AUTOR: RAFAEL CRODA.
Carlos Slim ha repetido en Colombia la fórmula que aplica en México: amparado en un cuasimonopolio ofrece una telefonía celular cara y mala. Pero la nación sudamericana está decidida a ponerle un alto. Faltan pocos meses para que llegue a término la concesión del segundo hombre más rico del mundo. Cuando eso ocurra, el gobierno colombiano se apropiará de la infraestructura de su empresa presuntamente para ponerla a disposición de más competidores, con el afán de mejorar el servicio.
El gobierno de Juan Manuel Santos refuerza la fiscalización y los controles sobre el consorcio de las telecomunicaciones del segundo hombre más rico del mundo para evitar que abuse de su “posición de dominio”.
Según estimaciones de la Comisión Sexta del Senado, los activos que deberá revertir Claro en favor de la nación oscilan entre mil 947 millones, su valor en libros, y tres mil 790 millones de dólares, su precio de mercado.