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miércoles, agosto 20, 2025

El verano que los exhibió… y las aclaraciones que los hunden

"Definitivamente el verano de 2025, el primero de la Presidencia de Claudia Sheinbaum, es el que exhibió a los morenistas, les sacó el cobre (o mejor dicho el oro), y atiborró las redes sociales de réplicas, aclaraciones y justificaciones sobre la incongruencia de ser de Morena y no vivir, ni en la austeridad republicana, ni en la justa medianía y, en algunos casos, con extenuantes trabajos que al menos en la vida pública poco benefician."

Aún falta un mes para que el verano de 2025 termine, pero vaya que ha sido para recordar en Morena. La tradicional época de asueto en México ha evidenciado los lujosos gustos de destacados morenistas no sólo en sitios para vacacionar y hospedarse, sino también carísimas prendas de diseñadores de alta gama, y propiedades que valen millones de pesos y ahora están a sus nombres o son habitadas por ellos.

Nada de esto significa de facto un problema, cualquiera que pueda afrontar los gastos es libre de viajar en primera clase en aerolíneas comerciales, de hospedarse en hoteles cinco estrellas, comer en restaurantes con estrella Michelin; o comprar carteras Versace, Prada y usar anillos, brazaletes y collares Cartier; o relojes de la misma marca u otras de mayor costo. De igual forma si la bonanza llega a su vida y se puede subir de nivel en términos de residencia es tan válido como el esfuerzo que eso conlleva.

Sin embargo, que todos los temas referidos involucren a miembros notorios de Morena cambia el asunto. El radicalismo que enarboló, y que de hecho sigue, el fundador de ese movimiento y expresidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, es el tema central de la vida de lujos de destacados miembros de su partido, pues mientras el extitular del poder Ejecutivo recomendaba mantenerse con sólo lo necesario, y fustigaba en calidad de fifís a quienes hacían uso y estruendo de lujos en la vida política, en la vida empresarial y social, hoy los morenistas son los protagonistas de las mismas prácticas y actitudes de vida antes vilipendiadas.

Además, lo son, en el primer año de Gobierno de la primera Presidenta de México, la sucesora de López Obrador y quién también ha reiterado predicar la misma austeridad, Claudia Sheinbaum Pardo. Es necesario recordar, por ejemplo, los años en que el expresidente mantuvo en la congeladora a uno de sus más cercanos colaboradores, César Yáñez, luego que su matrimonio fuese promocionado por todo lo alto en la paradigmática revista rosa ¡Hola!, con 19 páginas de información sobre el lujo que vistió la ceremonia nupcial que incluyó la participación musical del grupo Los Ángeles Azules.

Mientras López Obrador recomendaba cosechar en el patio de casa los alimentos propios, vivir con 200 pesos en la cartera y comer en changarros a lo largo y ancho de la República, uno de sus más fieles colaboradores celebrara sin recato ni austeridad republicana su enlace nupcial. AMLO predicó con el ejemplo, pero sus correligionarios de partido no lo siguieron… ni siquiera sus hijos.

Terminada su presidencia e iniciada la de la doctora Sheinbaum, los morenistas se desataron. Marcas de diseñador, viajes internacionales con hospedajes de cinco estrellas, cenas de miles de pesos, pasajes en primera clase. A los siete años de Morena en el poder, la bonanza económica de sus militantes, de algunos hay que decirlo, y no de la mayoría, se hizo patente. Además, que pocos escuchan y siguen las recomendaciones de la Presidenta de la República de no hacer turismo político, o de vivir “en la justa medianía”, ni qué decir que también la dirigente nacional de Morena, Luisa Alcalde, ha sido minimizada en sus recomendaciones de mantener la cordura, la prudencia y de no ser vistos con excesos, o dicho en sus palabras: “que todas y todos los dirigentes de Morena y los representantes populares de Morena debemos actuar siempre con el ejemplo, y eso significa adoptar en la vida cotidiana, pública y privada las máximas juaristas que son dos, una: vivir en la justa medianía; y dos: entender que el poder es humildad… ¿Eso significa que alguien de Morena no pueda viajar? No, pero no con lujos. Alguien puede haber tenido mucho dinero y haber sido empresario y tener suficiente para comprarse ropa de alta gama, joyas y relojes caros, pero no se debe hacer por congruencia, porque es contrario a la “justa medianía”.

Los morenistas que ahora gozan de una vida de lujos y residencias millonarias, y que este verano han sido exhibidos en su opulencia, contrario a los dogmas del líder del partido en el poder y de la Presidenta de México, se la han pasado el verano en réplicas. Hasta la esposa del líder moral y fundador del movimiento ha debido utilizar sus redes sociales para aclarar lo que se dice en España y no se ha confirmado en México: que tramitó la ciudadanía de aquel país y que se convenía a residir en el mismo. Pero después de meses de especulación, no fue hasta que un diario español, el abc, dio por cierto los hechos a según confirmados por fuentes diplomáticas, que la señora Beatriz Gutiérrez Müller (aunque ya retiró la diéresis de su apellido materno y le agregó la letra “e”), emitió un posicionamiento en el que realmente no ataja los señalamientos frontalmente, pero sí aclara que, al menos en estás fechas, vive en México.

Antes de ella, fue el hijo del expresidente, Andrés Manuel López Beltrán, conocido como Andy, quien también en redes sociales publicó un documento para justificar su viaje a Japón, mismo que había sido exhibido en medios de comunicación precisamente por ir contra los preceptos de su padre, no sólo de no hacer viajes al extranjero, sino de hospedarse en lujosos hoteles o comer en suntuosos restaurantes.

Mario Delgado, exdirigente de Morena y secretario de educación, ha debido salir a hacer no una, sino dos aclaraciones: primero sobre su viaje de lujo a Lisboa, Portugal, el cual justificó que realizó con sus propios recursos y no con los del Estado, cuando la incongruencia no es esa, sino la vida de lujos que tanto ha repudiado López Obrador. Y su segunda aclaración, es que el exdirigente del partido de “izquierda”, de la bandera de la “austeridad republicana” y la “justa medianía”, tiene dos condominios en uno de esos edificios que el expresidente llamaría “fifís”, en la avenida Reforma de la Ciudad de México, que tienen valores de 20 millones para arriba, pero que él ha comprado en tremendas ofertas. El primero en el 2015 cuando era Senador y lo compró por una bicoca, y el segundo en 2024 a poco de tomar posesión como secretario de educación, y adquirió, dice él, por 15 millones de pesos, cuando en su declaración patrimonial aparecía con un costo de 1.5 millones de pesos. Error de dedo, justificó. Aunque la incongruencia no está justificada aún, pues resulta que la justificación de los morenistas para ir contra los designios de su líder moral, es que obtienen buenos precios y los pagan con sus propios recursos, una habitación con desayuno incluido en un hotel de cinco estrellas en Japón, cuyas tarifas públicas están lejos de esa, o condominios de 22 millones de pesos comprados a uno, cuatro o siete millones de pesos, o relojes de millones de pesos adquiridos con recursos de cuando trabajaron en la iniciativa privada, como justifica el líder de Morena en la Cámara de Diputados, Sergio Gutiérrez, cuya esposa, también Diputada, presume en redes sociales gargantillas, anillos, relojes y carteras (blusas dice que son de Zara y lentes que son de mil pesos).

Definitivamente el verano de 2025, el primero de la Presidencia de Claudia Sheinbaum, es el que exhibió a los morenistas, les sacó el cobre (o mejor dicho el oro), y atiborró las redes sociales de réplicas, aclaraciones y justificaciones sobre la incongruencia de ser de Morena y no vivir, ni en la austeridad republicana, ni en la justa medianía y, en algunos casos, con extenuantes trabajos que al menos en la vida pública poco benefician.

FUENTE: SIN EMBARGO.
AUTOR: ADELA NAVARRO BELLO.

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