«El caso de Sandra es un reflejo doloroso y contundente de la realidad que enfrentamos en el país: sin la exigencia de la sociedad, no hay compromiso real del Estado. Las búsquedas no avanzan solas; la omisión institucional también mata. La indiferencia es otra forma de violencia», denunció este lunes la familia de la defensora ayuujk Sandra Domínguez, cuyo cuerpo fue hallado sin vida junto al de su esposo Alexander Hernández en Veracruz, después de 206 días de desaparición.
«Después de 206 días de angustia, de noches interminables y de una lucha incansable para exigir su regreso, hoy con el corazón desgarrado, confirmamos que hemos encontrado a Sandra. No fue el final que soñamos, pero al fin descansará entre quienes la amamos profundamente», señalaron las mujeres familiares de Sandra, que junto con amistades de la defensora integraron el el Komité Pëjy Tyotk.
Sandra Domínguez y su esposo fueron vistos por última vez el 4 de octubre de 2024 en San Juan Cotzocón, Oaxaca. La camioneta en la que viajaban había sido localizada a orilla de la carretera en los límites de Oaxaca y Veracruz. La abogada ayuujk se dedicaba a la defensa de los derechos humanos y desde 2020 denunció ciberacoso, violencia de género y la participación de más de 140 funcionarios, entre ellos el coordinador de paz del gobierno de Oaxaca, Donato Vargas, en el grupo de WhatsApp «Sierra XXX», donde se compartían fotografías pornográficas de mujeres indígenas.
El 11 de abril de 2023, durante su participación en una conferencia de prensa, Sandra reiteró que «los agresores están en el gobierno», interpeló a Donato Vargas y lo acusó de promover la violencia contra las mujeres. «El responsable de todo esto es el gobernador (Salomón Jara) porque no está dando un mensaje contundente. No es la primavera oaxaqueña, estamos viviendo una pesadilla», acusó Domínguez ante la impunidad tras su denuncia en 2020.
«Denunció con valentía la participación de funcionarios locales y estatales en grupos de WhatsApp donde se difundían imágenes de mujeres indígenas en situaciones de vulnerabilidad. Exhibió lo que muchos intentaron ocultar. Levantó su voz por la dignidad de todas, poniendo su propia vida en riesgo», recordaron sus familiares este 28 de abril en Oaxaca.
Desde su desaparición en octubre de 2024, la familia de la abogada ayuujk organizó plantones, protestas y movilizaciones para denunciar la falta de acciones por parte de las autoridades en la búsqueda de la defensora. Después de casi siete meses, las autoridades informaron el hallazgo de los dos cuerpos enterrados en el interior del rancho La Ceiba en el municipio de Sochiapan, Veracruz.
Tras la confirmación de su localización sin vida, las mujeres de la familia de Sandra Domínguez exigieron un compromiso «verdadero» de las autoridades y «no sólo leyes escritas» para procurar justicia y atención a la crisis de desapariciones, con perspectiva de género y con un enfoque de derechos humanos y circunstancial. Asimismo, demandaron respeto para los más de 127 mil desaparecidos en México y para sus familias, así como un alto total a la revictimización y criminalización de las víctimas.
«Sandra no fue solo una víctima de este sistema de violencia e impunidad: será siempre reconocida como una defensora incansable», subrayaron las mujeres.
COMUNICADO:
Después de 206 días de angustia, de noches interminables y de una lucha incansable para exigir su regreso, hoy con el corazón desgarrado, confirmamos que hemos encontrado a Sandra. No fue el final que soñamos, pero al fin descansará entre quienes la amamos profundamente.
Sandra no fue solo una víctima de este sistema de violencia e impunidad: será siempre reconocida como una defensora incansable.
Como mujer ayuuk, abrazó la defensa de su pueblo y de todas las mujeres indígenas que sufrían violencias o discriminación. Cuando alguna mujer acudía a ella en busca de ayuda, Sandra siempre respondía. Nunca dudó en acompañar, en sostener, en alzar la voz donde otros callaban. Su lucha no era solo desde las palabras, sino desde los actos de amor, solidaridad y coraje.
Denunció con valentía la participación de funcionarios locales y estatales en grupos de WhatsApp donde se difundían imágenes de mujeres indígenas en situaciones de vulnerabilidad. Exhibió lo que muchos intentaron ocultar. Levantó su voz por la dignidad de todas, poniendo su propia vida en riesgo.
Hoy más que nunca, honramos su lucha. Honramos su valentía, su fuerza, su amor por su pueblo y por sus hermanas.
Agradecemos desde lo más hondo de nuestro ser a la Diputada Martha Aracely Cruz Jiménez, a Consorcio Oaxaca, a la Corriente del Pueblo Sol Rojo, a las autoridades locales de San Isidro Huayapam quienes se pronunciaron en su momento y todas las comunidades mixes, a familiares, amistades, vecinas y vecinos que vieron crecer a Sandra, a sus campañeros de la Universidad; así como a las colectivas, a las organizaciones y medios estatales, nacionales e internacionales, gracias a todas las personas que no soltaron nuestras manos en estos meses oscuros. Cada palabra de aliento, cada grito en las calles, cada gesto de solidaridad fue una luz en medio de tanto dolor. Su apoyo nos sostuvo y nos hizo sentir que no estuvimos solas.
Agradecemos los esfuerzo colaborativos entre CNI, CONASE, SEDENA, MARINA Y FGO, ya que sin dicha coordinación no hubiera sido posible su hallazgo.
El caso de Sandra es un reflejo doloroso y contundente de la realidad que enfrentamos en el país: sin la exigencia de la sociedad, no hay compromiso real del Estado. Las búsquedas no avanzan solas; la omisión institucional también mata. La indiferencia es otra forma de violencia.
Hoy, con Sandra en casa, levantamos la voz más fuerte que nunca:
¡Exigimos un compromiso verdadero! No solo leyes escritas, sino acciones contundentes y efectivas, con perspectiva de género y con un enfoque de derechos humanos y circunstancial.
Exigimos respeto para nuestras desaparecdidas y desaparecidos, para sus familias y un alto total a la revictimización y criminalización de nuestras personas amadas y quienes buscamos.
A cada madre, a cada familia que hoy sigue buscando a un ser amado, les decimos desde el fondo del corazón:
No pierdan la esperanza. No tengan miedo. Cada amor merece volver a casa. Mientras haya una voz que grite su nombre, mientras haya un corazón que los espere, siempre habrá esperanza.
Muchas gracias.
Atentamente, Komité Pëjy Tyotk.
¡Ni una desaparición más!
¡Alto a la violencia contra las mujeres!
¡Alto a la impunidad!
Oaxaca no olvida. Oaxaca exige justicia.
AUTOR: REDACCIÓN.
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