Una falla en el sistema de señalización provocó el desvío de aguja que afectó a dos vagones del tramo 3 en la estación Izamal el pasado 19 de agosto, informó Óscar David Lozano, director general del Tren Maya, durante la conferencia matutina de la presidenta Claudia Sheinbaum.
Precisó que, pese al percance, los trenes afectados 304 y 307 continuaron operando con un retraso de 45 minutos. Los 261 pasajeros abordo llegaron a sus destinos: 67 fueron trasladados en el tren especial 303, 83 en autobuses hacia el centro de Izamal, 110 en autobuses a Mérida y una mujer fue llevada al aeropuerto de Cancún.
El origen a detalle del incidente aún se desconoce; la Fiscalía General de la República (FGR) y la comisión dictaminadora de accidentes ferroviarios iniciaron las investigaciones desde la noche del incidente, afirmó Lozano.
El último descarrilamiento del Tren Maya ocurrió el 30 de enero de 2025 en la estación Limones, Quintana Roo; con el incidente en Izamal suman dos percances en lo que va del año.
La estación Izamal, ubicada en un corredor turístico que conecta Chichén Itzá con Cancún.
Un nuevo se descarriló el Tren Maya durante la tarde del martes 19 de agosto. Uno de sus vagones se descarriló en la estación de Izamal, en el tramo que conecta Mérida con Cancún. El tren número 304, que ingresaba a baja velocidad a los andenes, sufrió un “percance de vía” según el comunicado oficial.
Los pasajeros resultaron ilesos, pero se mostraron conmocionados en los videos que se publicaron en redes sociales. No se reportaron personas lesionadas ni fallecidas. Sin embargo, varios pasajeros sufrieron crisis nerviosas y algunos golpes menores, como relató un usuario que afirmó que su hija “salió volando” de su asiento. Elementos de la Guardia Nacional y Protección Civil acudieron de inmediato para evacuar a los pasajeros, incluyendo personas en silla de ruedas que fueron trasladadas con apoyo especializado.
Las alternativas de transporte tras el accidente fueron determinados por la empresa operadora activó protocolos de emergencia y ofreció transporte terrestre gratuito en autobuses hacia las estaciones restantes. Además, se anunció el reembolso de boletos, aunque sin precisar fechas. Horas después, el servicio ferroviario se reanudó en otros tramos.
Este descarrilamiento ha reavivado las investigaciones sobre presuntas irregularidades en la construcción del Tren Maya, particularmente en el suministro del balastro, que es la piedra que da estabilidad a las vías. De acuerdo con reportajes de Latinus y Mexicanos Contra la Corrupción, una red conocida como “El Clan”, integrada por amigos y primos de Andy y Gonzalo López Beltrán, hijos del expresidente Andrés Manuel López Obrador, habría entregado balastro sin certificaciones de calidad.
En audios filtrados, Pedro Salazar Beltrán y Amílcar Olán, identificado como uno de los operadores del grupo, admiten haber sobornado laboratorios para aprobar material defectuoso: “Cada tres mil metros cúbicos, pa’ su mochadita, pa’ que den el palomazo de que todo está bien. Ya cuando se descarrile el tren va a ser otro pedo”. Esta frase, ahora viral, ha sido citada por legisladores que exigen suspender operaciones del tren hasta garantizar su seguridad.
Aunque el expresidente Andrés Manuel López Obrador negó conocer los negocios de sus hijos, es específico de Andrés López Beltrán, múltiples grabaciones vinculan directamente a Gonzalo “Bobby” López Beltrán como intermediario en contratos millonarios para el suministro de balastro. Amílcar Olán, amigo íntimo de la familia, habría ganado más de 250 millones de pesos en seis meses, operando con empresas fachada y controlando el transporte del material.
El Tren Maya fue inaugurado parcialmente en diciembre de 2023, ha acumulado más de 45 fallas técnicas, incluyendo tres descarrilamientos graves. A pesar de las promesas de desarrollo regional, el proyecto enfrenta críticas por sobrecostos, daños ambientales y baja afluencia de pasajeros.
AUTOR: REDACCIÓN.
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