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viernes, 8 de julio de 2016

PGJDF debe ofrecer disculpa pública por casos Yakiri Rubio y Clara Tapia

CIUDAD DE MÉXICO: La Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal (CDHDF) emitió la recomendación 6/2016 a la Procuraduría capitalina por los casos Yakiri Rubio Aupart y Clara Tapia Herrera, ambas víctimas de violencia de género.

La CDHDF confirmó que a las dos no se le respetó su derecho a una vida libre de violencia, al debido proceso, al acceso a la justicia y a la integridad personal por la Procuraduría capitalina, por lo que ésta deberá ofrecer una disculpa pública.

A tres y cinco años, respectivamente, de haber ocurrido los hechos, la CDHDF determinó que las autoridades de justicia capitalinas fueron omisas para investigar de manera oportuna, diligente, integral y con perspectiva de género la violencia contra ambas mujeres.

El ombudsman local recomendó a la PGJDF elaborar un diagnóstico para identificar lo que necesita modificarse respecto de las herramientas con que cuenta para atender la investigación ministerial, policial y pericial e integre la perspectiva de género.

Asimismo, pidió la indemnización integral para ambas víctimas, proporcionarles tratamiento y acompañamiento psicológico y gestionar el acceso a programas sociales como vivienda y trabajo.

La recomendación abarca también al Tribunal Superior de Justicia (que revisó el caso de Clara y le negó su libertad) y al Consejo de la Judicatura de la Ciudad de México en su calidad de autoridad colaboradora, a quienes se les requirió garantizar que los procesos y procedimientos en materia penal sean juzgados con perspectiva de género.

Y es que Clara y Yakiri pasaron de víctimas a victimarias, luego de que la Procuraduría capitalina desestimara sus denuncias, por violencia familiar y por violación, respectivamente.

Yakiri Rubio denunció ante las autoridades capitalinas que fue violada sexualmente, pero terminó acusada de homicidio en “exceso de legítima defensa”, mientras que Clara denunció el secuestro y la violación de sus dos hijas y las agresiones a su hijo, pero terminó criminalizada por no haberlos protegido y ser una “mala madre”.

El caso Yakiri

El 9 de diciembre de 2013, Miguel Ángel y Luis Omar interceptaron a Yakiri en la colonia Doctores en el centro de esta capital, y con navaja en mano la obligaron a subir a una moto, la llevaron a un hotel y allí Luis Omar se fue y Miguel Ángel la violó sexualmente e intentó asesinarla.

Cuando Yakiri se defendió, logró herir a su agresor y salió semidesnuda en busca de ayuda, pero cuando llegó a la PGJDF, a unas calles del hotel, la policía la detuvo y la acusó de asesinato, por lo que fue recluida en el penal de Santa Martha Acatitla, en esta capital, y después en Tepepan, al sur de la Ciudad de México.

En marzo de 2014 la joven logró salir de prisión luego de que la Quinta Sala Penal del Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal (TSJDF) consideró que Yakiri hizo “uso excesivo de la legítima defensa”, y tenía derecho a salir bajo fianza.

El 21 de mayo de ese año, el juez 13 Penal de Delitos No Graves, del TSJDF, Fausto Agustín Favela Ayala, absolvió a Yakiri.

Pero la PGJDF apeló la sentencia en junio de 2014 y el caso permaneció en la Quinta Sala Penal, misma que reclasificó el delito.

El caso de Clara

El 1 de julio de 2011 Clara Tapia acudió a la Coordinación Territorial

IZP-6 de la PGJDF en Iztapalapa, para levantar una denuncia de la que resultaron los delitos de corrupción de menores, explotación laboral infantil, violación equiparada, retención y sustracción de menores, amenazas, extorsión, robo y abuso de confianza. Los hechos quedaron asentados en las causas penales 245/2011 y 256/2011.

Dos meses después, en septiembre de 2011, recibió una llamada telefónica de personal de la PGJDF para que se presentara a reconocer a las personas detenidas por la denuncia presentada en el mes de julio, sin embargo, al acudir a reconocer a los detenidos, en el lugar había mucha prensa, minutos después Clara apareció sentada, exhibida ante los medios de comunicación, junto a Jorge Antonio Iniestra “el monstruo de Iztapalapa”, su expareja, y sus supuestos cómplices.

Sin orden legal ni aviso previo, ella pasó de víctima a “delincuente”. Lo peor fue que en ese momento Clara se enteró de que su hija menor Rebeca –que ya tendría 18 años– y su nieta de tres meses habían sido asesinadas por su expareja en 2009, justo el año en que las había secuestrado.


Cabe recordar que la CDHDF ya había emitido en marzo de 2012 una recomendación a la Procuraduría local por la violación a los DH de Clara, al ser exhibida ante los medios con engaños y sin una orden de presentación, pero ésta la rechazó al considerar que no tenía sustento.

FUENTE: PROCESO.
AUTOR: REDACCIÓN.
LINK: http://www.proceso.com.mx/446678/pgjdf-debera-disculparse-casos-yakiri-rubio-clara-tapia-herrera

sábado, 23 de mayo de 2015

Yakiri: de la cárcel a la política

MÉXICO, D.F. (apro-cimac).- Absuelta del delito de homicidio con “exceso de legítima defensa”, Yakiri Rubí Rubio Aupart se concentrará a partir de ahora en dos temas: el encarcelamiento del cómplice del hombre que la violó sexualmente y proseguir con su campaña política. La joven de 22 años es candidata del Movimiento Ciudadano a diputada local en el DF.

El pasado jueves 21 el Juzgado 13 Penal de Delitos no Graves, a cargo de Fausto Favela Ayala, absolvió a Yakiri del asesinato de Miguel Ángel Ramírez Anaya, el hombre que el 9 de diciembre de 2013, junto con su hermano Luis Omar Ramírez Anaya, la amenazó con una navaja, la subió a su moto y la llevó a un hotel de la colonia Doctores de esta capital, donde la violó sexualmente e intentó matarla.

Yakiri se defendió de su agresor con la navaja que portaba su agresor, pero la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF) la detuvo, la acusó de homicidio, la encarceló en el penal de Santa Martha Acatitla y después en Tepepan, donde estuvo casi tres meses hasta que logró que, en marzo de 2014, se reclasificara el delito a homicidio con “exceso de legítima defensa” y con ello consiguiera su libertad condicional.

Ayer por fin quedó libre de todo delito. “Es un triunfo también para las mujeres, el que el Tribunal Superior de Justicia haya dictado que las mujeres tenemos el derecho a defendernos es más que obvio, es más que importante. Es un precedente y un caso emblemático para que a través de esta puerta se sigan abriendo otras”, dice la joven.

Desde que sus padres Marina Beltrán y José Luis Rubio comenzaron una campaña para exigir la libertad de Yakiri, militantes de MC se sumaron a la causa y después que salió de prisión buscaron a José Luis para ofrecerle una candidatura para ser diputado federal y a Yakiri para ser asambleísta del DF. Sólo la joven consiguió la postulación.

Desde que obtuvo su registro como candidata a diputada por el Distrito 9 local, en la delegación Cuauhtémoc, y pese a estar acusada de un delito, comenzó su campaña en busca del voto; sin embargo el jueves 21 suspendió sus actividades proselitistas “casa por casa” se suspendió porque a las dos de la tarde tenía que estar en el Juzgado 13 Penal de Delitos no Graves para recibir su sentencia.

Sobre esta resolución Yakiri comenta: “Conocí un poquito lo que es la justicia y pues la verdad no íbamos con esa idea, creíamos que iban a alargar el proceso. Al final de cuentas entendimos que no les conviene un escándalo ahorita que vienen elecciones”.

A decir de la joven, en la Ciudad de México y en el país no hay justicia para las mujeres y además siempre consideró que la decisión de su caso sería del presidente del Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal, Edgar Elías Azar, por lo que reconoció que le sorprendió escuchar su absolución. Con esta noticia ahora seguirá su camino para obtener un escaño en la ALDF.

“¿Por qué aceptaste la candidatura?”, se le pregunta.

Sin meditar, responde: “Hay muchas razones, una de ellas haber pasado en carne propia la situación de la violencia dentro del aparato de justicia y que no hayan aceptado que una mujer tenga el derecho a la legítima defensa, a ejercerlo cuando se deba de hacer dentro de una agresión sexual o algún tipo de violencia”.

Yakiri afirma que le tomó tiempo valorar la invitación para competir por un cargo de elección en la jornada electoral del próximo 7 de junio, pero consideró que era una forma de empoderar a las mujeres, de “infiltrarse dentro de las curules y del patriarcado”, así que decidió ser candidata porque significa que podría ayudar a otras mujeres y a la gente de su barrio al “ejercer, presentar iniciativas y lograr acuerdos”.

“Yo sé que falta poco tiempo para las elecciones, si se gana adelante. Está muy difícil, lo veo muy difícil porque estoy compitiendo con el gobierno, con los dineros y el erario del Distrito Federal y de Tabasco por parte de Morena y del PRD”, pondera.

Observa que, a diferencia de otros candidatos, ella no recibió dinero para su campaña y aun así declaró: “Si se gana sería un honor legislar a favor de las mujeres”.

Su principal meta es clara: establecer en el Código de Procedimientos Penales del DF el “exceso de legítima defensa” como una figura que sirva para proteger a las víctimas de algún delito que por defenderse terminan siendo acusadas.

Delito pendiente

“Esto no se acaba hasta que se acaba, dice el dicho”, parafrasea y subraya que aún está pendiente la acusación que ella hizo contra Luis Omar Ramírez Anaya, el cómplice y hermano del hombre que la violó y quien nunca fue procesado a pesar de las declaraciones de la joven según las cuales él ayudó a Miguel Ángel a amagarla, subirla a la moto y llevarla al hotel.

“Nosotros, la defensa, vamos a seguir con el caso, con la averiguación previa que se quedó muerta, que se quedó parada. La acusación (contra Luis Omar) es la complicidad y el abuso sexual. El secuestro no cuenta porque no pidieron rescate, ni la violación, porque no hubo penetración por parte del segundo agresor”, sentencia.

Sobre el hermano de su agresor reflexiona: “Nunca se ha presentado en el juzgado, ni siquiera hoy”. Aun así sabe que podría apelar la resolución dictada este 21 de mayo, porque él fue quien la acusó de asesinar a su hermano.

La abogada Ana Katiria Suárez Castro, quien llevó la defensa, precisó que tenían la idea de que Yakiri sería condenada, sin embargo, ahora que ganaron acotó que aunque la resolución sea impugnada se queda el triunfo de que un juzgado haya aceptado que hubo legítima defensa cuando Yakiri logró mover la mano de su agresor, girar la navaja y herirlo, porque lo hizo con la intención de salvar su vida.

“Esto es un gran triunfo para las mujeres, para la defensa de género, para los Derechos Humanos. Nos topamos con la sorpresa de que el juzgador estudió con perspectiva de género mis conclusiones como defensa y resolvió a favor de Yakiri el ejercicio de la legítima defensa lisa y llana”.

Asimismo, Suárez Castro reconoció que aunque la joven quedó en total libertad, queda la posibilidad de que en los próximos cinco días la PGJDF apele la sentencia. “Es de cajón, evidentemente se va a apelar, lo que espero es que se confirme la resolución del juzgado, con los elementos y el caudal probatorio para hacerlo así”.


En tanto, José Luis Rubio –padre de Yakiri– celebró la absolución de su hija: “Desde el 9 de diciembre (de 2013) hasta esta fecha pues nada igual, porque te cambiaron la vida, te destrozaron, te mortificaron, te crucificaron, aunque sea mi niña. Es tu familia, es tu hija, y eso te hace que no puedas decir ‘no fue a mí, el problema no es conmigo’”.

FUENTE: PROCESO.
AUTOR: ANAYELI GARCÍA MARTÍNEZ.

viernes, 22 de mayo de 2015

Yakiri Rubio queda absuelta un año y medio después de matar a su violador

La justicia reconoce, 18 meses después, que la joven capitalina, que pasó 86 días presa por el delito de homicidio, lesionó al agresor en defensa propia.

Absuelta del delito de homicidio. Esta fue la resolución del juzgado número 13 Penal de delitos no graves para Yakiri Rubí Rubio, la joven capitalina que hace un año y medio mató al hombre que la estaba violando.

Cuando el juez, Fausto Agustín Favela Ayala, pronunció la palabra absuelta el resto de la resolución se opacó.

La abogada Ana Katiria Suárez lanzó un grito de alegría y Yakiri se estremeció. Es el principio del fin de una pesadilla que dura ya año y medio.


El 9 de diciembre de 2013 dos hermanos que circulaban en una motocicleta por la colonia Doctores –una de las más peligrosas del DF– la amañaron y con un cuchillo en su cintura, la obligaron a subir a un hotel de la zona. Ambos abusaron sexualmente de ella en el cuarto y uno de ellos salió mientras el otro la violaba. Cuando Yakiri intentó escapar, el agresor le acuchilló los brazos, pero la joven alcanzó a agarrarle la navaja y le asestó a la yugular.

El violador, Miguel Ángel Ramírez, salió por su propio pie todavía, pero murió desangrado. La joven, de apenas 21 años en ese momento, salió a la calle todavía semidesnuda, a pedir ayuda. Entró a la agencia del ministerio público nº 50, a dos cuadras de ahí, como víctima, y salió acusada de homicidio. Aún cuando, según ella, hasta aquel instante ni siquiera sabía que había matado a Miguel Ángel. 8 días después le dictaron auto de formal prisión.

Pasó 86 días presa, hasta que el Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal reclasificó su delito de homicidio calificado a homicidio en “exceso de legítima defensa”. Yakiri pudo seguir el proceso en libertad condicional pero con una fianza de 450 mil pesos. Ayer esa fianza quedó anulada, y Yakiri absuelta sin cargos. El Tribunal nº13 reconoció, como ya alegaba el Amicus Curiae que hace un año presentó la Comisión de Derechos Humanos del DF, que ella estaba en una situación de vulnerabilidad y que aunque se defendió y lesionó al violador, esa agresión no cesó el peligró.


Hoy Yakiri está contenta, ayer llegó al juzgado nerviosa, pensando que la resolución podía ser negativa. Antes hubieron tres resoluciones que reiteraban el “exceso de legítima defensa”.





“Nos sorprende esta resolución, pensábamos que al haber tres resoluciones de juzgados de alzada, esta podía resolverse en la misma línea, sin embargo nos encontramos con un juez valiente”, afirmó la abogada Ana Katiria Suárez, a la salida del juzgado.

“Es una victoria, un triunfo muy difícil de alcanzar con una lucha muy desgastante y soy muy feliz por eso”, explica Yakiri Rubio ya en su casa del barrio de Tepito, entre la música de salsa y los chicharrones en la mesa para festejar la sentencia. Pero el proceso todavía no acaba.

El ministerio público, que defendió los intereses del occiso, tendría derecho a apelar la resolución en los próximos 5 días, aunque la abogada de Yakiri duda que lo haga. “No hay elementos para regresarnos a un estado que hoy hemos avanzado porque tenemos las pruebas sobre la mesa”, explica la licenciada Suárez.

Por otro lado, todavía sigue pendiente la denuncia de Yakiri al segundo de sus agresores, el hermano del occiso, Luis Omar Ramírez Anaya por la complicidad en el delito de violación y tentativa de homicidio contra la joven. “Hay que continuar con la aportación de elementos de prueba para obtener una consignación y solicitar una orden de aprehensión”, resume Suárez y añade que fueron “los dos sujetos” quienes “la privaron de su libertad y la llevaron en contra de su voluntad a un hotel donde la amagaron, la golpearon, la violaron y la apuñalaron y en legítima defensa Yakiri lesionó a uno de sus agresores a la yugular”.

Yakiri quiere ver a Ramírez Anaya entre rejas. “No me gustaría encontrármelo en la calle otra vez, sería muy fuerte, por eso mismo no se acaba todavía este proceso”, asevera. Esa joven que habla ahora habla contundente en los medios es otra de la que hace un año y medio entró al reclusorio. Hace 12 meses, en entrevista en la prisión, era una joven apenada y temerosa ante las desconocidas. “Fue una situación muy dura, los primeros meses eran de tristeza, tenía vergüenza, y una decepción total ante la autoridad, tenía mucho coraje, tuve que contar mi caso, pese al dolor para poder salir de la cárcel”, recuerda ahora. En aquel momento, ante la pregunta de si confiaba en la justicia, negaba rotundamente. Ahora tiene esperanza y creció de golpe.

Hasta habla diferente. Tanto que es candidata a diputada local por Movimiento Ciudadano por los barrios más al norte de la delegación Cuauhtémoc. “Me ha cambiado la vida bastante, desde el 9 de diciembre me enfrenté con cosas que nunca había pensado, incluso con la misma autoridad, cuando yo todavía creía que había justicia en el país, ahora sé que no es así. Pero también me doy cuenta que dentro de ese sistema machista y patriarcal todavía existen, dentro de las autoridades, personas que hacen su trabajo y estoy muy agradecida con ellos. Además que volví a nacer,…”, concluye y sonríe.


En México, según los datos recopilados por Inmujeres y la ONU, asesinan a 6.4 mujeres al día. Es decir que hay un feminicidio cada tres horas y 45 minutos. Yakiri se libró de ser una muerta más que engrose estas cifras pero su defensa no solo le costó la cárcel, sino el estigma y las amenazas a ella, su familia y su abogada por parte de los familiares del occiso.