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jueves, 23 de noviembre de 2017

El Senasica revocó a Monsanto permiso para liberar semillas de soya transgénica en siete estados

Por faltas que causaron daños “graves e irreversibles” al ambiente, el Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (Senasica) revocó a Monsanto el permiso para la liberación de semillas de soya transgénica en siete estados.

Los permisos se habían autorizado para los estados de Tamaulipas, San Luis Potosí, Veracruz, Chiapas, Campeche, Yucatán y Quintana Roo.

En el caso de Campeche, la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) suspendió temporalmente la autorización por un litigio que emprendieron apicultores mayas y ambientalistas para frenar la introducción de transgénicos en sus regiones.

sábado, 27 de mayo de 2017

Monsanto continúa siembra de transgénicos en Campeche, pese a orden de la Corte: ONG

La indolencia del gobierno mexicano para hacer cumplir los mandatos de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) quedó en evidencia una vez más, luego que la Misión de Observación Ciudad de México-Campeche denunció que no se ha frenado la siembra de soya transgénica en el estado de Campeche.

En conferencia de prensa, dicho organismo dijo que pese a que en noviembre de 2015 la Segunda Sala de la Corte emitió la sentencia SCJN 499/19/, con la que decretaba la suspensión de los permisos de siembra y compra-venta de soya transgénica -que distribuía principalmente Monsanto en Campeche-, esa resolución no se ha ejecutado.

El Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (Senasica), institución encargada de velar que se acate el fallo de la Corte, no tiene control sobre el monitoreo de las siembras.

jueves, 20 de abril de 2017

Monsanto desestima conclusiones de Tribunal ambientalista

CIUDAD DE MÉXICO: La empresa Monsanto, gigante internacional de las biotecnologías y la agroindustria, tachó hoy de “resultados premeditados” las conclusiones del Tribunal Internacional Monsanto, el cual sostuvo ayer que a lo largo de los años las actividades de la empresa causaron múltiples violaciones a los derechos humanos en distintos lugares del planeta.


En una postura oficial enviada a Apro como respuesta a una nota que esta agencia publicó ayer, Monsanto sostuvo que el Tribunal fue organizado por “un particular grupo de detractores de la tecnología agrícola y de nuestra compañía, que también fungió como juez y jurado en el mismo”.

martes, 18 de abril de 2017

Tribunal ambientalista falla contra Monsanto por “ecocidio”

CIUDAD DE MÉXICO: Reunidos en el “Tribunal Internacional Monsanto” en La Haya, cinco jueces estimaron hoy que el gigante de las biotecnologías y de la agroindustria violó el derecho a un medio ambiente saludable, a la alimentación, a la salud, a la libertad indispensable para la investigación científica y, e incurrió en el “ecocidio”, si este delito fuera reconocido en el derecho internacional.


Un “Tribunal de Opinión”, como lo es el de Monsanto, emite sus opiniones consultivas sobre “situaciones o sucesos muy problemáticos” con el enfoque del derecho y las normas internacionales, de manera idéntica a la que procede la Corte Internacional de Justicia. Es fruto de la sociedad civil y no pertenece a ningún sistema judicial u organización internacional.

jueves, 23 de marzo de 2017

Exigen a la Corte hacer efectivas las resoluciones contra la siembra de soya transgénica en Campeche

CIUDAD DE MÉXICO: Organizaciones no gubernamentales (ONG) acudieron a la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) para exigir que se hagan efectivas las resoluciones emitidas contra un permiso otorgado a Monsanto para la siembra de soya genéticamente modificada en diversas regiones del estado de Campeche.


En su sentencia del 4 de noviembre de 2015, la Segunda Sala declaró la suspensión del permiso y ordenó se efectuara una consulta “previa”, libre, informada, de buena fe y culturalmente adecuada, a fin de proteger los derechos y garantizar la participación en las decisiones del pueblo maya.

lunes, 17 de octubre de 2016

Apicultores mayas acusan a Monsanto ante Tribunal de La Haya

Muerte de abejas, afectaciones en flora y fauna de la región, construcción de pozos ilegales de extracción y absorción de agua, perdida dramática de hectáreas de selvas, son algunas de las afectaciones que apicultores mayas de Hopelchén, Campeche denunciaron contra Monsanto frente al Tribunal de La Haya, el pasado 15 y 16 de octubre.

Angélica Ek  y Feliciano Ucán, representantes del pueblo maya, aseguraron que el cultivo de soya y maíz transgénico por parte de Monsanto utilizando herbicida glifosato “altera la producción y calidad de la miel, a los montes, abejas, la salud de los agricultores, nuestro modo de vida, cultura y tradiciones, la vinculación sagrada con la naturaleza y el buen vivir”, afirma en un comunicado la organización no gubernamental Equipo Indignación, con sede en Campeche.

Los apicultores denunciarán al Estado Mexicano por otorgar los permisos a la empresa Monsanto para la siembra comercial de soya transgénica con lo que se daña su ambiente y territorio.

A pesar de que en 2012 Angélica Ek y Feliciano Ucán junto con el Colectivo Apícola de los Chenes, organizaciones ambientalistas, defensoras de derechos humanos y comunidades mayas, tanto de Campeche como de Yucatán, presentaron diversos amparos contra el permiso otorgado por las autoridades mexicanas la práctica continúa.

A dicho Tribunal acudieron representantes de diversos pueblos, con el objetivo de “visibilizar las violaciones a los derechos humanos en comunidades indígenas derivado de los productos que Monsanto desarrolla y comercializa en México, y para que la empresa y las autoridades se responsabilicen por las violaciones a derechos humanos, crímenes contra la humanidad y ecocidio”.


Los argumentos y conclusiones legales de los testimonios de los apicultores mayas “podrán servir como material de prueba y alegatos en los procedimientos que se hayan presentado o pretendan presentarse en el ámbito nacional por las víctimas; el Tribunal resaltará la necesidad de cambiar la ley internacional de manera que las personas que sufran violaciones a sus derechos humanos por empresas como Monsanto, puedan recurrir a vías legales, a través de las que puedan reclamar reparaciones  por esas afectaciones; además apelará a la conciencia de la ciudadanía y de los políticos acerca de las malas prácticas que la empresa desarrolla  y su impacto sobre el medio ambiente sano, la salud de las personas, los peligros que conlleva el actual modelo agroindustrial basado en semillas transgénicas y  agroquímicos, ligado al derecho humano al agua y a la alimentación que se  ven vulnerados”  informan en el comunicado.

FUENTE: DESINFORMÉMONOS.
AUTOR: REDACCIÓN.
LINK: https://desinformemonos.org/apicultores-mayas-acusan-a-monsanto-ante-tribunal-de-la-haya/

viernes, 14 de octubre de 2016

Apicultores mayas de Campeche llevan a Monsanto al banquillo de los acusados en La Haya

En 2012, Angélica Ek y Feliciano Ucán, apicultores mayas de Hopelchén, Campeche, presentaron, junto con otras comunidades mayas de Campeche y Yucatán, diversos amparos en contra del permiso que el Gobierno mexicano dio a Monsanto para la siembra comercial de soya transgénica resistente al herbicida glifosato.

Angélica Ek y Feliciano Ucán, apicultores mayas de Hopelchén, Campeche, se encuentran en La Haya, Países Bajos, para dar su testimonio ante los jueces del Tribunal Internacional contra Monsanto, sobre las graves violaciones a los derechos humanos en sus comunidades, derivadas de los productos que dicha empresa desarrolla y comercializa en México.

En 2012, Angélica Ek y Feliciano Ucán, apicultores mayas de Hopelchén, Campeche, presentaron, junto con otras comunidades mayas de Campeche y Yucatán, diversos amparos en contra del permiso que el Gobierno mexicano dio a Monsanto para la siembra comercial de soya transgénica resistente al herbicida glifosato.

Lamentablemente las autoridades encargadas de los temas agrícolas y del medio ambiente omitieron considerar los dictámenes de los órganos técnicos a cargo de la biodiversidad y las áreas naturales protegidas que recomendaban negar el permiso dado sus impactos potenciales, como podía ser el destino final del herbicida en los mantos freáticos de la Península de Yucatán, dado que presenta un suelo altamente permeable.

Además, es una de las regiones en donde se produce miel de calidad de exportación, y cuyo mercado puede estar en riesgo dado el rechazo del consumidor europeo a los productos transgénicos o, en el caso de la miel, restos de polen de soya transgénica en la misma.

El efecto negativo del herbicida glifosato puede provocar un riesgo tanto a la salud de los agricultores como de las especies benéficas, sobretodo porque es el producto más empleado a nivel mundial y las fumigaciones áreas con éste y otros cocteles de agroquímicos se han incrementado en la región. En 2015, la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer, catalogó al glifosato como una sustancia probablemente cancerígena en humanos.


Muerte de abejas, afectaciones en flora y fauna de la región, construcción de pozos ilegales de extracción y absorción de agua, pérdida dramática de masa forestal, tomando en cuenta que en Hopelchén entre 2005-2015 se perdieron 59,880 mil hectáreas de selvas, muchas de las cuales están siendo cultivadas con soya y maíz, son tan solo una lista de impactos de la empresa Monsanto, que a través de sus productos están provocando en la región.

El testimonio que rendirán Angélica y Feliciano ante un tribunal internacional de carácter ético, junto con el de otras víctimas de distintas partes del mundo afectados por los productos de Monsanto, ayudarán para varios propósitos: los argumentos y conclusiones legales de estos testimonios podrán servir como material de prueba y alegatos en los procedimientos que se hayan presentado o pretendan presentarse en el ámbito nacional por las víctimas; el Tribunal resaltará la necesidad de cambiar la ley internacional de manera que las personas que sufran violaciones a sus derechos humanos por empresas como


Monsanto, puedan recurrir a vías legales, a través de las que puedan reclamar reparaciones por esas afectaciones; además apelará a la conciencia de la ciudadanía y de los políticos acerca de las malas prácticas que la empresa desarrolla y su impacto sobre el medio ambiente sano, la salud de las personas, los peligros que conlleva el actual modelo agroindustrial basada en semillas transgénicas y agroquímicos, ligado al derecho humano al agua y a la alimentación que se ven vulnerados. Buena suerte para Angélica y Feliciano que, como tantos otros miembros de pueblos indígenas viven en resistencia por mantener su modo de vida, su cultura y tradiciones, su vinculación sagrada con la naturaleza y en particular sus montes, sus abejas, su milpa…su buen vivir.

FUENTE: SIN EMBARGO/GREENPEACE.
AUTOR: MARÍA COLÍN.
FECHA: 13 OCTUBRE 2016.
LINK: http://www.sinembargo.mx/13-10-2016/3103840

martes, 12 de julio de 2016

Greenpeace e Indignación AC exigen a PGR investigación y confiscación de semilla de soya transgénica ilegal en Campeche

Desinformémonos| Ciudad de México. 12/07/2016.- Las organizaciones civiles Greenpeace e Indignación AC demandaron a quien resulte responsable por sembrar soya transgénica ilegal en el estado de Campeche, en el ciclo agrícola que comenzó en junio, luego de las declaraciones de funcionarios públicos que aseguran que se realizarán las siembras en los municipios de  Campeche y Hopelchén, a pesar de no contar con permiso expreso para hacerlo, en el caso del primer municipio, y de existir una resolución de la Suprema Corte de Justicia de la Nación que suspende las autorizaciones de siembra en ocho municipios de la entidad, incluyendo Hopelchén.

Los días 6 y 7 de julio, las organizaciones presentaron denuncias penales ante la Procuraduría General de la Republica (PGR), tanto en la Ciudad de México como en la de Campeche, a fin de que esta dependencia realice labores de investigación en torno a la liberación de soya transgénica por violaciones al marco de bioseguridad y del Código Penal Federal; además del desacato que podría cometerse en contravención a las sentencias de la segunda sala de la Suprema Corte, emitidas el 4 de noviembre de 2016, que ordenaron la suspensión de los permisos de siembra hasta que se consulte a las comunidades indígenas sobre si están de acuerdo o no en que se cultive soya transgénica en su territorio. Se trata de los Amparos en Revisión 499/2015 y 500/2015.

Exigieron a la Procuraduría General de la República (PGR) una investigación para evitar plantaciones de esta soya en el estado y pidieron el decomiso de la semilla transgénica, sus productos o subproductos como medida de seguridad.

Explican que en 2012 la Compañia Monsanto, multinacional estadounidense cotizada en bolsa productora de agroquímicos y biotecnología destinados a la agricultura, pidió autorización para la siembra de soya transgénica resistente al herbicida glifosato en los municipios campechanos de Champotón, Hecelchakán, Hopelchén, Tenabo, Calkiní, Escárcega, Carmen y Palizada cuya solicitud quedó registrada bajo el número 007/2012, se encuentra actualmente suspendida por orden de la Suprema Corte, además de que en el trámite la empresa omitió mencionar explícitamente a Campeche por lo que la siembra en dicho municipio es ilegal.

El día 30 de mayo del 2016 Greenpeace presentó diversas solicitudes de información al Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (Senasica), cuya respuesta expresa que a la fecha, se cuenta con 0 (cero) permisos de soya genéticamente modificada (GM) en el municipio de Campeche, Estado de Campeche; aunque Senasica reconoce, contrariamente a la respuesta anterior, que respecto a las hectáreas sembradas de soya GM del 2012 al 2015 en el municipio de Campeche; en 2012 se sembraron 0 (cero) hectáreas (has); en 2013 se sembraron 7 mil 168 punto 34 has.; en 2014 se sembraron 5 mil 583 punto 9 has y en 2015 se sembraron 8 mil 590 punto 61 has.

Además, dicen las organizaciones que “lamentablemente” durante el desarrollo de la consulta previa a comunidades indígenas ordenada por la Suprema Corte, diversos agricultores reconocieron ante medios de comunicación que han sembrado y sembraran soya GM en el municipio de Hopelchén.

Esto se relaciona con manifestaciones públicas del Delegado de la SAGARPA en Campeche, Cruz Alberto Uc Hernández, en el sentido que en este ciclo agrícola se sembrará soya GM en el municipio de Campeche, al afirmar que “lo que no está prohibido, está permitido” al no figurar el municipio en la sentencia de la SCJN ya que la empresa Monsanto omitió mencionarlo “deliberadamente” afrirman, en su solicitud.

Recuerdan que en abril de este año, el abogado de Monsanto realizó declaraciones a un medio de comunicación local, en las que dejó entrever que ya se estaba distribuyendo semilla de soya transgénica en Campeche bajo el argumento de que la prohibición “únicamente operaba en las comunidades de los quejosos” hecho que fue posteriormente desmentido por la propia Suprema Corte, explican.

Bajo ese contexto, con las denuncias penales, Greenpeace e Indignación AC exigen a la PGR que investigue si existe siembra de variedades de soya transgénica en Campeche, en particular en el municipio del mismo nombre, donde no hay autorización expresa, lo que contraviene la Ley de Bioseguridad de OGM (artículo 119 fracciones I y XXVII) y el Código Penal Federal (artículo 420 TER), pero también que indague sobre lo afirmado por soyeros en el sentido de que ya se sembró soya transgénica en comundiades de Hopelchén, lo que significa un desacato a las sentencias emitidas por la Suprema Corte.

Las organizaciones sociales también solicitaron a la PGR que en caso de existir siembra de soya transgénica, detenerlas mediante medidas como el aseguramiento inmediato de las semillas GM que hayan sido transportadas y almacenadas para la siembra comercial en el estado de Campeche, y en caso de detectar cultivos de esta semilla en los municipios Champotón, Hecelchakán, Hopelchén, Tenabo, Calkiní, Escárcega, Carmen y Palizada y Campeche, deberá asegurar sus productos y subproductos, entre otras medidas de seguridad adecuadas.

Finalmente, dicen, resulta preocupante que frente a la existencia de una resolución judicial por parte del Máximo Tribunal del país, la Sagarpa, a través de su delegado, esté generando condiciones para burlar los efectos de una sentencia que es clara en su contenido para favorecer a Monsanto y a quienes se han beneficiado con la siembra de soya transgénica, acusan, razón por la cual es urgente que la PGR realice una investigación efectiva e imparcial para sancionar conductas que contravienen sentencias definitivas.

FUENTE: DESINFORMÉMONOS
AUTOR: REDACCIÓN
LINK: https://desinformemonos.org/greenpeace-e-indignacion-ac-exigen-a-pgr-investigacion-y-confiscacion-de-semilla-de-soya-transgenica-ilegal-en-campeche/

lunes, 13 de junio de 2016

Monsanto pretende sembrar semilla transgénica en el municipio de Campeche. Organizaciones civiles la demandan

En el ciclo agrícola que inicia el próximo 15 de junio, la empresa transnacional Monsanto, pretende sembrar semillas transgénicas en el municipio de Campeche, en el estado del mismo nombre, a pesar de que existe una orden de la Suprema Corte de Justicia de la Nación que suspende la autorización de siembra de semilla genéticamente modificada en Campeche y además, el municipio como tal no está dentro de las zonas en las que Monsanto pidió autorización en 2012.

Greenpeace e Indignación A.C. demandaron a la empresa Monsanto y a quien resulte responsable por la posible siembra de soya genéticamente modificada en el estado de Campeche, en particular en el municipio del mismo nombre, donde la trasnacional ha expresado su intención de comercializar semillas transgénicas para el siguiente ciclo agrícola, según lo publicó el periódico local Por Esto! el 21 de abril pasado:   

Monsanto sembrará en la península 30 mil has de soya transgénica*

Este año, la trasnacional Monsanto sembrará 30 mil hectáreas de soya transgénica en la Península de Yucatán, es decir, casi 3 veces más de lo que se sembró el año pasado, según información de la Comisión Intersecretarial de Bioseguridad de los Organismos Genéticamente Modificados (Cibiogem).

Este organismo, que agrupa a las 6 Secretarías de Estado involucradas en la biodiversidad, detalla que desde el 2005, Monsanto lleva a cabo siembras de soya en la región y está en la última fase para convertirla en un cultivo comercial.

El ciclo agrícola inicia el próximo 15 de junio y Monsanto no cuenta con permiso expreso para hacerlo, ya que existe una resolución de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) que suspende las autorizaciones de siembra en el estado.

Las organizaciones presentaron  denuncias populares  ante la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa)  para que esta dependencia evite la liberación de soya transgénica en Campeche por las posibles afectaciones al derecho humano al medio ambiente sano, la bioseguridad y la gestión ambiental; además, del desacato que la empresa podría cometer en contravención de las sentencias de la segunda sala de la Suprema Corte que suspende los permisos de siembra hasta que se consulte a las comunidades indígenas sobre si están de acuerdo o no en que se cultiven organismos genéticamente modificados en su territorio.

El argumento de la demanda de las organizaciones radica en que el marco legal de bioseguridad en México obliga a los interesados en la siembra de transgénicos a solicitar los permisos indicando expresamente los sitios donde desean hacerlo y Monsanto omitió mencionar explícitamente el municipio de Campeche, por lo que el permiso que recibió para las siembras  no contempla esa zona y en consecuencia estaría impedido para liberar soya genéticamente modificada en él.

En 2012, Monsanto pidió autorizaciones para la siembra de soya transgénica resistente al herbicida glifosato en los municipios campechanos de Champotón, Hecelchakán, Hopelchén, Tenabo, Calkiní, Escárcega, Carmen y Palizada, en donde  actualmente se encuentran suspendidas por orden de la Suprema Corte; en ese trámite  omitió mencionar explícitamente al de Campeche por lo que sembrar en ese municipio sería ilegal.

Las organizaciones alertaron que en caso de que Monsanto insista en la comercialización y siembra de semillas de soya transgénica en el municipio de Campeche podría alcanzar multas de hasta 2 millones 190 mil pesos  por violaciones a la regulación de bioseguridad en México. En el caso de los otros ocho municipios de Campeche, si Monsanto continúa con su intención de sembrar semillas de soya transgénica en la entidad,  estará cometiendo desacato de una orden judicial, lo cual es muy grave.

Con las denuncias populares, Greenpeace e Indignación A.C. demandaron a la Profepa asegurar que no se siembre o se sigan sembrando variedades de soya transgénica en Campeche, en particular en el municipio del mismo nombre, donde no hay autorización expresa para hacerlo, lo que contraviene la Ley de Bioseguridad de OGM (LBOGM). Además de que no se ha dado cumplimiento a las sentencias emitidas por la  Segunda Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.

También pidieron que se realicen labores de inspección, vigilancia y monitoreo en las comunidades y municipios de Campeche, a efecto de corroborar que no haya siembras de soya transgénica  y, en su caso, detenerlas; además de tomar medidas como el aseguramiento inmediato de las semillas genéticamente modificadas que hayan sido transportadas y almacenadas para la  siembra comercial en el estado de Campeche, y en caso de detectar cultivos de esta semilla en los municipios Champotón, Hecelchakán, Hopelchén, Tenabo, Calkiní, Escárcega, Carmen y Palizada y  Campeche, deberá decomisar la siembra y destruirla, cumpliendo con las medidas de bioseguridad adecuadas.

Las organizaciones manifestaron que continuarán pendientes para alertar a las autoridades de cualquier intento de siembra ilegal en Campeche, y estarán monitoreando cualquier hecho ilícito.

*Nota del Por Esto!

http://www.poresto.net/ver_nota.php?zona=yucatan&idSeccion=1&idTitulo=113216

FUENTE: DESINFORMÉMONOS
AUTOR: EQUIPO INDIGNACIÓN
LINK: http://desinformemonos.org.mx/monsanto-pretende-sembrar-semilla-transgenica-en-el-municipio-de-campeche-organizaciones-civiles-la-demandan/

lunes, 23 de mayo de 2016

El científico del pueblo

“Monsanto es un instrumento de desocupación del territorio, lo que se intenta es ‘barrer’ y para eso, como no queda muy bien últimamente hacer genocidios, entonces busca otra manera de sacarse de encima a la gente. Hay que desocupar territorios porque esos territorios son ricos, porque producen cosas, porque tienen cosas que ellos necesitan”.
chupate esta tecnociencia
La ciencia es un loco que ya mató a Dios. Pero ahora dicta: natura ha muerto. O por lo menos eso se desprende de su larga marcha por un camino negro, donde ningún ciclo evolutivo quedará exento de la mano invisible del mercado de la ciencia. Una mirada que nos pone paranoicos y nos deja atónitos. Ojo con esa semilla.
Por primera vez en la historia los humanos se encuentran técnicamente habilitados para intervenir el genoma, alterando, modificando, agregando, o retirando información de la base genética de los organismos vivos. Estamos ante un salto revolucionario de imprevisibles consecuencias, no solo en la diversidad biológica del planeta sino en relación con el equilibrio evolutivo.
El discurso científico que legitima el uso de los Organismos Genéticamente Modificados (OGM) pertenece esencialmente a la biología molecular, por ser el cuerpo de conocimiento que permite la manipulación de la estructura de los genes con el objeto de producir ciertos efectos deseados en los fenotipos. Pero el marco teórico de la investigación que produce OGM no está en condiciones de decir nada acerca de las modalidades de su uso, ni de los “efectos colaterales” sobre la salud y el medio ambiente.
Nos estamos ahorrando la reflexión social capaz de determinar si vale la pena aplicar esta tecnología, si es deseable alterar los tiempos evolutivos naturales de las especies, y si estamos dispuestos a violar el derecho de la naturaleza introduciendo cuerpos extraños en ella.
el Big relato
Después de la segunda guerra mundial hubo “avances” enormes en química, metalurgia y aviación, entre otros, y se configuraron los programas denominados Big Science, como la NASA o el Proyecto Manhattan. Estos megaproyectos corporativos del complejo tecnológico-militar generaron las condiciones para el descubrimiento de la estructura del ADN y el desarrollo técnico de su manipulación. De allí al programa del Genoma Humano, casi sin discontinuidad.
El énfasis, la competencia y la adrenalina que circulaba en estos planes de investigación globales permitían a las grandes corporaciones jugar con el control tecnológico del desarrollo químico, molecular, atómico y espacial, sustentados en campañas que invocaban nobles principios de mayor bienestar, avances médicos o producción más barata y segura de energía. En los años setenta comienza la manipulación genética de organismos vivos, justificada en el hambre de cientos de millones de seres humanos en el mundo, de tal manera que aseguró a los países triunfantes el derecho a ejercer el poder del dominio tecnológico. El poder de diseño fue transferido, desde los individuos y la academia a los planes estratégicos del combinado Estado-corporación.
El viaje del átomo al gen fue uno de los pilares fundantes de lo que hoy conocemos como globalización. Nunca más la Big Science encaró proyectos que no estuvieran en línea con demandas corporativas. Nunca más la ciencia fue creíble en su prédica de neutralidad, custodia de la verdad y autonomía de sus desarrollos.
La ciencia entonces orientó en forma creciente su mirada y exploración hacia ciertos conocimientos estratégicos, mecidos por los intereses y la competencia de los Estados, y mediados por los concentrados corporativos privados. Desde entonces cada vez es más difícil encontrar desarrollos de investigaciones que no estén previamente enmarcados en megaproyectos tecnológicos asociados a ese mercado global. La introducción de los organismos transgénicos, que puede aparecer como una técnica promovida por la curiosidad individual o como un paso en la aventura humana por dominar a la naturaleza, no es sino un instrumento de control territorial, político y cultural que ha neutralizado al pensamiento crítico.
¿los transgénicos alimentarán al mundo?
La revista Nature abordó esta pregunta en pleno debate sobre los efectos de la contaminación de los agrotóxicos. En su editorial del 29 de julio de 2010, describió el fracaso de los OGM aludiendo que no habían servido para disminuir el hambre, que despertaron una percepción social negativa sobre la privatización de territorios, la contaminación ambiental y el agotamiento de los suelos y los recursos hídricos. La causa del hambre, según Nature, no es la falta de alimentos sino la pobreza.
En el mundo de hoy se calcula que hay 1500 millones de hectáreas cultivadas y 170 millones están sembradas con transgénicos, de las cuales 152 millones corresponden solo a cinco países: EEUU, Brasil, Argentina, Canadá e India. A la demostración del impacto ambiental sobre el suelo, flora y fauna de los tóxicos usados en estos territorios, se agregan los efectos indeseados sobre la salud de la población, y más recientemente, las limitaciones de la seguridad biológica implícitas en el propio procedimiento tecnológico (por la mentira implícita en el concepto de equivalencia sustancial, pues no está demostrado la equivalencia alimentaria entre transgénicos y no transgénicos).
El agravamiento de la situación en los países productores parece un hecho, con la llegada al mercado de las nuevas semillas donde se “apilan” las modificaciones genéticas que exigen otro tipo de herbicidas para compensar la progresiva impotencia de los OGM (debido a la resistencia de las malezas y el descenso del rendimiento por agotamiento de los suelos). Todo lo cual sucede en un complejo escenario: Europa mira con renuencia la aceptación de los transgénicos y plantea incrementar la importación de soja convencional ante la creciente presión del consumidor, que exige el etiquetado informativo de los productos. Al mismo tiempo, China también reacciona, rechazando o restringiendo el uso de agrotóxicos, a la vez que desarrolla políticas voraces con compras y acaparamiento de tierras (land grabbing) en África, Asia y América Latina.
El rumbo del mercado internacional es por lo tanto incierto, y reclama una urgente y postergada discusión sobre la autonomía en los países periféricos. Ese debate, sin embargo, no reemplaza la acción política de resistencia ni la ética de poner el cuerpo. Las palabras de denuncia generan abstracciones sobre las fuerzas materiales que sostienen la producción de alimentos (y la explotación de otros bienes comunes), si no se entrelazan en los lugares del conflicto concreto donde se palpa la simiente de la política. El negocio global de alimentos agota recursos no renovables por cuenta y necesidad de un modelo depredador que necesita el control de toda la cadena para ejercer hegemonía y asegurar la rentabilidad. Es un sistema de saqueo e iniquidad que no contempla el bien común o la felicidad del pueblo, que destruye vida, naturaleza y autonomía y que genera más hambre y exclusión.
esto recién empieza
Advertidas de las consecuencias colaterales, las empresas biotecnológicas están empeñadas en la futura generación de tecnologías usando modificaciones genéticas que eviten la transgénesis. Sin embargo, estos desarrollos “novedosos” siguen siendo intervenciones en el genoma que involucran un alto grado de incertidumbre en cuanto a su viabilidad y efectos inesperados. Al igual que sucede con la inserción de genes de otras especies (transgénesis), o de la misma especie (cisgénesis), la edición de genes con las nuevas técnicas usando nucleasas como Talens o factores de transcripción Zinc Finger, son verdaderas intervenciones en el material genético que no respetan su integridad ni los cursos temporales requeridos en la naturaleza para generar y estabilizar variantes fenotípicas. Y más allá del fragmento incorporado o editado por la manipulación genética, estos procedimientos no pueden asegurar una mejora global de la variante.
La distancia entre la práctica experimental y las pruebas de campo, que según la revista Nature actualmente es considerable, obliga a las corporaciones responsables de los OGM a eludir la discusión sobre si la manipulación genética brindará seguridad definitiva en los cultivos comerciales. Por lo tanto, nunca dejará de ser un experimento genético hecho por el ser humano, como lo es la clonación, con un grado de incertidumbre directamente proporcional a la disrupción de la complejidad biológica y de su comportamiento en el medio natural. Ninguna de estas técnicas contempla las propiedades emergentes de los cambios que la tecnología introduce en la estructura del material genético. Menos aún los que provocarán nuevas técnicas como la biología sintética, que pretende transformar las plantas en fábricas de productos naturales o sintéticos (como plásticos).
La tecnociencia biológica promueve la idea de que el genoma es un mecano de piezas inertes, ocultando de este modo lo que realmente es: un sistema integrado y complejo de regulaciones, con reglas adquiridas durante millones de años que tienden a mantener un equilibrio conservador. La liviandad con que la biología experimental y la biotecnología impregnadas por el mercado conciben los OGM es francamente incomprensible, dado los datos disponibles sobre la limitación de nuestro conocimiento y sobre la complejidad del funcionamiento del genoma.
La modificación genética experimental de nuevas variedades lanzadas en la naturaleza “comprime” el tiempo evolutivo y “linealiza” la dinámica de los ciclos naturales de la vida. Por lo tanto, en el marco de los ecosistemas naturales donde se insertan, los OMG son verdaderos cuerpos extraños y su efecto en la naturaleza, irreversible e impredecible.
Esas variantes artificiales generadas por el ser humano en laboratorio tendrán todavía que mostrar su verdadera capacidad, eficacia y persistencia de los rasgos fenotípicos inducidos durante el procedimiento genético, cuando sean sometidas al medio ambiente. Pero, sobre todo, deben demostrar sin ambigüedades que su presencia es inocua para el resto de las especies o las variedades no manipuladas del cultivo a la que pertenece.
Algo imposible de probar a priori, por los tiempos de la industria biotecnológica y por la escala temporal y espacial requerida. Estas nuevas tecnologías pueden ser exitosas en lo inmediato, pero también pueden ser un fracaso y un peligro en el mediano plazo. Y en la defensa del “virtuosismo” de un avance tecnológico, no hay nada más perverso que recurrir a la “autoridad” de la ciencia, descartando de antemano la sospecha de daño, en detrimento de la noción de incertidumbre presente en el principio de precaución.
barones de lo poshumano
El actual productivismo tienta a los “barones” de la tecnociencia a legitimar tecnologías acríticamente, proclamando que el “ambientalismo” es de derecha. Otros más sinceros, como Federico Trucco (CEO de INDEAR‒Bioceres) o Néstor Carrillo (Instituto Biología de Rosario, IBR‒CONICET), sostienen que el progresismo “ataca por ignorancia” la tecnología OGM. Lo que ellos silencian es que con los criterios de comprobación de que disponemos, lo aceptable en los laboratorios es muchas veces intolerable para el medio ambiente y la salud humana.
La ontogenia (estudio del desarrollo de los organismos) y la filogenia (historia del desarrollo evolutivo de organismos y sus continuidades y discontinuidades) nos muestran la inmensa complejidad de una vida que puede compararse con un iceberg oculto, para comprender la importancia de la diversidad biológica amenazada por los OGM. Pero la negación de la incertidumbre es consustancial a un canon reduccionista, atrincherado en la carrera por proveer mercancías para el mercado global, destinadas a un consumo infinito e irrestricto. Subordinada al mercado, la ciencia tiene cada vez menos preguntas que apunten a desarrollar conocimiento para el bienestar y felicidad humana, a la vez que atiende necesidades superfluas o suntuarias a las que muchos jamás tendrán acceso. La ciencia contemporánea hace añicos el valor simbólico de convivir con lo natural, aportando imitaciones más manipulables, en su afán por controlar la evolución sin saber casi nada acerca de su devenir. La velocidad de las propuestas de cambio tecnológico amplían indefinidamente la frontera de lo posible y reducen al mismo tiempo el campo de lo pensable, introduciendo de este modo un espacio enorme desprovisto de sentido.
La “desobediencia epistémica” es la estrategia de guerra descolonial que la humanidad tiene por delante. Especialmente en aquellos espacios del planeta donde la oscuridad es sinónimo de dependencia. Los países sometidos a esta lógica tienen que revisar sus modos de producción de conocimiento, revisando con urgencia las nociones de desarrollo y progreso. Los países centrales deberán examinar su conciencia colonizadora, porque los procesos de resistencia en curso tenderán a profundizarse, y la insistencia en la apuesta globalizadora comienza a ser suicida.
FUENTE: DESINFORMÉMONOS