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miércoles, 15 de agosto de 2018

Videgaray, Guajardo y Seade viajan a Washington para continuar con negociación del TLCAN 2

Los secretarios Luis Videgaray e Ildefonso Guajardo estarán acompañados de Jesús Seade, jefe negociador de Andrés Manuel López Obrador, en el inicio de las renegociaciones del TLCAN en Washington. Este 16 de agosto se cumplirá un año del inicio de negociaciones entre México, Estados Unidos y Canadá para modernizar el acuerdo trilateral, luego que el Presidente estadounidense, Donald Trump, considerara que el convenio comercial perjudica la industria y el empleo en su país.

Los ministros mexicanos de Relaciones Exteriores, Luis Videgaray, y de Economía, Ildefonso Guajardo, viajan hoy a Washington para retomar las negociaciones del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), acompañados del futuro jefe negociador, Jesús Seade.

martes, 2 de enero de 2018

Es hora de abandonar el inservible TLCAN

Si tras la aprobación de la reforma fiscal de Donald Trump en el Senado estadunidense las autoridades mexicanas no operan un cambio de timón en la economía nacional y abandonan su necedad de aferrarse a un tratado comercial que en 23 años únicamente ha abonado pobreza, estancamiento y endeudamiento al país, el futuro de las nuevas generaciones estará seriamente comprometido.

viernes, 20 de enero de 2017

Nerviosismo en México por el futuro de TLCAN y migrantes

Con una frontera común de más de 3 mil kilómetros, México y Estados Unidos han establecido en los últimos 23 años, por medio del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), una intensa relación económica en la que el primero vende al segundo más de 80 por ciento de sus exportaciones y el proceso de manufactura de algunos productos implica de cuatro a seis cruces fronterizos antes de que estén terminados.

El intercambio comercial entre las dos naciones asciende a mil 600 millones de dólares al día, lo que explica el nerviosismo y la incertidumbre que se registra en México si disminuye este volumen a consecuencia de las políticas planteadas por Donald Trump, quien este viernes llega a la Casa Blanca. Entre ellas resalta la creación de un impuesto fronterizo, la renegociación del TLCAN y la retención de una parte de las remesas.

En lo que hace al ámbito social, la preocupación es la deportación de millones de migrantes indocumentados que adelantó el empresario. Cifras oficiales estiman que en la nación vecina viven poco más de 34 millones de personas de ascendencia mexicana, de las cuales 11 millones nacieron en nuestro país. De estas últimas, se calcula que 6 millones no tienen documentos.

La profundidad de los vínculos creados por la migración es tal que en julio pasado la embajadora de Estados Unidos, Roberta Jacobson, recordó que 10 por ciento de la población estadunidense tiene lazos familiares con México. La presencia de los connacionales en aquella nación se expresa no sólo en el sector agropecuario y de servicios, sino también en el mundo científico y del arte.

‘‘Si quiero ver una película de Hollywood ganadora del Óscar, hay una gran posibilidad de que haya sido dirigida por un mexicano’’, reconoció la diplomática durante la fiesta por la independencia de su país.

Las dos naciones también han logrado construir una intensa cooperación en materia de seguridad a partir de la Iniciativa Mérida, que se suscribió en diciembre de 2008. A través de ese mecanismo, Washington ha otorgado poco más de mil 400 millones de dólares en equipo y entrenamiento que han servido para reducir la capacidad operativa del crimen organizado, continuar con la profesionalización de policías y miembros de las fuerzas armadas, modernizar la infraestructura de los puentes fronterizos y apoyar la puesta en marcha del nuevo sistema de justicia penal.

El tratado, en la mira

La modificación a los términos actuales del TLCAN, en la que Trump insistió la semana pasada, alteraría por sí misma la forma en que se genera una tercera parte del producto interno bruto (PIB) del país. Datos oficiales muestran que, desde la entrada en vigor del acuerdo, las exportaciones mexicanas crecieron de 52 mil millones de dólares a 397 mil millones. Sin embargo, la composición no ha cambiado: en aquel año, 83 de cada 100 dólares tenían por destino Estados Unidos, relación que ahora es de 81 de cada 100 dólares.

Lo que sí cambió fue el balance del comercio exterior, de un saldo deficitario antes de 1993 a un superavit, una de las razones que Trump ha esgrimido para asegurar que nuestro país ‘‘saca ventaja’’ del acuerdo trilateral.

Ha faltado convergencia

Es cierto que no ha habido convergencia de ambas economías, pero al menos en el sector manufacturero sí ha existido mayor sincronización en la dinámica fabril a ambos lados de la frontera. Esto es resultado de las cadenas globales de valor que se registran en las industrias automotriz, eléctrica y electrónica, en las cuales distintas etapas de la producción se realizan en ambos países, señala un estudio de BBVA Bancomer.

Otro tema planteado por Trump, que de concretarse alterará la relación económica con México, es la propuesta de crear un impuesto fronterizo como forma de restar incentivos a la fabricación de productos en suelo mexicano para ser exportados a Estados Unidos.

La llamada‘‘tasa de ajuste fronterizo’’ –o BAT, por sus siglas en inglés– ha sido propuesta también por el republicano Paul Ryan, presidente de la Cámara de Representantes, y su objetivo prioritario es reducir el déficit comercial estadunidense.

‘‘La BAT evitaría que las empresas deduzcan el costo de los bienes importados, lo que sería particularmente negativo para los exportadores mexicanos en Estados Unidos’’, apuntó Bank of America Merrill Lynch.





Fuente: La Jornada
Autores: Georgina Saldierna y Roberto González Amador
http://www.jornada.unam.mx/2017/01/20/politica/003n1pol

jueves, 14 de julio de 2016

El desencuentro de los socios

CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).- La cumbre de líderes de América del Norte celebrada en Ottawa la semana pasada no tenía condiciones para recibir mucha atención. La opinión pública internacional anda ocupada con otros asuntos: el desconcierto que ha provocado el Brexit en los mercados financieros internacionales y en todos aquellos interesados en el futuro de Europa; la multiplicación de los ataques terroristas provenientes del llamado Estado Islámico; la desazón que acompaña el proceso electoral en los Estados Unidos y los temores ante la posibilidad de que Donald Trump sea el vencedor.

En ese contexto, el encuentro de los socios de un acuerdo comercial firmado hace más de 20 años tiene poco atractivo. El término América del Norte, como espacio geográfico y geopolítico donde se aspira a un proyecto de integración significativo, se ha desvanecido. El TLCAN es uno más de los numerosos acuerdos comerciales que se han firmado y otros que están esperando ratificación. El TPP sí llama la atención, por buenas o malas razones; de entrar en vigor, tendrá un impacto de peso en el comercio internacional del siglo XXI.

Se trataba, pues, de un encuentro de poca trascendencia que, sin embargo, no careció de interés. De una parte, dio lugar a intercambios de puntos de vista sobre grandes problemas que en estos momentos recorren el mundo occidental. ¿Cómo explicar el creciente malestar social que ha surgido en el Reino Unido, gran parte de Europa, Estados Unidos, América Latina? De otra parte, en la reunión se adquirieron compromisos en materia de energía, cambio climático y medio ambiente que merecen una reflexión.

Con respecto al primer punto, un episodio breve pero significativo que tuvo lugar en la conferencia de prensa de los tres mandatarios al finalizar la reunión dejó mucho que pensar. El presidente Peña Nieto en una intervención convencional, de poco contenido, condenó los populismos que están surgiendo en el mundo. Tenía en mente, era claro, a Donald Trump en Estados Unidos y López Obrador en México.

De manera inesperada, ese comentario provocó una rápida reacción de Obama, que aprovechó la ocasión para dar una versión del origen del malestar social que, a su vez, explica la necesidad del populismo. El hilo conductor de su gobierno ha sido el apoyo a los más desfavorecidos, a los que requieren la acción del gobierno para mejorar sus condiciones en materia de educación, salud y otros. Puede entonces considerarse –señaló– que él es un populista.

Dichas de manera muy espontánea, esas palabras trazan una línea de enorme valor cuando hay una corriente de pensamiento según la cual es urgente, sobre todo después del Brexit, reafirmar la confianza en el libre comercio y las fuerzas del mercado. Se deja así a un lado la necesidad de la acción gubernamental para combatir la profundización de la desigualdad, la persistencia de la pobreza y los resentimientos sociales, rasgos sobresalientes de la situación actual. Para entenderlo, nos recordó Obama, el populismo hay que verlo con otros ojos.

Lo anterior no significa que en la ­reunión de los tres socios no se hayan reafirmado las virtudes del TLCAN. Era indispensable. Sin embargo, se advirtieron similitudes entre el compromiso social que comparten Trudeau y Obama, sus formas de comunicación, la confianza en los valores que inspiran su actuación y las dificultades de Peña Nieto para transmitir los objetivos de su gobierno. Las reformas estructurales no pueden seguir siendo el eje de su discurso. Múltiples señales indican que aquellas no han sido suficientes; su implementación está lejos de corresponder a las expectativas que habían creado. La diferencia con sus socios del TLCAN es la poca habilidad para comunicar y la escasa atención que otorga a los orígenes del descontento social.

Con respecto a los compromisos adquiridos, lo más significativo es la Declaración y Plan de Acción sobre Energía, Cambio Climático y Medio Ambiente. Se trata de documentos desiguales, elaborados apresuradamente, que contienen, sin embargo, un compromiso muy firme en relación con energías limpias. Después de reconocer la fuerte integración que existe entre los tres países en materia de energía, se establece la meta de lograr que en 2025 el 50% de la electricidad en América del Norte provenga de fuentes de energía limpias.

Semejante compromiso es muy ambicioso. El año 2025 está muy cerca y el cambio tecnológico, cultural y de capacidades que se requiere es grande. En todo caso, lo importante es hacer notar que ciertamente existe una fuerte integración en materia energética entre los tres países. Pero no se trata del mismo tipo de integración. La de Estados Unidos y Canadá es una, la de México con Estados Unidos es otra. El eslabón más débil de esa integración es México. Veremos cómo avanza en los compromisos sobre energías limpias.

Esta fue la última reunión a la que asistió Obama. El saldo de los ocho años de su gobierno respecto a la integración de América del Norte es pobre. Cierto que el antecesor de Trudeau no era entusiasta de estrechar lazos entre “los tres amigos”. Pero ni Obama ni los gobiernos mexicanos pusieron mucho de su parte por mejorar el proyecto de integración. Ni unos ni otros dieron impulso desde el gobierno a objetivos que efectivamente contribuyeran, por ejemplo, a una colaboración sustantiva en materia de ciencia y tecnología. Le va mucho mejor en ese tema a otros países que ni son vecinos ni tienen acuerdo de libre comercio.

El futuro de los encuentros entre los socios del TLCAN depende de quién llege a la Casa Blanca, de qué impulso quiera dar Justin Trudeau a la celebración y contenido de tales encuentros y qué interés tenga el gobierno mexicano en trabajar con mayor profundidad sus relaciones con América del Norte. Hasta ahora, éstas las conducen principalmente otros actores y en menor término el gobierno. Los próximos años son tan inciertos que el último episodio de encuentros y desencuentros ocurrido en Ottawa agrega poco al optimismo.





Fuente: Proceso
Autora: Olga Pellicer
http://www.proceso.com.mx/447243/desencuentro-los-socios

lunes, 11 de julio de 2016

Con el TLCAN “ganar ganar” para los tres países

CIUDAD DE MÉXICO (apro).- El presidente Enrique Peña Nieto resaltó las ventajas del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) y aseguró que ese mecanismo, junto con el TPP (Acuerdo de Asociación Transpacífico), ha ayudado a revitalizar y fortalecer la productividad en la industria de México, Canadá y Estados Unidos.

“Hemos logrado alcanzar una integración regional que nos ha ayudado a generar 6 millones de trabajo. Hemos podido revitalizar nuestro comercio (…) Le compramos a EU el 14% de lo que produce”, destacó en entrevista con CNN Internacional.

El TLCAN, subrayó, ha sido un mecanismo de “ganar ganar para los tres países” porque generado cadenas de valor y ha evitado la pérdida de muchos trabajos que podrían haberse ido a otras naciones por las ventajas competitivas.

“Por ello se ha encontrado a un compañero estratégico en Estados Unidos. Los tres países han ganado y han sido capaces de proteger su sector de producción, proteger los trabajos que han
creado y el entorno económico dinámico. Creo que los resultados están ahí”, comentó.

De acuerdo con Peña, con el TLCAN la región se ha vuelto más atractiva al incrementar la productividad de Norteamérica, complementando las fortalezas de unos y otros.

Luego destacó que México compra más a Estados Unidos que lo que éste le vende a Japón y China en conmjunto. Compra a EU más de lo que le compra a Francia, Alemania, Reino Unido y Rusia juntos… y Brasil, India y Rusia compran menos de lo que México le compra a Estados Unidos, apuntó.

FUENTE: PROCESO
AUTOR: REDACCIÓN
LINK: http://www.proceso.com.mx/446845/tlcan-ganar-ganar-los-tres-paises-pena-nieto

sábado, 21 de noviembre de 2015

Los mexicanos culpan al TLCAN de la falta de crecimiento, el desempleo y la pobreza: UNAM

Seis de cada 10 trabajadores en México no tienen acceso a servicios de salud y el 28.5 por ciento trabaja al menos 48 horas a la semana, revela un estudio de la UNAM.

A casi 21 años de haber entrado en vigor, el 70 por ciento de los mexicanos atribuye la pérdida de empleos y el mal desempeño económico al Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos y Canadá (TLCAN), reveló el estudio “El mercado de trabajo en México. La opinión social sobre la precariedad laboral”.

El estudio que forma parte de la colección “Los mexicanos vistos por sí mismos. Los grandes temas nacionales”, realizado por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), señala que el índice de la pobreza laboral en el país ha empeorado en los últimos 15 años.
“Existe una percepción mayoritaria de que la apertura económica propició el incremento y la competitividad de algunas empresas, pero la capacidad productiva del país se vio lesionada y se afectó considerablemente el empleo”, detalla.

Como ejemplo de lo anterior resalta que seis de cada 10 trabajadores remunerados no tiene acceso a servicios de salud. El porcentaje de la población ocupada, afiliada al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) representa apenas el 30 por ciento, mientras que los puestos eventuales han aumentado 72 por ciento, en comparación con el 24 por ciento que registran los permanentes. Otros 4 millones de personas se encuentran sub ocupadas. Mientras que el 28.5 por ciento de los mexicanos trabaja más de 48 horas a la semana, es decir, ocho horas más de las que debería.

Aún así, el 90 por ciento considera que su salario es insuficiente para pagar una vivienda, mientras que ocho de cada 10 opinó que su sueldo no alcanza para pagar alimentación, vestido y educación.

Para que el salario sea suficiente, la investigación consideró que el salario mínimo debería ubicarse en los 200 pesos diarios, en lugar de los 70.10 pesos fijados para el 2016.

El documento recoge las voces de la sociedad a través de 25 encuestas nacionales interpretadas por especialistas para obtener una visión integral de las transformaciones del país al inicio del siglo XXI. En lo que se refiere al tema del empleo, la investigación se enfocó a conocer la opinión de a población sobre la situación de la economía y el mercado de trabajo.

Ante el panorama laboral, añade, las condiciones de vida de la población se han vuelto más precarias: el Producto Interno Bruto (PIB) de México respecto al estadounidense ha caído de 27 por ciento a 18 por ciento en 30 años y la pobreza no se ha reducido, ya que una de cada cinco personas no tiene los ingresos suficientes para comprar una canasta básica.

Siete de cada 10 encuestados considera que su situación económica no ha mejorado en relación con la que tenían sus padres a la misma edad, mientras que seis de cada 10 opinan que sus hijos vivirán una situación económica similar o peor a la de ellos. Siete de cada 10 culpan al gobierno de la mala situación de su economía.
“Como puede apreciarse, la economía mexicana no está generando los resultados que finalmente toda la actividad productiva nacional debe buscar: asegurar las condiciones materiales de subsistencia de la población y generar bienestar para los habitantes, y no sólo para algunos segmentos privilegiados”, indica el documento.
Destaca la necesidad de “un esfuerzo nacional” para volver a colocar el empleo en el centro de la acción de los agentes económicos, pero también políticos y sociales en las prioridades gubernamentales e incluso en los ámbitos académicos y de investigación.


OTRA VEZ LA CORRUPCIÓN


De acuerdo con la encuesta, el 77. 7 por ciento culpa a la corrupción como el elemento que tiene a la economía nacional estancada, por lo que los autores del estudio advierten que en este momento el país está desperdiciando la oportunidad que le da el tener la generación con mayor escolaridad en la historia, así como dos de que cada tres personas que están en edad productiva.

Destaca la necesidad de desplegar una política de formación para los trabajadores en el país, ya que sólo uno de cada 10 trabajadores ha recibido algún curso de capacitación.

Pero el problema mayor es la ausencia de un dinamismo económico que permita incorporar a la población joven y con mayores estudios que sus padres a empleos bien remunerados.

Advierte sobre el tema de la subcontratación, que actualmente representa el 8 por ciento de personal que tiene un empleo. Esta modalidad, analiza, ha generado la precarización del empleo, ya que el sueldo promedio de quienes trabajan bajo este esquema es de 3 mil 074 pesos.
“Un alto porcentaje de la población opina que tanto la inseguridad como la corrupción y la falta de educación y capacitación inciden de forma negativa en el desempeño económico”, incluso, 16 por ciento de los población se dijo dispuesta a pagar más impuestos si el problema de corrupción en el país no fuera tan grave.

Por último, el estudio analizó la influencia que tiene el empleo precario en el fenómeno de la migración y concluyó que el 56 por ciento de los mexicanos emigraría a otro país por razones de índole económica, pero también por la falta de credibilidad en las instituciones públicas.

FUENTE: SIN EMBARGO.
AUTOR: REDACCIÓN.
LINK: http://www.sinembargo.mx/21-11-2015/1550506