AUTOR: ANABEL HERNÁNDEZ.
A juzgar por las cifras del Sistema Nacional de Seguridad Pública, la estrategia federal para la pacificación y el desarrollo de Michoacán funcionó al revés: la incidencia de prácticamente todos los delitos subió este año, no sólo en comparación con 2013, sino también respecto del macabro 2011, el más sangriento de la administración de Felipe Calderón. En medio de ese desastre, el comisionado Alberto Castillo, a quien popularmente ya se le conoce como el “virrey” , sigue pregonando sus logros, entre otros, la detención del doctor José Manuel Mireles…a cambio de la liberación de miembros del Cártel de Jalisco Nueva Generación.
MÉXICO, D.F: El pasado enero, cuando el presidente Enrique Peña Nieto nombró a Alfredo Castillo comisionado para la Seguridad y Desarrollo Integral de Michoacán, el objetivo era pacificar el estado y dar mejores condiciones de vida y seguridad a la población. Pero tras su llegada la violencia y el crimen crecieron a niveles nunca antes vistos.
Actualmente en esa entidad se vive la mayor crisis de inseguridad de la última década en el marco de una política pública de justicia selectiva.