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miércoles, agosto 20, 2025

Desde las matemáticas, maestro arma fórmula contra el crimen organizado

Un estudio ganador del Premio Silva Herzog 2024 analiza, desde la economía y la teoría de juegos, por qué miles de jóvenes en México se unen al crimen organizado. La llamada “tasa de descuento” y el rol de la familia son factores clave.

La televisión sigue encendida. En la pantalla una mujer suplica encontrar a sus hijos. Afirma que fueron reclutados por el crimen organizado y teme por sus vidas. No es una escena aislada, es una postal que se repite en todo México, donde miles de jóvenes, sobre todo hombres, terminan trabajando para las entrañas del monstruo. Algunos son engañados, pero también están los que lo hacen por decisión propia, hay muchachos que quieren trabajar para estos grupos delictivos y pocas veces se pone sobre la mesa. 

El fenómeno tiene un trasfondo social evidente, pero también puede entenderse desde las matemáticas y la economía mediante un concepto llamado “tasa de descuento”.

En entrevista con Proceso, el maestro Víctor Alejandro Butrón Barrera explica que ese enfoque es el eje de su tesis “Estrategias para reducir el reclutamiento del crimen organizado: un análisis con teoría de juegos”. 

El trabajo no sólo se queda en lo teórico, busca la praxis, demostrar que, desde lo exacto, es posible analizar uno de los mayores problemas que enfrenta el país. 

Su investigación fue reconocida por su aportación, ganó el primer lugar en el Premio de Investigación Económica “Maestro Jesús Silva Herzog 2024”. La UNAM otorgó este galardón a la tesis desarrollada en el Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE) resaltando su potencial para incidir en la política pública.

La “tasa de descuento”, un concepto matemático usado en economía y que en esta tesis tiene como objetivo medir cuánto se valora el presente frente al futuro, es clave para entender por qué un joven decide unirse a una célula criminal.

“Para ponerlo supersencillo, es cómo valoras tú el futuro. Es decir, si la tasa de descuento es alta, tú eres impaciente y valoras el presente. Entonces, quieres como las cosas inmediatas. Tienes recompensas inmediatas”, explica.

El ejemplo es el siguiente, si a un joven se le ofrecen 100 pesos ahora, o esperar un día para recibir 110, muchos elegirán la primera opción. Y esa elección no siempre es fruto de la necesidad inmediata, hay jóvenes que deliberadamente buscan ser reclutados porque ven en ello una vía rápida para obtener dinero, estatus o independencia económica.

Butrón sustenta su análisis con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), tasas de homicidio, estadísticas de defunciones, presencia de fuerzas de seguridad y, sobre todo, la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE).

“La ENOE te revela lo que en realidad está ingresando la gente. Es decir, cuál es su ingreso real. Y, por ejemplo, hay algunos estados durante este periodo que estoy analizando de 2010 a 2022, donde están ganando menos de tres mil pesos mensuales. Entonces, este tipo de variables son reveladoras… están diciendo que la gente no tiene tanto ingreso a partir de su empleo”, comenta.

En esas condiciones salariales, expone, la educación deja de verse como un camino para aspirar a una mejor vida.

“Si ven que la educación no los lleva a nada, es decir, a ganar un salario mayor, a poder proveer para su familia, entonces van a empezar a valorar más el presente. Y lo que yo propongo ahí es que, como empiezan a valorar más el presente, quieren recompensas inmediatas y si alguien del narco les dice: ‘Te voy a dar siete mil pesos nada más por halconear, que es como una actividad supersencilla, nada más avisar si viene alguien de un grupo rival, la policía o el Ejército, entonces aceptan estas recompensas inmediatas y su esperanza de vida va bajando más”, detalla.

El hogar como variable

En su investigación, Butrón también identifica un aspecto poco discutido, la familia como actor central en el juego del reclutamiento. 

El hallazgo es paradójico, la familia puede ser tanto una vía de entrada como un dique de contención.
Encontré –revela– que al crimen organizado le conviene que la familia eduque. Entonces, al crimen organizado le conviene que eduques a tus hijos. ¿Por qué? Porque ese sistema de valores le conviene, ya que está ofreciendo un recurso humano que está comprometido, que tiene apoyo, que funciona con una red de apoyo… y, por ejemplo, muchos se consideran ya como hermanos, primos. Y esa es una forma de reclutamiento, jalan a sus conocidos, amigos, familia y entonces le conviene muchísimo.
Un hogar que transmite valores, disciplina y pertenencia puede, sin querer, proveer al crimen de jóvenes con vínculos sólidos y lealtades profundas, lo que facilita que ellos mismos recluten a otros de su círculo cercano.

Pero esa misma estructura familiar puede ser la clave para frenar el reclutamiento, si el Estado la convierte en parte de la solución.  Aquí entra la tesis, que es modificar esa tasa de descuento con estrategias.

Butrón plantea que el gobierno debe involucrarse para generar acciones coordinadas que fortalezcan a las familias como primer escudo. 

“Como consecuencia de estas estrategias coordinadas se involucra a la familia para reducir el reclutamiento y, al mismo tiempo, reducir el tamaño del crimen organizado”, sostiene.

En su análisis, Butrón se concentró en ocho estados con las mayores tasas de homicidio: Baja California, Chihuahua, Estado de México, Guanajuato, Guerrero, Jalisco, Michoacán y Sinaloa. Con esas variables elaboró un modelo basado en teoría de juegos para medir y proponer políticas que reduzcan el reclutamiento criminal.

La propuesta

La tesis de Víctor se conecta con estudios como el del doctor Rafael Prieto Curiel, quien, junto a Alejandro Hope, publicó el artículo “Reducir el reclutamiento de los cárteles es la única manera de reducir la violencia en México”. 

“Él empieza a modelar cuántos recursos humanos tiene el crimen organizado… y con modelos matemáticos explica que, en efecto, hay que reducir el reclutamiento de los cárteles. Él dice que alrededor de entre 350 y 370 personas deben ser reclutadas para que el crimen organizado continúe operando sin mayor problema”, comenta.

Entonces, retoma esa cifra, si se logra cortar ese flujo constante de jóvenes, la violencia perdería uno de sus motores principales. 

“Entonces, vinculando estas dos cosas, ¿cómo puedo hacer algo yo para reducir ese reclutamiento? Ese es el punto”, concluye.

En tanto, la escena de la madre frente a la cámara sigue vigente, multiplicándose en cientos de hogares. Jóvenes que eligieron poner precio a su futuro inmediato.

FUENTE: PROCESO.
AUTOR: CAMILA AYALA ESPINOSA.

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