El Dragonario

Muchas de ellas jóvenes, otras niñas y algunas mayores, pelean "por igual por su libertad y hasta la muerte", afirmaron.

Con fusiles, machetes y palos ayudan a los hombres a vigilar su fortaleza, su pueblo: "Tepeque", pero aún así tienen miedo, pues presienten que podría desatarse un enfrentamiento, tal vez inminente, con el crimen organizado, historia que entonces se escribiría con sangre.

"Ya corrimos a todos los malandrines de aquí, en cuanto tomamos las armas salieron huyendo, y a los que atrapamos primero se los entregamos al Ejército" comentó una de las féminas adheridas al movimiento, del cual