En el primer año de gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador la crisis de seguridad en el país continuó y se profundizó. La cifra de personas asesinadas, 32 mil 565, no solo es la más alta para un inicio de sexenio, sino que además los casos se han vuelto más violentos.
Y es que el promedio de víctimas que deja cada caso en 2019 es el más alto de por lo menos los últimos cinco años. Ocho masacres con un saldo de 124 personas que perdieron la vida, entre ellos mujeres, niños y policías, son ejemplo de esto.