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sábado, 18 de febrero de 2017

Frena Semarnat construcción del viaducto La Raza-Santa Clara

La Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) negó ayer a la concesionaria del proyecto Viaducto La Raza-Indios Verdes-Santa Clara la autorización de impacto ambiental, ya que presentó información que no da certeza de que el desarrollo e instalación del proyecto no causará impactos graves al entorno.

En la resolución de 76 cuartillas, dirigida a los representantes legales de la empresa Viaducto-Indios Verdes SA de CV, con fecha de 25 de enero de 2017, la Semarnat desglosó cada uno de los puntos analizados y las observaciones hechas en cada caso.

De entrada, remarcó que aunque para la realización de este proyecto se requeriría talar mil 663 árboles en la Ciudad y el estado de México, lo que generará un gran volumen de residuos de vegetación, la concesionaria no estableció los impactos ambientales que ocasionaría el cambio de uso de suelo de áreas forestales.

Tampoco presentó el análisis técnico que compruebe que cumplirá con lo que marca la ley, toda vez que el trazo del viaducto pretende pasar por la sierra de Guadalupe y el parque nacional El Tepeyac, en los cuales plantea remover árboles para la cimentación de pilotes y columnas, que generarían impactos ambientales acumulativos y residuales.

Asimismo, no toma en cuenta que la zona está compuesta por dos tipos de suelo: lacustre de transición y de lomerío, así como tres áreas de inestabilidad.El promovente no presentó estudios con evidencia de que el proyecto no contribuiría al hundimiento de las zonas de inestabilidad, ni de sismicidad para demostrar que el diseño estructural resistirá ante la ocurrencia de un terremoto.

Sobre la movilidad, señaló que no se establece cómo mejorará ésta y la calidad del aire en ambas entidades por la saturación de los contaminantes provenientes de los automóviles que circularán por esa zona.

En las observaciones se puntualiza que la empresa no presentó estudios en los que se evidencia que una vez puesto en marcha el viaducto elevado la movilidad no sería rebasada en las avenidas aledañas al mismo y el beneficio a otros modos de transporte, como el de carga, urbano y metropolitano de pasajeros.

Con base en esto la dependencia federal remarca que se observa que la MIA-R presenta deficiencias en la información; por lo que los cuestionamientos de la consulta pública no fueron atendidos por el promovente, y por lo tanto, no se tiene la certeza de que el desarrollo e instalación del proyecto no causará impactos graves al ambiente.

Desde mediados de 2016, los gobiernos de la Ciudad de México y de la delegación Gustavo A. Madero, así como vecinos de más de 200 colonias se han manifestado en contra del viaducto elevado La Raza-Santa Clara.

A finales del año pasado se instaló un campamento en el camellón de la avenida Insurgentes Norte, junto a las estaciones del Metrobús y Metro Potrero en donde se da información sobre los avances de este proyecto y los vecinos definen las estrategias de defensa.

La Semarnat advirtió que esta obra no puede realizarse hasta obtener la debida autorización en materia de impacto ambiental. Agregó que la concesionaria que puede interponer un recurso de revisión en un plazo no mayor a 15 días hábiles.





Fuente: La Jornada
Autora: Gabriela Romero Sánchez
http://www.jornada.unam.mx/2017/02/18/capital/027n1cap

martes, 17 de enero de 2017

GM da detalles de su traslado a EU y México, con un Presidente parado y sin plan b, sólo observa

Muy temprano, hoy, Donald Trump insistió en que su llegada a la presidencia traerá miles de empleos a los Estados Unidos y movería nuevas platas de automóviles a ese país. A su vez, General Motors Co anunció este martes nuevas inversiones en el sector manufacturero estadounidense por cerca de mil millones de dólares y el traslado de parte de su producción a Estados Unidos desde México. GM anunció además la creación de 7 mil empleos nuevos en Estados Unidos.

La automotriz dijo que trasladará la producción de ejes para la nueva generación de sus camionetas a Michigan, incluyendo trabajos previamente realizados en México. La medida implicará sacar 100 puestos de México hacia Estados Unidos, país donde creará 450 empleos. Los anuncios se suman a los 2 mil 900 millones de dólares en inversiones que GM anunció el año pasado, agregó la empresa en un comunicado.

En medio de estas noticias, sin cartas bajo la manga, México aguarda conmocionado la llegada del magnate a la Casa Blanca y sus amenazas de levantar un muro en la frontera común y hacérselo pagar, deportar a millones de inmigrantes mexicanos, gravar con impuestos las remesas y dañar al país en el terreno comercial.

Mientras, el Presidente mexicano, como dice este reportaje de EFE, parece uno más entre los atemorizados…

Sin cartas bajo la manga y conmocionado; así aguarda México al futuro presidente de Estados Undidos, Donald Trump, y sus amenazas de levantar un muro en la frontera común y hacérselo pagar, deportar a millones de inmigrantes mexicanos, gravar con impuestos las remesas y dañar al país en el terreno comercial.

Como si llegara el Apocalipsis, los mexicanos han ido asimilando como han podido los flancos abiertos durante meses por el próximo inquilino de la Casa Blanca, considerados ya afrentas a la soberanía nacional e incluso declaraciones de guerra soterradas.

Una realidad que ni el más pesimista imaginaba en sus peores pesadillas y que ha sembrado en México de rabia e indignación.

Dos sentimientos potenciados por la timidez del Gobierno de Enrique Peña Nieto frente al republicano, que algunos han tildado hasta de servilismo desde que lo invitó a la residencia presidencial de Los Pinos en septiembre pasado durante la campaña electoral estadounidense.

Un cóctel con sabor a impotencia que implica a todos los poderes del país, desde autoridades, partidos políticos y movimientos sociales hasta empresarios, pues ninguno ha planteado hasta ahora un antídoto real a Trump.

Con la expresión “A temblar” que usó para titular la noticia sobre el resultado de las elecciones en EU., el diario mexicano Reforma plasmó perfectamente en noviembre pasado la angustia que se respira en la opinión pública de México.

Más lejos llegaron personalidades como el historiador Enrique Krauze o el ex Presidente Vicente Fox (2000-2002) al comparar al magnate inmobiliario y expropietario del concurso Miss Universo con Adolf Hitler.

¿Pero por qué tanta congoja? Porque en un país acostumbrado a encarar y superar crisis económicas de forma cíclica, y a mirar con lupa cualquier paso que da el vecino del norte, nadie ve nada positivo para México en que gobierne Trump.

Son frecuentes las bromas sobre los métodos que usarán los mexicanos para saltarse el muro fronterizo, una iniciativa que no es nueva, pues ya existen vallas en un tercio de los más de 3.000 kilómetros de franja limítrofe y las primeras amenazas de construirlo datan de hace veinte años.

Pero el humor resulta esta vez más un bálsamo para las heridas que una manera de restar importancia al asunto.

Peña Nieto asegura que su país no pagará por la construcción del muro, pero Trump ya ha sugerido que si los mexicanos no cubren sus costos directamente lo harán a través de impuestos a las remesas que sus compatriotas residentes en EU. envían a casa.

Un duro golpe para México, cuarto país a nivel mundial en cuanto al dinero recibido por ese concepto, su segunda fuente de divisas después de las exportaciones automotrices.

En los primeros once meses de 2016 las remesas crecieron en un 9.04 por ciento respecto al año anterior (24.626 millones de dólares), la mayor subida anual en una década.

En cualquier caso, lo más probable es que Trump trate de gravar las remesas como forma de presión y para aumentar los ingresos fiscales estadounidenses.

Ese eventual batacazo solo es comparable con lo que se espera en el intercambio comercial.

Trump exige actualizar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) porque considera que perjudica la industria, el comercio y el empleo en su país, beneficiando a México, su socio junto con Canadá.

Antes de saber cómo se renegociará el acuerdo, opción a la que está abierto Peña Nieto, el presidente electo está coaccionando a las compañías estadounidenses con inversiones en México, y que venden a EE.UU. con menor costo de producción, para que dejen de invertir allí y vuelvan a hacerlo en su país.

De lo contrario se enfrentarán a un impuesto del 35 por ciento, las amenaza Trump, cuyas presión ha fructificado ya con el fabricante de aire acondicionado Carrier y con la automotriz Ford, que han suspendido planes de inversión en tierras mexicanas.

Teniendo en cuenta que el ochenta por ciento de las exportaciones mexicanas van a EU., el impacto en la economía mexicana no se ha hecho esperar.

El peso, la moneda nacional, se ha desplomado a niveles históricos de 22 unidades por dólar tras caer en un 25 por ciento en 2016, y el FMI acaba de rebajar el pronóstico de crecimiento de la economía mexicana para 2017 del 2.3 por ciento al 1.7 por ciento por la “incertidumbre” ligada a la presidencia de Trump.





Fuente: Sin Embargog
Autor: Raúl Cortes/EFE
http://www.sinembargo.mx/17-01-2017/3137091

lunes, 17 de octubre de 2016

El ‘narcocorrido’ se extiende, pese a la prohibición oficial

Ciudad de México. Las parejas se disponen a invadir la pista. La banda prepara los instrumentos y las luces apuntan hacia el escenario. Los chiflidos son ensordecedores para que termine la espera. El operador ajusta el equipo de sonido y desde los altos decíbeles se escucha:

“Con cuerno de chivo y bazuka en la nuca/volando cabezas al que se atraviesa/somos sanguinarios locos bien ondeados/nos gusta matar/pa dar levantones somos los mejores/ siempre en caravana/ toda mi plebada/bien empecherados/blindados y listos para ejecutar…/ soy el número 1 de clave M1/ respaldado por El Mayo y por El Chapo/ la JT siempre, presente y pendiente/pa su apoyo dar”.

Con la cadencia del baile norteño, los ejecutantes se contonean al ritmo de una música ejecutada con instrumentos de banda: chun-ta-ta, chun-ta-ta. Y como si acataran una orden, de sus gargantas surgen coros que anticipan la letra. Todos cantan. Y son maestros, abogados, empleados, estudiantes, secretarias, comerciantes... Pero también, por supuesto y con especial delectación, gente metida en el narco.

Los sombreros son obligados para el baile; la bota o zapato costoso, también. La camisa se usa de marca (o perfecta imitación). Ellas lucen sobre todo el tacón alto, no importa si la pista es o no terregosa. Es una comunión sin distinciones. El único fin es celebrar el rito de bailar narcocorridos.

Todo, pese a estar satanizados en el discurso oficial y su difusión expresamente prohibida en algunos estados con la intención de que no se les programe en las radiodifusoras, no se organicen bailes masivos ni se escuchen en bares y cantinas.

Sin embargo, a la luz de los hechos, tales acciones no han tenido el efecto esperado, pues este género sigue siendo del gusto de muchos sectores de la población, con o sin vínculos con el narcotráfico, quienes buscan la música y las presentaciones en vivo de bandas como Los Tigres del Norte, K-Paz de la Sierra, Exterminador, Los Tucanes de Tijuana, Los Capos de México, entre otros.

Su mayor impacto tiene lugar en el norte del país, pero el narcocorrido ha superado su ámbito norteño y cada vez más invade zonas populares de las grandes urbes en todo el territorio nacional.

Terrenos baldíos, campos deportivos y otros espacios abiertos como bodegas, son los lugares a los que miles acuden a escuchar a esas bandas que entre corrido y corrido a veces cantan melodías románticas o de desamor. El imán es siempre oír, cantar, bailar los corridos compuestos para el narco y sus capos históricos o actuantes en ese momento.

Los costos de acceso a los bailes son variables (entre 100 y 400 pesos promedio) y abunda, como en todo concierto de este tipo, la venta de cheves, brandy, ron y sobre todo el Buchanan’s, whisky que se ha puesto de moda entre los seguidores de esta música, pues, se dice, lo beben los traficantes.

El corrido en general ha sido, desde su origen, una crónica de la realidad. Pero con las décadas, los de temática relacionada con el narcotráfico se han transformado y, ante un contexto nacional cada día más violento, en su narrativa han incorporado descripciones de las descarnadas acciones de los sicarios: ejecuciones, degollamientos y levantones y todas las demás descarnadas formas del crimen que realizan.

Nacido como subgénero del corrido tradicional –en el que se cuentan las hazañas de héroes independentistas o revolucionarios—, los registros apuntan a que los primeros narcocorridos surgieron a principio de la década de los 30 del siglo pasado, en la frontera México-Estados Unidos.

En su libro Cantar a los narcos, Juan Carlos Ramírez-Pimienta, académico de la Universidad Estatal de San Diego Imperial-Valley, hace un recorrido histórico por este género musical. “El primer corrido con temática de traficantes de drogas y tráfico de estas sustancias que pude ubicar es de 1931 y otro de 1934. Eran muy diferentes a los de hoy, incluso a los de los años 70 interpretados por Los Tigres del Norte”.

Edgar Morín, doctor en antropología, académico de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y autor del libro La maña, señala que el narcocorrido no es algo homogéneo, sino que tiene una serie de matices:

"Hay letras implícitas y otras totalmente explícitas; tienen un componente literario, el compositor describe los hechos, los condena o los califica al grado de llegar a la apología; dan cuenta de una realidad que muchas veces no se cuenta y que el gobierno trata de ocultar, y muchos otros son escritos por encargo, a fin de resaltar una figura. Encasillarlo sólo como apología de la violencia es reducir este fenómeno social".

Ramírez-Pimienta ha estudiado este tipo de música desde los años 90, cuando era estudiante del posgrado en letras en la Universidad de California, Los Ángeles. Afirma que el fenómeno de la narcocultura, y dentro de éste los corridos de narcos, están relacionados con el contexto económico del país.

“Tras su origen, se dio un lapso de más de 20 años en el que es casi es imposible encontrarlos, es entre los 40 y finales de los 60. En los años del milagro económico no hay registro de ellos. El género renace cuando comienzan las crisis, a partir de los 70, y tuvo su primer auge con Los Tigres del Norte, con corridos hasta inocentes como Contrabando y traición y La banda del carro rojo”.

Es en la década de los 80, cuando Rafael Caro Quintero era la figura dominante en el mundo del narcotráfico, donde se produce una primera transformación en los contenidos de estas melodías. "Se da un cambio epistemológico en la figura del héroe del corrido; ya no es sólo el que trafica, sino también el que ostenta lujos y dinero, consume narcóticos y alcohol y es un conquistador de mujeres. Un hedonista".

El contexto nacional volvió a transformar al género. En diciembre de 2006, Felipe Calderón declara la guerra al narcotráfico y lejos de brindar mayor seguridad, la estrategia provoca más muertes, ejecuciones, enfrentamientos, desaparecidos, descabezados. Cientos de miles, según organizaciones nacionales e internacionales de derechos humanos.

"De inmediato el narcocorrido refleja esa nueva realidad, entre 2007 y 2011 surge el llamado Movimiento Alterado, con letras totalmente explícitas, hiperviolentas, pero a la vez súper reales: descabezados, colgados, pozoles. Las bandas están en guerra entre ellas y con el Estado, y la música lo refleja", enfatiza el académico de la Universidad de San Diego.

Algunas letras, sobre todo las Teodoro Bello, compositor entre otros de Pacas de a kilo y Jefe de jefes, de manera muy velada hacen alusión a la complicidad entre autoridades y criminales. En la parte final del primero se dice: “Los pinos me dan la sobra/ mi rancho pacas de a kilo”. El propio vocalista de Los Tigres del Norte, Jorge Hernández, ha dicho que la letra aduce a que el protagonista tiene un arreglo económico con el Presidente o con sus colaboradores (Los Pinos), por lo que goza de total impunidad.

No sólo el contenido ha transformado a este género, la tecnología ha jugado un papel relevante para su promoción y difusión. Enrique Pimentel, del Seminario de Comunicación y Cultura de la Facultad de Estudios Superiores Acatlán de la UNAM, indica que hace varias décadas para grabar y publicitar esta música era necesario un largo proceso y se requería de sellos disqueros que dieran el apoyo.

"En la actualidad es mucho más sencillo, el Internet y otras tecnologías permiten grabar y difundir de manera mucho más sencilla estos contenidos. Gracias a ello podemos conocer a grupos muy locales de Sinaloa, Durango, Tamaulipas, Sonora. Y ya no importa si son súper violentos, no hay manera de frenarlo porque la gente lo sigue".

Anajilda Mondaca, de la Universidad de Occidente unidad Culiacán, sostiene que los narcocorridos van más allá de letras, sonidos y ritmos. "La existencia de elementos emanados del narcotráfico, instaurados en la narcocultura y observables en las letras, son capaces de producir sentido, y cada vez son más codificables entre sectores de la población que los escucha. Son capaces de crear imaginarios, de reforzar ideologías y de servir de reflejo y espejo de todo lo que representa el mundo del narco".

Pero a la vez, agrega la académica en un artículo que escribió para el Instituto Hemisférico de Performance y Política, estas expresiones hacen un planteamiento de ilegalidad y paralegalidad que arrojan señales de la descomposición y las complicidades entre las bandas delictivas y las instancias gubernamentales que deberían contenerlas.

En años recientes en varias entidades del norte del país se han formulado iniciativas para prohibir la grabación y difusión de estas expresiones culturales. En Chihuahua por ejemplo, existe una ley que va en ese sentido y hubo intentos en Sinaloa y Durango.

Morín dice que la mejor forma de hacer más interesante entre la sociedad un producto es justamente prohibiéndolo. "Cuando algunos gobernantes se empeñan en hacer el ridículo y tratan de censurarlos, el fenómeno toma otros caminos. Hoy en día no necesita publicidad en los medios tradicionales, pero los bailes tienen un gran poder de convocatoria".

Para Pimentel toda prohibición siempre quedará corta, es decir, en la radio no se programan, no hay publicidad y los grandes medios evitan hablar de ello. Pero en la realidad, a través del Internet y la piratería se siguen consumiendo. "El narcocorrido sigue vigente, porque el contexto lo sigue siendo".

Ramírez-Pimienta plantea que si bien hay piezas donde se hace una apología total de la criminalidad, hay muchas otras que "son verdaderas crónicas históricas que llenan las piezas del rompecabezas de estos años álgidos de guerra contra el narco. Han llenado un vacío de una narrativa que desde el Estado nos llega filtrada o francamente falseada. No quiere decir que la versión de los narcocorridos sea la verdadera, pero cumplen diversas funciones dependiendo del contexto social y económico".

Los especialistas coinciden en que mucha de la gente que gusta de esta música entiende la diferencia entre la realidad y las composiciones. "No es que los escuchemos y vayamos a sacar un cuerno de chivo para matar a alguien", concluye Ramírez-Pimienta.





Fuente: La Jornada
Autor: Emir Olivares Alonso
http://www.jornada.unam.mx/ultimas/2016/10/17/el-2018narcocorrido2019-se-extiende-pese-a-la-prohibicion-oficial