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Más de 95 por ciento de madres buscadoras en México ha enfrentado violencias: AI

Al menos 97 por ciento de las madres buscadoras en México ha enfrentado violencias y afectaciones al buscar a sus desaparecidos, entre las que destacan amenazas, extorsiones, ataques, desplazamientos forzados, secuestros, tortura, violencia sexual, desapariciones y asesinatos, reveló el informe «Desaparecer otra vez» de Amnistía Internacional (AI).

Además de afrontar la búsqueda de sus seres queridos, entre las más de 128 mil víctimas de desaparición en el país, las madres buscadoras enfrentan «además un creciente número de violencias y afectaciones, que han llegado al extremo de costarle la vida al menos a 16 de ellas», señaló AI en el informe, que reúne 600 testimonios de mujeres de 30 estados de México y de países como El Salvador, Guatemala y Honduras.

Además de las agresiones más comunes, de acuerdo con el informe una de cada dos buscadoras ha sufrido discriminación por género, situación económica, identidad étnico-racial, pertenencia a pueblos indígenas y por origen nacional o situación migratoria. «Se detectó también que una de cada dos buscadoras ha sufrido estigmatización y revictimización por parte de las autoridades e incluso de sus propias familias y comunidades», señala el documento.

«No es lo mismo un rico que un pobre. Desapareció alguien con dinero y lo encontraron porque fue prioridad para la Fiscalía, mientras que a mí ni siquiera me dan citas para buscar a mi hijo», se lee en un testimonio anónimo de una madre buscadora en la capital de Colima.

Entre las violencias las mujeres también señalaron la «reiterada falta de compromiso y actuación en las búsquedas» por parte de las instituciones públicas, así como denunciaron los obstáculos oficiales para para ser reconocidas como víctimas. Además, indicaron que los apoyos que les brindan las comisiones estatales de atención a las víctimas son «insuficientes, demorados y culturalmente inapropiados», a lo que AI agregó que los retos para la atención «son aún mayores para las mujeres buscadoras indígenas y las familias de personas migrantes desaparecidas».

De acuerdo con el informe, sólo 17 por ciento de las mujeres buscadoras acudió a las autoridades para denunciar actos de violencia y afectaciones o a solicitar sus servicios, principalmente por factores como desconfianza en el gobierno, desconocimiento de derechos y la percepción de cooptación de servidores públicos por el crimen organizado.

«A diferencia de otros países donde los Estados son quienes buscan a las personas desaparecidas, en México son las mujeres quienes encabezan la búsqueda, con sus propias manos, picos y palas, localizan y excavan fosas. Lo hacen en condiciones de alto riesgo, ingresando a zonas peligrosas o incluso cruzando fronteras para seguir buscando a sus seres queridos. Estas omisiones del Estado no sólo las colocan en una situación de grave vulnerabilidad, sino que además les impiden el acceso a la verdad, la justicia y la reparación integral del daño, como es su derecho», dijo Edith Olivares Ferreto, directora ejecutiva de Amnistía Internacional sección mexicana.

La organización de derechos humanos reiteró la urgencia de que las autoridades mexicanas garanticen el derecho de las mujeres a buscar a sus seres queridos y adoptar medidas que detengan «las constantes y continuadas violaciones de los derechos humanos que ellas sufren al realizar su labor», por lo que incluyó en el informe una serie de recomendaciones para avanzar en la protección de las colectivas de búsqueda.

COMUNICADO:

Las mujeres que se encargan de buscar a sus seres queridos, entre las más de 128,000 personas desaparecidas y no localizadas en México, deben enfrentar además un creciente número de violencias y afectaciones, que han llegado al extremo de costarle la vida al menos a 16 de ellas, ha afirmado hoy Amnistía Internacional en el Informe Desaparecer Otra Vez. Éste incluye el testimonio de 600 mujeres buscadoras de 30 estados de México y de países como El Salvador, Guatemala y Honduras. Las mujeres generosamente compartieron sus experiencias a través de cuestionarios, grupos de enfoque y entrevistas.

“Las mujeres buscadoras realizan una labor muy importante de defensa de derechos humanos en un ambiente sumamente hostil. A pesar de las graves violencias y afectaciones que viven, han sido sororas con otras familias que pasan por la misma situación. Han impulsado leyes, políticas públicas y la creación de instituciones orientadas a la búsqueda de personas desaparecidas. Las autoridades deben garantizarles el derecho a buscar a sus seres queridos y también adoptar las medidas que pongan fin a las constantes y continuadas violaciones a los derechos humanos que ellas sufren al realizar su labor”, declaró Ana Piquer, directora regional para las Américas de Amnistía Internacional.

El informe Desaparecer otra vez: violencias y afectaciones que enfrentan las mujeres buscadoras en México, se acompaña de la campaña #BuscarSinMiedo que exige a las autoridades acciones concretas para proteger a las mujeres buscadoras en Las Américas.

¿Qué sucede a las mujeres que buscan a sus familiares desaparecidos?

El informe detalla que 97% de las mujeres buscadoras entrevistadas declaró haber enfrentado violencias y afectaciones al buscar a personas desaparecidas. Entre las primeras destacan amenazas (45%); extorsiones (39%); ataques, (27%), desplazamientos forzados (27%); secuestros (6%), tortura (10%), e incluso violencia sexual, desapariciones y asesinatos.

 “Mi casa fue balaceada, fueron 100 balazos, estaba con mis hijas, fue espantoso”

Testimonio de una mujer buscadora anónima en Chilpancingo, Guerrero.

Además, una de cada dos buscadoras ha sufrido discriminación por género, situación económica, identidad étnico-racial, pertenencia a pueblos indígenas y por origen nacional o situación migratoria. Se detectó también que una de cada dos buscadoras ha sufrido estigmatización y revictimización por parte de las autoridades e incluso de sus propias familias y comunidades.

 “No es lo mismo un rico que un pobre. Desapareció alguien con dinero y lo encontraron porque fue prioridad para la Fiscalía, mientras que a mí ni siquiera me dan citas para buscar a mi hijo”.

Testimonio de una madre buscadora anónima en Colima, Colima.

También se detectaron afectaciones al núcleo familiar por la desaparición de uno de sus integrantes. Al respecto, de las 600 mujeres buscadoras entrevistadas para el informe, 60% reportó deterioro de las relaciones familiares, problema que se acrecienta por la falta de un sistema de cuidados que les permita seguir sus roles como cuidadoras a la par de realizar labores de búsqueda, 70% han tenido afectaciones en materia de salud física y mental, como depresión, insomnio y aparición de enfermedades o deterioro de enfermedades preexistentes y 60% reportó pérdida de recursos.

“Tenía problemas para respirar, me ahogaba constantemente, tienes que ir al dentista porque pierdes la dentadura. Hay un desgaste físico y mental de buscar 15 años”.

Araceli Rodríguez, madre buscadora del Estado de México.

“Ya no había gasolina para salir a buscar a mi hijo. Duré casi un año y medio sin luz, sin agua, a veces sin comer”.

Verónica Durán, buscadora de Guanajuato.

Desconfianza en las Autoridades

Las mujeres buscadoras identificaron en las instituciones públicas una reiterada falta de compromiso y actuación en las búsquedas de personas desaparecidas, lo cual ha llevado a las primeras a realizar la mayor parte del trabajo, incluso en las búsquedas organizadas por las autoridades.

“A diferencia de otros países donde los Estados son quienes buscan a las personas desaparecidas, en México son las mujeres quienes encabezan la búsqueda, con sus propias manos, picos y palas, localizan y excavan fosas. Lo hacen en condiciones de alto riesgo, ingresando a zonas peligrosas o incluso cruzando fronteras para seguir buscando a sus seres queridos. Estas omisiones del Estado no solo las colocan en una situación de grave vulnerabilidad, sino que además les impiden el acceso a la verdad, la justicia y la reparación integral del daño, como es su derecho”, declaró Edith Olivares Ferreto, directora ejecutiva de Amnistía Internacional sección mexicana.

El informe indica que solo 17% de las mujeres buscadoras acudió a las autoridades para denunciar actos de violencia y afectaciones o a solicitar servicios. Esto se debe a diversos factores, como desconfianza en el gobierno, desconocimiento de derechos e, incluso, percepción de cooptación de servidores públicos por el crimen organizado.

Las mujeres entrevistadas consideraron positivo que el Mecanismo de Protección para Personas Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas y los mecanismos estatales de protección les reconozcan como defensoras de derechos humanos y les brinden medidas de seguridad. Sin embargo, advirtieron que “[para] quien no está en los reflectores, el mecanismo no sale a dar la cara”. Además, señalaron que dichos mecanismos de protección no aplican un enfoque integral con perspectiva de género y de infancias al brindar medidas de seguridad. Tampoco realizan un adecuado seguimiento y evaluación de la efectividad de las medidas.

Las buscadoras refirieron problemas para ser reconocidas como víctimas y que los apoyos que les brindan las comisiones estatales de atención a las víctimas son insuficientes, demorados y culturalmente inapropiados. Los retos para la atención son aún mayores para las mujeres buscadoras indígenas y las familias de personas migrantes desaparecidas.

Como víctimas indígenas “estamos en un piso diferente, mucho más desproporcional cuando venimos de los pueblos”.

Beatriz Zapoteco, buscadora de Guerrero.

Las mujeres también mencionaron que las fiscalías estatales y la Fiscalía General de la República recurrentemente mantienen prácticas contrarias a los estándares internacionales, como pedirles que esperen 72 horas para interponer una denuncia por desaparición.

“No querían que pusiera la denuncia [de desaparición de mi hija], porque tenía que esperar 72 horas porque, según ellos, estaba con el novio muy feliz y por eso no sabíamos de ella”.

Testimonio de una madre buscadora anónima en Juárez, Chihuahua.

Respecto al Mecanismo de Apoyo Exterior Mexicano de Búsqueda e Investigación, un mecanismo creado para facilitar el acceso a la justicia a personas migrantes y sus familias que se encuentran en otro país, las mujeres buscadoras enfatizaron las dificultades que tienen las familias de personas migrantes desaparecidas para interponer las denuncias, dar seguimiento a sus casos y acceder a territorio mexicano.

“Una de las principales dificultades es ir a México, porque no hay tarjeta por razones humanitarias. Cruzar las fronteras es lo que más se nos dificulta. Si no estamos con organizaciones de la sociedad civil no nos toman en cuenta, nunca nos darían esas tarjetas”.

Mary Rodríguez, buscadora hondureña.

La investigación incluye una serie de recomendaciones a las autoridades mexicanas para avanzar en la protección de las colectivas de búsqueda. Entre ellas, Amnistía Internacional insta a las autoridades mexicanas a reconocer la importante labor de las mujeres buscadoras y el derecho que tienen a buscar, ya sea en conjunto con las autoridades o de forma independiente, y que se garanticen sus derechos, incluyendo los derechos económicos, sociales y culturales.

“Todas las medidas gubernamentales en materia de desaparición deben contar con la efectiva participación de las buscadoras. Hoy seguimos recordando que ¡sin las familias, no! Es fundamental reconocer también el rostro femenino de la búsqueda e incorporar una perspectiva de género e interseccional”, destacó Edith Olivares Ferreto.


FUENTE: DESINFORMÉMONOS.
AUTOR: REDACCIÓN.

“A mi casa le tiraron 100 balazos”: madres buscadoras son desplazadas por quienes desaparecieron a sus hijos

Madres buscadoras relatan que tuvieron que abandonar sus hogares por las amenazas de los mismos criminales que desaparecieron a sus familiares, recoge informe de Amnistía Internacional.

“Mi casa fue balaceada, fueron 100 balazos. Estaba con mis hijas, fue espantoso. Nos tiramos al piso y nos tuvimos que salir de la casa. Estoy espantada, no es fácil superar esto. A partir de que pasa esta situación ya no eres libre. Se pierde absolutamente todo, la paz, la tranquilidad, el sueño”. 

Este es un testimonio de una madre buscadora que recoge el informe ‘Desaparecer otra vez: violencias y afectaciones que enfrentan las madres buscadoras en México’, que publica este martes Amnistía Internacional, y para el que encuestó y entrevistó a más de 600 mujeres que buscan a sus seres queridos. 

En esta investigación, la organización internacional de derechos humanos destaca que realizar las labores de búsqueda que debería emprender el Estado mexicano se está convirtiendo, cada vez más, en una actividad de alto riesgo; especialmente para las mujeres, y especialmente a partir de 2022, cuando se batió el récord de asesinatos de personas que buscan, con 6 casos, todas mujeres. En total, desde 2014 y hasta junio de este año, suman 16 homicidios de personas buscadoras de las que 11 son madres, dos hermanas, dos esposas y una activista.

Además de la violencia homicida del crimen, y de las amenazas, ataques y extorsiones, el informe de Amnistía documenta que las madres buscadoras también están siendo víctimas de desplazamiento forzado por parte de los mismos criminales que desaparecieron a sus seres queridos. 

En este punto, Amnistía refiere que hasta 180 buscadoras entrevistadas, el 27 %, dijeron que tuvieron que salir de su casa y cambiar de domicilio por las amenazas; 158 (24 %) tuvieron que mudarse a otro lugar dentro de su misma entidad; y 193 (19 %) se mudaron a otro estado. 

“La experiencia del desplazamiento en las mujeres buscadoras varía mucho. Se desplazan en ocasiones con sus familias y en otras deciden hacerlo solas, viviendo lejos de sus seres queridos para buscar protegerles”, señala el informe, que agrega que, adicionalmente, el desplazamiento también puede ser una medida de seguridad utilizada por los mecanismos de protección y las fiscalías, tanto a nivel federal como estatal.


“Si me quedaba, no viviría para contarlo”: buscadora

“Tuve que salir del pueblo porque estuve minutos antes con una compañera que fue asesinada. Empezaron las amenazas: si me quedaba no iba a vivir para contarlo. Tuve que irme por mis propios medios, así que salí con lo que tenía puesto. No le dije a nadie”, señala otro testimonio documentado en el informe. 

Las madres buscadoras entrevistadas refirieron varios “efectos nocivos” producto del desplazamiento, como la pérdida de sus trabajos y dificultades para encontrar otros, complicaciones para acceder a otra vivienda, y complicaciones para acceder a servicios de salud o de educación para niños y niñas, principalmente por la falta de documentos oficiales. 

También señalaron que sufrieron un deterioro importante de la salud física y mental, y sufrieron estigmatización por haber tenido que dejar su lugar de origen. Asimismo, refirieron haber perdido a sus redes de apoyo. 

“Realmente vamos a coincidir todas en que cuando llegas a otro lugar te cambia la vida por completo porque dejas todo. Te quedas sola, dejas tus raíces, tu fuente de empleo, dejas a tus redes de apoyo. Estamos en un entorno desconocido donde nos callan, nos señalan”, apuntó otra madre buscadora en el informe.

Amnistía Internacional señala que cuando el desplazamiento se da como una medida de reubicación por parte de los mecanismos de protección o las fiscalías, las buscadoras indicaron que sufren una falta de apoyo integral en las medidas que le otorgan. 

En este punto, las mujeres dijeron que esas medidas se centran básicamente en brindarles un lugar seguro para ellas y sus familias, “pero no hacen derivaciones con otras autoridades que puedan brindar otro tipo de apoyos para minimizar los efectos nocivos del desplazamiento”. 

Asimismo, las mujeres alertaron sobre una falta de sensibilización por parte de los y las servidoras públicas, y una falta de enfoque de género y de infancias “que hacen la experiencia del desplazamiento mucho más compleja”. 

“Los niños son señalados en las escuelas por tener familiares desaparecidos, peor aún en el desplazamiento. La escuela para ellos es muy tediosa y complicada. Desgraciadamente, no se habla del apoyo que necesitan. Yo también me he enfrentado a cuestionamientos y señalamientos”, comentó una mujer que dio su testimonio.

El informe refiere que, además de estos efectos nocivos en las mujeres buscadoras, el desplazamiento forzado también genera afectaciones en las labores de búsqueda de los seres queridos desaparecidos. 

En primer lugar, en los casos de reubicación como medida de seguridad, los mecanismos de protección les prohíben hacer búsquedas en sus estados por no contar con la posibilidad de garantizarles protección durante las mismas. 

Y, en segundo lugar, el desplazamiento complica la participación en las búsquedas debido a la falta de redes de apoyo y los roles de cuidado de otros hijos e hijas que no pueden dejar solos.

“Nuestras casas parecen farmacias”: buscadoras afectadas en su salud

Por otra parte, la investigación de Amnistía Internacional advierte que la salud mental de las madres buscadoras está en serio riesgo.

Por ejemplo, el 73 % de las 600 encuestadas reportaron que padecen depresión, estrés, problemas de nervios, ansiedad, tristeza, apatía, sentimientos de culpa, e incluso, algunas de ellas admitieron haber tenido pensamientos suicidas o intentos de suicidio. 

Adicionalmente, las mujeres reportaron cambios en el sueño (72 %), cambios en el peso (subidas y bajadas), temblores, y problemas de memoria. 

“Nuestras casas parecen farmacias. Compramos miles de cosas porque nuestro cerebro no da. La mayoría somos codependientes para poder dormir”, refirieron las mujeres entrevistadas.


Otra afectación a la salud que mencionaron 89 mujeres entrevistadas, el 13 %, fue el consumo problemático de sustancias luego de la desaparición. 

“Si bien los impactos negativos en la salud tras la desaparición de un ser querido son notables, éstas no suelen ser una prioridad para muchas mujeres buscadoras, quienes prefieren dedicar tiempo y recursos a lo más importante para ellas, que es encontrar a su ser querido”, apuntó el informe.

FUENTE: ANIMAL POLÍTICO.
AUTOR: REDACCIÓN.

“Somos amenazadas, somos perseguidas por buscar”: madres buscadoras enfrentan riesgos, criminalización y discursos revictimizantes

Las madres buscadoras enfrentan constantes riesgos de seguridad. En los últimos 15 años, 28 personas dedicadas a la búsqueda han sido asesinadas o desaparecidas. Además, la difusión de discursos que las desacreditan, revictimizan y criminalizan aumenta su vulnerabilidad.

Mientras los riesgos de seguridad para las madres y familias buscadoras persisten en un escenario en el que se han visto obligadas a asumir una labor que compete al Estado, colectivos, organizaciones e investigadores alertan sobre los riesgos de desacreditarlas y criminalizarlas, en un contexto en el que las amenazas y asesinatos hacia ellas van en aumento.

De acuerdo con datos recabados por la organización Artículo 19, entre 2010 y marzo de 2025 se han detectado 24 casos de personas buscadoras asesinadas y cuatro desaparecidas. Los estados que registran la mayor cantidad de estos hechos son Guanajuato, con ocho casos, Michoacán y Sonora –tres en cada uno–, y Sinaloa, Veracruz y Jalisco –dos cada uno–. En este último, a principios de mes se dio el hallazgo del Rancho Izaguirre en el municipio de Teuchitlán. 

A esas entidades les siguen Baja California, Chihuahua, Puebla, Zacatecas, Morelos, Hidalgo y Guerrero, uno por cada una. Raymundo Sandoval, de la Plataforma por la Paz y la Justicia, destaca que a un año de la audiencia temática sobre protección a personas buscadoras en México, —solicitada originalmente por un asesinato—, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos modificó la protección para mujeres buscadoras. Sin embargo, no se atendió la petición de crear un mecanismo específico de supervisión.

“Abrieron la consulta para enviar insumos y varias organizaciones enviamos información, incluido el componente de protección. Entonces exhortamos a la Comisión a que le dé continuidad a la elaboración de un informe sobre desapariciones en México, y a que incluya especialmente un componente sobre protección”, apunta Sandoval en entrevista.

El activista recuerda que el año pasado, el Movimiento por Nuestros Desaparecidos en México (MNDM) presentó un diagnóstico donde se incluye una tipología, incluso sobre perpetradores, y recomendaciones que no han sido retomadas por el Mecanismo de Protección para Personas Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas –que tampoco ha elaborado un diagnóstico propio– ni han tenido la suficiente difusión, una de las cuales tiene que ver con la creación de un mecanismo específico para la atención de las madres buscadoras.

En el documento, el Movimiento identifica las siguientes agresiones y violaciones a derechos humanos contra las familias y colectivos: agresiones físicas, amenazas, ataques al patrimonio, hostigamiento e intimidación, allanamiento, criminalización, ataques armados, desaparición forzada y a manos de particulares, y agresiones letales.


A estas se añaden acciones para la obtención ilegal de información, inteligencia, vigilancia y seguimientos; estigmatización y deslegitimación: delitos contra el honor y la imagen pública de las personas buscadoras; vulneración y exposición de datos personales e información sensible, así como agresiones en el entorno digital y mediático.

“13 amenazas de muerte solo por buscar”

María Isabel Cruz Bernal es madre de Reyes Yosimar García Cruz, quien desapareció el 26 de enero de 2017 en Culiacán, Sinaloa. Fundadora de Sabuesas Guerreras en la entidad y parte de la comisión de seguridad del MNDM, asegura que en estos ocho años se ha vuelto investigadora, policía, rastreadora y todóloga, pero es muy enfática en el hecho de que ha sido obligada.

“Las madres buscadoras necesitamos un poco de seguridad, porque estamos en peligro cada que salimos a una búsqueda; yo soy una de ellas, tengo 13 amenazas de muerte solo por buscar. La comisión de seguridad se hizo con ese fin: saber qué necesitan las madres buscadoras para tener protección”, señala. 

En su caminar, dice María Isabel, “somos amenazadas, somos criminalizadas, somos perseguidas, somos señaladas”. Por eso, era momento de tomar una decisión y hacer un análisis de lo que sucedía en la capital y otros lugares de la República Mexicana, porque ante contextos diferentes, las amenazas también lo son.

Para ella, los discursos que buscan desacreditar a las madres buscadoras, especialmente en el contexto del hallazgo de Teuchitlán, son preocupantes y de miedo, porque los señalamientos vienen de las grandes autoridades que deberían protegerlas. Además, en ocasiones termina dándosele veracidad a la delincuencia organizada y desacreditando a las madres.


“Estamos en constante peligro y podemos ser cazadas como unas criminales, porque ahora las que quieren que nos veamos mal somos nosotras, como que estamos criminalizando a los delincuentes, porque ahora somos nosotras quienes sembramos cuerpos, hacemos y tenemos un montón de evidencias, y eso no se vale, porque lo único que buscamos es a nuestros hijos. No estamos señalando a nadie; sin embargo, nos da bastante miedo ser perseguidas por la delincuencia y ahora por el gobierno”, sostiene. 

La intención del Movimiento es que el diagnóstico de seguridad siga siendo presentado en cada uno de los estados de la República para que sus gobiernos conozcan el análisis de riesgo y puedan adaptarlo para generar medidas de protección, y no revictimización o criminalización. 

“El desprestigio hacia nosotras, las madres buscadoras, es por un trabajo, una chamba, que no nos corresponde hacer, ¿estamos de acuerdo? Es algo que nosotras no pedimos, lo vuelvo a repetir; entonces si ellos no quieren que nosotros andemos metiendo las narices donde no debemos, pues que hagan su chamba, que hagan su trabajo”, remarca.

Andrea Horcasitas, investigadora del Programa de Derechos Humanos de la Universidad Iberoamericana, agrega que la seguridad no debe pensarse solo en términos de ataques físicos, sino de integridad completa. Por ejemplo, en las búsquedas muchas veces no hay acompañamiento médico para casos de accidente, además de la complejidad de la entrada a territorios o polígonos que están controlados por grupos del crimen organizado.

“Tenemos que empezar a pensar en seguridad no solo en las actividades de campo, sino en la vida cotidiana, porque el rastreo de personas buscadoras que han sido asesinadas, desaparecidas, violentadas, torturadas, ha sido fuera de las labores de búsqueda, muchas de ellas incluso en sus negocios o en sus casas. Ahí está el foco rojo de la seguridad”, indica. 

Uno de los temas vinculados es la criminalización, apunta, como se ha visto a partir del hallazgo de Jalisco: “Al criminalizarlas, al revictimizarlas, lo que estás garantizando es justificar un poco el que les pase algo, y ese también es un tema de seguridad del que no estamos hablando suficiente. Tenemos que empezar a pensar la seguridad de las familias que buscan de manera más amplia y más integral”.

Un clima de revictimización y criminalización

Desde los primeros días que siguieron al hallazgo del Rancho Izaguirre, en Teuchitlán, Jalisco, pese a que en los hechos se han reiterado discursos de respeto a las madres buscadoras y solidaridad con las víctimas, diversas comunicaciones oficiales y no oficiales han apuntado a desacreditar –la mayoría de las veces sin decirlo de manera explícita–, revictimizar o criminalizar al colectivo Guerreros Buscadores, así como a otros grupos o mamás.

En uno de sus primeros comunicados, la fiscalía estatal se adelantó a aclarar que sí había calcinación de cuerpos, pero no dentro de hornos. Luego, en otro texto le dio estatus de presunción a una carta hallada en el rancho, hizo mención a que los sellos de aseguramiento ya estaban rotos “de acuerdo con integrantes del colectivo”, destacó que se estaba ante una modalidad “que no había sido utilizada por el grupo criminal” y aclaró que “la existencia de un artículo personal en el sitio no representa que quien lo utilizaba esté sin vida”.

Para el Centro de Justicia para la Paz y el Desarrollo, el hecho de insinuar de manera velada que las familias generan mentiras sobre la existencia de hornos crematorios —discurso que luego se ha replicado en distintos niveles de gobierno— representa una respuesta preocupante por parte de las autoridades.


Luego, durante la vigilia que se llevó a cabo en el Zócalo capitalino el sábado 15 de marzo, un grupo de personas insistió durante varias horas en confrontar verbalmente a la policía, utilizando la causa y consignas de los colectivos, sin reparar en ningún momento en la petición de las madres en torno a que esa actividad no era parte de su convocatoria. El lunes siguiente, durante su conferencia mañanera, la presidenta de la República lo atribuyó a una campaña en su contra.

Señaló que el tema se tocaría después, “porque si no, después dicen que no hay sensibilidad y que estamos hablando de la campaña”, pero volvió al punto de que el grupo de Palacio era distinto. “¿Quiénes son y todo? Pues ya corresponde hacer las revisiones”, agregó. Acto seguido, mencionó a grupos de la oposición, “calderonistas, muchos de ellos, que, de manera hipócrita, ahora resulta que están dolidos por la situación de desaparición, cuando en realidad son parte de una campaña en contra del gobierno”.

Más adelante, durante las preguntas, igualmente puso en duda los dichos sobre los hallazgos, sin señalar a nadie en particular: “También, ¿qué encontraron en el predio?, que también es muy importante, la verdad sobre… Porque se han dicho muchas cosas y tiene que haber evidencia científica, no es solamente lo que se diga. ¿Qué  se encontró en el predio?”.

Unos días después, en redes sociales se hizo viral un video presuntamente atribuido a integrantes del crimen organizado –sin que se haya confirmado–, donde se desacredita a las madres buscadoras en tono amenazante. La voz protagonista menciona que las madres están “respaldadas por no sé quién”. Información de dudosa procedencia, no encontraron nada, mentiras, historias inventadas y sin fundamentos son otras palabras utilizadas. “Somos el pueblo, servimos al pueblo y estamos con el pueblo”, concluye el discurso.

Por separado, Ceci Flores, fundadora del colectivo Madres Buscadoras de Sonora, acusó el 19 de marzo que desde días atrás, campañas que buscaban ponerle su rostro a una causa que no le pertenece a ella, sino a las miles de madres que tienen un desaparecido, querían desacreditarla para evadir la realidad que le duele a todo un país. Se refería a diversas cuentas anónimas que hicieron publicaciones reiteradas sobre las actividades de uno de sus hijos desaparecidos. “Estamos bajo amenaza”, subrayó.


Por otro lado, la Plataforma por la Paz y la Justicia en Guanajuato señala que es especialmente preocupante la referencia del fiscal general de la República, Alejandro Gertz Manero, en torno a una pretendida apertura a la participación de las familias, pero ciñiéndolas al modelo de investigación penal que tiene sus propias reglas y procedimientos para víctimas que aportan información, y es muy restrictivo.  

“Ambas fiscalías utilizaron políticamente a los colectivos de búsqueda restringiendo su participación y deslegitimándoles, y qué decir de la revictimización que vivieron el día 20. La nueva revictimización es del secretario de Seguridad que ahora pareciera que les da la razón, pero sin hablar específicamente del aporte de los colectivos de búsqueda, especialmente el de Guerreros Buscadores de Jalisco. No hay un reconocimiento de su papel en el hallazgo y hay una pugna por la narrativa entre la Fiscalía General de la República, la de Jalisco y ahora la Secretaría de Seguridad”, afirma Sandoval.

Horcasitas señala adicionalmente que asistimos a discursos de un Estado que se justifica a sí mismo por sus omisiones y falta de atención. Además, la criminalización es la forma ideal de mantener la impunidad, porque permite justificar la falta de búsqueda y de investigación, así como dejar solas a las familias al apuntar que las personas desaparecidas “en algo andaban” o son criminales.

“Todas las personas tienen derecho a ser buscadas, independientemente de las causas, pero además, es una narrativa que cimentó bien Felipe Calderón, y que la verdad sigue más vigente que nunca, que permite al Estado ser indolente, no llevar a cabo acciones concretas de búsqueda, criminalizar, estamos viendo un poco también con lo del Rancho Izaguirre, a las víctimas que se encuentran ahí, y por ende, por añadidura, por extensión, a sus familias; la criminalización es la médula ósea detrás del abandono estatal de las familias”, subraya.

FUENTE: ANIMAL POLÍTICO.
AUTOR: MARCELA NOCHEBUENA.

Reportan asesinato de la madre buscadora Sofía Raygoza en Zacatecas

La Fiscalía de Zacatecas descartó que su asesinato esté relacionado con la desaparición de su hija en 2023, a quien encontró con vida ese mismo año.

A dos años de haber denunciado la desaparición de su hija, Sofía Raygoza Ceballos fue hallada sin vida durante el fin de semana dentro de un vehículo, en el municipio de Villanueva, Zacatecas.

La Fiscalía General del Estado de Zacatecas informó en un comunicado que atendió el reporte a través de su Fiscalía Especializada en Delitos Cometidos contra las Mujeres por Razones de Género.

“Se atendió un reporte ante el hallazgo de una persona del sexo femenino sin vida, misma que se encontró situada en el asiento del conductor de un vehículo en color gris”, indicó.

Ante el hecho, la Fiscalía dijo que inició una carpeta de investigación correspondiente, aplicando “los protocolos de investigación de feminicidio y enfoque diferencial”.

La Fiscalía de Zacatecas dijo que los familiares, con asistencia de personal de la institución, identificaron y recibieron el cuerpo de la víctima este lunes.

“Han recibido atención integral y avances de la investigación” , señaló la institución.

Además, la Fiscalía destacó que la mujer había reportado el 11 de febrero de 2023 la desaparición de su hija Frida Sofía Murillo Raygoza, quien fue localizada con vida ese mismo año, aunque antes encaró a las autoridades y cuestionó los protocolos de búsqueda.

“Se descarta que tenga relación alguna con el reporte detonado en 2023“, aclaró el comunicado.

Las investigaciones seguirán bajo la coordinación de la Fiscalía Especializada en Delitos Cometidos contra las Mujeres por Razones de Género y la Fiscalía Especializada en Delitos de Alto Impacto.

“Avances que se darán a conocer en el momento procesal oportuno mediante los medios de comunicación institucionales”, concluyó el comunicado.

FUENTE: ARISTEGUI NOTICIAS.
AUTOR: REDACCIÓN.

Reportan desaparición de Ceci Flores, madre buscadora de Sonora, tras viaje de CDMX a Querétaro

Desde ayer por la tarde salió de CDMX rumbo Querétaro, pero sus familiares no han tenido comunicación con Ceci Flores.

Ceci Flores, activista y fundadora del colectivo Madres Buscadoras de Sonora, no ha podido ser localizada por sus familiares en las últimas 15 horas.

El Colectivo 10 de Marzo AC dio a conocer que desde ayer por la tarde salió de CDMX rumbo Querétaro, pero no responde el celular ni se sabe nada de ella.

Ceci Flores denuncia que recibió ‘más amenazas que nunca’ mientras buscó a AMLO

Cecilia Patricia Flores Armenta, líder del colectivo Madres Buscadoras de Sonora, denunció, el 2o de marzo de 2024, que recibió “más amenazas que nunca”, después de que permaneció durante dos días consecutivos afuera del Palacio Nacional, con la intención de entregar la “pala de mando” al presidente Andrés Manuel López Obrador.

Durante dos días, el 18 y 19 de marzo, la activista estuvo afuera del Palacio Nacional, mientras al interior se llevaba a cabo la conferencia de prensa matutina de titular del Poder Ejecutivo Federal, esperando reunirse con el político tabasqueño, para entregarle la pala con la que busca a sus tres hijos desaparecidos.

Ceci Flores denuncia intimidación de hombres armados en una búsqueda en Hermosillo; CNB lo niega

Tras la denuncia de la madre buscadora, la Comisión Nacional de Búsqueda, ahora a cargo de Guadalupe Reyes, negó que fueran hombres armados los que gritaron improperios contra las madres, afirmó que eran dos indigentes que fueron retirados del lugar.

Ceci Flores, presidenta fundadora de Madres Buscadoras de Sonora, denunció hoy que un grupo de 13 madres que realizaban una búsqueda en el cerro de la Virgen, al Sur de Hermosillo, un grupo de personas realizó disparos y les gritó improperios para que se fueran del lugar.

Madre buscadora y su esposo son asesinados durante atentado de pistoleros en Tacámbaro

Uno de los hombres baleados fue un policía municipal escolta de Ricardo Moriya Sánchez, hermano de Artemio Moriya Sánchez, presidente municipal de Tacámbaro.

Cinco personas -entre ellas un policía y una madre buscadora- fueron asesinadas por un grupo de hombres armados en inmediaciones de un comercio en Tacámbaro, Michoacán.

El atentado ocurrido e lunes 23 de octubre, que fue captado en video, fue obra de un grupo de al menos seis hombres que iban en tres camionetas. En las imágenes se aprecia que los sujetos llevan armas largas y rafaguean aparentemente a las personas que están en el comercio.