AUTOR: ERNESTO VILLANUEVA.
MÉXICO, D.F. (Proceso).- En pocas ocasiones he visto el ejercicio abusivo del poder, pero en este caso un gobernador de extracción perredista, Graco Ramírez Garrido Abreu, de Morelos, no le pide nada al también impresentable mandatario de Veracruz, Javier Duarte, al lanzarse una cruzada contra dos mujeres indefensas: Fernanda Alió y su hija de dos años, Regina Gómez Alió, de quien no se sabe su paradero.
Este hecho por sí mismo es gravísimo. Lo es más cuando el jefe del Ejecutivo de Morelos, por acción o ¿extraña omisión?, está detrás de lo ocurrido. Veamos.
Primero. Mi buen amigo, jurista y litigante pro bono de derechos humanos Enrique Carpizo me presentó a Fernanda, con quien tuve una larga charla sobre su caso y el de su pequeña hija.
Con documentos en mano, me platicó todo el viacrucis por el que está pasando. Ha ganado todos los recursos legales, pero no pasa nada. Mi primera conclusión es que hay un divorcio entre el estado mínimo de derecho y los hechos que deberían derivar de las resoluciones judiciales.