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Más negocios, menos formalidad: crece el país de la precariedad laboral: INEGI

La informalidad avanza y la productividad se estanca. Según los Censos Económicos 2024 del Inegi, más de 3 millones de negocios en el país operan al margen de la ley y aportan apenas el 3.6% del valor agregado nacional. Mientras tanto, los negocios formales van en retroceso. Expertos advierten que, sin políticas integrales y reales incentivos, el país seguirá acumulando emprendimientos precarios condenados a la invisibilidad económica.

En México, la informalidad sigue siendo la norma y no la excepción. De acuerdo con los Censos Económicos 2024 presentados por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), el número de negocios que operan en condiciones de informalidad creció en 1.7 puntos porcentuales entre 2018 y 2023, al pasar de 62.6% a 64.3% del total nacional, lo que equivale a alrededor de 500 mil nuevas unidades económicas en esta condición.

Esta tendencia deja un panorama donde más de tres millones de negocios en el país no cuentan con registro ante la seguridad social ni llevan contabilidad formal, y en su mayoría emplean a menos de cinco personas, lo que los mantiene al margen del sistema fiscal y laboral.
FORMALIDAD A LA BAJA, APORTACIÓN DISPAR

Mientras la informalidad crece, los negocios formales se reducen: pasaron de 37.4% en 2018 a 35.7% en 2023, con un total de 3 millones 516 mil establecimientos registrados. Esta pérdida de dos puntos porcentuales revela una persistente dificultad para mantener o transitar hacia esquemas formales, ya sea por la carga regulatoria, los costos de operación o la falta de incentivos gubernamentales eficaces.

Pese al gran volumen de negocios informales, su peso en la economía es limitado. Según explicó Susana Pérez, titular de la Unidad de Estadísticas Económicas del Inegi, estos establecimientos aportan solo el 3.6% del valor agregado a nivel nacional, lo que subraya la baja productividad estructural del sector informal.

“Los informales los definimos como aquellos que son muy pequeños, que tienen en promedio cinco personas ocupadas, no hacen pagos a la seguridad social y no llevan contabilidad formal. Bajo esa definición, el 64% de las unidades económicas del país en 2023 son informales, pero apenas contribuyen con el 3.6% del valor agregado”, puntualizó Pérez.

UN IMPULSO EMPRENDEDOR QUE DEBE SER COMPRENDIDO

A pesar del predominio de la informalidad, hay señales de dinamismo en el ecosistema emprendedor. Mauricio Márquez, vicepresidente del Inegi, destacó que durante 2024 se han registrado 240 mil nuevos establecimientos, que generaron empleo para alrededor de 400 mil personas.

“Esto refleja un impulso emprendedor que debe ser comprendido y atendido. Es necesario facilitar condiciones para que ese espíritu emprendedor pueda traducirse en negocios sostenibles y formales”, expresó Márquez.

El desafío, concluyen los expertos, es doble: reducir la brecha entre la informalidad y la productividad, y al mismo tiempo crear condiciones atractivas para que los nuevos emprendimientos ingresen al circuito formal, sin ahogarlos con trámites, cargas fiscales excesivas o inseguridad jurídica.

UN PANORAMA QUE EXIGE POLÍTICAS INTEGRALES

El crecimiento de la economía informal no es nuevo, pero sí persistente. Factores como la inseguridad pública, la inflación, los altos costos de insumos, la baja demanda de bienes y servicios, y la falta de financiamiento, explican por qué millones de mexicanos prefieren emprender sin entrar al sistema formal.

Para diversos analistas, este diagnóstico del Inegi es una llamada de atención urgente para el nuevo gobierno federal, que deberá poner el foco en programas de regularización simplificada, educación financiera, digitalización, acceso al crédito y protección social para emprendedores.

Sin una estrategia clara, México corre el riesgo de seguir acumulando negocios que, aunque numerosos, contribuyen poco y están condenados a la precariedad.

FUENTE: EMEEQUIS.
AUTOR: REDACCIÓN.

“Estamos aquí por necesidad”: médicos de farmacias laboran en la precariedad ante la falta de empleo en hospitales públicos

Los consultorios privados, entre ellos muchos adyacentes a farmacias, se han convertido en opción de empleo para médicos recién egresados que no obtienen una plaza o una residencia en el sector público.

Desde hace tres años, Brian Cejudo es médico en un consultorio junto a una farmacia en la colonia Santa María la Rivera, en la Ciudad de México. Ha sido su única oportunidad de empleo desde que egresó de la UNAM. 

“Entrar en una institución llega a ser un poco más difícil. Entonces, uno busca la opción de trabajar y ejercer la carrera, y en este tipo de lugares es más fácil empezar a generar ingresos, empezar a agarrar experiencia”, dice en entrevista antes de iniciar su jornada.

El costo de la consulta es de 60 pesos, una cantidad razonable para quienes carecen de seguridad social o tienen ingresos que no les permitirían pagar más. Pero, por otro lado, representa una precarización para los profesionales de la salud.

“Son muchos años de carrera como para cobrar muy poco. La gente luego no sabe cuánto cuestan los libros, los uniformes, el transporte, todo lo que conlleva la carrera. Hay quien exige que inclusive sea más barata la consulta. Pero aunque es poco el pago, también tenemos esa parte humana, donde nos ponemos en el lugar del paciente y se entiende un poco”, comenta el médico.

Brian puede hacer hasta 20 consultas en un turno completo. Eso significa mil 200 pesos de ingreso en un día, pero también hay ocasiones en que sólo hace la mitad de atenciones y, por tanto, obtiene la mitad de ingreso. 

El joven describe su trabajo como un convenio entre él y la farmacia: “La farmacia nos ayuda a nosotros a tener pacientes y nosotros a que vendan sus productos. En este tipo de trabajos tenemos ese convenio: te presto el consultorio, por decirlo de una manera, y tú me mandas a comprar los productos”.

Sin embargo, médicos como Brian no tienen un salario fijo, ni prestaciones de ningún tipo, ni siquiera de salud, paradójicamente. 

Aunque deciden su horario, si no trabajan, no ganan.

La precarización laboral

La flexibilización de horario, que es visto como ventaja, sobre todo para los más jóvenes, más bien es una precarización laboral, ante la ausencia de contratos, antigüedad y con largas jornadas de trabajo. Esto, en realidad, los inserta en el sector informal de la economía. 

“La progresiva precarización del trabajo parece no ser privativa de las actividades terciarias de subsistencia (comercio al por menor o negocios familiares) sino también en la ocupación de los recursos humanos en salud”, advierte el estudio “Condiciones de empleo y precariedad laboral de los médicos de México: análisis basado en una encuesta nacional”, realizado por los investigadores Julio César Montañez-Hernández, Sandra Patricia Díaz-Portillo, Germán Guerra y Hortensia Reyes-Morales, del Instituto Nacional de Salud Pública. 

Gandhy Salgado, médico internista de 37 años, trabajó en consultorios de farmacias durante tres años, antes de realizar su examen para la especialidad en 2012. Su experiencia le hace reconocer que el motivo principal por el que un médico decide trabajar en un consultorio adyacente a farmacia es por necesidad, “porque no es un lugar tan agradable para trabajar”.

Trabajó en esos consultorios en 2012, en la colonia Aragón en la Ciudad de México, un espacio “aclientado”, por lo que hacía hasta 40 consultas al día por 30 pesos cada una. Ganaba mil 200 pesos la jornada, pero aún así era un monto mucho mayor a los 4 mil pesos quincenales que entonces cobraba un médico general en una institución pública. 

Después trabajó en Guadalajara, en Farmacias Tapatías, mientras hacía un curso de preparación para el examen de admisión a la especialidad. Ahí sí tenía sueldo base de mil pesos, aunque había menos gente. Sin embargo, la mayor ventaja de estos trabajos, dice, es que en esos consultorios siempre hay vacantes. “Prácticamente te quedas a trabajar inmediatamente”, admite.

Sin embargo, el estudio de los investigadores del Instituto Nacional de Salud Pública advierte que éstas no son ventajas, sino condiciones laborales que traen consecuencias: “A corto plazo puede afectar su salud, calidad de vida y la de sus familias, además de limitar las posibilidades de crecimiento profesional. A medio plazo, puede influir en las tasas de desocupación y desperdicio laboral. Asimismo, puede afectar la calidad de los servicios brindados a la población”.


De ahí que los investigadores recomiendan “la formulación y el establecimiento de una política de recursos humanos en México que considere conjuntamente la formación de los profesionales de la salud y las necesidades de salud de la población, y que a su vez regule el mercado público y privado”.

Sin embargo, no existe ninguna iniciativa gubernamental enfocada en no sólo proteger los derechos laborales del personal médico, ni supervisar la práctica médica, pese a que el crecimiento de los Consultorios Adyacentes a Farmacias han sido una constante en al menos 15 años. 

Aumentan médicos en el sector privado

Gandhy Salgado logró hacer la especialidad en Medicina Interna, lo que le permitió dejar los consultorios de farmacia y buscar mejores oportunidades en el sector público, aunque en realidad tampoco significó una mejoría. 

En plena pandemia de Covid 19, en 2020, entró a trabajar al Hospital General de Zihuatanejo, perteneciente entonces al Seguro Popular y la Secretaría de Salud, con un contrato por honorarios. 

Estuvo siete meses, de los cuales cuatro no le pagaron a tiempo debido a la desaparición del Seguro Popular y la creación del Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi), que se haría cargo de su salario, pero que nunca se concretó. “No puedo trabajar de gratis”, pensó entonces y renunció. 

Al mismo tiempo también trabajaba en el Hospital General de Zona número 8 en Zihuatanejo, perteneciente al IMSS, pero la experiencia no fue la mejor. Su contrato se llamaba “de sustitución 08”, pese a que me habían dicho que sería de modalidad “base 02” y aunque había tres plazas de base vacantes, nunca se la dieron. 

“Además tenían una forma muy cuadrada de trabajar, había demasiada burocracia y tenía entre 15 y 20 pacientes solo a mi cargo. En plena pandemia terminaba trabajando 10 horas con el traje de protección puesto”.

Finalmente decidió abandonar el sector público, y optó por la práctica privada. Desde hace cinco años tiene su propio consultorio en Zihuatanejo y sus ingresos han mejorado, además de que controla su agenda y tiene más tiempo para su vida personal. 

Si bien la práctica médica en el sector público es “más gratificante” y desafiante porque llegan otro tipo de pacientes, y además “ayudas a la gente, tampoco iba a permitir que pisotearan mis derechos laborales ni soportar un trato indigno”, sentencia. 

Salgado es parte del aumento de 6 % de médicos en el sector privado entre 2018 y 2024, de acuerdo con datos del Sexto Informe de Gobierno del expresidente Andrés Manuel López Obrador. 

Mientras en 2018 había 89 mil médicos trabajando en el sector privado, para 2024 aumentó a 95 mil. 

Y es que el sector público tampoco puede absorber a los 17 mil 500 alumnos de pregrado egresados de la carrera de médico cirujano al año, más los 9 mil 300 especialistas. Esto pese a que México tiene un déficit de personal médico. Hay 2.4 médicos por cada 1,000 habitantes, debajo del promedio de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) que es de 3.5.

Si bien el IMSS aumentó su número de médicos en 40 % (14.565 médicos) entre 2003 y 2015 y el Seguro Popular, creado en 2003, permitió el cambio de estatus laboral de 24 mil 534 trabajadores que estaban contratados por honorarios en 2009, no fue suficiente. 

En el sexenio pasado, el director del IMSS, Zoé Robledo, informó que en cinco años había crecido la oferta de plazas médicas. Pasó de una oferta de 4 mil 537 plazas en 2018, a 9 mil 509 en 2023, lo que representa un 105 % más en especialidades como Medicina Familiar, de Urgencias, Interna y Cirugía General. Además presumió que, en 2023, el IMSS sumó al 83 % de médicos egresados de residencias. 

Sin embargo, en el subsistema de salud que atiende a las personas sin seguridad social la precariedad laboral también es una constante, de ahí que el personal médico ha salido a manifestarse en los últimos años.


Sobre todo porque en el sexenio del expresidente Andrés Manuel López Obrador desapareció Seguro Popular y fue sustituido por el Insabi, lo agudizó la incertidumbre laboral dado el descontrol administrativo. El Instituto desapareció a los dos años de operación y ahora el sistema está a cargo del IMSS-Bienestar. 

Incluso, apenas este 8 de junio, un grupo de personal médico protestó frente a la presidenta Claudia Sheinbuam, interrumpiendo su discurso durante la inauguración de dos nuevas áreas en el Hospital de la Niñez Poblana. 

El reclamo fue por la carencia de prestaciones de ley, seguridad social y un salario justo, pues su ingreso ascendía a 3 mil 200 pesos. “Seguimos siendo olvidados. Nos dijeron que va a llegar y no nos dicen cuándo, no nos han dado ningún tipo de opción, no nos han convocado para decirnos algo”, declararon al Sol de Puebla.

FUENTE: ANIMAL POLÍTICO.
AUTOR: NAYELI ROLDÁN.

Presentan informe sobre situación laboral en medios mexicanos; precariedad y malos salarios

En México donde, uno de los principales problemas es la crisis económica, el reporte indica que el salario mensual neto promedio entre los encuestados es entre 3 mil 80 y 7 mil pesos, seguidos por un 19% que reportó ganar entre 7 mil y 10 mil pesos. En seguida se encuentran las personas que indicaron estar en los rangos de 10 mil y 15 mil pesos y de 15 mil a 20 mil pesos, con 19% respectivamente.

Los empleados de los medios de comunicación sufren día a día la “explotación, la desigualdad salarial, falta de prestaciones laborales y el acoso sexual”, de acuerdo con el Informe sobre condiciones laborales de trabajadores de medios en México.

Entre agosto y septiembre de 2019, previo a la contingencia sanitaria por covid-19, se realizó una encuesta para generar un primer diagnóstico de las condiciones de trabajo en los medios de comunicación en el país. Este jueves fueron presentados los resultados.

Cultura de la productividad y precarización, causas de trabajos esclavizantes.

La cultura de la productividad, la normalización de las violencias y la precarización han fomentado la generación de espacios de trabajo esclavizantes que llevan a los trabajadores al límite físico y emocional.

Los mexicanos trabajan mucho, descansan poco, no ganan lo suficiente y están estresados. Diferentes estudios lo han revelado: según la OCDE, México es el país que más excede las horas laborales límite (27% de los trabajadores); el 63% de los trabajadores sufre estrés, de acuerdo con Internet MX y OCC Mundial. Por si fuera poco, esto no se traduce en productividad: nuestro país tiene los índices más bajos de PIB por hora trabajada.

Maestros de Prepa en línea acusan mayor precarización en nueva contratación de la SEP

La SEP condiciona a los maestros de Prepa en Línea a tener un contrato que deberán renovar cada tres meses, con más horas de trabajo y el mismo sueldo.

Prepa en línea atiende a más de 151 mil estudiantes que habitan en los municipios de mayor marginación, pero desde el nacimiento del modelo, los profesores han denunciado las malas condiciones de trabajo. Aunque la SEP anunció que por fin serían contratados, en realidad se trata de mayor precarización, acusan los afectados. 

Los asesores y tutores, como se conoce a los profesores en este modelo, debían dedicar 20 horas de trabajo cada semana, por un salario mensual de 12 mil pesos y contratos por outsourcing. Ahora la SEP les condiciona tener un contrato con la dependencia, pero que deberán renovar cada tres meses a cambio de trabajar 36 horas a la semana, pero con el mismo sueldo, un bono anual y el pago de vacaciones, pero sin seguridad social. 

Empresas crecen sus fortunas mientras repartidores en México ganan 50 pesos por hora

La Oxfam recalcó que las aplicaciones deben hacer que sus trabajadores alrededor del mundo cuenten con las condiciones y derechos laborales mundiales, mientras que el Gobierno de México debe exigir que se remunere de manera justa el trabajo de los repartidores. También pidió a la sociedad general que consuma las aplicaciones que sí puedan garantizar derechos laborales a sus trabajadores además de un empleo digno y un salario justo.

Mientras que las aplicaciones de entregas a domicilio continúan acumulando ganancias millonarias en México, el salario promedio de sus repartidores es de poco más de 2 mil pesos semanales, lo que provoca que más de la mitad de ellos no puedan satisfacer sus necesidades básicas.

Sin seguridad social, la mayoría de trabajadores en outsourcing

Sólo una de cada 9 empresas de tercerización está registrada ante el IMSS: Manpower
Muy pocas de estas compañías pagan impuestos completos y menos permiten auditorías

Solo una de cada nueve empresas de tercerización que operan en el país está registrada ante el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), aseguró la firma de contratación de personal Manpower, con base en cifras del reporte Staffing Industry Analysts 2016.

Lo anterior implica que la mayoría de los trabajadores en dicha modalidad de contratación no cuentan con los beneficios de la seguridad social como patrimonio para su retiro, cesantía y vejez, así como garantizar su acceso a la atención médica en clínicas y hospitales del IMSS en caso de enfermedad.

El reporte de Staffing Industry –consultora global en soluciones de personal y mano de obra– detalla que de las empresas de tercerización que sí tienen a sus trabajadores en el Seguro Social en México, apenas cuatro de cada 10 pagan las cuotas correspondientes al IMSS, con lo cual los trabajadores acceden a beneficios inferiores a sus niveles reales de ingresos.

La tercerización (también conocida como outsourcing o subcontratación), es una práctica a través de la cual una empresa contrata a otra para la prestación de servicios temporales y especializados que a la primera no le sería rentable ni productivo asumir.

Sin embargo, diversos analistas han denunciado que en México dicho esquema se ha utilizado para despojar a los trabajadores de derechos elementales como un salario justo, una jornada de trabajo digna, seguridad social y estabilidad laboral.

Uno de los casos más comunes en el país es el de los trabajadores que laboran en empresas que prestan el servicio de limpieza a otras compañías.

De acuerdo con Manpower, en México existen unas 900 compañías de tercerización, de las cuales apenas 100 cumplen con la obligación de registrar a sus trabajadores en el Seguro Social.

Detalla que de esas 100 empresas, 40 pagan las cuotas completas, y de ellas apenas 20 permiten auditorías legales de impuestos.

La semana pasada el Congreso de la Unión solicitó a la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS) un informe sobre la situación de los derechos laborales de 4.9 millones de personas que se encuentran bajo el régimen de subcontratación.

En el dictamen, aprobado por la Comisión Permanente, se indica que cerca de 4.9 millones de mexicanos laboran bajo el esquema de outsourcing y que México ocupa el quinto lugar en la industria de la subcontratación en América Latina, la cual tiene un valor de mercado de mil 457 millones de dólares anuales.

El objetivo del informe solicitado por el Congreso es evitar la simulación en el cumplimiento de prestaciones y derechos laborales, entre ellos los de seguridad social y crédito para vivienda.

Héctor Márquez, director comercial de Manpower Group México, Caribe y Centroamerica, dijo este lunes a través de un comunicado, que existe gran número de trabajadores en el país contratados bajo esa modalidad que están en situación incierta y no cuentan con las prestaciones que marca la ley o sólo reciben una parte proporcional.

FUENTE: LA JORNADA
AUTOR: JUAN CARLOS MIRANDA