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lunes, 4 de julio de 2016

Los servicios de salud, camino a la privatización

CIUDAD DE MÉXICO (apro).- El pasado 24 de junio el secretario de Salud José Narro Robles insistió en que la reforma a la salud que busca la universalización de la atención médica para toda la población no implica “ninguna acción de orden privatizador o la participación de otras instancias” en la prestación de los servicios.

Sin embargo, la privatización de los fondos públicos destinados a las instituciones de salud, particularmente del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE) ya se encuentra operando por medio de la subrogación y la concesión de obras y servicios a las Asociaciones Público-Privadas (APP´s).

Así lo señala el doctor Rafael González Guzmán, profesor del Departamento de Salud Pública de la Facultad de Medicina de la UNAM y secretario ejecutivo de la Asociación Latinoamericana de Medicina Social (ALAMES).

En entrevista con Apro, el especialista explica cómo ha sido el proceso de privatización del sector salud en el país en apego a la reforma.

Gutiérrez Guzmán identifica tres etapas: la primera en 1985 durante el llamado “ajuste estructural”, que, dice, mutiló los presupuestos de las instituciones de salud, cuyas repercusiones fueron la disminución de unidades, servicios, personal y consultas médicas, lo que provocó un debilitamiento de la atención médica y la precarización de las condiciones laborales.

La segunda etapa, prosigue, fue con la Ley del IMSS de 1995, cuando se dio “la primera gran privatización de la seguridad social”.

Abunda: “Estableció que las pensiones de los trabajadores pasaran al dominio de los bancos privados y por ley se abrió la posibilidad de la subrogación de servicios de seguridad social a prestadores privados, tal como ocurrió con las guarderías, los centros culturales y recreativos y los deportivos.

La tercera etapa, dice Gutiérrez Guzmán, se desarrolló durante el gobierno de Vicente Fox con la creación del Seguro Popular, porque consistió en la introducción de “un mecanismo de aseguramiento nuevo, un aseguramiento con un paquete de beneficios limitado, dentro de una lógica del aseguramiento privado”.

En mayo de 2009, la revista Contralínea (número 133) dio a conocer que durante los gobiernos de Vicente Fox y Felipe Calderón el IMSS, el ISSSTE y Pemex subrogaron servicios a empresas privadas de salud –Amerimed y Operadora de Hospitales Ángeles (OHA), entre otras instituciones–, a las cuales les remitieron sumas millonarias para la atención de servicios médicos: consultas, diagnósticos de gabinete, estudios de laboratorio, hospitalización, siquiatría, angiología, urología y neurocirugía.

El secretario de la ALAMES recuerda que desde entonces se subrogaron otros servicios: imagenología (rayos X, tomografía, ultrasonido y resonancia magnética nuclear), hemodiálisis, endoscopía, cateterismo cardíaco, ambulancias y limpieza en los hospitales.

En su opinión, las Asociaciones Público-Privadas son otra de las formas en que opera la privatización en el sector salud; por este medio, explica, “el gobierno contrata a empresas privadas para que construyan y operen hospitales durante 25 o 50 años y todo ese tiempo se le están transfiriendo los recursos públicos”.

Actualmente las APP´s tienen presencia en hospitales de alta especialidad en Guanajuato, Zumpango, Estado de México, Ciudad Victoria y Mérida, y va en aumento. El pasado 28 de junio el diario Reforma reportó que el IMSS concesionó la construcción de un hospital en Nayarit y buena parte de sus servicios médicos, además de que planea la licitación para la construcción de nuevas unidades médicas en los estados de México, Chiapas y Nuevo León.

El doctor González enfatiza que si bien la actual iniciativa en materia de salud pretende ampliar el aseguramiento de toda la población con la subrogación de los servicios de salud y las concesiones de obras se está omitiendo el hecho de que los seguros van a ser administrados por aseguradoras privadas o “articuladoras”, las cuales “comprarían servicios médicos tanto a proveedores públicos, es decir, aclara, unidades del IMSS, del ISSSTE o de la Secretaría de Salud, o preferentemente privados”.

Frente a las aseveraciones del secretario Narro Robles que rechaza el carácter privatizador de la reforma, calificando de “discursos” las distintas voces que se han manifestado en contra de la universalidad de la salud, González Guzmán sostiene que la privatización del sector salud no se realizará por medio de la puesta en venta del IMSS o el ISSSTE, sino por medio de la inyección de fondos públicos a las instancias privadas en detrimento de la inversión pública, como de hecho ya ocurre.

Además señaló que la universalización de la salud no es un proceso actual ni exclusivo de nuestro país sino que responde a una tendencia mundial: “Filipinas está en proceso de privatización, la India está en proceso de privatización, Colombia está totalmente privatizado, Chile está totalmente privatizado, entonces no es un discurso, es una realidad mundial”.

Para México, el caso de Colombia no sólo es un referente del desarrollo de la privatización de los servicios de salud bajo el esquema de la universalización en Latinoamérica, sino que la privatización de las instituciones públicas colombianas fue promovida por Julio Frenck, miembro socio de la Fundación para la Salud (Funsalud), la cual ha tenido una gran incidencia en la planeación de las políticas gubernamentales en el tema de la salud en México.

Los miembros de la Funsalud incluye a las poderosas farmacéuticas a nivel mundial como Laboratorios Pfizer, propietarios de hospitales privados, como Olegario Vázquez Aldir y el presidente del Consejo de la Asociación Nacional de Fabricantes de Medicamentos (ANAFAM), Alfredo Rimoch (Más de 131, “Funsalud y los empresarios que marcan las políticas de salud en México”), quienes trabajan de cerca con funcionarios del gobierno como el propio secretario de salud Narro Robles y el rector de la UNAM, Enrique Graue Wiechers.

Desde la administración pasada, la secretaria de salud Mercedes José impulsó la universalidad de la salud a partir de un estudio elaborado por la Funsalud.

Actualmente, la administración de Enrique Peña Nieto busca estrechar la relación con la Fundación, como quedó en evidencia el pasado 29 de marzo en la XXXV Asamblea General Ordinaria en la que pidió a la Funsalud “tenga la certeza de que encontrará en el gobierno de la República, en su Presidente, y en los directores de las distintas entidades públicas, encargadas del sector salud, siempre espacios de diálogo, de apertura y de trabajar de forma conjunta para seguir procurando la salud de todos los mexicanos”.

González Guzmán afirma que las repercusiones de la universalización de la salud en el país son múltiples, sin embargo, establece que una de las más preocupantes es la inestable situación laboral de los trabajadores del sector.

“En la medida que entran privados, incluso dentro del Seguro Popular, se están dando condiciones de trabajo precarias para médicos y enfermeras, ganan menos, tardan más o no logran la base, son despedidos, se les recontrata cada seis meses, carecen de vacaciones, no cuentan con ISSSTE ni Seguro Social y, por si fuera poco, médicos del Seguro Popular no tienen acceso gratuito a éste”, dice.

Este clima de inestabilidad laboral ha sido uno de los motores que han impulsado a los trabajadores del sector salud a salir a la calle en la mayor parte del país.

González Guzmán adiciona otros problemas que arrastran médicos y enfermeras en la actualidad: criminalización del ejercicio médico pese a que la situación material es ínfima, imposibilidad de ascender en el escalafón laboral, incluso para las enfermeras con estudios de posgrado y abandono y desmantelamiento de las instituciones del sector.

A raíz de esa situación, las organizaciones de trabajadores del sector salud solicitaron dialogar con el secretario Narro Robles, quien los recibió el pasado 27 de junio.
En la reunión, los inconformes demandaron la cancelación de la Comisión Federal para la Regulación y Vigilancia de los Establecimientos y Servicios de Atención Médica, debido a que, a su juicio, contribuye a la criminalización de la práctica médica.

También pidieron el establecimiento de una mesa de trabajo para discutir y resolver las problemáticas que imperan en el sector.

FUENTE: PROCESO
AUTOR: DIANA ÁVILA
LINK: http://www.proceso.com.mx/446117/los-servicios-salud-camino-a-la-privatizacion

viernes, 24 de junio de 2016

Suspenden servicio en laboratorio de hospital de Guadalajara por falta de insumos

GUADALAJARA, Jal. (apro).- Decenas de pacientes del Hospital Civil de Guadalajara “Fray Antonio Alcalde” se quedaron sin atención en el áreas de laboratorio. Al parecer el problema se originó por la falta de suministros, según la queja de pacientes que fueron regresados a sus casas.

Los afectados denunciaron que desde temprana hora del viernes se les negó la atención y a algunos de ellos sólo se les dijo que la única instancia que se mantenía en operación era urgencias. Sin embargo, esa versión fue negada por la administración del hospital.

A través de cartulinas, personal del nosocomio informó de la suspensión del servicio en laboratorio, pero no se dieron mayores explicaciones de la restricción del servicio, salvo el argumento de “causas de fuerza mayor”. A algunos de los enfermos sólo les dijeron que volvieran para la realización de sus estudios la próxima semana.

Por la mañana la dirección del hospital citó al personal médico, pero luego de concluido el encuentro se les advirtió que ninguno podía realizar comentarios ante los medios de comunicación sobre la situación que vive la institución.


El único que dio voz a los reporteros fue Héctor Raúl Pérez Gómez, director del nosocomio, quien rechazó que existiera un paro de labores por parte de los médicos. Dijo que se trabajaba de manera normal en el hospital que depende de la Secretaría de Salud del gobierno de Jalisco.

Mencionó que el personal se encontraba en sus respectivas áreas de trabajo y descartó que se le estuviera negando el servicio a los derechohabientes del Seguro Popular.

Algunos médicos quienes pidieron omitir sus nombres ante el temor de ser despedidos, dijeron que tras la restricción momentánea del servicio de laboratorio, existe un problema para el suministro de material e insumos, derivado de un adeudo de más de 800 millones de pesos que el Seguro Popular tiene con ese hospital, lo que a su vez provoca que la institución enfrente complicaciones para pagar las facturas a empresas que surten los diferentes materiales.

Desde el pasado 27 de marzo Proceso Jalisco (edición 594), comprobó y publicó que en ese nosocomio se les exigía a los pacientes comprar el material que se requería para la realización de análisis clínicos, sin importar que el enfermo estuviera afiliado al Seguro Popular.

FUENTE: PROCESO
AUTOR: ALBERTO OSORIO
LINK: http://www.proceso.com.mx/445208/suspenden-servicio-en-laboratorio-hospital-guadalajara-falta-insumos

martes, 21 de junio de 2016

Amenazados y sin medicinas: así trabajan los médicos que harán paro laboral el 22 de junio

En México, la Comisión Nacional de Arbitraje Médico (CONAMED) recibe un promedio 17 mil inconformidades de pacientes al año -47 al día-. Mientras que la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) recabó en los últimos tres años más de 8 mil quejas por malas prácticas médicas contra el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), el ISSSTE y la Secretaría de Salud.

Sin embargo, ‘Yosoymédico17’ -movimiento que aglutina entre otras especialidades a doctores, pediatras, cirujanos, anestesiólogos y personal de enfermería, y que convocó un paro nacional de labores para este miércoles 22 de junio- sostiene que muchas de esas miles de quejas no son siempre responsabilidad del médico, sino que éstas obedecen a tres claves: el mal estado de los hospitales; la falta de insumos básicos; y las agresiones y amenazas que reciben tanto de pacientes, como de la delincuencia.
Animal Político documentó las historias de médicos que sufrieron intentos de linchamiento, amenazas del crimen organizado, y las agresiones de pacientes inconformes con la calidad de un servicio que, al menos sobre el papel, debería ser de calidad y gratuito.

1.- ¡Asesinos, matagentes!

Cuando aquel mediodía del 6 de octubre de 2015 Martha vio que el lazo de una horca pendía de lo alto de una viga, la idea de que entregaran a su familia su cadáver carbonizado la estremeció.

-¡Asesinos, matagentes! –clamaba la turba enfurecida.


Martha, quien pide que se proteja su verdadera identidad, cuenta que a su alrededor todo era violencia porque los pobladores de Teopisca, una comunidad indígena de Chiapas, la culparon junto con el resto de integrantes del Hospital Básico Comunitario de la muerte de una niña de cuatro años.

-Ya tenían la horca preparada –recuerda la enfermera con voz trémula, ocho meses después-. Hasta los niños gritaban que nos empezaran a colgar uno por uno y que luego nos quemaran vivos.

Y para ser francos, dice a continuación Martha, no dudó que aquellas personas fueran capaces de cumplir con la amenaza. De hecho, tenía muy fresca en la memoria la nota que tan sólo unos días antes ocupó las portadas de los tenderetes de periódicos locales, en la que se informaba del linchamiento de dos asaltantes en el municipio vecino de Chamula, quienes fueron quemados públicamente en una improvisada hoguera.

Tras mostrarles la soga que se balanceaba inquieta desde lo alto de la fachada del hospital, la enfermera señal que la muchedumbre metió de nuevo a todo el personal médico al patio del inmueble. Allí los retuvo durante horas sin comer ni beber, soportando la aplastante humedad chiapaneca, el sol implacable y las fuertes lluvias, hasta que en la noche los llevaron a la cárcel del pueblo.

-Los indígenas nos hicieron caminar descalzos para humillarnos. Y ya una vez en la cárcel, rociaron todo a nuestro alrededor con gasolina –denuncia Martha, quien asegura que aún la persiguen en sus pensamientos aquellas “caras de odio” que la amenazan con prenderle fuego.

Finalmente, la tortura psicológica contra los médicos concluyó de madrugada, luego de que sus familiares presionaran a las autoridades locales y éstas consiguieron sacarlos furtivamente del pueblo y ponerlos a resguardo.

Ahora Martha respira hondo, aliviada.

Hace meses que está ‘exiliada’ en su propia tierra, dice. Aunque las amenazas de muerte no consiguieron detenerla y continúa trabajando en otro centro médico.

-No lo puedo dejar, quiero demasiado este trabajo –contesta al reportero que le pregunta por qué continúa ejerciendo su profesión.

No obstante, la enfermera advierte de inmediato que sólo con la vocación es muy difícil sacar adelante a los pacientes y soportar además sus reacciones violentas por la mala atención.

Por ejemplo, en el caso de la niña de cuatro años que falleció y que detonó la ira de los pobladores de Teopisca –según medios locales, los padres denunciaron que se aplicó indebidamente una inyección a la menor-, Martha jura que se hizo “todo lo humanamente posible” para salvarla. Y eso –recalca-, a pesar de las malas condiciones del Hospital Básico; mismo que en abril de 2013 ya vivió una situación similar, cuando dos pasantes de Medicina junto con otras 30 personas fueron retenidas durante más de seis horas por pobladores que exigían una mejor atención médica.

-La niña ya venía muy mal y no teníamos los medicamentos adecuados. No había casi oxígeno y además los gorgoteadores para hidratar los pulmones de los pacientes no servían porque no se les había dado mantenimiento –expone la enfermera.

Incluso, durante su estancia en el Hospital Básico (de quién de Teopisca, Martha dice que era común que se cooperaran entre el personal médico “para comprar medicinas tan básicas como vitaminas para niños con desnutrición, o para la gasolina de la ambulancia”.

Y es cierto, admite la enfermera. Las quejas se cuentan por miles tal y como lo apunta la CONAMED en su Informe estadístico anual sobre laudos concluidos 2014, en el que detalla que al año recibe un promedio de 12 mil inconformidades de pacientes, de las cuales dos mil acabaron en una queja médica con expediente abierto. Mientras que la CNDH informó a Animal Político que de enero de 2013 a mayo de 2016 recibió 8 mil 498 quejas contra personal de instituciones públicas de salud –aunque sólo 19 acabaron en recomendaciones-, siendo el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) el que más acumula con el 72% de las quejas.


Sin embargo, a pesar de este panorama, la chiapaneca cree que muchas de esas quejas se podrían evitar si mejoraran las condiciones de trabajo de los médicos en el país. Por eso, “para generar conciencia”, la enfermera asegura que participará en el paro de labores que el movimiento ‘Yosoymédico17’ convocó para mañana 22 de junio en 78 ciudades de diferentes estados de la República, como Chiapas, Campache, Oaxaca, Veracruz, Ciudad de México, Edomex, Jalisco, o Nuevo León.

-Queremos que los pacientes sepan que la culpa de la mala atención no es siempre de los médicos –subraya la enfermera-. El problema es que muchas veces no tenemos ni lo más mínimo para poder ayudarles.

2.- “Si se muere mi primo, todos ustedes también se mueren”

Ernesto relata que aquella noche de 2013 acababa de entrar a su turno en el área de urgencias pediátricas de un hospital de Guadalajara, en Jalisco, cuando la puerta de su consultorio salió volando literalmente de una patada.

-¡Atiendan a mi primo, cabrones! –bramó una voz de muchacho-. Y más vale que no se les muera, porque si no todos ustedes se mueren junto con él.

Sin tiempo para tragar saliva, Ernesto vio “a cámara lenta” cómo dos jóvenes entraron a la habitación cargando a un hombre “de entre 35 y 40 años de edad”, que traía toda la camisa blanca empapada de sangre.

Tras varios segundos, el pediatra reaccionó.


Se acercó al paciente, le dio un vistazo, y comprobó con un escalofrío que no era necesaria una especialidad médica para atinarle el diagnóstico: herida de bala en la cabeza.

-La verdad, no sé de dónde saqué el temple para pedirle a los dos chavos que se calmaran, que me ayudaran a subir a su primo a la camilla, y para decirles que salieran de la sala porque estaban aterrorizando a todo el personal médico y a todos los papás que estaban allí con sus hijos –recuerda Ernesto, quien también pide que se proteja su identidad.

Pero los dos tipos seguían muy alterados. Hablaban con su primo, quien a pesar del balazo seguía consciente y les pedía que cuidaran mucho de su hijo, y uno de ellos se llevó al pediatra a un costado de la habitación.

-¿Cuánto ocupas, pues? –le preguntó-. Orita mismo te forramos de dinero para que salves a mi primo.

Como respuesta, Ernesto le insistió en que tienen que salir de la sala si querían ayudar a su primo. Y al fin, los jóvenes accedieron. Abandonaron el cuarto y se reunieron con otros compañeros que custodiaban a bordo de motos y coches la puerta del hospital, al que no dejaban entrar ni salir a nadie.

Al fin, el médico respiró. Se puso los guantes para inspeccionar al herido, pero pronto se dio cuenta que los doctores y el personal de enfermería estaban escondidos debajo de las camillas y en el cuarto de medicamentos.

-¡Ayúdenme aquí, por favor! –gritó a sus compañeros, quienes después de cerciorarse de que los dos jóvenes se habían marchado, comenzaron a salir poco a poco.

Una vez que el paciente entró al quirófano, el pediatra abandonó la sala de operaciones para dejar trabajar a sus compañeros, y se sentó en una silla para comenzar a masticar en silencio lo sucedido.

Entonces, otra puerta se abrió y por ella apareció una compañera médico que sin mediar palabra se acercó a él para abrazarlo.

-Doctor –le dijo llorando-, pensé que nos iban a matar a todos.


Tres años después de lo sucedido, Ernesto explica que va a participar en el paro nacional porque lo que vivió aquella noche “no fue un hecho aislado”. Al contrario, aunque la Secretaría de Salud federal dijo a este medio que no cuenta con “datos duros” sobre agresiones, y que hasta el día de ayer no tenían notificación alguna sobre la convocatoria del paro de labores, los medios de comunicación reportan con frecuencia hechos violentos contra personal médico.

De hecho, tan solo en un recuento de notas informativas que el movimiento proporcionó a Animal Político, ‘Yosoymédico17’ documentó 26 agresiones a médicos de 2014 a junio de 2015, entre un amplio abanico de secuestros, homicidios y extorsiones, que tuvieron lugar en varios puntos de la República, como Ciudad de México, Chihuahua, Veracruz, Tamaulipas, Jalisco o Guerrero.

Sin embargo, doctores como Ernesto aseguran que la “cifra negra” de agresiones es mucho mayor.

3.- “¿Salud Universal? Pero si no tenemos ni paracetamol”

Alicia ríe con desgana al otro lado del hilo telefónico y responde que no, que en la facultad de Medicina nadie te enseña a soportar lo que ella vivió durante 10 meses como pasante al frente de un centro del Seguro Popular, en una comunidad rural del Estado de México.

Aunque admite que muy al principio las cosas no comenzaron tan mal: tenía jornadas maratónicas, es cierto –entraba a las siete de la mañana y salía hasta las ocho de la tarde, cuando su turno era de ocho a cuatro-, y atendía a un promedio de hasta 80 pacientes con la única ayuda de una enfermera pasante. Pero hasta cierto punto, dice, era lo que se imaginaba.


Lo que no pensó es lo que sucedería poco después, cuando los medicamentos comenzaron a escasear hasta el punto de no tener “absolutamente nada” que ofrecer a la enorme fila que comenzaba a arremolinarse en el consultorio a las cuatro de la mañana.

-Un día, mi coordinador me marcó para preguntarme si no había llegado nadie a ponerse agresivo conmigo –cuenta la doctora, quien a pesar de que le extrañó la pregunta contestó que al margen de “algunos reclamos fuertes” no había tenido problemas.

Hasta que días después, la mujer policía que cuida el centro le insistió para acompañarla hasta su casa.

Extrañada, Alicia le preguntó el motivo de tanta atención.

-Ay doctora, usted debe tener mucho cuidado aquí –cuenta Alicia que le advirtió la uniformada, quien además le informó que los dos médicos que estuvieron antes que ella fueron agredidos a golpes por los pobladores insatisfechos por el servicio-. ¿No le dijo nada el coordinador? El otro día le hablaron para decirle que la cuidara, porque si no usted iba a aparecer con un tiro en el centro de salud.

Alarmada, Alicia fue a la junta de médicos pasantes y pidió que la cambiaran de centro. Sin embargo, como respuesta de sus superiores sólo obtuvo un desdeñoso: “No te preocupes, seguro que fue una broma”.

Pero la doctora no se lo tomó a broma. Sobretodo, porque como advierte ‘Yosoymédico17’, los pasantes “son el grupo más vulnerable a las agresiones”. Y así los apunta también el estudio ‘Agresiones hacia los médicos durante el servicio social’ que presentó en 2015 la Comisión Permanente del Congreso de la Unión, en el que se destaca que 7 de cada 10 pasantes encuestados dijeron haber sufrido agresiones físicas, amenazas o insultos, especialmente durante el turno nocturno de urgencias.


A pesar de todo, Alicia cuenta que continua trabajando porque su vocación así se lo demanda. Y aunque subraya que no justifica que nadie se comporte agresivo, admite que entiende que los pacientes, a quienes las publicidades gubernamentales les prometen una atención médica de calidad y gratuita, se sientan estafados cuando ven las farmacias vacías.

-Les dan muy mala información cuando sacan su Seguro Popular. Se lo pintan todo muy bonito; les dicen que van a tener medicina gratis y que se les garantiza la atención. Pero la realidad es que estamos muy lejos de esa promesa –critica.

Por eso, dice, está en contra de la reforma que propuso Peña Nieto en 2013 como uno de sus pilares de campaña –y que aún no ha entrado en vigor-, la cual plantea un sistema de salud universal en el que cualquier paciente mexicano pueda ser atendido en hospitales del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), del ISSSTE, así como en hospitales de la Secretaría de Salud.

-Esa es otra idea tonta con la que engañan a la gente. Porque, ¿cómo vamos a tener un sistema de salud universal, si en los consultorios no hay ni paracetamol para atender una simple gripa? –cuestiona Alicia, que concluye-. Antes de llenarse la boca prometiendo cosas, deberían ir a uno de estos centros del Seguro Popular, ver la problemática real, y después proponer algo bien estructurado. 

Ante los señalamientos de los testimonios, Animal Político buscó la versión oficial de la Secretaría de Salud, pero al momento de publicar esta nota, no emitió respuesta.

FUENTE: ANIMAL POLÍTICO
AUTOR: MANU URESTE
LINK: http://www.animalpolitico.com/2016/06/amenazados-y-sin-medicinas-asi-trabajan-los-medicos-que-haran-paro-laboral-el-22-de-junio/

sábado, 26 de marzo de 2016

Salud pública: Un estudio insuficiente

CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).- El 7 de enero de 2016 la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) presentó su Segundo Estudio sobre el Sistema Mexicano de Salud. En el prefacio hay una impresionante lista de autores: expertos internacionales y funcionarios de alto nivel de la Secretaría de Salud y de diversas instituciones de seguridad social. También se cita, como colaboradores o asesores, a legisladores, secretarios estatales de salud y profesionales de organizaciones no gubernamentales.

De ahí se deriva la sensación de que se llevó a cabo una amplia investigación para formular las recomendaciones incluidas en el estudio. Sin embargo, esta apreciación no se confirma con la lectura detallada del documento.

A diferencia de un trabajo anterior de la misma naturaleza, realizado por la OCDE en 2005 y el cual tuvo sustento en una amplia recopilación de datos, el presente trabajo abunda en juicios generales basados en unos cuantos fenómenos arbitrariamente seleccionados.

Por ejemplo, en la página 7 dice: “Casi tres de cada 10 mexicanos mueren dentro de un mes después de un infarto cardiaco y casi dos de cada 10 mexicanos mueren dentro de un mes posterior a un accidente cerebrovascular”. Comenta que esta letalidad es mucho mayor en México que en los países de la OCDE, pero no aclara si los datos mencionados provienen de una institución en particular o de todo el sistema, y si este fenómeno se registra en el ámbito hospitalario, pues estos datos corresponden a una valoración de calidad dentro de los internamientos hospitalarios.

Donde se hace más equívoco este tipo de comparación es cuando el estudio comenta que la esperanza de vida en México ha crecido muy poco. Así lo expresa: “Entre 2000 y 2013 la esperanza de vida aumentó de 77.1 años a 80.4 años; en México sólo se incrementó 1.3 años (de 73.8 a 74.6 años). Por lo tanto, la brecha de longevidad entre México y otros países de la OCDE se ha ampliado”.

En este contexto se da a entender que la esperanza de vida es el resultado del desempeño del sector salud, criterio que es sorprendente en una institución internacional, pues es ampliamente conocido por los sanitaristas, desde la segunda mitad del siglo pasado, que la esperanza de vida depende de muchos factores, como la nutrición, el saneamiento, el trabajo y el ingreso, la vivienda y la educación; es decir, de todo aquello que contribuye al nivel de vida. Cualquiera advierte que estos elementos son mucho más asequibles en las naciones de la OCDE que en nuestro país, donde viven 50 millones de personas en la pobreza y 10 de ellas en la más extrema.

Es inevitable que la OCDE en un momento se topara con el problema de la segmentación del sistema, formado por servicios públicos financiados con los impuestos generales y por las instituciones de seguridad social (IMSS e ISSSTE), que reciben recursos de conformidad con las leyes respectivas. Para los expertos de este organismo no tienen importancia otras organizaciones (existen 21 con sus propios reglamentos, poblaciones y servicios).

Para la OCDE, el Seguro Popular es equiparable a las instituciones de seguridad social, y gran parte de sus recomendaciones se enfocan a la homogeneización de instrumentos, procedimientos y costos, con la finalidad de facilitar convenios de intercambio de servicios.

Incurre en algunas suposiciones. Por ejemplo, afirma que anualmente se traslada de un subsistema institucional a otro todo un tercio de sus asegurados, “lo cual dificulta la continuidad de la atención”; de ser cierto esto, significaría, por ejemplo, que la tercera parte de los trabajadores informales cubiertos por el Seguro Popular pasara cada año a ser atendida por el ISSSTE o por el IMSS, lo cual sería verdaderamente catastrófico desde el punto de vista administrativo y financiero.

Otra fantasía que se encuentra en las aseveraciones del estudio es la de que los empleadores tienen la facultad de inscribir a los trabajadores en el seguro que ellos mismos decidan, sin tener en cuenta las disposiciones de las respectivas leyes.

Se añade a esto la aseveración de que no se ha promovido la disposición de que los asegurados se inscriban en un servicio de atención primaria, falla a la cual se atribuyen grandes consecuencias para la adecuada atención; pero para quienes se acerquen a las instituciones se hace evidente que tanto en el IMSS como en el ISSSTE la inscripción es un requisito que se hace automáticamente, seguido del registro en clínica familiar, y en los centros de salud, para el caso de los afiliados al Seguro Popular.

La atención hacia fenómenos muy particulares impide ver los grandes problemas tradicionales del sector, como la falta de un modelo sustentado en la demografía y la epidemiología que dé continuidad práctica a una atención integral de la salud mediante el acceso a los servicios de primer nivel y a los hospitalarios (segundo y tercer niveles) en una forma ordenada y efectiva. Esto, junto a la inadecuada disposición y distribución de los consultorios, camas hospitalarias y personal profesional, son las grandes fallas estructurales y estratégicas que la OCDE pasa por alto.

El sector privado aparece en el gasto comparado con el público. La OCDE le atribuye a aquel sector 26.8 hospitales por cada millón de habitantes y sólo 11.6 al público. Pero son cifras altamente engañosas; con un poco de análisis adicional surge el hecho de que la mayoría de los establecimientos privados no constituyen verdaderos hospitales, pues de los 3 mil 131 reportados, sólo 80 tienen más de 50 camas; la mayoría, más de 2 mil, tienen menos de 10. En total el sector público maneja más de 85 mil camas censables, en tanto que el privado cuenta con 35 mil.

Las recomendaciones

No es fácil aprovechar las aportaciones de la OCDE, pues en la mayoría de los casos parecen estar dirigidas a otros sistemas; en otras ocasiones su redacción requiere algunas explicaciones adicionales, como en este caso: “Un cambio gradual hacia un incremento del financiamiento de impuestos generales, en especial para nuevos ingresos, podría mejorar la previsibilidad del financiamiento”.

Pese a que repetidamente se menciona el alto porcentaje del gasto en el rubro administrativo, estimado en 9%, un buen número de recomendaciones llevaría, de adoptarse, a un crecimiento en este tipo de erogaciones, principalmente por nuevas entidades administrativas.

Una de ellas, que implicaría amplios compromisos, sería la creación de un nuevo organismo sectorial. La OCDE lo expresa así: “Se deben acelerar los planes para crear una nueva agencia nacional que promueva las actividades de mejora de la calidad en todos los niveles del sistema de salud. Este organismo, totalmente independiente de la Secretaría de Salud y de los institutos de seguridad social, debe desarrollar actividades clave, como el establecimiento de estándares mínimos de calidad”. ¡Nada menos!

Otro organismo que se propone también tendría amplias funciones. Su naturaleza se describe así: “Otras medidas incluyen establecer un foro permanente, o una comisión, para representar a todos los fondos de aseguramiento médico de la seguridad social y del Seguro Popular… y trabajar hacia la implementación de una agenda compartida de seguimiento y de mejora de la calidad, entre otras prioridades”. Atemoriza el costo que esto tendría, así como sus duplicaciones con otras unidades.

La OCDE enfocó su atención en el Centro Nacional de Excelencia Tecnológica (Cenetec), unidad de la Secretaría de Salud encargada actualmente de evaluar tecnologías. Aprovechando nuestra lejanía de otros sistemas, nos dicen que el Centro de Excelencia mexicano fue creado para acompañar el Seguro Popular y se diseñó a imagen del National Institute for Clinical Excellence, del Reino Unido (conocido en Gran Bretaña por las sugerentes siglas de NICE). Esta unidad se dedica a la selección de intervenciones médicas y a su comparación en eficiencia y costo para asesorar al Servicio Nacional de Salud, nada más alejado del Cenetec.

Un rubro que parece ser de especial interés para la OCDE es el registro de todos los pacientes de los tres sistemas de seguridad social –del IMSS, del ISSSTE y del Seguro Popular– para tener “un registro consolidado de pacientes”, cuyos datos sean al menos intercambiables. Recomienda muy encarecidamente que las instituciones se involucren en un esfuerzo de esta naturaleza, sin tener en cuenta que ya lo han hecho gracias a sus propios registros, que son automáticos al momento de la afiliación.

Siempre quedará el dilema de qué hacer con un registro nacional de pacientes, pues para la planeación de salud siempre se ha recurrido con eficacia a los censos de población y a los registros de vigilancia epidemiológica. Por otra parte, es evidente que un registro consolidado de pacientes es de gran utilidad para las empresas productoras y distribuidoras de equipo, medicamentos y otros insumos, lo cual les permite estimar el volumen, ubicación y naturaleza de sus mercados.

Con insistencia la OCDE recomienda un sistema “centrado en la persona” (como si la atención pudiera centrarse en las cosas). Literalmente esto contradice las experiencias en salud pública, las cuales han puesto de manifiesto la importancia de la atención integral dirigida a la persona y a su familia, a la comunidad y al medio ambiente; es decir, el cuidado de los factores que condicionan la salud.

Conclusiones

Hay un momento en el cual el estudio aborda las principales medidas que contribuirían a una verdadera reforma con sentido de equidad, ciudadanía, eficacia, cobertura y calidad, como la separación del sistema de atención a la salud del de la seguridad social, para formar dos sistema distintos e independientes; así como el financiamiento universal a base de los fondos públicos generales, como se hace en los países europeos y Canadá, que iniciaron sus reformas de alto contenido social desde finales de la Segunda Guerra Mundial y en mucho contribuyeron a conformar sus Estados de bienestar y su desarrollo socioeconómico. Sin embargo, al tratar estos temas los funcionarios de la OCDE afirman que en nuestro país no hay condiciones favorables para considerarlos.

Llama la atención que ahora en el mundo intervengan en el campo de la salud, cada vez más, los organismos internacionales de carácter financiero o económico; primero el Banco Mundial en 1993, con su informe anual Invertir en Salud, y ahora la OCDE.

Con ello se ha relegado a papeles secundarios a los organismos internacionales sustantivos, como la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Panamericana de la Salud. Este desplazamiento ha alejado una asesoría de carácter sustantivo que era muy valiosa en el campo de los sistemas de salud.

Se ha relegado a estas organizaciones a funciones insustanciales. La OMS, por ejemplo, se dedica, a difundir advertencias alarmantes, como lo hizo en 2009 con el caso de la gripe porcina y lo hace ahora con el zika, una enfermedad benigna que está restringida a los nichos ecológicos donde puede vegetar el mosco aedes aegypti, su transmisor.

* Gregorio Martínez Narváez es autor del libro Un sistema en busca de salud (FCE, 2013), que contiene un análisis integral del sistema de salud mexicano, efectúa comparaciones con otros sistemas y aporta soluciones estructurales para su mejoramiento y modernización. El prólogo es del doctor José Narro Robles e incluye un comentario final del doctor Guillermo Soberón Acevedo.



Fuente: Proceso
Autor: Gregorio Martínez Narváez
http://www.proceso.com.mx/434766/salud-publica-estudio-insuficiente

miércoles, 22 de julio de 2015

La línea, llevar al IMSS y al Issste a situación extrema para que entre la IP, acusan

México, D.F.- Las presiones financieras de los institutos de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (Issste) y Mexicano del Seguro Social (IMSS) no los conducen a la quiebra, pero sí a una situación que justificará la elaboración de una iniciativa para que sus servicios sean prestados por empresas privadas, afirmó el Partido de la Revolución Democrática (PRD) en la Cámara de Diputados.
La intención es llevarlos a condiciones de mayores transferencias de recursos. En este momento son insustituibles, pero en el mediano plazo la intención es que los nuevos trabajadores opten por trasladar sus aportaciones a las aseguradoras, intermediarias con los hospitales privados, dijo el coordinador de la bancada, Miguel Alonso Raya.

Sostuvo en entrevista que a ambas instituciones les resulta más baratoque los derechohabientes contraten servicios de salud privados que mantener hospitales y clínicas.Hacerlo ahora tendría un alto costo social, pero se pretende un proceso de transición, con el que la seguridad que otorga el Estado se quede sólo con los pacientes más viejos y con enfermedades crónico degenerativas, aseguró.

Además, los adeudos de los gobiernos de los estados y las universidades públicas tienen en jaque al Issste. Por ejemplo, el gobierno de Guerrero acumuló en 2014 retrasos en sus obligaciones por 7 mil 500 millones de pesos, principalmente en los siguientes rubros: al Issste 10.2 millones; al SAR, mil 246.8; cesantía y vejez, 3 mil 134.9, y seguros a terceros institucionales, 274.6 millones.
Oaxaca y Michoacán tienen deudas similares. Esto se debe a que los gobiernos destinan los recursos al pago de prestaciones a sus empleados, incluidos los maestros, pero eluden sus obligaciones con el Issste, que debe informar cuál es el adeudo de todas las entidades por aportaciones no cubiertas, expuso.

Alonso Raya indicó que por ello reducir las transferencias federales a la institución no afecta sólo a la eficiencia administrativa y financiera.Los faltantes, por ley, los pone el gobierno, pero llegará un momento en que ya no existan recursos para ello, que la Secretaría de Hacienda diga que no o que aporte sólo una fracción.

Las instituciones y el gobierno federal deben atreverse a presentar una propuesta, asumir su responsabilidad, antes de que continúe el deterioro de hospitales que fueron emblemáticos, como el Adolfo López Mateos del Issste y la unidad médica Naucalpan del IMSS. Los ahorros del Seguro Social van en detrimento de la infraestructura, medicamentos, mantenimiento, pagos a médicos y enfermeras. Si siguen así, las dos instituciones no tienen remedio


Fuente: La Jornada

Autor: Enrique Méndez