AUTOR: CARMEN ARISTEGUI.
"Si el Fobaproa rondaba entre los 700 y 800 mil millones de pesos, que seguimos pagando, el pasivo laboral sumado de Pemex y CFE es superior al pasivo bancario, aún si se le agregara el rescate carretero, también de triste memoria", escribe la periodista.
Viernes 25 de julio, 2014: No había que poner mucha imaginación para pensar, de inmediato, en la idea de “un Fobaproa petrolero y energético” cuando se dio a conocer que el gobierno y el Congreso se aprestan a aprobar una propuesta para convertir en deuda pública el inmenso pasivo laboral de Petróleos Mexicanos y el de la Comisión Federal de Electricidad.
La evocación inmediata a lo que fue -y sigue siendo- el rescate con dinero público más grande de la historia de México, realizado entre 1994 y 1995 durante la crisis del sistema financiero mexicano, es inevitable dada la dimensión que supondrá, para México, convertir en deuda pública las monstruosas cifras que cargan ambas paraestatales.
Si el Fobaproa rondaba entre los 700 y 800 mil millones de pesos, que seguimos pagando, el pasivo laboral sumado de Pemex y CFE es superior al pasivo bancario, aun si se le agregara el rescate carretero, también de triste memoria.