras zonas de la entidad han reportado situaciones similares.

Aracely Salcedo, fundadora y representante del Colectivo de Familias Desaparecidos Orizaba-Córdoba, relata que recientemente vivió una situación de acoso. La Policía Municipal de Orizaba y la Policía Estatal la detuvieron bajo el pretexto de que la camioneta en la que viajaba era robada. Aunque logró aclararlo, unas cuadras más adelante volvió a ocurrir lo mismo, esta vez con seis patrullas rodeándola en un claro acto de intimidación.

Eso sucedió cuando estaba a bordo de una camioneta que siempre utiliza para trasladarse a las búsquedas y que está registrada ante las corporaciones que la detuvieron. Además, al detenerla le exigieron identificaciones y datos exactos de donde se encontraba y a dónde se dirigía, para dejarla ir. 

“Hay compañeras que han sido asesinadas por buscar verdad, hay compañeros que de igual manera han sido acosados, han sido detenidos y pues ni hablemos del tema de lo que están viviendo las compañeras en Poza Rica, es algo terrible tener un compañero desaparecido, otro asesinado y ahora una más desaparecida”, indica.

Además de Magdaleno, las personas a las que se refiere Salcedo son Héctor Aparicio quien buscaba a su hijo José Alfredo y que fue desaparecido el 5 de febrero pasado en Poza Rica, y Alin Isaday Salas, cuya familia es parte de un colectivo porque buscan a su hermano Osiel Virgilio, y desapareció el 16 de marzo.

Aunque solo en uno de esos tres casos hay un señalamiento directo hacia policías, las integrantes de los colectivos cuentan con numerosos hechos de violencia perpetrados por corporaciones de seguridad.

“Esa autoridad que está para darnos seguridad no nos la brinda (…) son ellos los que acosan nuestro trabajo, los que nos persiguen y que a veces termina en una fatalidad”, cuenta.

Salazar Hernández señala que en el caso de Poza Rica se presentó la denuncia ante la Fiscalía General del Estado. Sin embargo, aunque fue hace un par de meses, no han tenido ningún avance y eso las expone a seguir viviendo violencia. 


Familias buscadoras en Veracruz temen por su seguridad

Cuando las buscadoras, como Norma, recurren a la Fiscalía General del Estado lo hacen buscando justicia y que pare la violencia, pero esa institución ha sido señalada por hacer muy poco en materia de desapariciones, lo que también las pone en riesgo. 

La Comisión Estatal de Derechos Humanos ha documentado la forma en que la falta de justicia en temas de desaparición expone a las víctimas a volver a vivir violencia, en muchas ocasiones por parte del mismo Estado. 

Por ejemplo, en la recomendación 122/2024 da cuenta de cómo un elemento de la propia Fiscalía acosó sexualmente a la hermana de una persona desaparecida durante las búsquedas. Ella tenía miedo, pues el policía ministerial contaba con todos sus datos personales. 

En la 65/2024 cuenta cómo patrullas de la policía rodearon y cortaron cartucho contra unas víctimas cuando iban a una búsqueda en fosas clandestinas, aunque llevaban escolta de la propia policía. Situaciones como estas son contadas constantemente por las buscadoras, donde a pesar de tener escolta, otros policías las intimidan. 

En la recomendación 38/2024, una víctima relata que forma parte del mecanismo de protección (aunque no explica si estatal o federal) y por ello se le asignó vigilancia policial, sin embargo, los policías no realizan los rondines, pero sí recibe amenazas que sospecha son de las mismas autoridades.

Aunque está documentado, muchas recomendaciones han sido rechazadas junto a la petición de la Comisión Estatal de Derechos Humanos de brindarles seguridad a las víctimas. 

La Fiscalía General del Estado ha recibido ya 7 recomendaciones de la Comisión Estatal este año (de las 17 emitidas en total), varias de ellas relacionadas con desapariciones de personas. Una fue rechazada y el resto está en proceso.

Distintos actores políticos han señalado que estos rechazos son sistemáticos. Al negar las recomendaciones, las víctimas recurren a la Comisión Nacional de Derechos Humanos, que ha emitido tres recomendaciones en 2025 y cinco en 2024 a la FGE, instándole a aceptar las emitidas por la Comisión Estatal en años anteriores. 

“La no aceptación por parte de esa autoridad evidencia una actitud de indiferencia y falta de compromiso en el cumplimiento de las leyes y una falta de colaboración en la tarea de protección no jurisdiccional de los derechos humanos”, señala la recomendación 229/2024. 

Esta recomendación documenta las amenazas recibidas por las víctimas indirectas para que dejen de buscar, y la sospecha de que provienen de personal de la Fiscalía, pues usaron datos que solo tenía esa dependencia. Lo mismo sucede con otra de las recomendaciones, donde se les pide que ahora sí acepten y donde se señala las amenazas por parte de personal de esta y otras dependencias. 

El integrante del Consejo Estatal Ciudadano de la Comisión de Búsqueda, Pedro Lobato, asegura que se requiere que las recomendaciones de derechos humanos donde se solicitan garantías de no repetición se cumplan, que existan capacitaciones al personal y altos mandos de las corporaciones y existan sanciones no solo administrativas sino punitivas contra quienes cometan esos actos.


Dijo que el Mecanismo de Búsqueda, conformado por la Secretaría de Gobierno, FGE, SSP, Comisión de Búsqueda, el Consejo Ciudadano y demás, ya tenía reportes desde la administración pasada del acoso y violencia que realizan los elementos de policías en diferentes partes del estado contra las buscadoras. Pero éste no ha cesado y ya cobró una vida.  

Salcedo asegura que los colectivos llevan bitácoras de las persecuciones y actos de intimidación como una forma de protección; también han interpuesto quejas ante los organismos de control interno de las corporaciones, pero no han tenido resultados. 

Salazar Hernández afirma que han documentado otros casos, como el de otro joven, hijo de una buscadora, que fue detenido y golpeado en la playa de Tecolutla. No les permitieron pagar la multa y, al identificarse como víctima indirecta de desaparición, los golpes se intensificaron.

Ahora, plantean presentar esos casos a la gobernadora Rocío Nahle, en las mesas de trabajo que esperan tener en unos meses con las autoridades. Ahí, pedirán celeridad a las investigaciones, pues no hacerlo las sigue poniendo en riesgo. 

Explica que, aunque estos casos son frecuentes, en los últimos meses las situaciones de violencia se han intensificado, incrementando el temor por su seguridad.

Familias buscadoras piden mayor seguridad en Veracruz

Salazar asegura que su mayor temor es que los desaparezcan o asesinen, y ya no puedan continuar buscando a sus seres queridos, que en muchos casos los desaparecieron las propias corporaciones. 

“Muchas de las compañeras a las que justo estaban viviendo estas situaciones habían sido víctimas de desaparición forzada (es decir, a manos de agentes del Estado) que es uno de los graves hechos que tenemos dentro del estado”, dice Lobato. 

En el 44 % de las desapariciones suscitadas entre 2007 y 2018 en Veracruz, existen indicios de participación de agentes del Estado, y en un 1 % son de estas corporaciones junto a delincuencia organizada, según el informe especial sobre la situación de seguridad y desaparición de personas de la Comisión Nacional de Derechos Humanos. 

El informe señala a instituciones del Estado que cometieron las desapariciones, entre ellas la Secretaría de la Defensa Nacional, Secretaría de Marina, Fiscalía General de la República, Secretaría de Seguridad Pública, Fuerza Civil (que ya no existe), Fiscalía del Estado y policías de 10 municipios. 

Salazar señaló que apenas en diciembre fueron detenidos 13 elementos de la policía por casos de desaparición forzada, que seguían trabajando en la corporación, aunque ya contaban con órdenes de aprehensión. Ellos tienen procesos judiciales abiertos por tres casos distintos.


Debido a los agresores identificados, que trabajan en dependencias de seguridad, y las constantes violencias, es que las buscadoras aseguran no poder confiar en las corporaciones de seguridad que las deberían proteger y en realidad las violentan. 

“Ya ni siquiera en la autoridad podemos confiar (…)  enojados porque el gobierno nos quiere quitar de en medio para que no sigamos marcándole los errores, porque solamente nos quieren quitar de en medio para que no sigamos haciendo el trabajo que ellos deberían de hacer y no lo hacen”, sentencia Salazar. 

Por su parte, Salcedo afirma que lo único que buscan es poder seguir trabajando para encontrar a sus seres queridos y que las autoridades les brinden las condiciones para poder hacerlo.

“Nosotros trabajamos en grupos, en colectivos, trabajamos porque hubiese una ley, nos esforzamos porque fuese implementada, porque fuese homologada, porque de ahí se desprendieran comisiones, protocolos, se activaran a incluso alertas y todo, y ni siquiera nos dejan operar eso (…) ahí estamos las madres exigiendo una y otra, y otra vez exactamente lo mismo, que nos den la seguridad para poder realizar ese gran trabajo y esa gran labor que hacemos desde el corazón”, dice Salcedo.

FUENTE: ANIMAL POLÍTICO.
AUTOR: ANA ALICIA OSORIO.

Privan de su libertad en Poza Rica a Alin Salas, hija de integrante del Colectivo María Herrera

La desaparición de Alin Salas ocurre días después del asesinato de Magdaleno Pérez, activista que fue golpeado por policías municipales de Poza Rica.

Alin Isaday Salas Isidro, de 27 años, fue privada de la libertad la tarde del 16 de marzo de 2025, mientras circulaba por el centro de la ciudad de Poza Rica.

La joven es hija de una buscadora del Colectivo María Herrera, quien busca a su sobrino Osiel Juárez Isidro, desaparecido desde el 25 de noviembre de 2020.

Según testigos, hombres armados y vestidos con ropa táctica la interceptaron al descender de su vehículo y, con uso de violencia, la obligaron a subir a un automóvil compacto antes de darse a la fuga.

Ante el reporte de su desaparición, las autoridades activaron el Código Rojo e implementaron operativos en los accesos a Poza Rica, instalando retenes para tratar de localizarla.

Ante la incertidumbre, sus familiares iniciaron una campaña en redes sociales para solicitar apoyo en su búsqueda y recabar información que ayude a dar con su paradero.

La desaparición de Alin Isaday ocurre días después del asesinato de Magdaleno Pérez Santes, activista que fue golpeado por policías municipales de Poza Rica y falleció tras denunciar la agresión. Por este caso, dos policías fueron detenidos.

Colectivos y familiares exigen a las autoridades redoblar esfuerzos para encontrar con vida a Alin Isaday Salas Isidro y brindar garantías de seguridad a quienes buscan justicia por sus seres queridos desaparecidos

FUENTE: PROCESO.
AUTOR: FLAVIA MORALES.

Magdaleno Pérez, padre buscador, muere tras presuntamente ser golpeado por policías de Veracruz, denuncian colectivos

Magdaleno Pérez buscaba a su hija Diana Paloma Pérez Vargas, quien desapareció el 22 de noviembre del 2019. Sus restos serán velados en la localidad de Tres Cruces, en el municipio de Papantla.

Magdaleno Pérez Santes, padre buscador e integrante del colectivo Familiares en Búsqueda María Herrera, murió tras presuntamente ser golpeado por elementos de la policía municipal de Poza Rica, Veracruz.

De acuerdo con colectivos de búsqueda, a Magdaleno lo detuvieron en Poza Rica y presuntamente lo golpearon los elementos de seguridad. Horas después lo liberaron, llegó a su casa y le contó a su familia lo que pasó y que se sentía mal, se quejó de un intenso dolor en la espalda y la cabeza; posteriormente falleció.

Su madre declaró a Milenio que fue golpeado y llegó adolorido a casa después de ser liberado el día lunes 10 de marzo, pero ya no pudo levantarse de su cama.

“Le quitaron su celular, le quitaron todo su dinero, le pegaron con un tubo”, dijo al señalar que recibió golpes en la cabeza y la espalda.

“Fueron las manos cobardes de sus policías”, dice colectivo

El colectivo al que pertenece hizo responsable de la muerte del padre buscador a la policía de Poza Rica y a su titular, así como al personal médico de la comandancia que “fue cómplice y negligente al no canalizarlo a atención médica urgente e inmediata”.

“Hoy con mucho dolor, indignación y rabia le decimos a la presidencia municipal de Poza Rica, fueron ustedes y las manos cobardes y asesinas de su policía”.

“Repudiamos que la policía municipal de manera brutal infringió actos de tortura, crueles y degradantes a nuestro hermano, que señaló ser un padre buscador. Repudiamos que la brutal golpiza nos priva ahora de un hermano de lucha, cada golpe recibido por Maleno, es un golpe a cada una de las madres, padres, hermanas, esposas, hijos e hijas buscadoras que formamos parte de este colectivo”, señalaron tras su sepelio.


El colectivo exigió justicia por su asesinato, una reunión con autoridades estatales y federales, así como garantías de no repetición y la disolución completa de la comandancia de la policía municipal de Poza Rica, y la destitución de todos sus elementos y que las actividades de seguridad sean asumidas por la Secretaría de Seguridad Publica de Veracruz y por la Federación.

“En caso de no obtener respuestas urgentes por parte de las autoridades, instalaremos un plantón permanente y anunciamos la realización de una marcha por la justicia para Maleno a la ciudad de Xalapa, Veracruz”, amagó el colectivo.

Qué dicen las autoridades

Sobre los hechos, el ayuntamiento de Poza Rica informó que se solicitó a la contraloría municipal iniciar la investigación correspondiente “para deslindar las responsabilidades administrativas a que haya lugar”.

En un breve comunicado reiteró su disposición de colaborar con las autoridades para el esclarecimiento de los hechos.

Olga Lidia Salazar Hernández, del colectivo Unidos por Amor a Nuestros Desaparecidos, denunció que policías municipales y estatales acosan y hostigan constantemente a personas buscadoras.

Magdaleno buscaba a su hija desde 2019

Magdaleno Pérez buscaba a su hija Diana Paloma Pérez Vargas, quien desapareció el 22 de noviembre del 2019 cuando se dirigía al bachillerato.

El colectivo Familiares en Búsqueda María Herrera destacó su lucha diaria para encontrar a su hija Diana Paloma y prometieron continuar con su búsqueda.

“Querido hermano, te vamos a extrañar mucho, dejas un gran vacío en nuestros corazones, nuestro gran guerrero. Tu familia de dolor seguirá tu legado y la búsqueda de tu niña Diana Paola. Descansa en paz Maleno”, escribió.

Los restos de Magdaleno Pérez, de 41 años, será velados en la localidad de Tres Cruces, en el municipio de Papantla.

FUENTE: ANIMAL POLÍTICO.
AUTOR: REDACCIÓN.

Desaparece Héctor Aparicio, padre buscador en Veracruz

El padre buscador Héctor Aparicio Martínez fue desaparecido el pasado 26 de enero en Tihuatlán, Veracruz, reportaron el colectivo Familiares en Búsqueda María Herrera y la Brigada Nacional de Búsqueda (BNB).

Aparicio formaba parte del colectivo María Herrera Poza Rica para buscar a su hijo José Alfredo Aparicio Delgado, desaparecido desde el 5 de febrero de 2017 en Tihuatlán.

«La búsqueda de nuestros seres queridos desaparecidos no debe representar una situación de vulnerabilidad y no debe representar un riesgo para la vida e integridad de las familias buscadoras», señaló el colectivo y la BNB en un comunicado.

Las familias buscadoras en Veracruz exigieron a la Comisión Estatal de Búsqueda y la Fiscalía General del Estado que den con el paradero de Aparicio, así como demandaron a las autoridades que detengan las agresiones y desapariciones de quienes buscan a sus seres queridos y pongan fin a «este escandaloso crimen de lesa humanidad».

COMUNICADO:


FUENTE: DESINFORMÉMONOS.
AUTOR: REDACCIÓN.

“Buscar no debe costar la vida”: Familias de desaparecidos llevan a CIDH peticiones de seguridad para buscadores

Más de 20 personas buscadoras han sido asesinadas o desaparecidas en México; muchas siguen buscando entre amenazas. Colectivos exigieron ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos protección, seguridad y ser reconocidas como defensoras de derechos humanos.

“Buscar no debe costar la vida” fue el mensaje central de la audiencia durante la que este miércoles 28 de febrero familiares y colectivos pidieron la intervención de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) para exigir al Estado mexicano medidas de protección y seguridad para personas buscadoras ante el incremento de amenazas y asesinatos hacia ellas.

Como parte de la exposición inicial, el activista Raymundo Sandoval apuntó que la Plataforma por la Paz y la Justicia ha registrado desde 2010 el asesinato de más de 20 personas buscadoras, 15 de ellas durante este sexenio. Después, la oficina en México del Alto Comisionado de la ONU agregó que de 2019 a la fecha, el organismo tiene documentados al menos nueve casos de mujeres asesinadas como posible represalía a la búsqueda.

Asesinan al buscador Noé Sandoval en Guerrero

La Brigada Nacional de Búsqueda, organizaciones y colectivos condenaron el asesinato de Noé Sandoval Adame, miembro del colectivo Familiares de Búsqueda María Herrera Chilpancingo y buscador de su hijo Kevin desde noviembre de 2023, perpetrado el pasado 13 de febrero en Zumpango, Guerrero.

“Este doloroso suceso ha ocurrido en medio de una escalada de violencia en Chilpancingo y sus alrededores durante las últimas dos semanas, en las cuales miembros de grupos delictivos han atacado directamente a los transportistas y han impuesto un toque de queda”, explicaron la BNB y los colectivos en un comunicado.