AUTOR: ARTURO RODRÍGUEZ GARCÍA.
Mil millones de dólares en cinco años es la ganancia estimada del crimen organizado por sólo uno de sus múltiples negocios: el robo y exportación de hierro. Michoacán, Jalisco y Colima, entidades donde el mineral abunda, sufren el azote de los yacimientos que se explotan en la ilegalidad o del robo simple y llano de cargamentos cuyo destino final parece ser, en todos los casos, China. Las autoridades desechan las denuncias y, según empresarios del ramo, en lugar de combatir el ilícito lo protegen.
MÉXICO, D.F: Una red transoceánica de tráfico de mineral de hierro robado o extraído de yacimientos irregulares ha sido posible gracias a la protección de las autoridades mexicanas, las cuales –por omisiones, sobreseimiento de denuncias y desestimación de señalamientos– contribuyen a un negocio que se estima arrojó ganancias por mil millones de dólares apenas en un lustro.
Más allá de los informes del comisionado para la Seguridad y el Desarrollo de Michoacán, Alfredo Castillo Cervantes, respecto a los operativos federales en los cuales se ha decomisado mineral robado, la postura asumida por los diferentes órdenes de gobierno respecto al problema, señaladamente en cuanto a la zona minera de Colima y el puerto de Manzanillo, indica que la impunidad continúa.