La paraestatal sigue haciendo negocios fuera de México. Ahora, compra el 51 por ciento de las acciones de un astillero en España, ignorando a los mexicanos interesados.
Hace dos semanas, el diario El País, publicó que el Gobierno central y la Xunta confiaban en que las autoridades mexicanas mantuvieran su compromiso de que los astilleros gallegos construyeran dos buques hotel para Pemex. Aunque tenían sus reservas.
“La resolución de esos contratos, que se esperan como una tabla de salvación para Navantia en Ferrol y Barreras en Vigo, depende de un concurso, cuyo trámite se ha vuelto a retrasar por cuarta vez y que no estará fallado hasta el 30 de diciembre. Las dos factorías navales gallegas compiten además con diez ofertas, otra española, de Dragados Offshore, y nueve mexicanas”, señaló el medio español. Pero ayer, sus dudas fueron disipadas.