El Parque Eólico Cozumel, promovido por la empresa estadounidense Mexico Power Group, propone la instalación de 114 aerogeneradores sobre un área propiedad del gobierno del estado de 6 mil 132 hectáreas en tres etapas, a lo largo básicamente de toda la costa este de la isla: de Punta Molas, al norte, a Punta Celarain, en el extremo sur.
“Antes, hace algunos años, el arrecife llegaba hasta aquí, todo esto era un acuario natural”, dice el viejo isleño. Ahora… de nada le valió a Greenpeace traer su barco y exponerse a ser manguereados. La terminal internacional de Puerta Maya, propiedad de la Carnival Corporation, ayudada desde luego por prestanombres locales, se salió con la suya y construyó su inmenso adefesio de concreto justo sobre el arrecife Paraíso. Adiós caracoles, adiós pejesapo endémico, bienvenidos cruceros, ruido, basura, y todo de un plumazo, por decreto.
La madre natura le pasó a la isla la factura en el 2005 con el fenómeno “Wilma”, sesenta horas de destrucción sin medida. Entre incontables daños a la población, fueron destruidas las terminales internacionales de cruceros, Puerta Maya, la más grande, Internacional, la más antigua, y la de Punta Langosta, justo en el centro del poblado de San Miguel de Cozumel y la menos exitosa de las tres. Poderosos capitales las reconstruyeron y con pilón… Nadie dijo ni pío.