AUTOR: ARTURO RODRÍGUEZ GARCÍA.
MÉXICO, D.F. (apro).- Construido al amparo del régimen priista, pero favorecido y protegido durante los dos sexenios panistas, el Grupo México, imperio empresarial del magnate Germán Larrea Mota-Velasco, se ha convertido en sinónimo de muerte y destrucción.
En México y el extranjero, las operaciones de Larrea han sido denunciadas por víctimas, defensores de derechos humanos y organizaciones laborales, a quienes han dado la razón organismos como la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).
Las conclusiones, recomendaciones y condenas de esas instancias, creadas a través de instrumentos jurídicos internacionales suscritos y ratificados por México, poco han servido para que ese emporio asuma sus responsabilidades, a pesar de que éstas atienden lo mismo a ilicitudes económicas, laborales, administrativas donde, en la mayoría de los casos, se incurrió en delitos.