La familia de Hernán Bermúdez Requena, exsecretario de Seguridad de Tabasco, construyó un emporio de constructoras y contratistas de Pemex, con ayuda de una red de notarios, entre los que se encontraba Adán Augusto López.
Hernán Bermúdez Requena, el exsecretario de Seguridad Pública de Tabasco y hoy perseguido por la Interpol en 196 países tras revelarse por un alto mando militar que era el presunto jefe del cártel de la Barredora, edificó durante 35 años una compleja estructura financiera de al menos 28 empresas, de la mano de cuatro de sus hermanos.
La cadena de sociedades anónimas controladas por el clan Bermúdez sigue operando en Villahermosa y está integrada por Elba Guadalupe, Raúl, Eduardo, Humberto y el propio Hernán, ahora identificado en documentos militares como el “Comandante H”. Estas empresas pavimentaron su camino para obtener millones de pesos desde la época del priismo hegemónico, hasta desembocar en los sexenios dominados por Morena.
Poco más de la mitad de estas sociedades anónimas — 51.72 %— fueron creadas como constructoras o dirigidas hacia negocios inmobiliarios, mientras que 17.2 % apuntan hacia industria del entretenimiento y la comercialización de videojuegos. El resto se repartió entre casas de apuestas y arrendadoras de locales comerciales, bodegas y oficinas, así como en la seguridad privada, la minería, la distribución de electricidad y la comercialización de maquinaria pesada. Entre ellas, destacaron al menos dos relacionadas con contratos con Pemex.
Integrantes de la familia Bermúdez se encargaron personalmente de fundar sus compañías, pero otra veces colocaron al frente a un grupo de 31 personas entre empresarios y prestanombres para luego, años después, asomar la cabeza ya fuese como nuevos accionistas, representantes o, sencillamente, en calidad de apoderados legales, siempre aprovechando su cercanía con notarios en la Ciudad de México, Veracruz, Mérida y, desde luego, en Tabasco, entre los cuales estaba Adán Augusto López Hernández, el actual líder de la bancada oficialista en el Senado, exsecretario de Gobernación, otrora gobernador y precandidato a la Presidencia en 2024.
La Notaría 27 de Villahermosa encabezada por Adán Augusto López intervino al menos en cinco ocasiones para apoyar a la familia Bermúdez para registrar empresas o validar movimientos dentro de sus consejos de administración.
Compañías del clan Bermúdez en Tabasco: una ‘matrioska’ de empresas
La estructura financiera albergó a sociedades anónimas colocadas una sobre otra como matrioskas, las muñecas rusas que se esconden una dentro de otra. Esta manera de organizar sociedades anónimas impide saber, a bote pronto, los nombres y apellidos de quienes las operan tras bambalinas. En este caso, la telaraña de sociedades anónimas fue tejida a la par de la carrera policiaca de Hernán Bermúdez.
Rager SA fue su primera constructora, creada en la Ciudad de México el 15 de noviembre de 1985, y su arranque fue a tambor batiente: Humberto Bermúdez Requena tendría en su poder la mayoría de las acciones; 19,996 cotizadas en 19 millones 996 mil pesos, mientras que sus hermanos Eduardo, Elba y Hernán, junto con una inversionista ajena a la familia, de nombre Manuela de Jesús Contreras Báez, tendrían cuatro —una por cabeza— valuadas en sólo 1 mil pesos.
Cada empresa es libre de tasar el precio de sus títulos de propiedad. Los notarios no tienen manera de regular esto y los gobiernos en México nunca han puesto límites. Aun teniendo en cuenta estas atenuantes, los casi 20 millones de pesos invertidos únicamente por Humberto Bermúdez eran, ese año, una cifra considerable para una economía en recesión: la iniciativa privada había recortado su inversión, el consumo bajó y el gasto público fue disminuido por el gobierno del presidente Miguel de la Madrid ante el significativo aumento de la deuda externa debido a que el precio del petróleo se desplomó y, esa, era la única garantía de pago ante los acreedores.
Sin embargo, en los registros públicos no hay antecedentes que permitan entender cómo los Bermúdez llegaron ante el Notario 167 de la Ciudad de México, Benjamín Cervantes Cardiel, para poner sobre la mesa una cifra millonaria, sobre todo, porque la empresa estuvo inactiva durante años: la asamblea de los fundadores ocurrió el 15 de noviembre de 1985, pero la registraron hasta el 6 de noviembre de 1988.
Durante ese tiempo, operaron entre las sombras hasta que llegaron los cambios importantes en 1993. En mayo, Hernán Bermúdez se deshizo no de una, sino de tres acciones —no hay información sobre en qué momento sus títulos de propiedad aumentaron—, aunque todo quedó entre familia: el comprador era su hermano Humberto. En junio, la Constructora La Cautela, ubicada en Villahermosa, se fusionó con Rager S.A. Estos movimientos fueron como los de un ajedrecista:
La familia esperó para formalizar estos cambios ante notarios de Villahermosa hasta el año 2000, cuando Hernán Bermúdez ya había pasado por las direcciones de Seguridad Pública (1992-1994) así como del Centro de Readaptación Social (1995-1997). Tabasco era uno de los estados donde el PRI podía seguir presumiendo su musculatura de partido hegemónico; por la Quinta Grijalva, la casa de los caciques en turno, habían desfilado Manuel Gurría Ordóñez, Víctor Manuel Barceló Rodríguez (interino) y Roberto Madrazo Pintado.
Fue en aquella época cuando Hernán Bermúdez y Adán Augusto López coincidieron en el gabinete de Manuel Gurría. El policía era el director de Seguridad Pública y el actual líder de Morena en el Senado se desempeñaba como subsecretario de Gobierno y Asuntos Jurídicos, aunque ambos ya se conocían desde años atrás.
Junto a Jaime Lastra Bastar, actual diputado federal por Morena y fiscal en Tabasco cuando Adán Augusto López fue gobernador (2019-2021), se hacían llamar “Los 4 Amigos”, un mote que adoptaron desde su temprana juventud. En uno de los reportes de inteligencia militar obtenido por medios de comunicación en México a través del “Guacamaya Leaks”, se advirtió que desde 2019, Hernán y Humberto Bermúdez Requena eran distribuidores de cocaína en bares, restaurantes y centros nocturnos.
De la fusión entre Reger S.A y Constructora La Cautela, nació una nueva compañía llamada Rager de Tabasco, el 12 de junio de 1993, aunque como lo hicieron antes, la registraron después, hasta 1998. Como accionistas fundadores aparecieron los hermanos Elba Guadalupe, Humberto y Eduardo Bermúdez Requena, junto con Manuela de Jesús Contreras Báez.
La siguiente maniobra sucedió hasta el 16 de mayo del 2001, cuando Humberto Bermúdez Requena buscó a su amigo y notario, Adán Augusto López, para que formalizara su ratificación como apoderado legal de Rager de Tabasco S.A.
La familia Bermúdez dejó pasar cinco años. El siguiente movimiento estratégico ocurrió el 16 de mayo de 2001, cuando vendieron parte de sus títulos de propiedad a Flor de María González Moguel. Sin embargo, ella no fue una extraña inversionista, en realidad, era la esposa de Humberto.
El 21 de enero de 2006, Humberto Bermúdez Requena acudió nuevamente a su amigo de la juventud, el notario Adán Augusto López, para ensanchar la perspectiva de mercado en Rager de Tabasco: a partir de ese día podría firmar contratos como subcontratista de la industria petrolera y química, así como en la perforación de pozos petroleros y el manejo de residuos peligrosos.
Sin embargo, era un cambio que ya tenía camino andado. Rager de Tabasco ya figuraba como contratista de Pemex desde tres años antes, aunque en calidad de constructora.
En los últimos meses de 2003, asociada con Tradeco —una de las empresas más importantes en obras de ingeniería civil—, Rager de Tabasco ganó la licitación para el camino de acceso que se usaría para la reconfiguración de la refinería Lázaro Cárdenas, en Minatitlán, Veracruz. La obra tendría un costo de 379 mil pesos, la cual luego de contratiempos, subió a 488 mil 745 pesos sin que se detectaran irregularidades.
Pero desde dos años antes, ya contaban con una empresa dedicada al negocio petrolero: el 1 de marzo de 2004, abrió sus puertas en Villahermosa Grupo MABER, cuyos dueños eran Elba Guadalupe Bermúdez Requena y Hernán Bermúdez Requena, quien al mismo tiempo era subsecretario de Prevención y Readaptación Social en el gobierno del priista Manuel Andrade Díaz. Hasta el momento, continúa operando.
Mientras, ‘La Barredora’ incursionaba en el huachicoleo
Otro informe de inteligencia, éste elaborado por el Centro de Regional de Fusión e Inteligencia (Cerfi) Sureste, reveló que La Barredora, la organización criminal comandada por Hernán Bermúdez, pretendía abastecer con 180 mil litros de diésel robado a las empresas encargadas de construir el Tren Maya.
Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad publicó una parte de conversaciones interceptadas a integrantes de este cártel, en las que participó un operador que negociaba la compra y distribución de huachicol en Tamaulipas, Nuevo León, Guanajuato, Campeche y Tabasco.
Un hombre identificado como Gabriel ofrecía el diésel extraído del puerto de Dos Bocas “a 16.50 pesos por litro, sin factura”. En otra comunicación interceptada, el mismo operador informaba que “tenía 300 ferrotanques de diésel USLD (ultra bajo en azufre) a 14.50 pesos por litro, que lo están vendiendo por parte del SAT, pero debían pagar el 25 por ciento”.
El informe militar también describió que un traficante identificado como “HNI” le confió al operador financiero de “La Barredora” que querían saber si podrían suministrar 180 mil litros semanales para Campeche destinados al Tren Maya.
Raúl Bermúdez Arreola, un sobrino de los hermanos que integran el clan, dirigió el Centro Integralmente Planeado de Fonatur, el organismo encargado de licitar los contratos para la construcción del Tren Maya, hasta su destitución ocurrida el 15 de diciembre del 2021, acusado de presuntos actos de corrupción.
En esa época trascendió en medios de comunicación que este funcionario rentaba una propiedad de Fonatur a turistas en la zona hotelera de Cancún a través de las plataformas Airbnb y Booking, por 10 mil pesos la noche.
Raúl Bermúdez Arreola también ha formado parte de la red de empresas controladas por la familia Bermúdez:
El 28 de mayo de 1997 fue socio fundador de Gravera Río Puxcatlán, una empresa explotadora de minas, registrada en Villahermosa en la Notaría 27 a cargo de Adán Augusto López y que está bajo el mando de Humberto Bermúdez Requena. El 25 de mayo de 2004, también la capital tabasqueña, fundó la Constructora Tulija asociado con Elba Guadalupe Bermúdez Requena.
El mismo exfuncionario de Fonatur acusado de corrupción fundó Construcciones y Arrendadora del Atlántico el 3 de abril del 2011, que se encargaría de transportar arena, grava, arcilla y otros derivados de la explotación minera, justamente, el negocio de Gravera Puxcatlán. El registro de esta empresa también estuvo a cargo de la Notaría a nombre de Adán Augusto López.
La Notaría 27 de Villahermosa intervino, por lo menos, en la gestación o en cambios internos de al menos otras tres sociedades anónimas controladas directamente por el clan Bermúdez: Desarrollo Empresarial Tulija (constructora), Grupo Industrial SAMARIA (constructora) y Promotora de Inversiones y Promociones (casinos y casas de apuestas).
FUENTE: ANIMAL POLÍTICO.
AUTOR: DANIEL LIZARRAGA.
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