AUTOR: JUAN ALBERTO CEDILLO.
En abril de 2012, seis meses antes de su ejecución en Progreso, Coahuila, Heriberto Lazcano, El Lazca, estuvo a punto de ser capturado por elementos del Ejército. Por esas fechas había comenzado a interesarse por las minas de carbón y la organización criminal que encabezaba –Los Zetas– no tenía fisuras notorias. Todo iba bien con Miguel Ángel Treviño Morales, El Z-40, su socio. Pero éste terminó por delatarlo y llamó a los marinos para darles la ubicación de “un comandante de Los Zetas” y éstos lo ejecutaron el 7 de octubre de ese año. A partir de documentos y declaraciones oficiales de sicarios detenidos, Proceso reconstruye los últimos días de El Lazca.
PROGRESO, Coah: El 7 de octubre de 2012 las escasas gradas del polvoriento campo de beisbol local estaban llenas. Alrededor de 80 personas animaban a los equipos de los ejidos de Aura y San Alberto que esa tarde se enfrentaban. Distribuidos a lo largo de un estrecho camino, los pobladores seguían el partido.
La zona deportiva se ubica a un costado de la Carretera 57, justo antes de traspasar un arco de concreto que anuncia la llegada al pequeño poblado, desértico como la mayoría de los que se encuentran en el norte del estado.