Los tres gobernadores priistas de los que el presidente Enrique Peña Nieto se sentía orgulloso en 2012: César Duarte, Javier Duarte y Roberto Borge, dejaron sus estados hundidos en la crisis financiera y la inseguridad. Además de enfrentar actualmente procesos legales por corrupción, los tres –al igual que el gobernador electo mexiquense Alfredo del Mazo Maza– son investigados por desviar miles de millones de pesos del erario al PRI en campañas electorales.
Los tres exgobernadores caracterizados en 2012 como representantes de la “nueva generación del PRI” por el presidente Enrique Peña Nieto –César Duarte, Javier Duarte y Roberto Borge– son investigados por la Fiscalía Especializada Para la Atención de Delitos Electorales (FEPADE) por presunto desvío de recursos públicos a las campañas del tricolor de 79 millones, mil 300 millones y 201 millones de pesos, respectivamente.